La Curiosidad Mató al Gato.

Autor: Okiro Benihime.

Clasificación: K+.

Género: Amistad, Romance, Drama, Humor.

Advertencias/Aclaraciones: Este es un fanfic AU (Alternative Universe – Universo alterno), y habrá OoC (Out of Character – Fuera de carácter). Así que desde ya voy avisando que muy a mi pesar alteraré un poco las personalidades de ciertos personajes para que encajen en la historia.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, pero esta historia es totalmente mía y la hago sin ánimos de lucro. Prohibido el plagio, piensa un poco y crea tus propias historias, es más divertido, créeme.


NOTA: Los primeros capítulos, hasta el 5 "Ino Yamanaka", son introductorios, por lo que la trama no comienza realmente hasta ése capítulo más o menos. Así que son libres de leer a partir de ahí~


Aquí traigo un nuevo proyecto, que realmente espero que les guste. Este será el primer capítulo, y además algo así como un prólogo. No tengo mucho para decir, habrán varias aclaraciones al final del capítulo.

Ojalá les guste :3


Capítulo uno: ¡Congelado!


Acercó el rostro unos centímetros más. Sintió su piel rozar el gélido cristal y un escalofrío se deslizó a lo largo de su espalda. Sólo frunció el ceño y continuó con lo que hacía. No le importaba que el vidrio del ventanal estuviera helado, ni que la espalda ya estaba comenzando a dolerle, o que se le haría tarde para ir a la escuela; nada le importaba en lo más mínimo.

La razón por la que estaba allí, prácticamente pegado a la ventana, era porque estaba… curioseando. Sí, estaba observando lo que sucedía en la casa vecina. El ir y venir de varios hombres llevando todo tipo de muebles de afuera hacia adentro de la casa. Se movían lento, tratando de no resbalarse en la nieve a sus pies. Sólo paraban de vez en cuando y hacían una rotación: los hombres que llevaban objetos grandes pasaban a cargar los pequeños y viceversa.

Pero él no estaba muy interesado en los hombres, no, eso sería raro. Él estaba tratando de averiguar quiénes iban a comenzar a vivir allí desde ése día. Al no tener ni la más remota idea, su mente comenzaba a divagar, e imaginaba desde rockeros ruidosos, miembros de Yakuza, o hasta alguna clase de científico loco…

Él no era una persona muy extravagante. Al contrario, incluso con su apariencia trataba de ser lo más discreto posible. Por lo que no le agradaba mucho la presencia de personas problemáticas.

Por eso había sido irónico que cuando él se había mudado allí, hacía ya cinco largos años, las dos primeras personas que se habían acercado a él resultaran ser totalmente opuestos a lo que él se imaginaba tendría como amistades.

Un rubio realmente molesto, entusiasta y muy optimista; y una extravagante muchacha de cabello rosado, enamoradiza y tosca a la vez.

Al principio había tratado de alejarse de ellos, y mostró su cara más seria creyendo así que lograría espantarlos.

Pero la jugada le salió al revés.

Con el tiempo, esas dos personas prácticamente le obligaron a hacerse "camaradas". Aún así, no podían esperar que fuera una de esas personas muy amistosas, porque ése no era su estilo. Y ellos, Naruto —el rubio— y Sakura —la de pelo rosado—, se habían acostumbrado a la actitud del chico. Y hasta podían decir que el experimento había dado resultados, porque él había terminado por cogerles cariño.

Y así, a medida que pasaban los días, semanas, meses, etc., el dúo incluyó al nuevo al grupo. Y él, aún con la cara seria, poco a poco fue soltándose —sólo un poco— hasta terminar como uno de los pilares más importantes de aquella complicada estructura que llamaban "grupo".

Toda esa gente que había conocido por accidente se podía catalogar como "extraña", "maniática" o "desequilibrada". Él, al ser una persona tranquila y distante, las personalidades extravagantes de sus compañeros chocaban con la de él y solían formar una mega explosión que bien podía terminar en discusiones o risas sin fin. Lo peor era que ellos habían osado llamarle "maniático, cubo de hielo". ¿¡Por qué demonios le habían dicho de esa forma! ¡No podían compararle con ellos! ¡Jamás! ¿Y qué era aquello de cubo de hielo? ¿Se derretía fácilmente? ¿Era una persona fría? No, no lograba entenderlo.

—¡Sasuke, llegarás tarde a la escuela! —ese grito le despertó de sus pensamientos. Se acercó a él una mujer de piel pálida, con cierto parecido a él. El cabello largo y negro caía lacio por su espalda, y sus ojos, a pesar de ser negros, reflejaban ternura y bondad—. ¿Qué haces? —le preguntó extrañada al ver la posición de su hijo.

Rápidamente se enderezó y apartó de la ventana.

—Nada —mintió—. Ya me voy. Adiós.

Recogió su mochila del suelo alfombrado de la sala, y se dirigió a la puerta.

—Espera —él paró en seco—, ¿estabas viendo quiénes se han mudado al lado, verdad? —conocía muy bien a su hijo, después de todo era su madre.

Miró hacia un costado, siempre que mentía así hacía. Pensó unos segundo su respuesta, finalmente optó por mirar a la cara a su madre y decirle la verdad. ¿Qué problema había?

—Sí.

La mujer esbozó una dulce sonrisa y contempló a su hijo por unos instantes quien la miraba desconcertado.

—Ten cuidado —Sasuke abrió grandes los ojos—. La curiosidad mató al gato, ¿sabes?

—Ya lo sé.

De hecho, Uchiha mantenía esa frase presente en su cabeza todo el tiempo. Era algo así como su filosofía, sabía perfectamente las consecuencias que podía traer el ser curioso, no quería terminar como aquel dichoso felino. Así que solía mantenerse al margen, sin dejar que su curiosidad le controlase.

Pero, no había podido evitar sentirse incómodo cuando su hermano mayor le comentó que alguien se había mudado a la casa vecina. Y como éste no le había dado ninguna clase de dato de sobre quién se trataba, había salido corriendo a espiar por la ventana.

—Adiós —saludó y se fue dando un portazo.

Dio un paso hacia el exterior de la residencia y se encontró con el frente de su casa cubierto con una pequeña capa de nieve. A pesar de que la primavera ya había llegado, todavía se sentía un clima frío y la nieve no se había ido del todo. Sin embargo, se podía percibir el fresco aroma que indicaba el inicio de aquella estación por debajo de la fría alfombra blanca.

Abril significaba el nuevo comienzo del ciclo lectivo. Uchiha había pasado a Primero de Secundaria Alta, lo que significaba que desde ése entonces las cosas se volverían un tanto más complicadas. De todas formas, a Sasuke parecía no importarle, de hecho, nunca le había importado mucho. Él siempre había sido el mejor de la clase, se esforzase o no, los profesores decían que él tenía un "talento natural", y siempre le terminaban comparando con su hermano mayor. Cosa que Sasuke odiaba.

Se acercó a la cerca negra que rodeaba su casa y se dirigió hacia la escuela.

Comenzó a caminar tranquilo, era temprano, así que no tenía razón para correr hacia el instituto. Mantenía las manos en los bolsillos, resguardándolas del frío que a pesar de no ser muy fuerte, lograba ser sentido. Con la mirada al frente, procurando de no toparse inesperadamente con alguna de sus "admiradoras" (porque Uchiha tenía muchas, gracias a su buen aspecto), recorría el camino que aunque sólo había transitado unas pocas veces, se sabía de memoria.
Cuando iba a Secundaria Baja, el edificio quedaba a varias cuadras y por un camino totalmente opuesto al que le llevaba a su nueva escuela, por lo que sus padres siempre lo llevaban en coche. Pero como ahora sólo le tomaba unos pocos minutos llegar hasta el instituto, iba caminando. Tranquilo y sereno, se tomaba su tiempo en relajarse antes de llegar al caos escolar.

A lo lejos, en la acera, divisó algo. Un pequeño manchón gris. Abrió los ojos grandes al notar de qué se trataba. No era nada más ni nada menos que un pequeño gatito de grisáceo pelaje, dando saltitos entre la escasa nieve. Tenía los ojos grandes, de un llamativo color verde. Se podían ver finas líneas negras, mezcladas entre el gris ceniza que predominaba en su pelaje. La cabeza chiquita, con mechones despeinados, las orejas bien paradas y la nariz congelada.
Uchiha se agachó para quedar más cerca del animalito. Sacó las manos de los bolsillos y alzó al felino sosteniéndole por debajo de las patas, en el torso. Acercó su rostro al del gato, Sasuke cerró los ojos y sus narices chocaron suavemente. Lo alejó otra vez y llevó cerca del pecho, se incorporó y rodeó al felino con sus brazos para darle calor.

Reconocía al gato como el de la Señora Momo, la mujer que vivía a dos cuadras de su casa y solía ir a visitar a su madre para platicar y tomar el té. Además de que a la anciana le gustaba tejer, y para pasar el rato fabricaba bufandas y ese tipo de cosas, y las vendía; como su madre era una de sus mejores clientas, él ya había ido varias veces a la casa de la abuelita a recoger los encargos de la joven mujer.
Comenzó a caminar, llevaría al gato a la casa de la viejita, no le tomaría más que unos minutos ya que el animal no había caminado mucho, se encontraban a un poco más de la mitad de la cuadra y el felino vivía en la casa de la esquina. El gato se acomodó en los brazos del joven, y aún mirando curioso el paisaje se dejó cargar por Uchiha.

A medida que se fue acercando a la casa de la vieja, comenzó a divisar otra "mancha", esta vez un tanto más grande, en la esquina de la manzana. Sasuke paró en seco en cuanto estuvo lo suficientemente cerca —no mucho— como para distinguir la figura.

Una larga cola de caballo rubia caía como cascada por la espalda de alguien, un cuerpo femenino medio agachado leyendo algo, con una mano rascándose la cabeza; parecía confundida. Sasuke se mantuvo allí unos segundos, con el gato en brazos, contemplando extrañado aquél escenario.
El felino maulló y Sasuke reaccionó.

—Oye, tú —la figura femenina le había hablado, se había acercado un poco a él y le miraba sonriente. Una mano en la cintura y en la otra sostenía un papel, la muchacha abrió grande la boca y mostró sus blancos y relucientes dientes en una enorme sonrisa —. Chico-gato, ¿me oyes? —soltó una risotada.

Uchiha parpadeó varias veces, muchas, de hecho.

—¿Cómo me has dicho?

Frunció el ceño, clavó la vista en la joven de cara boba y la analizó.


Continuará…

Cantidad de palabras: 1.616.


Hola :D

¡Sí! ¡Finalmente! ¡Terminé el primer capítulo, ya me estaba hartando e-e!

¿Qué les ha parecido? Aún no pasa nada, y créanme que no sucederá nada en un laaaargo rato. Quiero que esto parezca una relación verdadera, no pueden aparecer los personajes y de entrada ¡PUM! enamorarse y ya, eso no es creíble. Creo que será un fanfic más maduro de esta forma, además me sentiré más cómoda así.

Otra cosa que debo aclarar, es que este fic tendrá OoC. No es que quiera hacerlo, la verdad. Pero me es IMPOSIBLE manejar a Uchiha correctamente, y aún así me gusta escribir de él (junto con Ino, sí o sí). A decir verdad, yo creo (?) que en el momento que uno pone a Sasuke amando a alguien más que no sea el mismo ya está cometiendo un OoC horrible. Así que sepan disculparme u.u

Coooomo sea, espero de corazón que les haya gustado el primer capítulo de este fanfic. No duden en dejarme un review con su opinión, que es realmente muy importante para mi C: Recuerden que no es necesario estar registrado para comentar… GRACIAS eternas a todos los que leen, ¡haré mi mejor esfuerzo con este fic! Gracias, gracias, gracias… –lo repite muchas veces- xD

¡Nos vemos! Los amo.