Imposible.

Viñeta.

Era asi como había llegado a esto, llorar su muerte y recordando ese trago amargo. Uno tan amargo que destrozaba su cuerpo en miles de pedazos, su corazón se estrujaba y no dejaba de lamentarse por aquella perdida.

¿Por qué sucedía esto?

La pérdida de aquel que era su amor le atormentaba, no poder protegerlo era su dolor en el pecho, hay clavado en su pecho, lloro día tras día y se lamentó, gritando una vez más la perdida de Izuku, frente a sus ojos. Golpeo varias veces la pared hasta sacar sangre de sus manos, lloro varias veces en la noche en silencio, recordó el cuerpo inerte del chico.

—Katsuki, sal de la habitación… Llevas días encerrado —dijo Eijirou tocando tres veces la puerta del lugar—. Ella te necesita… lo sabes, bro…

—Lárgate, no quiero saber nada… Puta suerte, odio esto —gruño Katsuki golpeando de nuevo la pared — ¿Qué puto sentido tiene vivir?

—Bakugou, ella te necesita… Ellos te necesitan, no puedes dejarlos a su suerte cuando eres su padre —dijo Eijirou —. También nos dolió no salvarlo, su decisión fue algo bueno, nos dio un gran futuro y a ti, te dejo a dos niños hermosos

Se levantó de la cama, abrazando tenía una prenda de Izuku y observo en la mesita de noche de su lado, un retrato familiar donde abrazaba a una pequeña de cabellos verdes e Izuku a un bebe que mostraba sus mechones rubio cenizo. Cerró los ojos para recordar, esa escena desgarradora contra la pelea entre ellos y los villanos, él había terminado con heridas y Izuku trataba de pelear lo mejor que podía contra Shigaraki.

Fue cuando, por salvar a todo el mundo, Izuku dio su vida.

Su cuerpo sin vida, tirado y una media sonrisa en su rostro, sus lágrimas ese día no habían parado de caer de su rostro, Eijirou lo arrastro hasta el departamento para que durmiera o hiciera algo pero llevaba hasta hace poco, dos semanas encerrado, primero escucho los lloriqueos del bebe y después las llamadas a la puerta de la pequeña. Hasta que Denki había ido a ver al igual que Ochako, ambos parecían cuidar bien de ellos al igual que Momo, no sabía porque pero después de meditarlo, abrió la puerta, los brazos de Eijirou fueron reconfortantes mientras le intentaba dar apoyo moral.

Poco a poco fue saliendo de esa depresión pero era imposible olvidarlo, su sonrisa que mantenía viva su pequeña y la curiosidad del pequeño eran características plasmadas en ambos niños.

—Ya no estés triste, papi —dijo la niña abrazando su pierna—. Tío Denki nos dijo que mamá ahora no está pero, te tenemos a ti

Tal vez, algo hizo Izuku para que no lo olvidara, ese tonto nerd nunca cambiaría aún ausente en su vida; sin embargo era imposible, olvidarlo y ese recuerdo de él lo tenía presente, su amor por él resplandecía y seguía presente al observar a sus pequeños dedicados a demostrarle que lo necesitaban a él.

Era imposible dejarlos solos, imposible olvidarlo.

Imposible dejar de respirar.