El sol matutino dejaba entrever sutiles rayos por las claras cortinas ocasionando que un rubio de largos cabellos se despertase. Lentamente abrió los ojos y estiro su cuerpo para preparase a un día más de instituto, por suerte para él era su último año y el próximo podría entrar a estudiar Arte en la universidad a pesar de las objeciones por parte su madre, quien era su única familia.

Se dirigió a su baño para darse una ducha. Las cálidas gotas ejercían un efecto relajante deseando quedarse ahí un tiempo más, pero a pesar de sus deseos tuvo que terminar para proceder a vestirse y arreglarse todo lo necesario para el instituto.

Cuando bajo por las escaleras sintió el delicioso olor del pan tostado y waffles, lo siguió hasta la cocina donde también encontró a su madre regalándole una radiante sonrisa.

-Deidara, ayúdame a servir el desayuno –su madre le entregó unos platos para que llevara a la mesa. Cuando todo estuvo listo se sirvió el desayuno.

-Te quedaron deliciosos estos waffles, Má- agrego Deidara con la boca llena de waffles.

- No comas con la boca llena, es de mala educación- le regaño su madre sin ser pesada con él.

-Sí, mamá...Ah, casi lo olvidaba, tienes que firmarme una autorización para una excursión a...emm…

-Eres tan olvidadizo o será que vives en otro mundo- mencionó su madre divertida.

Los dos terminaron de comer y Deidara se ofreció a lavar, ya que sabía que su madre tenía que llegar temprano a su trabajo como editora de un exitoso periódico.

Acabo con la cocina y rápidamente Deidara se dirigió hacia el instituto. Por suerte, este no quedaba tan lejos de su casa y solo tenía que tomar un bus que recorría una corta distancia para llegar a este lugar.

La campanilla había sonado justo cuando llegó, por lo que se apresuró para ir a su salón de clases. Saludo a sus amigos y entablo una animada conversación con su amigo Hidan, quien parecía emocionado por perder clases debido a la excursión, que ahora recordaba que sería en una de las empresas más importantes, si se podría decir de todo el mundo.

-No me interesa en lo más mínimo esa estúpida empresa, lo bueno es que no nos tenemos que quedar en esta basura de salón- Deidara sabía que los estudios no eran el fuerte de su amigo, ni menos le interesaba conocer un lugar lleno de gérmenes con corbata como le decía Hidan. A él tampoco le gustaba eso, sabía que era una estrategia por parte de la empresa para capturar a futuros trabajadores. Y el no caería en eso, su camino iba por lo artístico.

-Buenos días alumnos- saludo animadamente el profesor Kakashi.-Hoy nos acompañara también el profesor Iruka para ayudarme en esta excursión-. La mayoría de los alumnos se daban cuenta de que algo había entre esos dos.

Todos entregaron sus permisos y se dirigieron al bus que los llevaría a su destino. Todos se sentaron con quienes les apetecía y Deidara se sentó junto a Hidan. Al interior todos sus compañeros parecían unos salvajes que iban rumbo a una fiesta por lo que todo el camino no pudo estar tranquilo ni siquiera un segundo ante los constantes gritos y papeles volando sobre su cabeza.

El edificio se veía realmente majestuoso, simple y elegante en el corazón de la ciudad. Nunca se había fijado realmente en él, cuando caminaba por la ciudad lo hacía apurado pensando en él como otro de los gigantes edificio que se erguían la metrópolis. Cuando se encontró al interior de este parecía del futuro. Todo era moderno y espacioso, los muebles de toque minimalista, las personas de etiqueta iban de un lado a otro.