CAPÍTULO 1: "PUEDES LLAMARME JUN…"

JUN (POV)

Y nada es lo que parece….jamás lo fue….pero eso ahora no importa, ya nada importa, ni siquiera respirar, porque no soy...no puedo…soy…y todos se irán un día…nada es lo que parece…jamás lo fue…y no importa.

Pase mi vista desde la góndola hacia el reloj, solo faltaban 25 minutos para la hora de cierra y mi pronta liberación; tome el trapo empapado con agua y limpie donde se había roto una mermelada, manchando todo a su paso, no es glamoroso mi trabajo pero alguien lo tiene que hacer y no piden muchas referencias para ejercerlo. No es que me queje, siempre se puede conocer nuevas personas, y esas personas me pueden conocer a mí, cosa que termina siendo la experiencia más gratificante de sus vidas…no es que sea creído pero me lo han confirmado tantas veces. Mas la paga y las horas eran una impronta en contra del trabajo; considero que mi juventud me ayuda a soportarlas además de que no tengo muchas opciones, no puedo renunciar y esperar que alguien me mantenga, aunque en muchas ocasiones me vi tentado a buscarme a una sugar mama, pero un hombre no debe ser así, y yo soy un hombre en todas sus letras. No pude evitar sonreír un poco cuando llegaron hasta mí los murmullos, aunque estaban a dos pasillos de distancias, es una ventaja tener buen oído, siempre escucho todo, absolutamente todo, hasta lo que la gente quiere esconder en lo más profundo. Gire un poco la cabeza y allí estaban, un grupito de chicas, no colegialas, era sábado y además ya era tarde, sino unas mujeres en sus veinte; eran tres y cuando notaron que las descubrí mirándome sonrieron con disimulo, sonrojadas, fingiendo que estaban comprando algunos productos de esa sección.

No puedo culparlas, e incluso no me molesta para nada, sé que mi apariencia es atrayente para los demás, pero hoy no era un buen día para hablar con nadie, porque de poco me quemaba y eso no era nada bueno. Coloque la mercadería en su lugar, acomodándola, tratando de evitar que cualquier pensamiento indebido se filtre, era necesario mantener la concentración, al menos unas horas más, después sería libre, solo tenía que calmar el hambre, o la maldita sed, como yo le llamo. Es difícil, años de costumbre fueron mi entrenamiento que me preparo contra momentos como estos, pero aun así…quemaba, esa molestia que se incrementa, casi no permitiéndome tragar correctamente, se me secaba la garganta y llevaba horas soportándolo. Estuve por llamarla para que me asista, y tuve que desistir, ya que no era preocupante, solo son los nervios, esa creciente necesidad de probar un poco de lo que estaba en frente mío, solo un poco mi cuerpo pedía e incluso más de una vez mira lo que tanto quería por unos segundos más de los debidos. Era cuestión de controlarme, el control era la clave de todo y ya no era un niño que necesitaba la ayuda de nadie, aunque no había nadie a quien pedir ayuda ahora…maldito bastardo. Oculto muy bien lo que pasaba por su mente, porque no me lo vi venir, e incluso lo esperando pero el desgraciado no volvió, se fue un día a trabajar y no volvió…maldito bastardo. No me importa, yo puedo estar bien, junto a ella podemos seguir, no necesitamos a nadie.

Quitando el balde de agua junto a los objetos de limpieza, fui hasta el cuarto de mantenimiento arreglando todo, el lunes, cuando la rutina regrese no quiero encontrarme con cosas fuera de lugar, no cuando soy yo quien las tiene que regresar al lugar original. Cerré el cuarto, y agite la cabeza, preparando mi control antes de que pasara. Ella tenía la idea fija y yo era el objetivo de tal maniobra; se me acerco, fingiendo que no me miraba y me choco ligeramente el hombro, tuve que fingir sorpresa mientras ella se avergonzaba.

-lo siento…-me dijo mientras que me miraba a los ojos, por algún motivo, era similar a un sueño que tuvo, y claro esta que soy el sueño de cada chica que existe, e incluso chicos, eso era seguro.-..Soy tan torpe…-se golpeo la cabeza juguetonamente mientras me sonreía, por cortesía y además que ese escote estaba dedicado para mí, respondí el gesto.

-no se preocupes…-le asegure, mientras ella se quedo fascinada por mi sonrisa y mi voz, no logre captar exactamente que era lo que pensaba ya que en si no tenía coherencia alguna; trato de hablar pero solo logro mover la mandíbula un poco sin reproducir sonido. Y fue ahí cuando lo sentí, aspire un poco y estaba el aroma en el ambiente, el corazón de ella palpitaba velozmente, causando que la sangre viajara con mayor fluidez por sus venas…esa rica sangre. Aunque estaba a centímetros podía sentir el calor que su cuerpo expedía, como este subía su temperatura por las hormonas que actuaban incrementando cada respuesta biológica y con esta, la sangre se movía más libremente. Casi dolió un poco, como si me apretara la garganta, aumentando mis pulsaciones, porque lo necesitaba, tenía que comer un poco, la maldita sed no disminuida y se exponenciaba con la mujer enfrente mió. Se me hizo, literalmente, agua la boca, y lo pude sentir, el líquido pesado que nacía de alguna parte mía se acumulaba en mi garganta, haciendo mi tarea más difícil. Tuve que oprimir mi mandíbula, porque aun era manejable, solo era parte del precio que tenía que pagar por ser quien soy, eso es todo; busque en sus pensamientos si mostré algún cambio enfrente suyo, pero la mujer aun seguía maravillada con mi rostro…como todos, soy apuesto y eso es algo indiscutible.-me tengo que ir….- ella abrió los ojos desesperada, ya que sus planes de invitarme a salir se evaporaban y busco alguna manera de tener una conversación.

-eh…-dudo y no tuve que mirar a un costado para sentir a sus amigas que espiaban, expectantes-…soy nueva en la ciudad y te vi…me preguntaba…-mordí ligeramente mi labio inferior, unos de mis tantos reflejos y con eso disparo con más fuerzas su pulsaciones, por lo que ignore la maldita sed.

-mi turno acaba de terminar, Lourdes…-le avise y ella asintió, frunciendo un poco el ceño- si eres nueva en la ciudad te recomiendo el club que se encuentra en la decimoquinta calle…si vas es más que probable que hoy a la noche nos veamos ahí…-le invite y sonrió, asintiendo. Pase al lado de sus amigas y las salude con un movimiento de cabeza, y ellas nerviosas, rieron. Comencé a quitarme mi camisa de trabajo, abajo tenía un camiseta blanca.

-¿Cómo sabes mi nombre?- me llamo, y me gire, sus amigas ya estaban con ella, y sus ojos se abrieron descomunalmente ante la piel que mostraba, solo los brazos pero eso fue suficiente para ellas. Pase la mano por mis cabellos y señale, la cartera de ella, donde sobresalía una identificación.

-lo dice ahí…nos vemos, señorita López….-seguí sus pensamientos, mientras que verificaba, por suerte yo ya estaba en la caja cuando vio que solo decía el apellido y la inicial del nombre, nada más. Me acerque donde estaba la señora Stuart , que se sonrojo tan pronto cuando me vio y agitando su cabeza, se repetía "si solo tuviera 30 años menos"; pase al otro lado de la caja, tomando dos paquetes de cigarrillos y una barra de chocolate blanco de la estantería.

-deberías dejar de fumar un poco, Jun…-me aconsejo, aunque fue en un tono de sanción; me encogí de hombros para que no se preocupara.-…fumas mucho…- tome mi mochila dejando la camisa del trabajo debajo de la caja registradora.

-no lo suficiente…-le aclare, y me le acerque para besar la coronilla de su cabeza.-…nos vemos el lunes…-me despedí.

-¿otra noche alocada, Jun?-ya estaba en la puerta abriéndola y levante mis cejas sugestivamente.

-no lo suficiente…nos vemos…-me fui en busca de saciar mi sed y comenzar la noche.

Me coloque los auriculares mientras que caminaba por las calles, estaba ligeramente fresco el ambiente, pero la verdad era muy entretenido las miradas de las mujeres que me encontraba a mi paso. Mi tez casi pálida contracta con el color verde de mis ojos y mi cabello castaño, es una lastima que no puedo hacerme un tatuaje, si fuese posible estaría todo mi brazo tatuado, aunque por suerte pase la faceta dragón ball, no estaría bueno tener pintado permanentemente en mi espalda el dragón junto las 7 esferas. Abrí el paquete de cigarrillos, quitando el envoltorio con mis dientes, ese simple movimiento hizo que varias se imaginaran las escenas más alocadas donde yo era la estrella, aunque ni una se comparo con mi mente sucia…a veces tengo mucha imaginación, la de ella es dulce, llena de colores y pompones, mientras que la mía, llenas de sudor y algún que otro grito por más. Tome el cigarrillo y mire cruce la calle yendo hacia la plaza de la ciudad. Las luces ya estaban en todos su esplendor, eran las 22 horas y la noche recién tomaba la forma que más me gustaba.

Saque de mi mochila mi chaqueta marrón con capucha para sostenerlo con mi mano libre mientras que con la otra tomaba la primera pitada del cigarrillo; no es que aplacara la ansiedad o la sed, que ya no me quemaba tanto la garganta, el aire fresco, aunque no tan fresco por los autos, me ayudaba a atenuar la ganas de alimentarme. Llegue a la plaza y vi hacia la derecha un grupo de gente, estaban presenciado un concierto callejero de música mezclada entre clásica con un toque de electrónica; una buena fusión, pero aun así no lo suficiente buen para distraerme de mi objetivo. Gracias a mi estatura busque lo que necesitaba, bloqueando cualquier pensamiento que no me interesase, pase mis vista entre el grupo de gente que rodeaba a los músicos y la encontré en la otra punta, la perfecta presa... la apetitosa criatura que calmaría mi hambre. Ya estar rodeado de mucha gente, impulsa mi corazón deprisa, emocionado y expectante, porque la sed estaba, esas ganas de no detenerse, solo seguir con el impulso, de liberar una parte primitiva que en mi existía y de vez en cuando, rasgaba por salir a la superficie, por eso el control es la clave, sin este sería una bestia, sería lo monstruoso y estoy convencido de que me gustaría lo salvaje. Tome otra pitada, mientras que aleje un poco para rodear a la gente, porque ella estaba ahí, serviría para darme una ligera saciedad. Apreté la mandíbula porque capte que yo no era el único que había puesto mis ojos en ella, varios hombres ya habían captado su presencia ¿y como no hacerlo? aunque llevase puestos harapos ella siempre sería hermosa, como sus cabellos largos caían en rizos, como cada movimiento de ella daba la pauta de que se desentendía del mundo para dejar que la música la ayude a perderse.

Ella con los ojos cerrados movía la cabeza siguiendo el ritmo de la música, cuando llegue hasta ella, me coloque en su espalda, y por más que varios se dieron cuenta de mi movimiento para estar a sus espaldas, ella no, realmente estaba en su mundo. Como apenas me llegaba al pecho por su estatura, tuve que bajar mi cabeza para susurrarle al oído.- ¿te gusta la música?- ella se estremeció un poco, sobresaltada, girando un poco la cabeza para verme, sonrojándose automáticamente.

-si…-volviéndose a enfocar su cabeza hacía el frente, observando la banda que tocaba una pieza nueva. Mire su cuello, ella tenía puesto un remera sin mangas junto a unos pantalones largos, sencilla pero su inocente belleza parecía exaltarse; percibí las miradas de varias personas, y cuando digo que no solo llamo la atención de mujeres no miento, y que al menos tres hombres, uno de ellos que se consideraba heterosexual mas ahora me imaginaba no sé porque en un puerto vestido de marinero, repararon en mí, y como mis músculos se marcaban.

-se nota que bailarías si pudieras…-continúe, sin quitar mi boca de cerca de su oído, lo que causo que sus latidos aumentaran, por lo que tuve que morderme un poco el labio para no cometer una imprudencia en el momento.

-¿Por qué lo dices?-demando interesada, y un ligero movimiento de su cabeza, logro que tocara mi rostro y se mantuvo así, pegada ligeramente hacía mí, por lo que sonreí, ya que dentro de poco la sed se iría.

-porque tus pies se quieren mover…y creo que si tuvieras un compañero ya estarías bailando enfrente de la banda.-le indique levantando mi mano, pasándola por un costado de su cuerpo y la baje lentamente, para apoyarla encima de su brazo. El calor de su pequeño cuerpo fue aumentando, porque ella suponía que algo pasaría, y no la decepcionaría.

-no es necesario un compañero para bailar…-me aseguro y roce con mi nariz su cuello suavemente, aspirando su aroma, como debajo de su maravilloso perfume se siente la sangre, ese manjar que me daba todo y al mismo tiempo, me alejaba del resto.

-entonces, se nota que no has encontrado la pareja correcta…no puedes decir eso después de haber bailado con el correcto.-ella se quedo pensando y su mente viajaba rápidamente; cruzo sus brazos ya que la noche refresco tenuemente. Tome mi chaqueta y se la coloque encima de los hombros; no dijo nada y la acepto sin más.- ¿quieres venir a bailar conmigo?-le propuse y no dudo, sabía que no lo haría, no fue necesario leer su mente para averiguarlo. Pase mi mano por sus hombros, acercándola hacía mí, ella no se resistió y mirando hacía ella, vi su sonrojo, ese hermoso sonrojo que le daba más dulzura a su rostro. La guíe hacía una calle medio oscura, amo los sábados por la noche, ya que hay ciertos lugares donde no hay jamás nadie.

-¿Qué es lo que quieres…-no llego a terminar cuando tome con mis manos sus hombros para girarla contra una pared, sus ojos se abrieron ante el movimiento aunque lo hice rápido no aplique fuerza alguna; ella se estaba dejando llevar por el momento al igual que yo. Sonreí un poco, mientras que enfoco su vista en mí.-tienes los ojos negros…-expreso, por lo que pase mis manos hacia su espalda, levantando la capucha de la chaqueta para cubrir su cabeza y rostro ligeramente. Mi lengua estaba ansiosa, al igual que mi boca producía saliva junto a ese líquido pesado que solo causaba dolor a los demás y ahora se lo causaría a ella. Baje mi rostro, mientras que mi mendiga conciencia ya se arrepentía de lo que estaba por suceder, pero no iba a detenerme, no cuando tenía hambre, aunque mis tripas no gruñesen, esa parte de mí, salvaje y prepotente estaba latente en busca de la sangre. Moví un poco el abrigo exponiendo la piel de su cuello, a lo que mis manos viajaron hacia su cintura obligándola a que se aferrase mi cuerpo.

-lo siento mucho…esto dolerá…-le advertí y no pude estudiar su rostro ya que me focalice en su cuello, abriendo la boca mis dientes mordieron la piel, perforándola dejando que la sangre dentro de ella fluya libremente hacia mi garganta. Sus manos se colocaron en mis hombros para sostenerse mientras se tenso un poco sin realizar sonido alguno; el sabor de la sangre caliente pasando por mi boca era indescriptible, mientras que mis pulsaciones aumentaban, coaccionadas por la delicia de sangre. Trague lentamente la sangre, procurando disfrutarla lo máximo posible, calmando mi sed y como ese fuego que siempre se formaba desde alguna parte de mí y se explayaba en mi garganta era disuelto con la sangre; me mantuve atento a su respiración, calma y sus latidos constantes, ni siquiera estaba nerviosa, pero a mí era difícil mantener la calma, porque no solo era la sed, era lo primitivo dentro de mí que quería mucho más. De pronto, el murmullo de alguien aproximándose me obligo a detenerme y antes de dejar su cuello, lamí las últimas gotas que querían salir, mientras que la herida se iba cerrando al instante. La enfrente y los ojos chocolates de mi hermana se enfocaron en mí.- ¿estas bien, Nessie?-no solo duele la mordedura, es líquido que existe en mí, era un acido que intentaba destruirla cada vez, por suerte ella es fuerte ya que un humano, creo, que no lo soportaría.

Ella asintió un poco, tapándose el cuello con la chaqueta, mientras me aleje, no quería que la gente pensase cosas que no iban, personalmente me es gracioso que crean que ella es mi novia, pero no quiero que piensen mal de ella. La solté un poco mientras que ella se acomodaba en el piso correctamente, el poco de sangre que ella me brindo me serviría hasta que podamos ir de caza cerca de la ciudad próxima que tenía una basta zona salvaje; ella sonrió extendiendo su mano para pedirme su premio, y girando los ojos saque de mi bolsillo la barra de chocolate, ella adoraba lo dulce y no había hora del día que no se negara a comer un chocolate.- en casa queda solo media botella con sangre, así que el jueves que tenemos libre podemos ir…-planeo y asentí, ella paso su brazo para sostenerse de mí y fuimos hacía donde las luces de la ciudad brillaban más.-…mañana trabajo a la mañana así que es mejor que vaya a casa a dormir temprano…-yo pase mi lengua por mis labios quitando cualquier huella de sangre.

-¿ya se me aclararon los ojos?-le pregunte y me miro, asintiendo mientras que sus rizos cobre se movían.

-¿hoy sales a bailar?- puse mi mejor sonrisa, ambos sabíamos que era sábado y eso significaba descontrol total; ella frunció un poco el ceño, y no fue necesario leer su mente, ya que el sermón era algo diario.-por favor, Jun, intenta no tomar mucho, me preocupo…-quise interrumpir, y aunque yo leo la mente, ella me conoce mejor que nadie.-…ya sé que eres fuerte, rápido y todo eso, pero no me importa, solo hazme el favor y te cuidas ¿de acuerdo?- pase la mano por mis cabellos, ya que nadie se le podía negar a esos ojitos grandes.

-esta bien…-una vez que llegamos a nuestro edificio, ella me extendió mi chaqueta mientras fue hacía dentro.

-nos vemos….-se despidió, yendo rápidamente, sé que lo menos que haría era dormir, era adicta a la lectura y esta era la novena vez que leería "en el nombre de la rosa", así que tendría una noche larga. No tarde en llegar al club, era uno de mis favoritos además claro estaba que mi continua asistencias tenía sus ventajas, tragos a mitad de precio y me daban pases vip de vez en cuando; hace un tiempo me habían ofrecido para trabajar de promotor, mi físico y mi personalidad era un plus bastante importante para el trabajo, pero como ese maldito cobarde se rio de mí así que rechace la propuesta. Ahora lo considero que fue una buena decisión, más que nada porque es sábado por la noche y es momento perfecto para disfrutar y no trabajar. Me coloque mi chaqueta y fui hacía el club. La atención de muchos se enfocaron en mí cuando entre, podría arreglarme un poco más, pero estoy escaso de dinero y la verdad es que no importa como me vista, siempre luzco bien.

Las luces intermitentes y el sonido del bip de los parlantes era espectacular, tenía que romper la noche y estaba más que listo; a medida que trataba de hacerme paso entre la gente, que ya iba agolpando el lugar, sé que varias aprovecharon para tocarme, no me molesta, para nada. Los cuerpo danzando al compas de la música, era invitador, pase la mano por mis cabellos cuando leí su intensión, por suerte ya no tenía gusto a sangre en mi boca y el veneno no ya no era una amenaza. La hermosa joven rubia, con su vestido corto de lentejuelas y cuando el corazón de ambos aumenta, la ropa parece demasiada; tomando de mi brazo, deje que creyera que me manejaba, y paso su mano por mi cuello para que baje mi rostro y poniéndose de puntillas, me beso. Tan pronto como sus labios tocaron los mios, sonreí un poco, porque aun era temprano y no quería tener a nadie tan pronto; igual pase mis manos por su espalda para acercarla y sentí como ella suspiro excitada, el calor de su cuerpo aumentaba y cuando saque mi lengua ella me dejo entrar dentro de ella. Tenía un gusto muy rico, entre vodka y menta, los pensamientos de sus acompañantes estaban enfocados en mi, no sé porque decían que ella no era lo suficientemente linda para mí, aunque había tomado podía escuchar sus pensamientos y eran maravillosos, así que era hermosa, no me importaba según las otras personas tenía algunos kilitos de más, era perfecta así.

Mi lengua recorrío el interior de boca, mientras que sus manos se pegaban a mi cuerpo y tuve que separarme para dejarla respirar.-…me alegraste la noche…-le avise a la cara mientras que reía, bese castamente sus labios.-…si sigues aquí más tarde, podríamos hacer algo juntos…-propuse y me marche, mientras que sus amigas se le acercaban para saber como había sido. Fui hacia el bar y no tuve que ver el menú, cuando el bartander, Julián rio agitando la cabeza.

-¿lo de siempre?-chocamos las manos y asentí, mientras espere la jarra, jamás fui por lo seguro, en ninguna parte de mi vida, siempre todo y de una buena vez. El nuevo dj era bueno, y el lugar ya estaba lleno, captada las miradas de los demás en mí, pero aun no era tiempo, la noche era joven y yo tenía todo el tiempo de mundo. Cuando la jarra de dos libros de una mezcla que tenía de todo menos agua llego me enfoque en esta, era molesto no fumar un poco, pero era un lugar cerrado y siempre puede haber accidentes.-y… ¿viste algo que te guste?- reprimí sus pensamientos, era un buena persona, pero siempre su mente se llenaba de fantasías de mi sin ropa; era un alago que se interese para mí, pero aun no creo que me interese ese bando.

Me encorve de hombros.-todavía no…-expuse y tome la jarra para de un solo trago tomarme al menos la mitad de este; quemaba apenas, era bueno tener mi organismo en momentos como este, puedo tomar y tomar y las consecuencias jamás eran como tendrían que serlo.

-te diría que lo tomes con calma pero te he visto y eso no es nada…-acoto Julián mientras se alejaba para seguir atendiendo. La pista estaba llena y varias chicas se me acercaron para invitarme a bailar, pero no estaba de humor, por lo que cortésmente las rechace, no me gusta hacerlo pero desde hace dos meses que estoy de mal humor y la cosa no iba mejorando. Las horas pasaron y dos jarras más fueron terminadas pero aun así no podía conseguir la chispa para poder disfrutar, mis problemas querían tomar más importancia de las que realmente tenían que tener…maldito desgraciado. Lo que me das más bronca es que no lo vi venir….espero que sea feliz donde mierda este, maldito cobarde, yo jamás lo necesite, con Nessie estamos bien, perfectamente bien….maldito.

Cerré los ojos, tratando de seguir la música, necesitaba bailar, olvidar y bailar hasta que el ritmo sea solo mio, y lo percibí…el olor. Ese aroma era tan atrayente, y no fue como los de los demás, no era dulce como la sangre, pero si fresca, era algo más y me concentre por encontrarlo de donde provenía. Todos los pensamientos se acumulaban, por lo que también me ayude con mi olfato, podía sentir los olores a alcohol, traspiración, tres personas habían vomitado en la parte sur y oeste del club y los cuerpo se movían junto a la música…y lo encontré, entraba por la puerta…el olor. Me concentre en quien lo producía, pero no había ningún latido, por lo que busque en sus pensamientos y eran tan veloces que no pude seguirle paso en nada concreto, era como si su mente trabajase a diez velocidades por encima de lo normal. Abrí los ojos y busque entre medio de la gente, hice doble esfuerzo por entender lo que configuraba su mente, y ahí lo descubrí, era una mujer. Generalmente la mente tiene la misma voz que la propia y la de ella era…magnifica.

Suave y aunque parecía perdida, era tan relajante. Sonreí entusiasmado, dejando la jarra en un costado y me enderece cuando la vi aproximándose, con sus ojos abiertos de par a par; no había palabras para describirla, era más que hermosa, única. Las luces del club que titilaban, pero mi visión me permitía estudiarla; ella se coloco en medio de la pista, que estaba más alto que el resto del lugar y era espectacular. Era bajita, incluso más que Nessie, sus cabellos negros estaba corto y terminando en puntas y su cuerpo era delgado, no se notaba muy grande, no llegaría a los 16 años, pero como estaba dentro del club al menos tendría unos 18. Por primera vez en mi vida me emocione, era tan extraña, solo su belleza celestial sino su tez blanca, muy pálida y unas ojeras que combinaba con sus ojos, que eran muy claros. Ella quiso hablar y fui hacia ella, parecía impresionada por algún motivo y se me quedo esperando. Su mente trabajo y lo único que pude rescatar de su mente era "¿Qué es él?".

Cuando llegue hacia ella, apenas me llegaba a la mitad del pecho, y era fascinante poder estar ante un ser como ella. Ella movió la boca y murmuro.- ¿Qué…-levante mi mano delineando el contorno de su rostro, su piel era tan perfecta.

-puedes llamarme Jun…-le avise y por algún motivo ella retrocedió un paso temerosa.

Espero que les haya gustado. Hasta el próximo capítulo.

Bueno acá uso los mismo personajes bajo otras circunstancias, espero que les guste Jun como en la otra historia,, después se ira sabiendo más. gracias por leer.

Los personajes no me pertenecen pero si la historia.