COMO ERA ANTES
Piloto
Miércoles 7 Abril, 2021 – New York
Cruzó sus piernas. Chocó contra el respaldo del asiento. Llevó su cabeza hacia atrás. Levantó la vista. Perdió la vista en el oscuro cielo repleto de pequeñas estrellas. Suspiró. Bajó la cabeza. Miró sus manos. Una pequeña cinta negra con un signo de paz colgaba de su muñeca. Sonrió.
¿Qué haces aquí? Mira!, tus manos están rojas del frío! Mueve tu trasero que llegamos tarde… - morena, pequeña, con pelo brillante y ojos hipnóticos… como ama esos benditos ojos!
Me encanta el amor con el que me hablas… - ironizó – te estaba esperando, me dijiste que viniera aquí.
¡Cierto! – un traviesa y pequeña carcajada se escapo de entre sus labios – pero no tenias por que esperar aquí… pudiste entrar, además, no te quejes sabes que te encanto, ¡admítelo! –
No pudo evitar que la sonrisa no se formara en su rostro. Esa sonrisa que encontraba un poco estúpida, esa sonrisa que tanto le costaba disimular últimamente, esa sonrisa que tampoco quería quitar, esa sonrisa que solo alguien podía mirar…
Veo que últimamente tu ego esta mas alto de lo normal – la miraba casi hipnotizada - no quise molestar por eso no entré.
Ya lo dije yo te encanto, y adoras mi ego – le guiñó un ojo en claro gesto de coquetería – Ok, tenemos 5 como máximo para llegar y tu sabes que odio ser impuntual, siempre que salgo contigo me pasa lo mismo y no quiero que esta vez sea así, 5 minutos 5! – levanta su mano para poder enfatizar la cantidad de minutos disponibles que tenían para llegar a tiempo y de esa forma también apresurarla – ya sabes lo que paso la ultima vez que….
No pudo continuar con la rápida carrera en la que se había convertido el regaño que gratis se estaba llevando su compañera, la intensa, verdosa y clara mirada de la persona frente a ella la deja completamente sin palabras, la hizo callar aun cuando muchos sabemos que eso es casi imposible.
Sintió como delicadamente tomaba la mano que tenia alzada entre las suyas y tocaba el anillo que conservaba en su dedo anular.
Un anillo de fantasía, delgado, que simulaba oro, con cuatro piedras verdes y un espacio vacío que indicaba que la quinta pieza había sido removida y extraviada.
Aún lo conservas… - su mirada se llenó de un brillo que desbordaba ilusión al darse cuenta del pequeño detalle.
Perdida en esos cálidos ojos atinó a responder:
Por… por supuesto, así como tú todavía conservas ese collar que, aun no entiendo porque, usas como pulsera…
Se acercó a sus labios y dejó un suave y tierno beso en ellos. Un beso que hizo soltar un fuerte suspiro del cuerpo de la pequeña morena.
¿Cuánto tiempo había pasado? Un poco mas de diez años y aun conservaba el anillo. Y por si fuera poco ella aun recordaba como lo obtuvo. No fue nada romántico, no fue especial, ni trascendente, no fue en una fecha especial, ni fue un regalo programado. Simplemente un día lo vio tirado en el piso del colegio al cual asistían, precisamente en la cafetería, brillando bajo uno de los asientos de la misma. Se acercó pensando que alguna porrista podría haberlo dejado caer sin embargo cuando pregunto nadie le dio mayor importancia al sencillo objeto.
Fue en ese momento en que un torbellino, enano torbellino andante según su simpática mejor amiga, dio un estruendoso golpe contra su espalda. A modo de broma, había corrido desde lejos solo para montarse en su espalda lanzando una carcajada cuando cumplió su cometido. Casi pierde el equilibrio pero por suerte no lo hizo así como tampoco dejo caer el anillo que apenas hace unos minutos había recogido.
Se bajo rápidamente de su espalda para ver que escondía entre sus dedos y cuando lo vio exigió que aquel objeto fuera de su pertenencia. Negó las veces necesarias argumentando que ella lo había encontrado, pero no fueron suficientes veces, ya que de un momento a otro ve a la persona frente a ella ubicar su nueva adquisición en el dedo anular de su mano izquierda.
- ¿Por qué en la izquierda? – pregunto curiosa
- Me recuerda a ti – levanto su hombros como quitándole importancia al hecho
No pudo ni quiso que su rubor se escondiese – ¿a mi? – preguntó nuevamente un poco desconcertada - ¿Por qué? - decidió insistir
-Si, tu eres zurda… quiero decir… no se… fue por inercia, quizás inconscientemente lo relacioné
No pudo seguir interrogándola porque el timbre había sonado anunciando que la hora de entrar sus clases, aburridas clases de matemática, estaban por comenzar…
Y hoy, precisamente hoy la tenia frente a ella aun con esa mirada que pueda transmitir mil cosas en solo un segundo, ojos llenos de ilusión, de amor, lleno de todo. Siempre le dicen que sus propios ojos son espectaculares, pero es que ellos no conocían lo que era verla a ella, o lo que era recibir esas miradas tan profundas que hacen que te sientas vulnerable pero a la vez que no te permiten quitar tu vista de ellos.
Si, en verdad amaba esos ojos…
¿Es hora de irnos no crees? – no sabe cuánto tiempo estuvo mirándola en silencio pero al notar las mejillas sonrosadas de su novia pudo deducir que fue mucho.
Tienen razón, ¡Satán nos matará! – rieron estruendosamente, quinto año consecutivo que llegaban tarde.
¿Será momento de decirles? – pregunto con algo de miedo en su voz, no tanto por revelar su secreto sino mas bien por la reacción que podría tomar su novia.
Sí, creo que ya es momento… ¿puedes dejar de hacer preguntas difíciles, darme un beso e irnos? Muero de frio, y mi hermoso trasero se congela… - reclamo con un tono aniñado y divertido a la vez, tratando de quitarle importancia al suceso próximo a ocurrir.
Su novia no pudo más que dejar escapar una carcajada al tiempo que se acercaba a ella y dejaba un tierno beso en la comisura de los labios de la más alta.
Hacía frío, algo obvio sobre todo si pensamos que esta era una de las ciudades en donde más abunda el clima gélido, sin embargo, entre estos dos cuerpos poca era la atención que recibía el estado climático.
De camino allí cada una se sumía en sus propios pensamientos referentes a como exponer de forma relajada y lo mas casual posible su relación, ya que de otro modo podría estallar la 3ra Guerra Mundial en el departamento que compartían sus amigas.
Al llegar a destino, se dieron cuenta de que poco o nada habían ayudado sus reflexiones. Todo el camino en silencio pensando meticulosamente que decir y como actuar para llegar con la mente en blanco y los nervios a flor de piel. Maldito cerebro.
Rachel se percata que su novia esta más nerviosa que lo de costumbre, por lo que decide tomar su mano para transmitir todo la tranquilidad y apoyo que en realidad ni siquiera ella posee, pero que va! Ni que fuera el fin del mundo…
¿Todo bien?.. amor debes relajarte o terminaras matándome de nervios a mí y créeme que con los míos sinceramente basta y sobra, ¿o caso quieres verme toda mal? y luego me arrugare y seré fea y mi carrera se arruinara oh! Ya puedo leer los titulares… ¿Acaso quieres que me convierta en una pasa fea sin talento ni motivo para vivir derrotada y amargada? – lleva su mano izquierda a su pecho en un claro acto de dramatismo puro, de ese que tanto le fascina y con el que a muchos espectadores a hecho reír, llorar, aplaudir y sobretodo emocionar.
Y te faltó nerviosa… - no pudo evitar que una carcajada se escapara desde lo más profundo de su ser.
Ooh! Que descaro! – agregó con mas dramatismo aún.
Ajajajaja, parece que la que tiene que relajarse es otra, ajajajaja creo que con todo este drama que armaste de algo que NO va a pasar, me relaje… -hipnotizada por su novia no hace más que decir lo que muchas veces a repetido pero que jamás ha perdido su valor- te amo morenita, - exclama soltando un suspiro - ¿ya es momento de terminar con todo esto no crees? Me refería a lo de decirles Rachel! – explica luego de ver lo descompuesta que estaba la cara de su novia con la última pregunta.
NO ME VUELVAS A ASUSTAR ASÍ, FABRAY! DIOS! –exclama realmente molesta, de verdad se había asustado – bueno, en ese caso ya es momento de tocar la puerta – ya un poco más relajadaacerca su mano a la puerta de madera soltando la que tenia sujeta a la de la rubia. Pero antes gira su cabeza nuevamente y mirándola a los ojos le susurra –Yo también te amo rubia-
Tres simples golpes y la puerta se abre de inmediato dejando paso a las chicas no sin antes una buena reprimenda cortesía de Santana López.
Hobbit… Ricitos de oro… -saluda con "gran cariño" - CUANTAS VECES, CON UN MALDITO DEMONIO, LES HE DICHO QUE LLEGUEN TEMPRANO, MALDICION!? PORQUE, FELICIDADES!, VUELVEN A LLEGAR ELEGANTEMENTE TARDE!... mierda, se ponen de acuerdo para llegar cuatros horas después de lo que dije.
SANTANA POR LA REPUTA QUE TE PARIO, DEJA DE GRITAR! – la ex - porrista no pudo reprimir su vocabulario.
QUINN!
SANTANA!
QUE?
GOBIERNENSE! - Rachel y Brittany exclaman.
Ok, perdón Barbie pero me sacas de las casillas - una sonrisa juguetona aparece en su rostro – ven y dame mi abrazo Fabray – Quinn se acerca ella y la rodea con sus brazos transmitiendo todo el cariño que le tiene a su casi hermana.
Te eche de menos San
Yo igual tonta – se separa de ella para acercarse a la pequeña diva – Rach… - se abraza a ella también – también te eche de menos
Oh! ¿Santana López me extrañó? ¿Puedes repetirlo? Q, saca la cámara… - molesta un poco a la latina – Ajajajaja yo también San – la típica sonrisa Berry hace presencia.
A mí nadie me extraña – un adorable puchero se posiciona en los labios de la bailarina
BRITT! –las dos visitantes se arrojan a los brazos de esa rubia burbujeante la cual las recibe con una sonrisa que puede derretir el mismísimo hielo.
Ya, ya… basta de abrazos que la chica sexy de ojos azules es mía – advierte posesivamente Santana – entremos, ya están todos y hace mucho frio aquí afuera.
Podían escuchar las risas y conversaciones compartidas mientras se acercaban a la sala de estar en donde sus antiguos compañeros estaban reunidos. Se miraron entre ellas como buscando algún atisbo de arrepentimiento pero no encontraron nada de ello. Ahora lo que gobernaba en ellas era seguridad, la misma seguridad que hubieran deseado tener tiempo atrás cuando apenas eran adolecentes. Pero el tiempo pasó y se encontraban ahí, a un paso de anunciar lo que llevan un tiempo ocultando… quizás años ocultando.
Pero hoy es el momento de confesar.
