Buenas. Este es el primer capítulo de la versión en español de "A Little Night Music". La versión original en inglés está escrita por srgeman y, si podéis leerlo en inglés os lo recomiendo, pero para los que no podáis, aquí os dejo con la versión traducida.

Solamente voy a decir esto una vez, no me pertenecen ni pokémon ni esta historia y tengo permiso del autor para traducirla.

I'm only going to say this once I don't own pokémon or this story and the autor allowed me to translate it.


I: Concerto

Suicidarse es lo peor que puede hacer una persona. Es el acto más arrogante, estúpido, terco y necio que una persona puede cometer. Es la forma de una persona de mirar al mundo y decir, "Me has derrotado. Me rindo. Los problemas del mundo son demasiado grandes para mí. Soy patético y mi vida fue un desperdicio."

Mi nombre es Ángela, y yo era una de esas patéticas personas. Me rendí a la edad de 16 años. No quería seguir viviendo. No quería que las cosas fuesen a mejor. Solo quería que todo terminase. Pero la vida y la muerte no funcionan así.

Oh no, mi vida terminó cuando me suicidé, pero mi nueva vida comenzó. Y chico, ¡mi nueva vida era increíble! Con los intentos de asesinato, las batallas con otros pokémon, e intentar hacer ver a Michael quién soy. Pero eso es adelantarse a la historia. Para empezar, necesito volver al día en el que demostré que era un fracaso. Sabes, mirando atrás, puedo ver ahora exáctamente lo estúpido que eran mis pequeños problemas. Desearía poder haberlo visto entonces.

Nadie puede verme siquiera.

Este pensamiento había estado rondándome la cabeza por semanas. Estaba sentada en un banco al lado de una laguna, en el bosque a las afueras de mi ciudad. Habría mirado mi reflejo, pero el agua estaba tan sucia que no podía ver nada. Suspirando, decidí dirigirme de vuelta a la ciudad.

A esta hora de la tarde, la mayoría de los adultos están en el trabajo. La mayoría de los niños estaban jugando con sus amigos, a excepción de algunos que habían cumplido diez años. Habían salido en su Viaje pokémon. Yo lo habría hecho, seis años antes, pero elegí no hacerlo. Ahora, yo los envidiaba... oh, ¡cómo los envidiaba!

Anduve por entre la niebla. No estaba segura de a dónde iba. De alguna forma, terminé en mi calle, y pasando por la casa de mi vecino Michael.

-Hola, niñita,- Alguien tras de mí dijo. Suspirando, me dí la vuelta para ver a Michael allí, sonriendo. Él siempre me llamaba niñita. Tal vez porque disfrutaba con el hecho de que no me gustaba. En sus manos, él sujetaba un huevo que parecía estar brillando.

-Ese huevo parece a punto de eclosionar. ¿No deberías llevarlo a algún lado?- Michael negó con la cabeza.

-Un pokémon forma lazos con el primer humano que ve. He estado instruyéndome en cómo ayudar en la eclosión. Tengo una zona al lado de mi casa preparada. Vine aquí fuera porque pareces deprimida- su cara se llenó de preocupación. - ¿Estás deprimida, Ángela?- Yo me encogí de hombros.

-¿Recuerda hace seis años, cuando tuve la oportunidad de convertirme en entrenadora pokémon, pero la rechacé?- Michael asintió con la cabeza.

-Seep, estoy impresionado de te hayas mantenido así tanto tiempo, pero sí, me acuerdo. Te negaste porque pensabas que tus padres no querían que fueses.

-Me negué porque creía que a mis padres le importaba,- solté una carcajada. -Bueno, eso era un montón de mierda. Mis padres solamente se preocupan de emborracharse. Al menos tú tenías una razón legítima. Tú te negaste porque querías ver eclosionar tu primer pokémon,-traté de contener las lágrimas.-Bueno, vas a conseguir lo que querías.

-Mira, lo siento- Se disculpó Michael.-Si hay algo que pueda hacer-

-No, no lo hay,-dije, recuperando el control sobre mis emociones. -Pero no te preocupes por mí, estaré bien.-Sin más palabras, me despedí con la mano y me fui a casa.

-Sabes,- murmuró Michael,- Hay otra razón por la que me quedé atrás...

Mientras cerraba con pestillo la puerta principal, me deslicé al suelo, sollozando. ¡Odiaba mi vida!¡Odiaba cada aspecto de ella! Que nadie pareciese darse cuenta de que existo, y que a nadie pareciera importarle. Siempre me había preguntado si alguien se había sentido de esa forma, como yo me sentía. Me lo había preguntado durante mucho tiempo, y, durante últimas semanas, decidí hacer algo al respecto. Hoy, en el río, había confirmado lo que iba a hacer.

Mirando el reloj, confirmé que eran las cuatro y pico. Esto quería decir que mis padres estaban en elgún bar, pero solo ligeramente borrachos. Mis padres están los dos en paro, pero se gastan todo el dinero en bebida. Apuesto a que te estás preguntando cómo se pueden permitir vivir en paro si gastan su dinero en emborracharse.

No pueden.

Ellos nunca me quisieron. En vez de eso, eligieron ignorarme. Ellos ignoraron mis súplicas de ser una entrenadora pokémon. Ellos solamente me tuvieron en cuenta lo suficiente como para decirme que mi nacimiento fue un error. Mi madre me ha dicho en más de una ocasión que existo porque no utilizaron protección. Un error. Bueno, pensé, esto les hará ver.

Ahora desearía poder mirarles a la cara y decirles la verdad. Que les odiaba. Que eran unos padres patéticos. Que no tenían valor alguno como seres humanos. Que nada que ellos dijeran me afectaba, y que yo iba a ser grande, solo para escupirles. Pero no podía.

Subí corriendo las escaleras hacia mi cuarto. Me había preparado para esto. Quería hacerlo ahora, porque nadie vendría por un rato. Cerré con pestillo la puerta de mi cuarto, y anduve lentamente hasta mi cama. Bajo ella, encontré un rollo de cuerda. Exactamente lo que necesitaba.

En aquel momento, sentía la cuerda firme en mi mano, pero también sentía como si fuese lo único manteniéndome compuesta. Se que suena extraño, que la herramienta que usaría para mi suicidio fuese lo único evitando que me derrumbase, pero es la verdad. No debería haberme sentido así. Cuando la toqué, se me debería haber enfriado la sangre. En lugar de eso, mi corazón dejó de latir un segundo.

Cogiendo la cuerda, miré a la lámpara que colgaba del techo. Colgaba de una barra metálica, una que seguro que podría soportar mi peso.

Até la cuerda a la lámpara, entonces até un extremo formando una horca rudimentaria horca. Si me metía en ella, colgaría alrededor de un pie en el aire, suspendida en la muerte. Perfecto.

¿De verdad quiero hacer esto? Me subí a la silla. Quiero decir, sí, mi vida es difícil, pero no lo es la de todo el mundo? Puse la horca alrededor de mi cabeza. No creo que quiera hacer esto.

-No quiero hacer esto- susurré. Desafortunadamente, ya había comenzado a tirar la silla cuando llegué a esta conclusión. La silla golpeó el suelo con un golpe seco. Traté de zafarme de la cuerda mientras mi cuerpo colgaba. Entonces...

La cuerda cedió. En el momento en el que estaba en proceso de sacar mi cabeza, la cuerda cedió y yo estaba cayendo. Cayendo al suelo, ¡pero luego a través de él!

-¡Cómo cojones!- Grité mientras caía. Podía ver entre el suelo y el techo, entonces el salón, después el suelo otra vez. Pero cuando caí a través del suelo esta vez, no me metí en la tierra. No estaba un cien por ciento segura de a dónde había ido.

Estaba de pie en algo, pero no podía ver en qué. Todo estaba negro a excepción de mi cuerpo. Podía ver mi cuerpo perfectamente contra el fondo negro. No podía oír ni oler nada. Podía sentir dolor en mi cuerpo aún así y dolía una burrada. Incluso podía ver marcas.

-Hola, Ángela. ¡Pensé que nunca llegarías!-Me dí la vuelta, para ver una criatura allí flotando.

-¿Quién eres?- Chillé. La criatura era poco más que una especie de gato rosa flotante. Tenía una cabeza enorme sobre un cuerpo que parecía salido de una máquina de hacer chicles. Su cola se movía hacia adelante y hacía atrás mientras me estudiaba.

-Me parece que lo sabes,- rió.-¡Soy Mew!

-¿Mew?

-Eso es.-Yo asentí.

-Yo no creo en tí.

-Qué gracia, yo tampoco creo en mí- Dijo, mientras daba vueltas frente a mí.-De todas formas, soy Mew.

-¿Entonces no deberías estar diciendo solo tu nombre?

-Si estuvieses viva, eso sería todo lo que podrías oír.- La gravedad de ese comentario me golpeó de inmediato.

-Si... estuviese viva- Mew asintió con la cabeza.-Entonces, entonces eso significa...

-Tu suicidio salió mucho mejor de lo que pensaste,- Mew dijo.-Moriste. De hecho, tu cuerpo está colgando de tu cuarto mientras hablamos. Puede ser descubierto en cualquier momento.

-No lo entiendo,- jadeé, tratando de mentalizarme de todo esto.-¿Por qué estas aquí?¿Te apareces a todo el mundo?¿Dónde está Arceus? Me esperaba mas bien verle a él.

-Arceus está ocupado,- dijo Mew,-Y normalmente, cuando los humanos mueren, son visitados por otra persona. Giratina visita a la mayoría de pokémon que mueren. Bajo circunstancias especiales, Arceus y yo visitamos a algunos pokemon al morir. Por si no te has dado cuenta aún, esta es una ocasión especial.

-¿Qué es especial sobre mí?,- gemí.-Era invisible en vida.- Era una perdedora.

-¿Era esa una excusa para suicidarte?

-Mi vida era difícil.

-¿Y?- Mew me miraba como si yo fuese la criatura más estúpida del mundo. Tenía razón.

-Pues, que no tengo amigos, ni futuro, y he sido criado por unos padres que no me quieren.

-Ah, sí que tienes un amigo. A Michael le importas mucho,- chilló Mew.- ¡Michael habría terminado amándote algún día!- Yo le miré, boquiabierto.

-¿Me-me ama?

-Lo hará. O lo habría hecho. ¿Sabes lo que encuentro irónico? Él te adoraba como a una diosa. Tu dijiste que nadie sabía que existías, ¡pero él lo sabía!¡Mejor que nadie!¡Y tu le ignoraste! Te hace ver las cosas desde otra perspectiva, ¿verdad?- Yo comencé a derrumbarme.

-¿No puedo volver?- Lloré. Mew negó con la cabeza.

-No, ni yo, ni ningún legendario, pokémon, humano, o cualquier cosa bajo el Sol puede traerte de vuelta. Esta vida se ha ido. Sin embargo, sí que hay algo.- Miré hacia arriba.

-¿Algo?- Mew asintió.

-Puedo darte una segunda vida.

-¿Como humana?

-No.- Oh chico. Me golpeó de pronto.

-¿Co-como un pokémon?- Mew asintió.-No lo comprendo.

-Te estoy ofreciendo esta oportunidad, Señorita Ángela, porque te arrepentiste de suicidarte mientras lo hiciste. Aún estarías viva si hubieses tenido un segundo más. Así que, estoy aquí para ofrecerte algo.

-Renacerás como un pokémon. Eso sí, se cuán miserable fue tu vida como humano, así que te puedo prometer esto, tu vida como un pokémon será difícil, pero serás feliz. Tendrás un amo que te querrá. Serás su primer pokémon. Lo que él hará contigo no lo sabe nadie, ni siquiera yo. Para conseguir esto solo tienes que pedirlo.

Sopesé las opciones en mi cabeza. Nueva vida como pokémon, o lo que quiera que sea que venga después. Si lo rechazaba, supongo que me llevarían al más allá. ¿Pero qué hay allí?

-Me he decidido.- Mew asintió. Ahora, mientras te cuento esto, ha pasado más de un año desde que esto ocurrió. Si tuviese la oportunidad otra vez, aún lo diría,-Lo haré.

-¡Maravilloso!- exclamó Mew.-Es realmente maravilloso. Quiero decir, creo que lo disfrutarás.

-¿Cuándo empezará?

-¡Pues ahora mismo!

Instantáneamente, me llené de calma. El sentimiento de ahogamiento desapareció, al igual que las marcas de mi cuello. De hecho todas las sensaciones en mi cuello había desaparecido, junto a toda sensación en mi cuerpo. No sentía dolor alguno. Lo que yo sentía iba más allá del placer, era el mismísimo sentimiento de la vida. El sentimiento más maravilloso del mundo.

Ya no podía ver a Mew, o el más allá. Al principio, todo lo que podía ver era una luz cegadora más brillante que el Sol. Pero entonces llegó la oscuridad, junto a una nueva sensación de suspensión.

Podía sentirme a mí misma flotando en algo, algún pringue. Fuese lo que fuese, era denso y confortable. Aquí nunca tendría frío. Siempre estaría a salvo. Estaba cerrada, moviendo mi brazo hacia adelante, toqué algo. ¿Mi brazo, o mi pata?

-¡V... ...os!- Una potente voz dijo. Aunque era ruidosa, no tenía miedo. En cualquier caso, me dió ánimos. Empujé con mi otro brazo/pata contra el borde.

-¡Vam...s. Empuja!-¿Empujar, contra qué? La pared era sólida. ¿Que se suponía que tenía que hacer?

Empujé con fuerza contra la pared, pero no la sentía ceder. Tuve que parar, agotada.

-¡Vamos, puedes hacerlo!- Dijo la voz. ¿Cómo lo sabía?¿Sabía por lo que estaba pasando ahora mismo?¿Tenía alguna idea de por lo que estaba pasando? Solamente quería flotar aquí, descansar. Estaba tan calentita y cómoda.

-¡Por favor, ya casi lo tienes. Solamente empuja, empuja!- Presioné con mis brazos/patas otra vez, pero esta vez, había grietas. Podía sentir las grietas esparcirse bajo mis brazos/patas, ¡y entonces luz! La luz se colaba entre las grietas, llenando la cámara.

-Vamos,ya casi estás...- No avanzaba lo suficiente, así que presioné mi cabeza contra la pared. Empujando con toda mi fuerza, pasé a través de la cáscara/pared.

Caí a través de la cáscara y aterricé sobre algo blandito. Parpadeando lentamente, pegotes de pringue cayeron de mi cara al suelo. no podía mantenerme en pie. Mis piernas no funcionaban. Yo era, sin embrago, capaz de ver que había caído sobre varias toallas.

De pronto, alguien me quitó los restos del huevo dentro del que había estado de encima, y comenzó a limpiarme el fluido con las toallas. Tenía frío, tantísimo frío, y mi cuidador me envolvió en toallas, a excepción de mi cabeza. Lentamente, mi cara miró a la suya. ¡Michael! Él sonrió y me rascó tras la cabeza.

-Hola, niñita.