Holaaa, aquí vengo con una nueva historia, no es la que iba a escribir, es otra que se me ocurrió el otro día, aquí les dejo el primer capítulo para que me dejen sus opiniones y seguirla. Espero que les guste. Besos!
PD: La historia es mía, pero los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.
Llegamos a este mundo solos y, así es como nos vamos. Hay gente que nos acompaña en el camino, que hace grata nuestra estadía acá…Desde nuestra familia, que sabemos que siempre estará; los amigos, que son pasajeros y van cambiando conforme pasan las cosas en nuestra vida y el amor de nuestra vida, que puede tardar en llegar, pero que se supone que nos acompañará hasta el final.
Me encuentro en un momento de mi vida en que solo quiero desaparecer, me siento sola, aunque en gran medida siempre lo he estado…
Mi nombre es Isabella Marie Swan, pero prefiero que me llamen Bella, menos formal. Tengo 22 años y estudio Literatura Americana en la Universidad de California (UCLA). Mi padre, Charlie Swan, murió cuando yo era solo una bebe y Renné, mi madre, volvió a casarse con Phil, un jugador de basketball, cuando yo tenía 2 años. Por motivos de trabajo siempre debían estar viajando, por lo que me crié prácticamente con mi abuela Marie en Phoenix, Arizona. Cuando ella murió me mudé a Los Ángeles para empezar con mis estudios universitarios. Y aquí estoy ahora a poco de terminar el que era el gran sueño de mi vida, estudiar Literatura, pero la verdad no estoy feliz, me siento vacía, algo falta en mi vida…
Estoy a punto de entrar a mi primera cita con uno de los mejores psicólogos de Los Ángeles, el Dr. Edward Cullen. Tengo miedo, debe ser de esas personas que te analizan entera en cuanto te ven y créanme, yo no estoy del todo bien y saber qué tengo, me aterra.
¿Cómo llegué acá? Es simple, desde hace un par de semanas me siento como muerta en vida. Mi vida antes de llegar a Los Ángeles era una rutina y no me molestaba, me gustaba estar sentada leyendo y viendo alguna película con mi abuela, pero desde que me mudé las cosas cambiaron, conocí otro mundo y lo que es peor, me conocí a mí misma. Nunca antes me había interesado en saber qué es lo que quiero, qué me hace feliz, vivía para que los demás estén bien, siempre preocupada del resto y dejándome a un lado. Tenía amigas, pero nunca les conté nada de lo que me pasaba, no lo encontraba relevante, prefería dejarlo para mí, pero llegué a Los Ángeles y conocí a Alice Brandon, quien se convirtió en una gran amiga para mí, fue la primera persona en la que pude confiar realmente y contarle cada cosa de lo que me pasaba, era mi apoyo incondicional, yo sabía que mientras la tuviera a ella junto a mí, todo marcharía bien, pero las cosas no siempre suceden como uno quiere.
Desde que llegué Alice y yo nos volvimos inseparables, más desde que ella terminó con Jasper, que era el amor de su vida. Desde que la vi mal, me propuse a mi misma que iba a tratar de que ella estuviera bien y feliz. Y ahí estaba yo de nuevo, preocupándome de los demás…Alice es una chica muy alegre que vive el día a día, tiene tantas ganas de vivir que me llena de energía, por eso me gusta pasar tiempo con ella, pero creo que eso la sobrepaso. Hace unas semanas estábamos preparándonos para nuestros últimos exámenes de la Universidad y yo como siempre me metí en donde no debía. Como yo tenía más o menos hechas mis cosas, comencé a ayudar a Alice con las suyas sin darme cuenta, lo cual le molestó, pero no me decía nada y yo no me fije, ya que la pasábamos bien juntas hasta que un día la sentí rara, con suerte nos saludamos y ella se fue con otra compañera, me sentí sola, pasaron los días y no habíamos hablado, la fui a ver a una actividad y ahí estaba de nuevo rara…silencio incomodo, que me dieron ganas de llorar. Me aguanté como siempre y me fui a casa, ahí me desahogue en silencio como no lo hacía desde hace tiempo…Hablamos y me dijo que la sofocaba un poco con mis cosas, por lo que decidí darle un respiro…
Ahora gracias a su ayuda me conozco más que nunca y creo que tal vez no estoy hecha para tener amigos…no es que sea mala persona, porque creo que no lo soy, solo soy un poco complicada, debido a las cosas que me ha tocado vivir…
Y bueno, llevo semanas sin hablar con ella, me he aguantado en mandarle mensajes porque tengo miedo de hartarla otra vez, prefiero esperar a que ella me hable, Alice sabe que pase lo que pase puede confiar en mí y eso mismo esperaba de ella y me duele un poco que no sea así, pero está bien y la entiendo, yo no sería amiga de mi misma.
No le he dicho a nadie que pedí cita con el psicólogo, ya que bueno mamá pondría un grito en el cielo y no quiero preocuparla, además al igual que Alice no cree en esas cosas y bueno, no tengo a nadie más cercano a quien contarle…
-¿Isabella Swan?.- Llamó la secretaria.
-Sí… soy yo.- afirmé un poco nerviosa y saliendo de mis pensamientos.
-Pasé por acá, el Dr. Cullen la espera, es la primera puerta.- Dijo la mujer apuntando al pasillo a su izquierda.
-Gracias.- Asentí levantándome de la cómoda silla en la que me encontraba.
Toqué la puerta del Dr. Cullen despacio y escuché una voz que decía "Adelante" y pues entré y me encontré con alguien que no esperaba ver ahí…
