¡Holaa! Nueva historia, serán caps cortos pero actualizare seguido ¡Espero que les guste!


Casi todos los personajes son propiedad de Stephenie Meyer. Solo la trama me pertenece.

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Capítulo 1

Lo poco que me quedaba en Forks había dejado de existir hace poco más de dos días y mañana por la mañana sería enterrado en el cementerio de Forks. Había intentado impedir un robo a una tienda y le dispararon sin piedad, abandonándolo mientras se desangraba. O al menos eso me contó Seth, un amigo de la infancia que de vez en cuanto me contaba algo de Charlie, mi padre, quien ahora descansaba 'en paz'.

Quería llorar, juro que me sentía triste... más allá de todo lo que él me había hecho, Charlie había sido mi padre, pero no me salían las lagrimas. Riley seguía intentando acercarse a mi, al fin y al cabo era mi mejor amigo aquí en Londres, pero ni él pudo sacarme lo que sentía bien en el fondo.

—Bells, por favor... habla conmigo.— susurró a mi lado— Me estás preocupando. En media hora estaremos aterrizando y no me has dicho ni siquiera como te sientes.

— Estoy bien Ray, de verdad. Mírame.— Le ofrecí la mejor mirada de la fuerte Isabella Swan que pude improvisar.

— A mi no me vengas con esas. Úsalas para tus malditas juntas o con los títeres del directorio, no conmigo— se había enojado.

¿Pero que podía hacer? No era capaz de hablar del tema, era algo que dolía demasiado. Más allá de Charlie, Forks me hacía mal. Muchos fantasmas del pasado volverían a perseguirme y no estaba segura de poder aguantar. Apreté la mano de Riley lo más fuerte que pude. Eso fue todo. Pudo sentir mi desesperación, mi tristeza, mis lágrimas no derramadas, las palabras no dichas. Todo. Siempre era así con él, era como el hermano que nunca tuve.

—Shhh pequeña, sabes que siempre podrás contar conmigo ¿Cierto? Con tus silencios y todo, soy tu apoyo y te soy incondicional, tanto como tu lo haz sido en los peores momentos de mi vida. Estamos juntos en esto, saldremos adelante como siempre lo hemos hecho, con la cabeza en alto, y eso es algo que he aprendido de ti. Así que por favor, quiero verte firme. Cerraras esta maldita etapa que te ha perseguido desde que eras tan pequeña y estaremos bien. Lo prometo.

— Gracias Riley, no sé que haría sin ti. Siempre aparento ser la fuerte, pero últimamente estoy pensando que estaba equivocada. Ray, lo siento tanto, quiero que termine, solo quiero que termine...—

Me apoyé en su hombro y cerré por un momento los ojos. Lo siguiente que escuché fue a la azafata anunciando el inminente aterrizaje.

El siguiente trayecto lo hice en modo zombie, siempre siguiendo la mano de Riley. Gracias a Dios se había ofrecido a acompañarme. Yo no hubiese sido capaz de pedírselo, no quería que se relacionara con mi antigua vida aquí, pero lo necesitaba.

Íbamos a quedarnos en un motel. No quería saber nada de la vieja casa de Charlie, es más, al día siguiente, luego del entierro iria directamente a la iglesia para donarla. Riley organizaría todo. Por la noche seguí pensando y dando vueltas. No dormí, solo escuchaba la acompasada respiración de Riley mientras mi cabeza estaba a punto de explotar. Cuando dejé Forks hacía diez años atrás, no solo había dejado a un padre problemático, había dejado a una mejor amiga, mi linda Alice y también al amor de mi vida, Edward Cullen.

Nunca me atreví a preguntarle a Seth por él, siempre evitábamos tocar ese tema. Solo decir su nombre me dolía. Quizás él ya me había olvidado, pero yo no pude hacerlo, cada día veía algo que me recordaba a él. Unos lindos ojos verdes, un piano, una tarta de limón, de esas que él tanto amaba que yo le hiciera... y más cosas. Estaba estancada y siempre lo estaría. Quizás hoy al amanecer enterrara a Charlie, y varias pesadillas se irían con él, pero la duda del que hubiera pasado si todo hubiese sido diferente en mi casa, si hubiese tenido una familia normal... y sin miedo poder estar junto a él, sin temor a que Charlie le hiciera algo... todo había sido al revés, toda mi vida había sido un caos. Y aún hoy, no estaba segura de que por dentro fuera distinto.

Riley nos preparó café al levantarse, nos cambiamos y partimos en un auto negro alquilado hacía el cementerio.

Sus compañeros, los demás policías, se habían encargado de todo. Yo era lo único parecido a la familia que le quedaba a Charlie, y sinceramente, no hubiese sido capaz de hacer el papel de hija beata con él. No más, ya le había cubrido lo suficiente cuando era pequeña para que nadie en este pueblo descubriera como era él en realidad. Y gracias a mi silencio hoy recibiría lágrimas que no deberían ser derramadas por alguien como él.

Las gafas negras tapaban gran parte de mi rostro y no porque fuera a llorar, sino porque no quería que la gente viera mi dolor y la rabia que ahora sentía. Charles no merecía a toda esta gente triste por él. Él no merecía nada por el simple hecho de haberme jodido tanto.

Ya había dejado claro que yo no hablaría ni nada de eso, sus compañeros se sorprendieron, pero lo dejaron pasar.

Y como pensé, allí estaba casi todo Forks y a medida que nos acercábamos, pude sentir las miradas clavándose en mí, en nosotros. A pesar de la cantidad de gente no me fue difícil encontrar a Edward. Más alto, más formado, pero seguía siendo él. Me vio, pero no pude interpretar lo que vi en sus ojos, no era él Edward dulce de siempre. Había cambiado, se veía vacío, herido... quizás no pude protegerlo tanto como pensé que lo había hecho. Desvié mi vista a pesar de saber que gracias a mis gafas él no sentiría mi escrutinio, verlo era demasiado para aguantar en un momento como este.

Riley iba firme a mi lado, apretando mi mano diciéndome sin hablar que eramos fuertes, que él estaba conmigo. Tomé mi lugar y me dispuse a enterrar esos malos recuerdos en el mismo cajón en el que se iba Charlie.

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Estaré actualizando antes del finde, besos.