Hola a todos!, aquí os traigo mi nuevo long-fic (bueno, quizás me canso y lo hago de tres caps XD). Será una historia de aventuras, acción, Seinen (política, esclavitud, racismo…) y romance (NaLu, por supuesto). Espero k os guste mi nuevo proyecto :D Y sin más dilación…

13 de Septiembre del año 2020

-Esto es una masacre, ¡retirada!- El soldado tropezó con una roca, y no le dio tiempo a levantarse, siendo pisado por un soldado del otro ejército. Éste soldado, sacó un revolver de su bolsillo, y vació el cargador en la cabeza de su enemigo, sin piedad o humanidad. Un collar cayó del bolsillo de la camisa del militar del acribillado soldado, mostrando que tenía mujer e hijos.

Si alejabas el zoom, se podía ver un campo de batalla adornado con sangre y explosiones por doquier. ¿Qué es todo esto? Os estaréis preguntando…Voy a utilizar unas cuantas palabras para explicar el significado de ésta guerra que estaba asumiendo al mundo en la máxima oscuridad.

El mundo estaba bien, estable y económicamente aceptable, más la desgracia se cernió sobre todos de una manera cada vez más ramificada e implacable, hasta un punto en el que se izo totalmente incontrolable. Un japonés llamado Itami Kaminari se hartó del sistema político del país Nipón, y juntó a unos cuantos guerreros exiliados del ejercito Japonés, hombres sin escrúpulos que no se daban cuenta de que el ejército japonés está para defenderse no para atacar, formando así su propio mini-ejército, los llamados "caballeros de las tinieblas" (Yami no Kishi).

Es cierto, los "Yami No Kishi" estaban en clara inferioridad numérica, pero tenían una ventaja, una ventaja de doble filo: sus ganas de sangre. Estaban ansiosos por demostrar al mundo que Japón es la nación más poderosa, aún pagando el precio de su propia desestabilidad mental.

Los "Yami No Kishi" comenzaron a ganar batallas sin parar, y conquistaron Corea del sur y Taiwán, poniéndolas bajo su mandato, y obteniendo más soldados para su causa. El número de países conquistados por los "Yami No Kishi" empezaba a ascender preocupante, hasta que para cuando se quiso hacer algo, medio mundo ya era propiedad del temido Itami Kaminari, excluyendo el occidente de Europa y Norte-América, quienes quedaron humillados ante la poderosa fuerza mundial que tenía el ya llamado "Yami No Kuni" (País de las Tinieblas), con el gentilicio: Yamis. Ya que la gran parte del mundo era llamado "Yami No Kuni", la parte que faltaba pasaría a llamarse "Hikari No Kuni" (País de la luz), con el gentilicio Hikaris. La desigualdad social entre los Yamis y los Hikaris, pronto se izo notable y éstos últimos pasaron a un segundo plano, sometiéndose a los deseos de los Yamis por miedo a un ataque que resultaría devastador para los Hikaris. También cave recalcar que los Hikaris pasaron a considerarse criaturas inferiores, hasta el punto de que todos los Hikaris y Yamis del mundo eran marcados: Los Hikaris con un tatuaje blanco, y los Yamis con uno negro. Y éste es el motivo, por el cual hay Hikaris que se mezclan con los Yamis y así nacen las "bandas terroristas", con el único objetivo de derrocar a Itami, cosa claramente imposible. O al menos imposible para muchos…

20 de Junio de 2025 / (Ciudad de Singapur, Singapur) Yami No Kuni

La famosa ciudad de Singapur, se había convertido en un lugar de paso de comerciantes que se dirigían auna de las capitales del imperio Yami: Sidney (Australia), transportados por medio del "Barco de las tinieblas", un barco que era registrado cada día para que ningún Hikari se colara en Sidney, ya que eso sería una auténtica deshonra.

Sin embargo, era el único pasaje hacía una de las ciudades más importantes de los Yamis para un Hikari, así que muchos seguían intentándolo, sin éxito, siendo aniquilados (Un Hikari no puede pisar territorio Yami, sino será ejecutado).

-¿Quieres un poco de sake?- dijo un ciudadano, a otro; tomando algo en una taberna.

-No, solo quiero que den la entrega del periódico- respondió el otro, haciendo referencia a un oficio que consistía en repartir el periódico nacional Yami por todos los rincones del imperio. Alguien abrió la puerta, seguido de cinco personas más. No habría nada extraño, si no fuesen todos encapuchados, cosa que creaba una oscuridad en su rostro que impedía verlo. Uno de ellos fue a la barra y se sentó en un taburete de madera, mientras los otros se desperdigaban por la sala, sentándose en diferentes sitios.

-¿Que queréis, chicos?- preguntó el chico (al menos por su tono de voz lo parecía), levantando la mano derecha formando un ángulo recto. Todos los presentes fruncieron el ceño.

-SAKE- gritaron todos, haciendo reír al chico.

-Era de esperarse- dijo él, pidiéndole al Yami de detrás de la barra 6 sakes, ya que él también quería. El Yami no se fío mucho, pero al fin y al cabo eran clientes, así que fue a prepararlo. Pero entonces entró un chico gritando.

-PERIÓDICO, PERIÓDICO- Todos los presentes saltaron corriendo, excepto los seis extraños mencionados.

-PUTOS HIKARIS, YA ESTÁN LIANDOLA DE NUEVO- Gritó uno de los ciudadanos.

-JODER, ¿POR QUÉ NO PARAN DE ENTABLAR GUERRAS CON NOSOTROS?- Replicó otro. Uno de los encapuchados soltó un suspiro.

-ESOS PERROS INFERIORES… ¿ACASO QUIEREN COMPARARSE CON NOSOTOROS?- Dijo otro.

-Aquí tiene su sake, señor- dijo el tabernero, poniendo los seis vasos de sake en la mesa.

-Gracias- dijo el chico, mientras todos los demás se sentaban en los taburetes adyacentes. Entonces el susodicho descubrió su rostro. Era un chico joven, de unos 18 años, con una sonrisa perforante, y unos ojos amenazadores, prendidos en fuego. Lo que más destacaba de su rostro era su caballera color rosa y su tatuaje blanco que le cruzaba la cara de lado a lado.

-Tú…espera… ¡ERES UN HIKARI!- Gritó el tabernero. Todos se dieron la vuelta mirando con horror el rostro del chico, que aún estaba sonriente.

-Si, ¿algún problema?- dijo el chico.

-¿Cómo te llamas?- preguntó el tabernero, cogiendo un revólver de debajo de la barra y apuntando directamente a la cabeza del chico pelirrosa.

-Natsu Dragneel, es mi nombre, señor- dijo el chico, que aún estando apuntado por una pistola no borraba su sonrisa.

-Si eres un Hikari, ¡debes morir!- el tabernero estuvo a punto de apretar el gatillo, pero entonces sintió como otro revólver tocaba su cabeza. Y con pistola en mano, otro de los encapuchados descubrió su rostro, dejando ver la cara de una niña de no más de unos 11 años, pero que se notaba que había visto morir a mucha gente, y que sus manos estaban manchadas, y no precisamente de chocolate. Tenía una cabellera azul que le daba aspecto de doncella frágil. Su rostro estaba serio y sus ojos mostraban desprecio.

-Wendy, no hacía falta, pero gracias- dijo Natsu sonriente, dirigiéndose a la chica. Wendy lo miró con una sonrisa de vuelta. Pero entonces sintió que alguien le apuntaba con otro revolver a la cabeza. Era un ciudadano de Singapur.

-Un Hikari es una criatura inferior niña, tu aún eres muy pequeña para entenderlo- dijo el ciudadano, vacilando. Otro encapuchado descubrió su rostro. Era un chico con el pelo negro, que vestía una túnica negra, que le daba apariencia metálica. Su sonrisa era diferente a la de Natsu, era como una afilada espada que te atraviesa.

-Parece que no sabes con quien hablas- dijo el chico, haciendo que Wendy sonriera diabólicamente. El robusto chico acarició el pelo de la peliazul.

-Ésta niñita te podría acribillar a balazos a ti y a toda esta taberna en menos de un segundo, de hecho es tan rápida y eficaz, que no te darías cuenta de que has muerto, hasta que ya estuvieses en el otro barrio- Wendy se sonrojó ante el comentario de Gajeel, avergonzada.

-No hace falta que me alabes, Gajeel- dijo una pequeña Wendy con los mofletes hinchados de la rabia y la vergüenza.

-Sabes que es la verdad, pequeñaja- sonrió Gajeel, ante los signos de rabia de Wendy.

El tabernero sacó otro revolver y le apuntó a Gajeel a la cabeza, viendo que estaba completamente desarmado.

-Si no te callas, vas a morir- dijo el tabernero, enfurecido, más cuando estaba a punto de apretar los dos gallitos, Gajeel negó con la cabeza.

-Yo de ti no lo haría, si no quieres perder tus huevos- río Gajeel, aguantándose la barriga de la risa. Natsu sonrió como solo él sabe hacerlo.

-¿Mis huevos…?- el tabernero miró a sus genitales, y vio que había un revólver apuntándole fijamente a ellos.

-Te llevo apuntando a las pelotas todo el tiempo- sonrió Natsu. El tabernero tragó saliva.

-¿Sabe cual es mi comida preferida, señor?- preguntó Natsu, ensombreciendo la mirada y con una sonrisa en su boca.

-LOS HUEVOS FRITOS- y acribilló a tiros los genitales del tabernero Yami, llenando de sangre el local. Wendy disparó a bocajarro al ciudadano, cuando éste no se lo esperaba y Gajeel se puso de nuevo la capucha.

-HORA DE IRSE, CHICOS- Dijo Natsu, haciendo una señal de que todos vinieran con él. Todos se marcharon, haciendo un pasillo entre los ciudadanos, ya con las capuchas puestas.

CONTINUARÁ…

Espero k os haya gustado REVIEWS PLS BYE!