Titulo: Motivos para no celebrar una boda (no me convence, pero había que poner algo).
Universo: KKM.
Tema: Romántico.
Rating: NC-13 (Menciones explicitas y algo de juego, pero nada explícito)
Pairing: Yuuram claramente. También GretaxOC.
Warnings/Spoilers: Yo estoy viendo la tercera temporada, pero creo que no revelo nada más allá de la 2ª. (Error, error, si que hay algo de la 3ª).
Resumen: Suenan campanas de boda, pero hay mucha gente con motivos en contra. ¿Serán lo suficientemente importantes?
Disclaimer: KKM no me pertenece.
NOTA IMPORTANTE:
Hay algunas que se sorprenderán de ver esta versión de mi fic original por aquí, y otras que descubrirán que después de algún tiempo sin saber que ha sido de él, vuelve a aparecer ante su vista. ¿Motivos? Simple, que en inicio este fic era categoría T y como introduje el lemon lo tuve que cambiar a categoría M, pero como Petula me señaló, eso podría ser un problema para cierta gente, así que he decidido hacer una versión ligth del mismo.
En esencia es el mismo fic pero cortada la parte más explícita (unos dos capítulos). He dejado todo el juego del principio, antes de entrar en materia, porque está intercalado con muchas conversaciones entre Yuuri y Wólfram que me parecía una pena cortar. Es un poco picante, pero espero que no se os haga demasiado fuerte. De hecho, excepto a aquellas personas que por edad realmente no deban leer lemon, al resto os aconsejaría darle una oportunidad a la versión M y sólo si veis que no podéis con ella, cambiar a esta, ya que toda la situación está intercalada con pensamientos y sensaciones de los protas que ayudan a comprender mejor lo que ocurre más adelante. De todas formas, no es imprescindible, así que si no podéis o queréis (cada uno es libre de hacer lo que más le guste, no quiero que penséis que busco pervertiros o algo por el estilo) seguir adelante con esta.
Por cierto, muchos capitulos están sin comentarios y otros los tienen un poco extraños. Tened en cuenta que este fic ha sido escrito, comentado, pasado por reviews y luego he hecho una segunda versión que he subido toda junta, así que no lo tengáis mucho en cuenta.
Y aunque esté terminado, espero vuestras reviews, me gustaría mucho saber que opinaís, aunque sea para decir que algo no os gusta.
Espero que os guste mucho. Salut!
Akenhod.
Capitulo 1:
- ¡Yuuri! – gritó por duodécima vez Wólfram con enfado.
- ¡He dicho que no y es que no, Wólfram! – replicó Yuuri con contundencia – ¡No va haber boda que valga! – y con estas palabras el rey abandonó la habitación.
Wólfram apretó los puños con fuerza. Había aguantado de su prometido de todo. Pero esto no. A él podía hacerle todo lo infeliz que quisiera, pero no pensaba consentir que le hiciera lo mismo a su niñita. Salió detrás de él.
Yuuri acababa de llegar a su despacho cuando la puerta se abrió de golpe. Wólfram entró, las mejillas coloradas por la ira y el pelo alborotado por la carrera. "Parece un ángel vengador" pensó el Maou extasiado y asustado a partes iguales al verlo. Un ángel justiciero que lo iba a flambear como no hiciera algo deprisa.
- Wólfram, es sólo una niña – dijo antes de que el recién llegado empezara a hablar.
Intentó darle a su voz el tono más lastimero posible para intentar así aplacar la furia de su prometido. Pareció surtir efecto. El soldado le atravesó con la mirada, pero no llegó a atacarle.
- Estás siendo completamente irracional – le recriminó – ¡Hace dos años que alcanzó la mayoría de edad! Es una mujer hecha y derecha que a demostrado perfectamente ser capaz de cuidar de si misma. ¡Por Shinou! ¡Si es hasta más eficiente que tú en el gobierno de su reino!
- ¡Eh! Eso no es verdad y lo sabes – replicó el rey ofendido.
- Bueno, es cierto, ahora no – concedió el mazoku – ¡Pero sí que cuando tú tenías su edad! – añadió.
Yuuri torció el gesto contrariado.
- ¡Eso no implica que sea lo suficientemente madura como para poder casarse!
- ¡Yuuri! – replicó Wólfram irritado.
- ¡Qué he dicho que no! – contestó el shoukoku golpeando la mesa y perdiendo completamente los estribos – ¡No pienso consentir que mi hija se case antes que yo! ¡Joder!
Algo se revolvió en el interior de Wólfram al oír esas palabras.
- Pues entonces date prisa en buscar alguien con quien hacerlo – siseó con furia y amargura.
Yuuri se había quedado paralizado. No había tenido intención de decir lo que había dicho y mucho menos había esperado recibir semejante respuesta. La sorpresa calmó su enfado de inmediato.
- ¿Buscar a alguien? ¿Y por qué? Ya te tengo a ti – preguntó inocente y desconcertado.
Wólfram no podía creer lo que estaba escuchando.
- Cómo si eso fuera a ocurrir algún día – replicó con el tono de voz más frío que Yuuri le había oído desde que se conocían.
Yuuri dejó escapar una exclamación ahogada.
- ¡Wólfram! – sus manos empezaron a temblar – Sí no tienes intención de casarte conmigo... para qué estamos comprometidos... para qué todos estos años... – su voz fue pasando de la sorpresa al enfado - ¡Por qué demonios has permanecido a mi lado todo este tiempo llamándote mi prometido y sin dejarme romper el compromiso si no quieres casarte conmigo! – gritó finalmente.
Su voz exudaba dolor y las lagrimas se le escapaban de los ojos, sin embargo, Wólfram, en su propia ira y tristeza, no pareció darse cuenta.
- ¡Yo! ¡Qué soy YO el que no quiero casarme! – le contestó, todo su autodominio perdido – ¡Cómo tienes el valor de acusarme de eso cuando eres TÚ el que siempre vas diciendo que nuestro compromiso es un accidente y que no piensas casarte!
Al Maou, sin embargo, no le pasó inadvertido el sufrimiento que reflejaban las palabras de su hermoso prometido. Eso le calmó. Y le hizo sentirse culpable. Culpable por haber dudado de Wólfram. Y culpable por haberle hecho sentirse tan inseguro respecto a su compromiso, y por lo tanto, haberlo herido. Quiso acercarse a él y abrazarlo, pero sabía que en su estado, el soldado le rechazaría e incluso podría llegar a intentar dañarlo. Intentó buscar las palabras que pudiesen despejar sus miedos.
- Eso era hace años, Wólfram – le dijo con la voz más suave que pudo – cuando aún era un crío que quería dedicarse a ligar y le asustaba el compromiso. Pero ya estoy demasiado crecidito como para eso.
Ahora fue Wólfram el que se quedó paralizado por la sorpresa. ¿Estaba Yuuri queriendo decir lo que él estaba entendiendo? No podía ser.
- Y ahora me dirás que tampoco te importa el echo de que sea un hombre – le cuestionó.
Era evidente por el tono que no le creía. Y también que estaba en el borde de volver a explotar. Sin embargo, el Maou no podía detenerse ahora. Tenían que resolver este malentendido.
- Después de más de ocho años aquí... ¿de veras crees que ese estúpido perjuicio de la tierra me puede seguir importando?
El soldado cerró los ojos. Su cuerpo temblaba, sacudido por las dudas y las diferentes emociones que estas iban despertando. Yuuri lanzó su última carta.
- Te quiero, Wólfram, y quiero casarme contigo. Sé que no te lo he dicho nunca así de directamente, pero creí que lo habías comprendido después de tantos años comprometidos.
Wólfram se tensó, su cara se contrajo en una mueca de dolor y de ira y sus ojos se abrieron de golpe, iluminados con una furia que podía llegar a derretir el infierno. Sin embargo su prometido le aguantó la mirada. Y Wólfram vio remordimientos en ella. Y sinceridad. Pero sobre todo, amor, mucho amor. El soldado dio un paso hacía atrás, apoyándose en la mesa, los ojos conteniendo las lágrimas. Temblaba como un niño asustado. Yuuri quiso acercarse y abrazarlo, pero el soldado lo detuvo con un gesto.
- Nunca has roto el compromiso – le dijo – pero tampoco has expresado deseos de casarte.
El rey se rió torpemente.
- Supongo que debería haberlo hecho – dijo rascándose la cabeza – pero pensé que no valía la pena, al fin y al cabo, aun nos quedan más de tres años antes de poder casarnos. Me pareció que darle muchas vueltas nos haría más insufrible la espera.
Su prometido le miró sorprendido, intentando encontrar restos de subterfugio en sus palabras, pero no, su gesto era sincero. Esta no era una excusa inventada en el momento para aplacar su enfado. Yuuri creía de verdad lo que estaba diciendo. Por una parte Wólfram se alegró. Yuuri realmente tenía deseos de casarse con él, e incluso encontraba un incordio tener que esperar para hacerlo, pero, ¿qué le había hecho pensar que tenían que esperar?
- ¿De que estás hablando Yuuri? – le preguntó con asombro – ¿Por qué tendríamos que esperar ese tiempo para poder casarnos?
El shoukoku frunció el entrecejo.
- Por esa maldita ley sobre los compromisos de la realeza. Es que dice que un Maou no puede casarse sin haber pasado antes doce años prometido. Me extraña que no la conozcas.
Wólfram le miró perplejo.
- ¿Quién te ha hablado de esa norma? – le preguntó empezando a comprender lo que había ocurrido.
- Günter. Le pregunté sobre el tema de los procedimientos de matrimonio en Shin Makoku hace un par de años, cuando empecé a plantearme que ya era hora de que nos casáramos – fue la rápida respuesta.
"Dos años" fueron las palabras que resonaron en la cabeza del soldado. Yuuri llevaba dos años queriendo casarse con él y él sin saberlo.
- ¿Y no se te ocurrió protestar? – preguntó ahora – No es muy propio de ti dejar de hacer lo que quieres sólo porque lo digan los procedimientos.
El Maou suspiró.
- Günter me dijo que sería tomado como algo de mal gusto y que indicaba que... bueno, que... – se puso colorado – que sólo pensaba con la entrepierna – añadió en voz baja y bajando la cabeza – ¡Quería hacer las cosas bien! – Añadió volviendo a mirarle – Soy consciente que al principio no te trataba muy bien y me había propuesto enmendarlo. Y para eso tengo que seguir una estúpida tradición, pues me aguanto.
Wólfram suspiró esperanzado. Ya no le quedaba ninguna duda de que Yuuri iba en serio. Aunque ahora no sabía muy bien qué hacer con él. Por un lado quería llamarle idiota y sacudirle por haberle mantenido, por su torpeza (porque a pesar de lo mucho que había madurado seguía siendo un torpe y un henachoko incurable) en esa dolorosa incertidumbre durante tanto tiempo y por otro quería saltar a sus brazos y abrazarle y recrearse en la alegría de saber sus sentimientos correspondidos. Un par de golpes en la puerta les interrumpieron. El picaporte giró sin esperar a que hubiera respuesta y la cabeza de su hija apareció por detrás de la madera.
- Eh... esto... – dijo la muchacha sin saber muy bien que decir al darse cuenta de que había interrumpido una conversación importante.
- Greta – la cortó Wólfram mientras su mente tomaba una rápida decisión.
- Sí, papá Wolf – contestó ella dubitativa.
- Yuuri y yo hemos estado hablando.
La joven asintió con la cabeza y entró un poco más, en espera de la decisión de sus padres.
- Este año no habrá boda – dijo con un suspiro.
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Review!
