LOS PERSONAJES DE QUE SE PRESENTEN EN ESTA HISTORIA NO ME PERTENECEN, SON DE LOS MAESTRO MASASHI KISHIMOTO, Y HAJIME ISAYAMA. ACLARADO ESTO, CONTINUEMOS

Pareja: Levi Rivaille & Hinata Hyuga.

Advertencia: Como en la mayoría de historias de romances, esta tendrá lemón, lo normal, espero que no les moleste, ((por cierto, es mi primer historia, espero y sea de su agrado)).

"Pensamientos"

-Hablan

-Recuerdo

¿DONDE ESTOY?

Tenía perdida la batalla, eso Hinata lo sabía de antemano, nada de lo que hiciese o dijese lo cambiaría.. Pero, aun así no se rendiría, no, si estaba en el suelo herido, ella lo salvaría, aunque su vida dependiese de ello, era por eso que se encontraba en esa situación, siendo atacada por Pain mientras intentaba acercarse inútilmente a Naruto.

Faltaba poco para llegar a él, pero un golpe sorpresa la hizo descender y alejarse de su propósito.. No le importaba cuanto dolor sentía en ese momento, eso era lo de menos, tenía que seguir, solo un poco más y liberaría a Naruto de esas ataduras que tanto lo estaban lastimando.. "Solo un poco más, solo un poco.. Mas.." Se repetía mentalmente a cada paso que daba, no podía permitir que la persona que era su ejemplo a seguir muriera, no de esa manera. Otro golpe la saco de sus pensamientos, pero no desistiría aunque fuera arrastrándose lucharía.

"Porque ese era su camino ninja"

Se fue levantando lentamente y pudo ver a Pain acercándose peligrosamente a Naruto, mientras este intentaba de manera inútil y torpe moverse.

Fue sintiendo una oleada de miedo en su interior, si no hacía algo no estaba segura de lo que le llegaría a pasar, y como un "flash en su mente" reaparecieron todos esos momentos en la academia donde compartió con sus amigos, las veces que iban juntos a misiones, cuando se reunían y caminaban por la aldea e hablaban de cualquier cosa, recordó a Kurenai-sensei quien fue como una madre para ella en todos estos años y a la cual quería y apreciaba mucho, a Shino quien a pesar de ser reservado y un poco misterioso, siempre estuvo con ella apoyándola y protegiéndola de todo, igual que Kiba que con sus bromas la hacía olvidar un poco sus problemas, era sin duda el mejor amigo que podía tener, se acordó de Akamaru que antes era un hermoso cachorrito y ahora era grande y fuerte, también en su mente apareció Nejí, Hanabi y su papa que a pesar de que los dos últimos la trataban mal y le dijeran todo el tiempo que era una vergüenza para el clan ella los amaba más que a nada en el mundo. Eran su familia.

Todo eso pasaba por su cabeza mientras corría hasta mas no poder para evitar que el ataque que creaba Pain dañará a Naruto, y como si fueran sus últimos momentos vio a todos frente a ella, a Kurenai-sense, Kiba-kun, Shino-kun, Gai-sensei, Rock-Lee-san, Neji-niisan, Ten-ten-san, shikamaru-san, chouji-san, Ino-san, Kakashi-sensei, Sakura-san, Sae-san y Naruto-kun..

Todos los que formaban parte de su vida, con los que compartió momentos que atesoraba en su corazón. "Papa perdóname por ser débil, sé que soy una vergüenza, siempre lo he sido desde que mama murió he sido una molestia, si muero sé que estarás feliz Hanabi será la líder del clan y no tendré que avergonzarte más, perdóname por no ser la hija que querías, por ser tan débil de fuerza y carácter, debería haber muerto hace mucho tiempo, cuando me secuestraron por mi culpa mi tío murió, si no me hubiesen secuestrado el estaría vivo y tú no me odiarías tanto, pero ahora moriré y estarás tranquilo, ya no tendrás que hacerte cargo de mí y eso me alegra un poco.. Aunque me hubiese gustado que te sintieses orgulloso de mi...".

En ese momento sintió un fuerte dolor en todo su cuerpo y solo alcanzo a escuchar que Naruto gritaba su nombre con todas sus fuerzas... De pronto todo se oscureció y no pudo escuchar ni sentir nada más.

"Oscuridad" No había más que eso, ni una pequeña luz, solo oscuridad.

No sentía nada, no había dolor, ni angustia, o miedo. ¿Que era ese lugar? "¿Acaso así era la muerte?" Pensaba que al menos al morir vería a su mama, pero no había nadie, estaba sola, no podía ver nada, tampoco sentía la paz que tantas personas le contaban que se sentiría al morir, ni las punzadas en el corazón que hace unos minutos atrás estaban presentes, cuanto tiempo había estado ahí?, horas o quizás días? No tenía idea, pero lo que si sabía es que definitivamente no quería estar en ese lugar, todo era tan silencioso que por primera vez desde que se encontraba ahí tuvo miedo.

Miedo de que no saliera nunca, de no volver a ver a su familia, sus amigos, de no volver a ver a Naruto. Pero para su suerte o quizás no tanta, comenzó a sentir que sus dedos se movían, el dolor era leve pero lo suficiente para saber que no estaba muerta..

Bueno al menos esa era su esperanza, poco a poco sus parpados tuvieron movimientos, los sentía pesados y tomo todo un esfuerzo poderlos entre abrir un poco, "luz" ese fue lo primero que pensó mientras los cerraba nuevamente para luego volverlos a abrir y ver con más claridad, aun veía borroso pero pudo distinguir árboles a su alrededor, eran casi tan grandes como los árboles que había en el bosque de Konoha pero ese lugar no era su hogar, donde estaban todos? Que paso con Pain y Naruto?.. Naruto! Tengo que ayudarlo, el me necesita, necesita mi ayuda, intento moverse pero su cuerpo no le respondía, el impacto que debió de haber sufrido suponía que era más fuerte de lo que imagino, pero tenía que ponerse de pie, aunque solo pudo sentarse ya que el dolor era tan intenso que al solo intentarlo, no pudo reprimir un gemido de dolor, eso no era nada bueno, paso unos minutos tratando de controlar sin moverse, luego de ya no sentía tanta molestia observo mejor el lugar, era un bosque de campo abierto, podía escuchar el sonido de algunos animales en los alrededores, las aves en el cielo y el viento soplando suavemente pero.. Como llego hasta ahí? No era Konoha o si lo era sería una parte donde jamás había estado, no era para nada bueno, estaba en un lugar desconocido, sola, sin armas y con poco chakra, esto era por lejos algo bueno, pero nada la prepararía para lo que diviso al frente de ella..

A solo unos metros de distancia una criatura gigante con apariencia humana se iba acercando poco a poco, definitivamente no estaba en konoha! Pero.. ¿Qué lugar era ese? Como llego ahí! Y lo más importante en ese momento era el cómo iba a salir de esa situación?

En otro lugar del bosque

-Capitán Levi un clase 8 viene acercándose rápidamente atrás de nosotros, todo indica que es un anormal, a la derecha se ha presentado movimiento de dos de clas al frente hay un clase 15 señor.- informaba a pocos metros de distancia una joven de aproximadamente 20 años de cabellos castaños, piel clara y grandes ojos acaramelados, mientras cabalgaba por el lado derecho del capitán.

-Petra, tú y Erd encárguense del clase 8. Gunter, Aurou ustedes irán por dos de la derecha, dispérsense yo me encargare del de adelante. Ahora pónganse en marcha... Ya!

Dicho esto, todos descendieron de sus caballos, dirigiéndose a sus respectivos titanes. Levi aun en el suyo se acercaba peligrosamente al anormal de clase 15 que corría sin percatarse de su presencia todavía, tomo ese punto a su favor y salto de su caballo, logro engancharse sin problemas a este y con un movimiento tomo sus espadas, y l con un golpe limpio acabo con él en cuestión de segundos, no era realmente un problema para él, hizo una mueca de asco cuando vio su túnica mancharse de la sangre del titán, sabía que se desintegraría en cuestión de segundos, a penas pisara el castillo la lavaría el mism veces, las que fueran necesarias.

No había señal de algún otro titán cerca, pero estando fuera de los muros no podía darse el lujo de bajar la guardia, y menos en campo abierto, ese era un privilegio que ningún soldado se podía dar, en este mundo el que se descuida muere, así de simple.

Caminaba manteniendo su típica expresión neutra, no podía negar que esto de matar titanes se estaba volviendo algo molesto por momentos.

A pasos lentos llego hasta su caballo de y cuando se disponía a volver con su grupo, un grito no muy lejos de donde se encontraba lo alerto, sin pensarlo mucho se dirigió hasta el lugar donde se produjo el sonido, queriendo que todo se acabase pronto.

Hinata se encontraba aterrada, no podía huir, sus piernas no le respondían, lo que se encontraba en frente de ella se estaba acercando cada vez más. No pudo evitar soltar un grito de terror cuando pudo distinguir bien su apariencia, era lo más espantoso que había visto en su vida, la guerra en konoha sin duda era algo que le quitaría el sueño a cualquiera, pero lo que estaba ahí era algo que jamás había visto, ni el zorro de Naruto ni el shukaku de Gaara la aterraban tanto como lo que estaba al frente de ella, era cierto que no se sentiría igual si por lo menos su red de chakra funcionara, pero no era así, no tenía escapatoria, estaba indefensa y a medida que se acercaba ella trataba de alejarse arrastrándose por el suelo lleno de plantas, hierbas y flores, "flores" ella amaba las flores la hacían sentir feliz, eran tan hermosas y al mismo tiempo frágiles y fuerte, soportan las tormentas, los días de mucho sol, pero frágiles porque con un solo tirón suelen romperse, ella se parecía un poco a las flores, no por lo hermosa pero si por lo frágil y fuerte, aunque en este momento se sentía débil, era una vergüenza, quizás y si lo pensaba bien morir no sería tan mala idea después de todo.. Fue sacada de su ensoñación cuando sintió unas enormes manos agarrar su cuerpo y elevarlo hacia la altura de este, no pudo evitar soltar otro grito de terror al percatarse de lo que la sostenía, había decidido dejarse morir, no luchar más, pero eso no evitaba sentir miedo y rabia por ser tan débil, si tan solo pudiera moverse, si tan solo pudiera activar su byakugan todo sería diferente, pero sabía que no pasaría, si el ataque de Pain no la mato de seguro esto lo haría, ella moriría y no podía cambiar ese hecho.

Cabalgo lo más rápido que se le era posible, ya no se escuchaban gritos, uno más caído el único pensamiento que le venía a la mente a el Capitán del cuerpo de exploración en ese momento, paro un momento para orientarse, se podía apreciar el sonido de las aves y de los arboles a causa del viento pero nada más, habría escuchado bien? O era solo su mente que le estaba jugando una mala pasada por el cansancio... Decidió volver pero al mirar a un costado pudo divisar una silueta humana que se arrastraba por las hiervas, evidentemente huyendo de un clase 8, sin quitar su expresión aburrida y cansada se dirigió velozmente a donde estaba la persona que necesitaba (evidentemente)) ayuda, no estaba muy lejos pero si lo suficiente para darle tiempo al titán de tomarlo, los gritos femeninos se volvieron a escuchar y no pudo evitar fruncir el ceño al pensar que esa pobre persona debería estar aterrada pensando que ese sería su fin, pero mientras el pudiera impedirlo eso no pasaría, prometió proteger y salvar a la humanidad, y aunque muchos de sus camaradas hayan muerto incluso en frente de sus ojos esta vez no sería así, de eso estaba seguro.

POV Hinata.

Era su fin lo sabía, pero no quería ver, sabía lo que esa criatura grotesca le haría, eso la aterraba, nunca pensó morir así, incluso hubiese preferido morir de cualquier otra manera en ese mismo instante, no podía pensar en nada que no fuese Naruto, él nunca se enteraría de su amor, el no sabría que era su ejemplo a seguir que por el ella seguía luchando y volverse más fuerte y poder ser lo suficientemente buena y así decirle todo lo que significaba en su vida, con ese pensamiento cerro sus ojos fuertemente esperando su muerte, pero en vez de eso se escuchó un fuerte sonido que en ese momento no pudo descifrar abrió los ojos de golpe cuando sintió que la soltaban y se preparó para el doloroso golpe que la caída le proporcionaría, pero este nunca llego, en vez de eso sintió que era sostenida por unos fuertes brazos, alzó la vista solo para encontrarse con unos fríos y penetrantes ojos grises que la miraban con un leve ceño fruncido.. Después de eso sus parpados le pesaban y ya no supo más de sí. Levi por otra parte, tenía su mirada puesta en el clase 8 que yacía muerto a unos pocos metros de donde se encontraba, se había olvidado por así decirlo que sostenía entre sus brazos a la joven que había rescatado de una muerte segura, pero al sentirla temblar, dirigió su mirada a esta, al hacerlo vio que la muchacha también levantaba su mirada, miro sus ojos, aquellos, eran hermosos, los más bellos ojos que había visto jamás, por supuesto nunca lo diría, pensó el, eran de un color que no pensaba que podía existir en alguna persona, se veían tan inocentes, tan puros, sin odio o rencor, pero no pudo seguir observándolos más, porque se iban cerrando cada vez un poco más hasta que se cerraron por completo.

Poco a poco fue abriendo sus ojos, no sabía dónde se encontraba "nuevamente", todo había sido un sueño? Era lo más lógico, de seguro y hora se encontraba en el hospital de Konoha, debió haberse quedado inconsciente cuando recibió el golpe que de Pain, sí, eso de seguro paso, trataba de creer eso, debía creer ello. Tardo unos segundos para notar que se encontraba recostada en una cama, y arropada con unas finas sábanas blancas, no había mucha luz en ese lugar, quizás ya era de noche, eso pensaba pero diviso una pequeña luz proveniente de una especie de antorcha a un lado de la pared, su vista se fue aclarando poco a poco, trato de acomodarse mejor hasta que noto que sus manos y pies estaban encadenados, ¿pero porque estaba de esa manera, que había hecho? Empezó a desesperarse, su padre tendría algo que ver en todo eso?. Si era cierto había escuchado una conversación hace unas semanas atrás donde uno de los ancianos de su clan proponía deshacerse de ella, pero nunca creo que su padre la odiara tanto como para aceptar hacerle eso, era su hija después de todo.

Un sollozo se escapó de sus labios, aún tenía la vista baja, observando sus manos atadas, no podía pensar en otra cosa que no sea su padre, si su mama estuviese con vida, todo sería diferente, ella era diferente...

-Oka-san.- Gritaba una pequeña desde la ventana de su casa, mientras observaba a su madre en el jardín con unas orquídeas en sus manos.

-Cariño que ocurre?- Pregunto la mujer de grandes ojos blancos y cabello negro-azulado. La pequeña al ver que su mama le respondía, salió corriendo hasta llegar a ella, extendió sus brazos y su mama le extendió una orquídea, la niña de 4 años sonrió, le gustaba mucho las flores, y más si su mama se las daba, se sentó al lado de ella con la mirada baja, no quería que su mama la vira sonrojada, su padre siempre la regañaba, y la castigaba cuando tartamudeaba, alegando que una Hyuuga no podía mostrar esos defectos nunca, y menos siendo la heredera, pero aunque lo intentaba no podía dejar de sonrojarse ni tartamudear, y eso la hacía ponerse muy triste, quería que su mama y su papa se sintieran orgullosa de ella, y más ahora que sabía que su mama estaba esperando a su hermanita.

-Cariño que sucede, tu papa te dijo algo acaso?- Volvió a preguntar la mujer un poco preocupada al ver que su hija aún mantenía la mirada gacha sin hablar.

-O-oka-san, q-que t-tengo q-que h-hacer p-ara q-que mi O-oto-san m-me quiera?.- La voz se escuchaba entrecortada mientras que hacia un esfuerzo sobre humano para no llorar.

La mujer no sabía que decir, estaba sorprendida, triste, y enojada, si era cierto ella había visto muchas veces la manera tan dura en que su esposo trataba a su hija, pero también estaba consciente de que no lo hacía porque no quisiera a su hija, al contrario, y esa era justamente su manera de demostrarle su aprecio, si Hinata no cambiaba su manera de ser, el consejo dictaminaría que no tendría ni el carácter ni la fortaleza para ser una líder, y por ende le pondría el cello del pájaro enjaulado, y eso era lo que ellos menos querían.

Se acercó más a su hija y con una mano le tomo el mentón de manera dulce, al hacerlo la niña levanto la vista, sus ojos brillaban, y su cara estaba roja, le partía el corazón verla de esa manera, por lo que la abrazo y beso su frente.

-No tienes que hacer absolutamente nada Hinata, para tu papa y para mi eres muy importante, te queremos mucho, no tienes que hacer nada porque su cariño lo tienes desde el día en que supo que llegarías al mundo, sé que a veces piensas que él no lo hace, pero te aseguro que eres lo que más ama, y te lo demuestra de una manera equivocada, aun eres una niña para entenderlo pero para nosotras hermana y tu son nuestro mundo y haríamos todo lo posible por su bienestar, así que no estés triste, que te parece si vamos al mercado y compramos rollos de canela y lo comemos con chocolate?.- Se separó de su madre y con una gran sonrisa asintió, al ver a su hija ya mejor ella sonrió, se levantaron y caminaron en dirección a la casa.

-G-gracias Oka-san, t-te quiero.

Volvió de sus recuerdos al escuchar pasos cerca, trato de mantenerse alerta, sabía que no había mucho que pudiese hace, su red de chakra aún estaba rota, y su cuerpo no se había recuperado, no podía usar su byakugan, aunque pudiera no habría diferencia, estando encadenada estaba a merced de su padre y de los ancianos de su clan.

Estuvo sentada en la cama unos minutos hasta que los pasos se detuvieron justo al frente de donde se encontraba, alzo la vista y se sorprendió al ver a un grupo de hombres uniformados, los observo por unos segundos más, no parecían de su clan, a decir verdad jamás los había visto. Eran 5 en total, el más importante parecía ser aquel rubio de ojos azules parado de elegante frente a su celda, él tenía la mirada relajada, pero su semblante era serio aunque no lo pareciera, luego miro a el lado izquierdo de este que donde se encontraban tres personas más, pero a diferencia de, el, tenían el ceño fruncido y la miraban de forma amenazante, excepto la mujer que estaba pegada a su celda que le sonreía de una manera casi demente.

-Veo que ya despertaste...- Rompió el silencio el hombre rubio, Hinata no sabía que responder, podría preguntarles porque la tenían encarcelada, y posiblemente hasta sellada, pero desecho esa idea al instante, no parecían ninjas, no tenían insignias ni nada que demostraran que lo eran, más bien parecían partes de un ejército, y no parecían ser de Konoha, pero que hacía en un lugar como ese? Se suponía que debería estar con los demás, pero fue sacada de sus pensamientos al darse cuenta que todos la seguían mirando, como si esperaran algo y fue cuando se dio cuenta por fin en la situación que se encontraba.

Al ver que no respondía el Comandante Smith se fue acercando hasta quedar al lado de la Mayor Hanji que hasta el momento permanecía inmóvil viendo a Hinata fue entonces cuando un grito se escucho

-PERO QUE LINDOS OJOS TIENE!.- Todos en ese lugar se quedaron congelados, sabían cómo era la Mayor Hanji, pero en una situación como esta ese comentario sobraba, por su parte Hinata la miraba como si no entendiese lo que había dicho, hasta que tomo en cuenta que la había alagado y se sonrojo hasta las orejas bajando la mirada, el Comandando decidió ignorar a la eufórica mujer que estaba a su lado y mitrando a la muchacha que estaba encadenada hablo.

-Soy el Comandante Erwin Smith, del grupo de reconocimiento, solicitamos hacerle algunas preguntas, y esperamos que nos la responda de una manera clara y sincera jovencita, tiene alguna pregunta?.- Hinata no había levantado la cabeza mientras él hablaba, no sabía quiénes eran, pero algo le decía que no pertenecían a Konoha, así que con todo el valor que pudo tomar miro hacia él y pregunto:

-D-dónde estoy?

Nadie se sorprendió por la pregunta, supusieron que preguntaba en donde se encontraba, es decir lo que estaba encerrada, esta vez el que hablo no fue ni Zoe o Smith, si, no, alguien que estaba recostado a la pared con la mirada a un costado, que desde que llegaron decidió ponerse al margen de la situación hasta ahora.

-Que donde estás?.-Comenzó con voz cansada y mirada aburrida, sus ojos filosos se dirigieron a los de Hinata, camino lentamente hasta donde unos minutos atrás se habían encontrado sus compañeros, con una mano toco la reja acero y prosiguió.- Yo te diré donde estas mocosa. Estas en el sótano del cuartel general bajo custodia del cuerpo de exploración, te preguntaras porque no es así? Resulta que irrumpiste una regla muy grave que podría ser la causante de tu ejecución, ahora solo lo preguntare una vez, y espero que me respondas con la verdad, si no quieres que te saque la verdad de otra manera, que hacías fuera de los muros?.

Hinata se quedó paralizada, como si su mundo entero se hubiese desvanecido por completo, no podía articular ni una palabra, todo lo que el hombre al frente de ella había dicho debía de ser una broma.. Pero eso no fue lo que la dejo en ese estado, lo que la dejo de esa manera, fue darse cuenta que esa persona que le hablaba era el mismo chico de su "sueño" el que la había rescatado de esa bestia que quería comérsela, su cabeza le empezó a doler, quería vomitar, llorar, gritar, creer que todo esto era una pesadilla pero no era así, ella se encontraba en un lugar muy lejos de su hogar, con personas desconocidas que al ver sus miradas podía dar crédito a que si no hablaba en ese instante la harían hablar, y con el chico de mirada fría y penetrante que la miraba de una forma que en ese momento no podía descifrar.

Tomo una larga respiración, no miro al chico que se encontraba frente a ella, y hablo

-N-no sé de qué me hablan, no, se c-como llegue a ese lugar, no sé cuál es el cuerpo de exploración, no sé porque me tienen encerrada ni mucho menos sé de qué se trata l-lo de afuera de los m-muros, no conozco a nadie aquí, solo deseo regresar a casa.- No pudo evitar que sus últimas palabras sonaran rotas, quería ir a casa, pero no sabía cómo, no podía confiar en nadie en este lugar, si tan solo por haber salido a quien sabe que estaba encerrada, no quería pensar que le harían si se enteraran que no era de ese lugar.

-Así que tienes agnecia. Que conveniente.- soltó en un gruñido Levi, sin poderlo evitar, aunque no lo reconociera, la muchacha al frente de él le intrigaba, no sabía la razón pero había algo en ella que no estaba bien, y él se encargaría de averiguarlo.

-L-lo lamento.-Musito mordiéndose el labio, no podía decirle que había llegado.. No podía confiar, si se los decía de seguro la ejecutarían por "mentir".

Al notar que Rivaille se estaba tomando de manera muy personal el caso el Comandante Smith decidió intervenir.

-Le hemos hecho algunas pruebas de sangre mientras estaba inconsciente, teníamos que cerciorarnos que no era un titán, los resultados dieron negativo, pero aun queremos hacerle algunas preguntas, si bien hay una posibilidad de que haya perdido la memoria queremos saber si recuerda donde estaba antes de aparecer en el bosque, el Capitán Rivaille nos informó que la encontró huyendo de un clase 8, alguien la dejo ahí?

Agradeció internamente que pensara que tenía agenesia, ahora tenía que convencerlos que no sabía nada al respecto aunque si lo pensaba mejor era cierto, no tenía idea de lo que era todo eso, pero tendría que averiguarlo, talvez así podría salir de ese lugar.

-No lo recuerdo señor. L-lo siento.

-Bien ahora dinos cómo te llamas, lo sabes?.- Pregunto de nuevo el rubio, así podrían llamar a su familia.

-H-hinata Hyuuga.- respondió en un hilito de voz.

"Así que Hyuuga eh" pensó Levi, dando una media sonrisa poco visible pero existente

-Bueno Señorita Hyuuga su familia vive en el distrito de Trost verdad?

Estaba nerviosa, asustada, eran preguntas fáciles y normales, pero no le gustaba mentir, si bien su familia era de Konoha aquí no existía dicho sitio así que opto por ignorar la pregunta y aventurarse a preguntar.

-S-señor, m-me podría explicar que son los titanes?

Erwin le ofreció una sonrisa triste, la chica no tenía memoria y tendría que enterarse de todo el infierno que se vivía fuera de los muros, en parte la envidiaba, desearía no tener que vivir ni recordar a cada momento lo horroroso que es vivir preso del miedo, encerados a sabiendas que si no luchaban moría.

-Claro, pero ahora me tengo que ir.- Se giró para quedar frente a Levi.- Tu encárgate de explicarle todo a la señorita, talvez si tenemos suerte se quiera unir a nuestras filas.-Después de decir esto soltó una carcajada que termino por irritar a Levi.

-Me has visto cara de comunicador o que Erwin?- Estaba enojado, con el ceño fruncido, tener que explicarle a una mocosa todo aquello que quería olvidar le enfurecía de sobremanera, ahora lo único que le faltaba era que le dijera que tenía que ser la niñera de esa niña.

Como leyéndole el pensamiento, el Capitán se le acercó a él y susurro:

-Crees que no me di cuenta como la mirabas, no te hagas el duro, quizás y la convenzas para que se quede, sabes que necesitamos más reclutas o el cuerpo de exploración será cerrado, sabes lo que dice la ley, ya no nos apoyaran, has lo que sea necesario, y por cierto, si acepta ella estará bajo tu cuidado.

Dicho esto salió lo más antes posible, seguido por los demás, dejando solos a un furioso Levi y a una nerviosa Hinata.