Hola ^^

Hacía años que no escribía un fic sobre el universo de Harry Potter pero al final me he animado. Hace años empecé una historia en Potterfics bajo el nick de LunaticaTonks que se titulaba Serena Potter y que no llegué a acabar. Bueno, ya han pasado cinco años desde que la abandoné y, como era una historia que me gustaba (quitando lo mal que escribía en ese entonces), he decidido empezar una historia similar a aquella, aunque cambiarán algunas cosas.

Espero que os guste la idea, aquí os dejo el primer capítulo.


Elsa Potter corría junto a su mejor amigo como si les fuera la vida en ello. Iban cargados cada uno con sus respectivos carritos, el pobre Hedwig cerraba los ojos con fuerza asustado. Corrían por King's Cross sorteando a todas las personas que se encontraban en aquella estación. Quedaban solo dos minutos para que el expreso saliera rumbo a Hogwarts y sentían que no lo conseguirían.

Cruzaron al otro lado de la plataforma 9¾, allí se encontraron con todos los padres despidiéndose de sus hijos que ya estaban dentro del tren. Divisaron la cabellera de Hermione asomándose por una ventana, al verlos llegar su ceño se frunció y les lanzó una mirada de reproche. Elsa y Ron subieron su equipaje al tren ayudados por un hombre mayor que se apiadó de ellos y con un simple movimiento de varita hizo desaparecer sus cosas para enviarlas al compartimento en el que se encontraba su amiga.

Nada más entrar, las puertas del tren se cerraron y comenzaron a notar movimiento. Ambos se miraron y rieron aliviados. Caminaron hasta el final del tren, que era donde habían visto a su amiga. En el último vagón se encontraban Hermione, Ginny y dos hombres que Elsa no había visto en la vida.

- ¡SOIS LO PEOR!- Gritó Hermione nada más entraron.

- Buenos días a ti también, Mione. ¿Qué tal las vacaciones? Nosotros también bien, gracias por preguntar.- Dijo Ron dejándose caer sonoramente sobre el asiento, justo al lado del hombre que más joven parecía.

- ¿Sabéis lo preocupada que estaba? Ya pensaba que os había vuelto a pasar lo del coche volador.- Exclamó la castaña frunciendo el ceño.

- Ya sería mala suerte.- Comentó Elsa sentándose al lado de su amigo.- Además, lo teníamos calculado.

- Seguro.- Rió Ginny.

- ¿Qué ha pasado?- Preguntó Hermione más calmada.

- Fred y George han decidido que era un buen momento para probar en Ron sus nuevos inventos.- Explicó Elsa.

- Sí, me han pegado al suelo y no podía caminar.

- Ha sido graciosísimo hasta que nos hemos dado cuenta de la hora y de que no íbamos a llegar.

- Por suerte somos dos atletas.- Dijo Ron sacando músculo.

- Aún no has entrado en el equipo, Ronald.- Dijo Hermione arqueando una ceja.

- Pero Elsa es la capitana este año.

- ¿Y qué?- Preguntó Granger.

- Que soy su mejor amigo, no debería ni siquiera hacer las pruebas.- Respondió el pelirrojo como si fuera evidente.

- Elsa jamás te metería en el equipo solo por ser amigo suyo.

- A ver, Hermione, jamás jamás...jamás es una palabra muy fuerte.- Dijo Elsa haciendo que su amiga le mirara arqueando una ceja. Los dos hombres, que se encontraban sentados al lado de la ventana, hacían como que no escuchaban pero por su expresión divertida se podía ver que estaban atentos a la conversación.- Está claro que si lo hace horriblemente mal no le voy a meter en el equipo, pero no sé, si lo hace medianamente bien…

- ¡Eso es trampa, Elsa!

- No, no lo es. Yo sé cómo juega Ron y sé que en la prueba estará nervioso y no lo hará bien, ¿qué hay de malo en que le de una oportunidad a mi mejor amigo?

- No me parece bien…- Murmuró Hermione.

- Está bien, será Ginny quien decida si Ron entra o no en el equipo, ¿contenta?- Dijo Elsa cruzándose de brazos.

- ¡No es justo, Ginny no es imparcial!- Exclamó Ron.- Es mi hermana pequeña, no me va a querer en el equipo.

- Oye, que yo soy una profesional, si lo haces bien entrarás, sino no.- Afirmó Ginny.

- Joder, cómo echo de menos a Wood.- Murmuró el pelirrojo y centró su atención en los dos hombres.- ¿Ustedes qué opinan? ¿No les parece injusto el trato que se me está dando?

- No te hagas el mártir, Ron.- Le dijo Hermione.

- No estamos al tanto de toda la situación.- Dijo el hombre con cicatrices en la cara y que tenía aspecto de ser el más mayor.- Pero creo que se debería evaluar a todos los aspirantes por igual.

- ¿Lo veis?- Dijo Hermione triunfante.- Además, no deberías agobiarte tanto, Ron, seguro que lo haces bien.

- Eso espero.- Suspiró Ron.

- Disculpen la pregunta pero, ¿sois profesores?- Preguntó Hermione sin poder contenerse más.

- Sí.- Respondió ahora el otro hombre. El pelo moreno le llegaba casi a la altura de los hombros y tenía los ojos grises.- Yo soy Sirius Black y daré Cuidado de Criaturas Mágicas.

- ¿No la daba Hagrid?- Preguntó Elsa apartándose un poco para poder mirarle, lo cual era complicado teniendo en medio a Ron.

- Este curso le era imposible dar todas las clases, así que solo tendrá clase con los de tercero y yo me encargaré de los demás cursos.- Explicó aquel hombre.

- Entonces usted será mi profesor.- Dijo Ginny.

- ¿En qué curso estás?- Preguntó Sirius.

- En quinto.

- ¿Y usted?- Le preguntó Ron al otro hombre.

- Me partiré con Snape la asignatura de Defensa contra las Artes Oscuras, él tampoco podía cumplir con todo el horario este año.- Dijo aquel hombre.

- ¿Snape?- Dijo Ron con cierto asco en su tono de voz.- Snape daba pociones, ¿no? ¿No habrá sido todo una horrible pesadilla?

- Este año lo da Slughorn.- Respondió Elsa llamando la atención de todos.

- ¿Quién?¿Y cómo lo sabes?- Preguntó Hermione.- ¿Te lo ha dicho Snape?

- Solía ser el profesor de pociones hasta que se retiró. Dumbledore y yo le hicimos una visita este verano.- Se limitó a decir la de ojos verdes e intentó cambiar de tema.- Perdone, ¿cuál es su nombre?

- Oh, sí, se me había pasado completamente.- Dijo el hombre sonriendo.- Remus Lupin. ¿Vosotros sois?

- Hermione Granger.

- Yo soy Ginny Weasley y ese de ahí es mi hermano Ron.

- Elsa Potter, un placer.

- Sí, te he reconocido nada más verte.- Le dijo Sirius sonriendo haciendo que Remus le mirara con cierto reproche.

- Sí, ya, la cicatriz.- Dijo Elsa forzando una sonrisa.

- No, es que eres igual que James.- Elsa le miró muy sorprendida. Durante toda su vida le habían dicho que tenía los ojos de su madre pero jamás le habían comparado con su padre. Era cierto que su pelo era moreno, como el de él, pero todo el mundo le decía lo de los ojos.

No le dio tiempo a preguntar nada pues en ese momento se abrieron las puertas del compartimento, dejando ver a un preocupado Neville.

- Chicos, ¿habéis visto a Trevor? Lo he vuelto a perder.

- No, por aquí no ha pasado.- Negó Ron.

- Te ayudaré a buscarla.- Dijo Ginny levantándose.

- Si veis a Trevor avisadme, por favor.

- Claro, Neville.- Dijo Elsa. Ginny y él se marcharon a seguir preguntando.

- Debería ponerle un cascabel a esa rana.- Comentó Ron.

- ¿Cuánto puede vivir una rana?- Preguntó de repente Elsa.- Ya van seis años.

- Neville me contó que ya se le han muerto dos, no es la misma rana.- Dijo Hermione.

- Bueno, tampoco es una gran pérdida.

- Qué insensible eres, Ronald.- Dijo Hermione poniéndose de pie y caminando hacia la puerta.- Voy a ayudarles.

- ¿Qué he dicho?- Preguntó Ron mientras Elsa se sentaba justo enfrente de él y al lado del profesor Lupin.- Solo es una rana, no es como si se le hubiera muerto un familiar.

- Pues bien que lloraste cuando perdiste a tu rata.

- Elsa, eso fue distinto, huyó de mí, me sentí rechazo.- Dijo Ron haciendo que su amiga riera suavemente.

- Deberías ir a pedirle perdón.- Le dijo su amiga.

- ¿A la rata?

- ¡A Hermione!- Exclamó Elsa riendo.- Le has ofendido, sin querer, pero lo has hecho.

- Está bien, pero solo lo haré porque aún es muy pronto para que deje de hablarme.- Dijo Ron poniéndose de pie.

- Sería un récord.

- Ahora vengo.- Dijo Ron y salió dejando a su amiga con los dos profesores. Hubo un silencio, que no era incómodo, en el que cada uno iba sumergido en sus pensamientos. De repente Elsa notó la mirada de Sirius sobre ella y decidió devolvérsela, se quedaron mirando hasta que Remus, quien notó el cruce de miradas, comenzó a hablar.

- Me cuesta creer que volvamos a Hogwarts. Elsa, disfruta de estos años porque se pasan volando.

- Eso intento.- Sonrió la bruja.

- ¿Qué es lo que más te gusta de Hogwarts?- Preguntó Lupin.

- Jugar a Quidditch.- Respondió pensativa.- Aunque la comida es genial y bueno, estar con mis amigos, visitar a Hagrid...creo que prácticamente me gusta todo. Bueno, casi todo.

- ¿Qué no te gusta?- Preguntó Sirius y Elsa negó con la cabeza sonriendo.

- Nada, cosas mías.

- No le gusta Snape.- Dijo Ron entrando, haciendo reír a Black.- Hermione y Ginny siguen buscando a la rana, espero que no tarden mucho porque en una hora es la reunión de prefectos.

- ¿Este año también tenéis esa reunión?

- Todos los años.- Respondió su amigo con un suspiro. En ese momento vio pasar a un chico con una cabellera rubia platina, se trataba de Draco Malfoy. Elsa y él nunca se habían llevado bien y sabían que eso iba a ser siempre así. Aquel verano Elsa se había cruzado con él y había podido notar que actuaba de un modo extraño, no era el Malfoy de siempre, algo le pasaba. Elsa tenía sus sospechas pero debía asegurarse y aquel era el momento perfecto para empezar con su investigación.

La morena se puso de pie y alcanzó una mochila que había dejado, junto con su maleta, arriba de su asiento. La abrió un poco para asegurarse de que lo que necesitaba estaba ahí y salió sin decir nada, dejando a un Ron muy sorprendido. Nada más salir se escondió entre dos compartimentos y sacó la capa de invisibilidad de la mochila, se la puso por encima y caminó por donde se había ido aquel rubio.

La misión fue un fracaso, solo escuchó media hora de una conversación entre algunos miembros de Slytherin. Malfoy estaba entre ellos pero no participaba, estaba muy callado. Solo participó para decir que a él ya no le importaban sus estudios y que Hogwarts le parecía una pérdida de tiempo.

Elsa aguantó la respiración durante unos segundos en los que Malfoy se quedó mirando hacia donde estaba ella, luego desvió la vista hacia la chica de Slytherin que estaba hablando en ese momento. Elsa esperó unos minutos para luego moverse y salir de aquel vagón. Se dirigió hacia un hueco que había entre dos compartimentos y, asegurándose de que no había nadie por ahí, se quitó la capa y la volvió a guardar en la mochila. Su pequeña misión había sido un fracaso. De repente dos manos le agarraron de las muñecas y la empujaron fuertemente contra la pared, haciendo que se diera un golpe en la nariz contra ésta y que le empezara a sangrar. Tenía a su agresor justo detrás de ella, haciendo presión en sus muñecas, no podía verle la cara pero suponía de quién se trataba.

- ¿No te ha enseñado tu madre que es de mala educación escuchar conversaciones privadas, Potter?- Le dijo la voz de Malfoy en un susurro contra su oreja.- Ah, no, que está muerta.

- ¡Será mejor que…- Comenzó a gritar Elsa pero fue empujada con más fuerza contra la pared, impidiéndole hablar. El cuerpo de Malfoy presionaba el suyo haciendo que le resultara difícil respirar.

- Potter, solo te lo voy a repetir una vez, así que estate atenta; te quiero bien lejos de mí.- Después de decir eso, Malfoy la soltó de forma brusca y se marchó rápidamente. Elsa quiso correr detrás de él y lanzarle un hechizo, pero necesitaba un momento para volver a coger aire. Elsa decidió que ya se lo haría pagar más adelante y que era momento de volver a su compartimento, ya que llevaba casi una hora fuera.

Después de ir al baño a limpiarse, volvió a donde estaban sus amigos. Ron y Hermione debían haberse marchado a la reunión de prefectos y en aquel compartimento solo estaban Ginny, Luna y los dos profesores. Luna tenía una revista en sus manos y Ginny dormía, mientras que el profesor Lupin leía y el profesor Black miraba el paisaje.

- ¡Elsa!- Saludó Luna poniéndose de pie y abrazando a su amiga.- ¿Qué tal el verano?

- Bien, Luna, ¿y el tuyo?- Dijo Elsa fingiendo una sonrisa, aún estaba alterada por lo ocurrido.

- Papá y yo hemos criado puffskeins.- Respondió la rubia sonriendo.- ¿Quieres alguno, Elsa?

- Muchas gracias, Luna, pero ya tengo a Hedwig y se pondría celosa. Además, yo soy más de perros.

- Cierto, las lechuzas pueden llegar a ser muy posesivas.- Dijo Luna y reparó en la camiseta de su amiga.- Elsa, tienes sangre en la ropa.

- ¿Eh?- Elsa miró su camiseta y comprobó que había dos manchas de sangre en ella.- Ah, sí, es que antes me ha sangrado la nariz.

- ¿Y eso?

- Andaba despistada y me he dado un golpe.

- ¿Y en las muñecas también?- Preguntó Luna mirándola con ojos inocentes. Elsa escondió sus muñecas, que ya empezaban a tener un color amoratado, detrás de su espalda.

- Entonces tu padre está bien, ¿no?- Dijo Elsa.- ¿Cómo va el Quisquilloso?

- No se vende mucho, pero nos gusta hacerlo.

- Bueno, eso es lo importante.- Dijo Elsa sentándose al lado de Sirius, quien aprovechó para mirarle disimuladamente las muñecas.

- Por cierto, fui a la tienda de tu novio y su hermano.- Comentó Luna también sentándose.- Fueron muy simpáticos conmigo, me hicieron descuento.

- Sí, Fred me lo dijo. ¿Qué te pareció?

- Me gustó mucho. Casi todas las tiendas del Callejón Diagon han cerrado pero la de tu novio siempre está llena.

- Bueno, la gente lo que más necesita ahora son risas y pasárselo bien.- Comentó Elsa.

- Parece que ya estamos llegando.- Murmuró Luna.- Se ha pasado muy rápido.

- ¿Qué?¿Ya hemos llegado?- Preguntó Ginny despertándose.

- Sí, ya estamos entrando en la estación.- Respondió Lupin cerrando el libro.

- Iré a ponerme el uniforme.- Elsa salió del compartimento y se metió en el baño del tren. Tardó bastante en cambiarse puesto que no tenía prisa, no paraba de darle vueltas a lo ocurrido con Malfoy. Le fastidiaba admitir que le había afectado.

Cuando salió el tren ya estaba vacío y tampoco había nadie en el andén, los carruajes ya se habían ido por lo que decidió ir al castillo paseando. Cuando ya casi estaba llegando a Hogwarts se encontró con Luna, quien estaba parada observando algo detrás de unos matojos.

- Luna, ¿qué haces aquí sola?

- Hola, Elsa, no te había oído llegar.- Sonrió la rubia.- Creo que por aquí hay duendecillos.

- ¿Duendecillos?¿Cómo lo sabes?

- Simplemente lo noto en el ambiente.

- Oye, Luna, ya es tarde, creo que deberíamos ir a Hogwarts.- Le dijo Elsa con voz suave.

- Tienes razón.- Asintió Luna y caminaron durante un par de minutos en silencio. Cuando llegaron a las puertas de Hogwarts ahí se encontraba Flitwick con una lista en la mano, charlaba animadamente con los profesores Lupin y Black. Elsa se fijó en que alejados de ellos estaban Snape y Malfoy discutiendo con un hombre que registraba los equipajes.

- Buenas noches.- Saludaron Luna y Elsa.

- Buenas noches, vuestro nombre.- Dijo el profesor de encantamientos.

- Profesor, nos conoce desde hace años…

- Sin excepciones, Potter.

- Elsa Potter.

- Luna Lovegood.

- Llegáis tarde. La ceremonia de selección ya está acabando.- Dijo Flitwick tachando los nombres en la lista.

- Hemos visto duendecillos.- Comentó Luna sonriendo haciendo que el profesor arqueara una ceja y que Elsa tuviera que morderse el labio para no reírse.

- Lo sentimos, profesor.- Dijo Elsa mirando de reojo hacia donde estaba Malfoy.- ¿Por qué registran las maletas?

- Por una cuestión de seguridad.- Se limitó a contestar el profesor.

- ¿Y qué es lo que ocurre con la de Malfoy?- Sabía que no iba a obtener una respuesta clara, pero Elsa quería intentarlo.

- Elsa.- La llamó de repente por su nombre.- Te voy a decir esto porque te aprecio mucho.

- ¿El qué, profesor?

- Estudia y no te metas en líos, es lo último que te conviene ahora con los tiempos que corren, tú mejor que nadie lo sabes.- Le dijo el profesor en voz baja, para que solo lo oyeran los otros dos profesores y las dos alumnas.- Sé sensata y no se lo pongas fácil a El-que-no-debe-ser-nombrado.

- Profesor, le agradezco mucho su preocupación pero no creo que esté haciendo nada malo.- Dijo Elsa intentando no sonar a la defensiva.

- Nos conocemos, sé que tramas algo y que tarde o temprano la vas a liar.

- Simplemente he hecho una pregunta.

- Potter.- Dijo Flitwick volviendo a su tono de profesor.- Será mejor que su amiga y usted vayan al Gran Comedor.

Sin decir nada más Luna y ella caminaron hacia el castillo, dejando a los tres profesores atrás. Al pasar al lado de Snape y Malfoy, Elsa y el rubio se lanzaron miradas de odio que no pasaron desapercibidas para nadie.

Entraron en el Gran Comedor y Luna se fue a su mesa, ella se sentó junto a sus amigos en la mesa de Gryffindor. Hermione le preguntó el motivo de por qué llegaba tarde, pero Elsa le respondió que se lo contaría más tarde. Unos minutos después Dumbledore dio su típico discurso de bienvenida y comenzaron a cenar. Ron engullía como si no hubiera comido en semanas, cosa que dejó impresionada a una pobre estudiante de primero que se había sentado cerca. Acabaron de cenar y Ron y Hermione guiaron a los de primero a la sala común. Elsa también se dirigía a su sala común cuando se cruzó con Snape.

- Potter, a mi despacho.- Se limitó a decir al pasar por su lado. La morena suspiró frustrada y le siguió hacia las mazmorras. Nada más entraron Snape le dio un abrazo, que ella correspondió con cierta desgana.- Sé que sigues enfadada conmigo, pero ya sabes que la decisión no fue mía.

- Tampoco has hecho nada para solucionarlo.- Dijo rompiendo el abrazo.

- Elsa, estás siendo injusta conmigo. Además, ya ha pasado más de un año y creo que ya es hora de que…

- Por eso mismo, ya ha pasado más de una año.- Le espetó Elsa.- Dijiste que sería algo provisional.

- No pienso discutir contigo.- Dijo Snape poniéndose serio.- Aprende que los adultos tenemos que tomar decisiones aunque no queramos, así que madura y no hagas una pataleta por todo.

- ¿Para qué me has hecho venir?

- Quería verte y preguntarte cómo te ha ido el verano.- Respondió el profesor suavizando el rostro.

- Dijiste que vendrías a verme.

- No pude, ando muy liado últimamente.

- Contigo siempre son todo excusas, Severus.- Murmuró Elsa con tristeza.

- Elsa, creo que es mejor que guardemos las distancias por un tiempo.- Dijo de repente Snape provocando que los ojos de la bruja se abrieran como platos.

- ¿A qué viene eso ahora?

- Con los tiempos que corren…

- No, cállate, no quiero oírte.- Dijo Elsa con lágrimas en los ojos.- Si lo que quieres es que me aleje de ti...lo haré. No es como si me importaras tanto, ¿sabes? Es más, casi que mejor así.- Snape la miraba dolido mientras ella tenía la vista puesta en el suelo, intentando no llorar.- Me criaste por compromiso, no es como si...me quisieras o algo por el estilo, pero está bien...no me importa.

- Elsa…

- Será mejor que me vaya, profesor Snape.- Elsa salió corriendo de aquel despacho mientras las lágrimas escapaban de sus ojos. Se sentía muy dolida con aquel que se había hecho cargo de ella cuando sus tíos decidieron no querer saber nada de ella, en ese entonces solo tenía dos años. No entendía que le pasaba a Severus, hacía un año que le había pedido mudarse temporalmente con los Weasley y ahora le decía que quería mantener las distancias con ella. Elsa se sentía muy mal consigo misma, estaba claro que siempre había sido una carga para él.


Hola ^^

¿Qué tal? ¿Qué os ha parecido? Espero que os haya gustado.

Este ha sido el primer capítulo, conforme vaya avanzando la trama se irá entendiendo todo.

Muchas gracias por leer.

¡Un saludo! :)