Hola a todos, este es mi tercer fanfic, es unamezcla de géneros, pero aú así, espero muchos
comentarios acerca del mismo.... n_n
En fuga..
Capítulo Primero.
***
--Kari es...
¿Quién es ella?.... no lo sé, pero me he hecho creer que un espejismo de mí mismo. Y a pesar de lo cercana que la siento, muchas veces puede estar distante en cuerpo y en alma, pero eso no evita que exista una conexión sobrenatural entre los dos, de eso no hay duda. Su misterio me envuelve, me agrada y me eriza la piel; me domina indirectamente... aunque tal vez yo cause lo mismo en ella.
No sé lo que siento, nunca supe descifrar lo que es el amor... ¡Oh, Kari!, quisiera congelar el tiempo y deslizarme por los recuerdos que necesita mi alma; pero eso es imposible, habrá que seguir viviendo tal y como he vivido, sin olvidar el pasado y sin pensar en el futuro, solo seguir viviendo el presente..
Tu cuerpo agraciado aparece en un retrato que tengo en mi cuarto, todos los días miro esa foto y sonrío.... hay que admitir que te imagino sin ropa, es algo emocionante, pero al mismo tiempo pervertido... pero no importa ¿Oh, si?... yo se que tu sabes que lo nuestro va más allá, no necesitas decírmelo, solo me basta con dejarme ver tus ojos, que son un reflejo de tus sentimientos.
Quisiera no exclamar lo que pienso o escribir lo que siento, pero he llegado a explotar con tanto interior saturado, quiero que salga a flote todo y quiero decirte lo que nunca antes mencioné: "Eres parte importante de mi alma, fundamento de mis días y sangre de mis arterias"..... solo que no se porqué nunca lo dije, hay cosas que no sabemos porqué pasan, solo el sabio y drástico tiempo nos las da a conocer... sobra decir que espero con ansias saber ese porqué.
Mi Luz, mi fuerza y mi inspiración..... me iluminas, lo harás siempre, estés o no conmigo por toda la eternidad..... yo, te amo.
Takeru Takaishi. -
--
Aquel joven rubio tenía ya 20 años, su semblante se tornaba melancólico al escribir tan hermosas notas; aún así, estaba aburrido... miraba atento el reloj, el "tic-tac" se volvía rutina, y a pesar de que la manecilla de los segundos era veloz, la que marcaba la hora era lenta, desesperante y arrogante. Miró de nuevo el pensamiento recién escrito, suspiró... no sabía que hacer o que sentir, el amor era un tema tan intrigante y profundo que no se atrevía de lleno a explorarlo. No es que tuviera miedo, él siempre se había distinguido por ser valeroso y audaz, tampoco temía negativas, puesto que en su corazón tenía la esperanza de que la luz le correspondiera, la verdad, él no tenía dudas sobre su triunfo.
"¿Por qué he de pensar en ello todos los días?" se indagó molesto, entonces arrugó el papel con fuerza y lo arrojó a la basura "¿Acaso le temo al amor y a su profundidad?, ¿O mi alma es egoísta y se niega a ser parte de otra persona? ¡Cómo saberlo!" renegó "¡¿Cómo olvidarla!?, ¡Bah!, soy un torpe, no tengo que olvidarla, sino acercarla... así son las cosas del amor"
Sus reflexiones se tornaron graciosas, él, dentro de su mismo enojo sonreía por los disparates que surgían en su cerebro, no podía engañarse... sabía perfectamente que ansiaba ver a Kari ante todo y contra todo, quería besarla y robarle el alma.... Hacía tiempo que no la veía, él estudiaba toda la mañana y por las tardes trabajaba en el periódico de Odaiba, no le quedaba mucho tiempo libre, y cuando lo tenía muchas veces lo desperdiciaba. Ella tenía además sus propias obligaciones, sus estudios y sus "amores".. bueno, él ignoraba si existían dichos amores, mejor no pensaba en ello. Tenía la certeza de que aunque ella estuviera al otro lado de la Galaxia, su relación con Hikari Yagami no cambiaría nunca "Nuestra conexión es eterna, Kari ¡Sé que tú lo sabes!".
- ¡TK! - escuchó a sus espaldas.
- Patamon, eres tu ¡Me diste un susto! - mintió él, pues a pesar de que fue interrumpido, no se asustó en lo más mínimo - ¿Qué haces aquí?, si el jefe te ve, estaremos en problemas.
- Estaba preocupado, ya deberías estar en casa
- Hoy tengo una entrevista, justamente con el jefe, el Sr. Toriyama - anunció el chico con aires extraños - Me dijo que tenía un encargo especial para mi - agregó contento - yo creo que esa puede ser mi oportunidad para darme a conocer.. tal vez sea una crónica de los hechos pasados con digimons, ¿Te imaginas? ¡Podré narrar todo lo que nos ha acontecido!
Patamon sonrió al ver a su compañero tan feliz, en los últimos tiempos Takeru había adoptado actitudes melancólicas y taciturnas, a él no le agradaban esas facetas de TK, prefería verlo soñador y distraído.
- ¿Has salido de vacaciones en la Universidad? - cuestionó
- Si, hoy mismo... si no fuera por el trabajo estaría libre - replicó desganado, aunque ansiaba que le otorgaran esa "misión especial", tenía ganas de estar libre, como antes, tenía ganas de ser el mismo muchacho ocioso, ocurrente; quería volver a jugar baloncesto y ansiaba ver de nuevo a sus amigos y hacer una reunión - Patamon, tu me conoces muy bien, ¿No es así?
- Claro, yo te conozco mejor que nadie - agregó ingenuamente (los digimons siempre han sido algo ingenuos, ¿no creen?) - ¿Qué te pasa?, ¿Por qué lo preguntas?
- No lo sé - contestó confundido - pero siento algo extraño que me inunda y provoca que me contradiga, eso no es bueno ¡Sin duda!.. pero dime, ¿Por qué yo siempre cambio y tu sigues siendo el mismo?
- ...
- Cuando te conocí tenía 8 años y era un niño llorón, ¿No es así? ¡Apuesto a que fastidiaba a todos, especialmente a mi hermano!... pero era esperanzado y también valiente ¿Concuerdas con ello?... - Takeru bebió café y prosiguió - después nos despedimos, lloraba mucho ese día... creí que no volvería a verte; pero no era así, muy dentro de mí se encontraba la Esperanza de reencontrarnos.. ¡Y así sucedió!.
Patamon miraba asombrado a su amigo, parecía que Takeru estaba ebrio, pero no era así; Tk había tomado la costumbre de explorar demasiado su alma y sin darse cuenta comenzaba a hablar, muchas veces, sin saber lo que decía.
- Luego, pasados tres años volviste a mi, ya era yo otro ¿verdad?.. ¡Crecí mucho!, estaba mucho más alto que Kari, ni siquiera me di cuenta cuando la dejé atrás en estatura; ya no lloraba tanto, es más ¡Ya no era llorón!, me volví otro, sin duda... ¿Qué palabra usaré?.. ¡Ah, ya se.. maduré!, al menos eso diría Matt.
De nuevo surgió un silencio sin razón, Takaishi oía el latir de su corazón; se apresuró a hablar, odiaba escuchar ese latido, probablemente porque temía su corazón dejara de funcionar y se detuviera, para siempre... ¿Tenía entonces miedo a la muerte?... quien sabe, tal vez; pero ¿Acaso hay alguien que no tema morir?.
- Me he vuelto un hablantín - dijo en voz alta, pero para sí mismo - ¡Si Davis me oyera estoy seguro de que se reiría de mí por horas!; "Kari, tu TK ha enloquecido" diría, y mi amiga de la luz sonreiría y diría "No Davis, tú eres el que está perdiendo la cabeza", ¿Por qué será que ella siempre le da contraria a mi amigo Motomiya?, ¿Qué hay en el cerebro de las mujeres? ¡Siempre nos traen en ascuas!
- No entiendo muchas cosas de las que dices, TK - argumentó Patamon, tal vez Takeru si había bebido o perdido el juicio.
- No importa, tan solo estoy inspirado... ya sabes que solo soy un simple poeta soñador.
- Algún día serás famoso - animó Patamon.
- ¿Tú crees? ¡Famoso, pero en el manicomio! - Bromeó el joven - Justamente como el Marqués de Sade, pero sin escribir tantas obscenidades.
- ¿?
El reloj sonó su alarma, Takeru sonrió "por fin eran las 7"; ese día le había parecido patético, encima de todo lo había finalizado con su toque poético y extraño.
- Es hora de mi entrevista - anunció a Patamon - ¡Vaya que se me va el tiempo rápido cuando vienes a visitarme!, Solo que tendrás que esconderte, ¿No querrás que el jefe se moleste, verdad?
El rubio acarició a Patamon y éste se ocultó hábilmente tras un mueble, TK escuchó ruidos, se acercó a la puerta y al girar la perilla se detuvo, exhaló, no estaba nervioso, al contrario, estaba inspirado y eso era ya un problema para él.. "En mi adolescencia era muy difícil sacarme de mis cabales, era sereno, ahora parezco lo contrario.. ¿Por qué será?"
Su mente no paraba un instante de analizar hechos y de inventar reflexiones, estoy segura de que nuestro querido portador de la Esperanza hubiera dado lo que estuviera a su alcance con tal de no pensar un día entero y tener su mente en blanco.
Los ruidos seguían presentes, al parecer, antes de que siguiera con su tarea de abrir la puerta, alguien se le adelantó.
El que entró era un obeso calvo de rostro arrogante y gracioso a la vez, tenía la nariz muy gorda y la boca muy delgada, sus cejas blancas y espesas parecían ser el único cabello resistente que le quedaba y hacían un arco perfecto en honor a los ojos pícaros y cafés que se hallaban en el lugar más adecuado.
- ¡Takaishi, has faltado a nuestra entrevista! - gritó molesto, sin duda aquel humano no era muy paciente.
- Justamente iba hacia su oficina - respondió TK con calma externa, en su interior había un remolino de ideas y sentimientos, pero él sabía contenerse en el sitio adecuado, eso le daba su toque majestuoso de sangre fría - Son las siente en punto, el tiempo justo.
- ¡Te he dicho que a las seis, llevo una hora esperándote!.. si no fueras el mejor escritor que tengo, te echaría a la calle ¿Oíste? - por alguna razón y aunque el interés del viejo Toriyama era el causar miedo en Tk, lograba todo lo contrario, parecía que el joven Takaishi se entretenía mucho conversando con su jefe.
- Vaya, que soy descuidado - agregó "Este tipo... dijo a las 7 y ahora me sale con que a las 6", pensó - mis más sinceras disculpas - replicó de nuevo, en voz alta.
- No hay cuidado - habló el viejo sintiendo haber triunfado sobre el estudiante, que en realidad, ni se había alterado - pero que no se repita, sino me veré obligado a olvidar quien es su padre.
- ¿Quiere decir que gozo de sus favores gracias a que conoce y admira a mi padre?.. Me gustaría ser valorado por mis propios méritos, Señor.
- Ya he dicho que eres el mejor, no hagas que lo repita.
Ahora fue Takeru quien sonrió triunfante.
- He querido enviarte a ti - comenzó - soy viejo, pero eso no evita que me de cuenta que un día de éstos vas a poner la oficina de cabeza.
- ¿Ha usado ese término de forma subjetiva? - Preguntó curioso.
- Tal vez; pero me he dado cuenta que tienes demasiada energía como para estar encerrado tanto tiempo en este cuarto de oficinas, te apasiona escribir, lo se, pero tienes corazón aventurero.
- ¿Pondré mi oficina al aire libre? - volvió a bromear, si, de verdad estaba enloqueciendo.
- ¡A eso me refiero, justamente!, ¡Esos disparates! ¡Esos monólogos a media tarde!.. o, ¿Has traído acaso a ese digimon tuyo?
- No, ahora que lo menciona, mi Patamon está enfermo - replicó - así que como debo ir a cuidarle, como buen amigo; me gustaría que apresurara esta entrevista y me diera mi misión; ya me quedó bien claro que no me quiere dentro del edificio.
El viejo tomó asiento, Takeru siguió de pie, el "jefe" adquirió un semblante serio.
- Odaiba entera ha sido invadida por un rumor - dijo él - al parecer existe una leyenda en el Digimundo que puede ser utilizada para conquistar el mundo o algo por el estilo; hay un clan ahora en busca de aquella cosa rara que ignoro que sea, pero que según se dice es importante... de algo estoy seguro ¡Quieren ocultarle todo a los medios de comunicación!
Takeru miraba al anciano de forma intrigante, el hombre se había vuelto serio y silencioso, incluso, nuestro joven héroe no había notado su ligero gorjeo al hablar, la mirada de su jefe se tornó maliciosa y él, como buen observador cayó en cuenta de que algo extraño ocurría.
- ¿Cómo es entonces que los medios dieron con ese rumor? - preguntó
- Hemos recibido anónimos, digo, el gobierno japonés los ha recibido
- Ya veo - agregó TK - ¿Quién se supone que es sospechoso de mandar aquellos recaditos? - Replicó con ironía.
- Creemos que el Clan Neodigi-nazi - respondió - porque parecen amenazas.
- ¿Qué clase de amenazas?
- ¡Que joven tan curioso!, ¿No sabías que la curiosidad mató al gato?
- ¿Ah, sí? - Contestó con un toque arrogante "Eso tendrías que informarle a cierto amigo mío de cabello rojo llamado Izzy" pensó - pero sin curiosidad no podré servirle adecuadamente, señor... ¿O me equivoco?, usted quiere mandarme a investigar el caso.
- No te equivocas, eres el mejor de mis reporteros
- Prefiero el término de escritor - interrumpió él - ahora quisiera que me diga eso de las amenazas.
- Está bien - dijo Toriyama - el gobierno ha recibido amenazas de bombas de hidrógeno sino revelamos al espía
- ¿Espía?
- El Clan Neodigi-Nazi cree que el gobierno tiene un espía que está frustrando sus planes.
- ¿Y lo tiene?
- Claro que no, pero hay un sujeto que sabe mucho del tema - argumentó - es un tipo salido de la nada, pero sin duda un experto en informática puesto que ha franqueado muchas trampas. Además se sabe también que es un experto en temas del Digimundo y sus conexiones con la tierra.
- Que interesante... ¿Qué debo hacer, espiarle? - indagó
- No, tú lo has dicho, eres escritor - agregó - pero he logrado que acceda a una entrevista particular.
- ¿Solo eso?, ¿Debo entrevistarle?
- ¿Qué no es suficiente? - El anciano sacó de su bolsillo un papel intacto de arrugas y se lo dio al chico - la cita es mañana al anochecer, esperaré a que te comuniques conmigo. Los datos están en éste papel.
- De acuerdo - terminó el rubio, algo cansado de tanto embrollo por una entrevista con un científico loco, seguro eran simples rumores eso del "Clan Neodigi-nazi", lo que quería su jefe era alejarlo del trabajo por su "exceso de energía"
- Ahh, Sr. Takaishi, olvidaba decirle
- ¿Qué sucede?
- Ya que me dé los datos de la entrevista, le daré unas vacaciones merecidas.
- ¡Bravo! - replicó él, - menos mal señor, con tanto trabajo casi desfallezco.
La ironía de TK era extraña, con un toque místico.
- vámonos, Patamon.
Su digimon salió de la nada y ambos evacuaron por la puerta principal.
- ¡Descarado! ¿Cómo que trae a su Digimon? ¡y todavía osa en mentirme!
- No señor, no mal interprete; Patamon y yo vamos a la farmacia por la medicina.
"Se ha decepcionado.. ¿Qué esperaba?, ¿Acaso un premio, un diploma o una sección más en el periódico? ; sea como sea, yo ya hice mi parte... todo está listo" pensó el anciano Toriyama, antes de salir de la oficina de Takeru Takaishi.
--
Él estaba sudando como nunca, sus nervios lo acogían como a cualquier miedoso; pero en medio de ese temor lo dominaba una calma eterna "Despacio, que voy de prisa" pensó mientras avanzaba en su peligroso proyecto, temía ser descubierto.
Se encontraba en una cueva secreta, cualquier humano jamás hubiera imaginado que se hallaba ahí una base subterránea del enemigo.
Ese hombre era tal vez un espía, se había introducido ahí de manera ingeniosa y ahora, después de destruir momentáneamente el sistema de alarmas, se hallaba robando datos que le serían de mucha utilidad en el futuro.
- No deben tardar en regenerarse las alarmas - argumentó - debo darme prisa.
Tenía el rostro pálido, que era un contraste excelente con sus ojos negros, intensos y profundos; esos ojos misteriosos no tenían una definición clara, pero eso no importa ahora, sigamos con la descripción de este enigmático personaje. Tenía el cabello negro, largo y lacio, lo cubría con una gorra anticuada que lograba taparle el sitio de las cejas; tenía también una larga barba del mismo color. Parecía que su intención era hacerse ver más viejo de lo que estaba, pero sus esfuerzos eran en vano, ya que nadie le atribuiría más de 30 años.
- Listo - sonrió triunfante, sacó un extraño cartucho y lo guardó celosamente en su bolsillo.
El sistema de alarmas comenzó a funcionar de nuevo, /Intruso en el pasillo 6/, gritaba la máquina de forma mecánica.
"Genial" se dijo con ironía "Ya terminé y Tentomon todavía no regresa" .
Ahora comenzó a huir, escuchó ruidos intensos cada vez más cercanos, seguía huyendo con el paso firme, pero no podía evacuar el sitio sin su amigo digimon.
"Demonios, ¿En dónde se metió?, Si no se da prisa todo el esfuerzo realizado será en vano y no podré saber que es lo que se proponen" pensó "Todo estará bien, siempre y cuando no me manden matar con un digimon poderoso" .
Y como si los hubiera invocado, de la nada aparecieron 4 Andromons.
//Destruir al objetivo//, dijeron en coro. "Espada, deslumbrante" - gritaron mientras atacaban.
El joven logró huir milagrosamente de esos cuatro ataques mortales, sin embargo, poco a poco lo fueron acorralando. La operación de ataque se iba a repetir, pero en ese momento, se oyó.
- "Cuerno mortal" -
El muchacho sonrió, su amigo había llegado.
- ¡MegaKabuterimon! - gritó complacido - ¡Tardaste mucho!, Vámonos.
El chico trepó en el Digimon hábilmente, sin duda ya había hecho eso antes, pues parecía todo un experto.
El vuelo comenzó (o sea, el escape); pero el ataque no cesó, los andromons fueron reemplazados por Digimons aéreos (mm, imaginen algunos, ahorita no recuerdo).
- Nos siguen persiguiendo - comentó el hombre, que analizaba algo en una computadora portátil - lo mejor será bajar y despistarlos - agregó improvisando.
- ¿No crees que también nos siguen por tierra?
- De eso no cabe duda, esos Andromons están muy bien entrenados y nos perseguirán hasta el fin del mundo; por eso te digo Megakabuterimon, hay que despistarlos.
- Entendido.
El digimon insecto trató de bajar cautelosamente, claro que fue visto, pero eso no tenía importancia.
//El intruso ha abandonado los aires y ha aterrizado en el parque de Odaiba//, (es verdad, creo haber puesto que estaban en una cueva, pero tengan en cuenta que ya llevaban rato volando).
Al llegar al suelo, y sin descansar, el chico siguió corriendo, su Digimon había vuelto a ser un Tentomon y seguía volando (a mucha menos altura, claro) al lado de su amigo.
- Hay que separarnos, así será más sencillo confundirlos - ordenó. Entonces con unos binoculares observó como los Digimons aéreos llegaban al parque (al otro lado del parque) y depositaban a los Andromons en el sitio (que estaban en las espaldas de los mismos).
- De acuerdo - contestó Tentomon - nos veremos en casa
- Si, hasta pronto... y cuídate.
Tentomon se apresuró a desaparecer de la vista del joven, éste, de acuerdo a los datos de su computadora, dio en cuenta que los enemigos se hallaban cerca.
- Tengo que encontrar la manera de despistarlos - agregó, con voz algo temblorosa - no puedo terminar aquí, todo mi esfuerzo sería en vano... no puedo morir sin darles a mis amigos tan valiosos datos.
A los lejos vio a una chica solitaria, era ya de noche y no la observó bien... pero esa chica, de acuerdo a su objetivo, sería el plan perfecto para despistar a los Andromon.
Se acercó a ella corriendo velozmente, la chica estaba distraída y eso le impidió ver que un joven de aspecto tenebroso se acercaba a ella con intensiones desconocidas.
Ya estaba muy cerca de ella, se detuvo en unos arbustos y, con la mayor rapidez posible, hizo desaparecer una peluca de cabellos negros y una larga barba del mismo tono.
Ahora el chico dejaba ver su desparpajada cabellera roja, sus cejas gruesas y vivas... su aspecto nuevo y tal vez verdadero lo hizo verse muy joven, a lo mucho tendría 22 años (supongo que ya saben de quien se trata, ¿verdad?).
Volvió a correr, ésta vez más velozmente puesto que a lo lejos había visto a un Andromon. Llegó con la chica y sin pedirle permiso, la arrastró hasta un árbol y la abrazó.
- Por favor, después de esto podrás matarme a golpes; pero de ti depende mi vida - rogó con tono desesperado y suplicante, acto seguido comenzó a besar en la boca a dicha jovencita, que parecía más admirada que molesta.
El Andromon se acercó, la joven, que estaba de frente le miró temerosa.. El Andromon los pasó de largo, ella claramente pudo oír.
//El intruso ha abandonado el parque, de eso no cabe duda, volvamos a la base.. solo encontré a dos humanos desconocidos//
EL digimon Androide se alejó, solo cuando ya hubo desaparecido por completo, el chico soltó a la chica, miro al suelo y le dijo apenado.
- Lo lamento, ahora si puedes golpearme... he sido un grosero, pero gracias a ti sigo vivo.
La joven sonrió, observó que su interlocutor ni siquiera le miraba a la cara "Como siempre, sigue de despistado; apuesto a que no sabe ni a quien besó" pensó ella.
- Antes de golpearte por tu atrevimiento, quisiera saber el motivo del beso, Izzy - dijo ella, bastante divertida.
Koushiro alzó la cabeza y al ver y oír la voz de aquella vieja conocida se sonrojó intensamente "¡OH, Dios!" Reflexionó "Entre tantas chicas, ¿por qué tuvo que ser ella?, menos mal que nadie lo vio"
- So...Sora!!! - gritó bastante confundido - ¡Lo siento!
Sora Takenouchi volvió a sonreír.
"Si Matt o Tai me hubieran visto, soy hombre muerto" pensó el pelirrojo "Hasta eso que tuve suerte".
- ¿Vas a decirme porqué me besaste?, Sé que lo hubieras hecho con cualquier chica, ya que ni siquiera me miraste cuando me pedías permiso.
- Si te hubiera visto, no te habría besado
- Eso ya lo sé, pero ¿Vas a hablar?, me tienes intrigada amigo - replicó ella, claro estaba que le daba curiosidad el saber que tenía Izzy en su cerebro, lo veía y lo notaba nervioso, más todavía, seguro era por haberla besado.
- Claro, te debo una explicación - contestó - pero primero me gustaría sentarme, ¿Te parece bien si vamos a los columpios?
- Está bien - agregó ella.
Caminaban lentamente; Sora podía notar como las mejillas de Izzy volvían a ser pálidas. ¿Qué podía pensar ella de aquel beso?, simplemente nada, hablando sentimentalmente, pero le causaba intriga el no saber porqué lo recibió. "Hubiera besado a cualquier chica en su desesperación, eso quiere decir que trae un problema enorme"
Llegaron al sitio de los columpios, él se sentó, seguido por su amiga mayor. Trató de calmar su agitada respiración.
- Me salvé de ésta - empezó - pero dime Sora, ¿Qué hacías en el parque a tan elevada hora de la noche?
- Pensaba, acabo de llegar de la Universidad a mi casa, ya sabes, por las vacaciones de verano - contestó, pero luego reflexionó y se dio cuenta de que Izzy trataba de desviar el tema - pero no estamos hablando de mí, sino de ti
- Es verdad, lo lamento
- Entonces empieza Koushiro, hace mucho que no se de ti y me apetece charlar contigo.
- ¿En serio?
- Si, ya te lo dije - agregó coquetamente.
- Empezaré a contarte entonces, después de todo, sé que tarde o temprano te lo diría.
- ¿Ah, sí?
- Claro, al menos a ti si - replicó - ya que eres una de los más conscientes de los Digielegidos.
- Me asustas Izzy, habla claro.
- Seguro te diste cuenta que esos Andromon querían matarme,
- Obvio - interrumpió ella de forma fugaz - ¿Por qué?
- Están entrenados para matar a los intrusos y yo era un intruso.
- ¿Intruso de qué?
- Robé datos en la base secreta de cierto clan de terroristas. - guardó silencio, luego siguió, pero cambiando de tema - Hay una leyenda que habla del llamado "Emblema de la Paz"
- No he oído hablar de dicho emblema.
- Genai me informó de la existencia de esa leyenda - siguió él - al parecer encontró un manuscrito en unas ruinas, solo que ese manuscrito se lo han robado.
- ¿Quién?, ¿Cómo lo han podido robar? ¡La casa de Genai está muy bien escondida! - Replicó ella.
- No lo se, Sora... tal vez ese clan, pero ignoro quienes son - contestó él - lo extraño según mi perspectiva es que hayan podido cruzar las barreras que existen en el mundo Digital, tú sabes que éstas impiden que los humanos corrientes exploren el Digimundo, solo hay libre acceso para la Isla File... (para mayor comprensión del relato, se aconseja leer Fusión Prohibida). El caso es que ese clan planea robar el emblema de la Paz, si esto sucede, es posible que surjan algún tipo de alteraciones y comiencen más guerras.
- Discúlpame, pero las guerras nunca han dejado de existir
- Concuerdo con ello, pero hablo de otro tipo de alteraciones
- ¿Cuáles?
- Aún no lo sé - explicó -para averiguarlo ocupo al menos la ayuda de Ken y de algunos de ustedes... ha sido muy difícil hacer todo esto solo.
- A eso se le llama no saber pedir ayuda, Izzy - renegó ella - bien pudiste informar antes.
- Lo sé, pero era mejor así... si los del clan descubren y sospechan que los digiestinados están involucrados acelerarán sus maniobras, pues solo nosotros podemos impedir que cumplan sus objetivos. Yo mismo he tenido que crearme una doble identidad.
- Ya veo - mencionó la chica - ¿A quienes quieres informar?
- No se, pero ya lo pensaré..
- Izzy, creo que es mejor que todos sepan
- Si, tienes razón - agregó desganado - "Todos para uno y uno para todos", ¿verdad?
- Sí
- Sora, ¿podríamos dejar este tema atrás?, estoy cansado de pensar en esto
- Como quieras - respondió - mejor dejémoslo para una reunión en grupo, ¿Te parece?
- Sí; mañana en la tarde podríamos reunirnos y platicar con más calma, ahora todavía siento que Andromon me lanza su ataque de la nada, eso no es nada agradable.
- Lo imagino - dijo Sora.
Ella miró a su amigo de forma profunda, de verdad parecía alterado, pero no cualquier persona podía notar su turbación. Hubo un silencio largo, ella aprovechó para darle vuelo a su columpio y admirar el parque. Era un sitio tranquilo y por las noches, silencioso "Todo es cuestión de que los niños se alejen", el único ruido era tal vez el bullicio de los pájaros y el canto aturdidor de los grillos (Además del ruido que provocaba al columpiarse). A veces le parecía difícil hablar con el Portador del Conocimiento, él no se abría mucho para pláticas profundas y por otra parte era todavía más complicado tener una plática trivial con él. Ella sabía que Izzy solo hablaba lo necesario, y era por su parte, buen oyente. "¿Por qué no hablar en serio con él?" se indagó "Su punto de vista podría ser el adecuado"
- ¿Qué tienes Sora? - Preguntó de pronto Izzy - no te ves muy bien; si es por el beso, todavía puedes pegarme, me lo merezco; por otra parte, prometo que no le diré ni a Tai ni a Matt.
- ¿Qué tienen que ver ellos aquí? - cuestionó molesta
- Eso solo tu lo sabes - inquirió él - Yo solo se que tengo dos amigos que van hacia ti, pero en cambio tengo una amiga, que no puede complacer a ambos.
- Tienes razón... al parecer sabes muy bien como me siento.
- "Entre la Espada y la Pared" - agregó solemnemente - solo que debes de decidir quién es la Espada y quien la Pared.
- Ese es el problema, ¿Por qué debo ser yo quien rompa con las ilusiones de la espada o la pared? , ¿A quién debo ceder?
- ¿Sabes lo que pienso?
- No, no lo se... sería bueno que me lo dijeras, eso podría ser un consejo.
- No Sora, no debes pedirle consejos a un chico que no tiene buena suerte con las mujeres - replicó - pero al menos creo que no debes presionarte; Eso no es bueno.. Aleja de tu mente esos embrollos, seguro que se te despeja el cerebro y corazón y se aclara todo.
- Pero, ¿Cómo saber si quiero a alguno de ellos?, Me presionan con sus actitudes.
- No esperes a que te diga que escojas a uno; Tanto Taichi como Yamatto son amigos míos; y aunque suene cruel, la verdad es que es tu decisión.
- Tienes razón - ella sonrió y pareció querer dejar ese tema amoroso atrás, Koushiro sonrió también y captó el mensaje - ¿Qué me dices de ti?
- ¿Qué te puedo decir?, ¡Mi vida social es tan monótona como aburrida! - Argumentó - al menos tu tienes problemas amorosos, pero yo ni siquiera tengo amores.
- Eso crees tú, ya verás que cuando menos lo imagines, vendrán
- ¿Lo crees?, ¡Ojalá!; ¿Y los demás? ¿Qué has sabido de ellos?
- No mucho, cada quien está con sus ocupaciones escolares; se que Daisuke abrió un pequeño puesto de comida japonesa.
- ¿En serio? ¡Davis??, no me lo imagino
- ¡Oh, la comida es deliciosa!, ¿Te parece bien ir mañana a ese centro comercial?
- Me parece excelente
- ¿Ya saliste de la Universidad?
- Me gradué hace un semestre - dijo Izzy con modestia - adelanté cursos
- Apuesto a que ya no tenían nada que enseñarte
- No es eso, solo me esforcé en adelantarme.. Será bueno para mis padres el recibir esta noticia, hace mucho que no los veo, esta noche iré a cenar con ellos, ¿Gustas?
- Nos gracias, esperaré a Biyomon, no tarda en llegar por mí.
- De acuerdo, entonces me retiro, Tentomon me espera ya en casa de mis padres... Sora, no tardes mucho en irte del parque, es zona peligrosa, amiga
- No te preocupes, allá viene Biyomon - avisó ella
- Sora, otra cosa
- ¿Qué pasa?
- Me alegra mucho haberte encontrado, gracias por no golpearme.
- A mí también me dio gusto verte, después de tanto tiempo.
Los dos amigos se separaron, bajo las tinieblas de la noche.
comentarios acerca del mismo.... n_n
En fuga..
Capítulo Primero.
***
--Kari es...
¿Quién es ella?.... no lo sé, pero me he hecho creer que un espejismo de mí mismo. Y a pesar de lo cercana que la siento, muchas veces puede estar distante en cuerpo y en alma, pero eso no evita que exista una conexión sobrenatural entre los dos, de eso no hay duda. Su misterio me envuelve, me agrada y me eriza la piel; me domina indirectamente... aunque tal vez yo cause lo mismo en ella.
No sé lo que siento, nunca supe descifrar lo que es el amor... ¡Oh, Kari!, quisiera congelar el tiempo y deslizarme por los recuerdos que necesita mi alma; pero eso es imposible, habrá que seguir viviendo tal y como he vivido, sin olvidar el pasado y sin pensar en el futuro, solo seguir viviendo el presente..
Tu cuerpo agraciado aparece en un retrato que tengo en mi cuarto, todos los días miro esa foto y sonrío.... hay que admitir que te imagino sin ropa, es algo emocionante, pero al mismo tiempo pervertido... pero no importa ¿Oh, si?... yo se que tu sabes que lo nuestro va más allá, no necesitas decírmelo, solo me basta con dejarme ver tus ojos, que son un reflejo de tus sentimientos.
Quisiera no exclamar lo que pienso o escribir lo que siento, pero he llegado a explotar con tanto interior saturado, quiero que salga a flote todo y quiero decirte lo que nunca antes mencioné: "Eres parte importante de mi alma, fundamento de mis días y sangre de mis arterias"..... solo que no se porqué nunca lo dije, hay cosas que no sabemos porqué pasan, solo el sabio y drástico tiempo nos las da a conocer... sobra decir que espero con ansias saber ese porqué.
Mi Luz, mi fuerza y mi inspiración..... me iluminas, lo harás siempre, estés o no conmigo por toda la eternidad..... yo, te amo.
Takeru Takaishi. -
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Aquel joven rubio tenía ya 20 años, su semblante se tornaba melancólico al escribir tan hermosas notas; aún así, estaba aburrido... miraba atento el reloj, el "tic-tac" se volvía rutina, y a pesar de que la manecilla de los segundos era veloz, la que marcaba la hora era lenta, desesperante y arrogante. Miró de nuevo el pensamiento recién escrito, suspiró... no sabía que hacer o que sentir, el amor era un tema tan intrigante y profundo que no se atrevía de lleno a explorarlo. No es que tuviera miedo, él siempre se había distinguido por ser valeroso y audaz, tampoco temía negativas, puesto que en su corazón tenía la esperanza de que la luz le correspondiera, la verdad, él no tenía dudas sobre su triunfo.
"¿Por qué he de pensar en ello todos los días?" se indagó molesto, entonces arrugó el papel con fuerza y lo arrojó a la basura "¿Acaso le temo al amor y a su profundidad?, ¿O mi alma es egoísta y se niega a ser parte de otra persona? ¡Cómo saberlo!" renegó "¡¿Cómo olvidarla!?, ¡Bah!, soy un torpe, no tengo que olvidarla, sino acercarla... así son las cosas del amor"
Sus reflexiones se tornaron graciosas, él, dentro de su mismo enojo sonreía por los disparates que surgían en su cerebro, no podía engañarse... sabía perfectamente que ansiaba ver a Kari ante todo y contra todo, quería besarla y robarle el alma.... Hacía tiempo que no la veía, él estudiaba toda la mañana y por las tardes trabajaba en el periódico de Odaiba, no le quedaba mucho tiempo libre, y cuando lo tenía muchas veces lo desperdiciaba. Ella tenía además sus propias obligaciones, sus estudios y sus "amores".. bueno, él ignoraba si existían dichos amores, mejor no pensaba en ello. Tenía la certeza de que aunque ella estuviera al otro lado de la Galaxia, su relación con Hikari Yagami no cambiaría nunca "Nuestra conexión es eterna, Kari ¡Sé que tú lo sabes!".
- ¡TK! - escuchó a sus espaldas.
- Patamon, eres tu ¡Me diste un susto! - mintió él, pues a pesar de que fue interrumpido, no se asustó en lo más mínimo - ¿Qué haces aquí?, si el jefe te ve, estaremos en problemas.
- Estaba preocupado, ya deberías estar en casa
- Hoy tengo una entrevista, justamente con el jefe, el Sr. Toriyama - anunció el chico con aires extraños - Me dijo que tenía un encargo especial para mi - agregó contento - yo creo que esa puede ser mi oportunidad para darme a conocer.. tal vez sea una crónica de los hechos pasados con digimons, ¿Te imaginas? ¡Podré narrar todo lo que nos ha acontecido!
Patamon sonrió al ver a su compañero tan feliz, en los últimos tiempos Takeru había adoptado actitudes melancólicas y taciturnas, a él no le agradaban esas facetas de TK, prefería verlo soñador y distraído.
- ¿Has salido de vacaciones en la Universidad? - cuestionó
- Si, hoy mismo... si no fuera por el trabajo estaría libre - replicó desganado, aunque ansiaba que le otorgaran esa "misión especial", tenía ganas de estar libre, como antes, tenía ganas de ser el mismo muchacho ocioso, ocurrente; quería volver a jugar baloncesto y ansiaba ver de nuevo a sus amigos y hacer una reunión - Patamon, tu me conoces muy bien, ¿No es así?
- Claro, yo te conozco mejor que nadie - agregó ingenuamente (los digimons siempre han sido algo ingenuos, ¿no creen?) - ¿Qué te pasa?, ¿Por qué lo preguntas?
- No lo sé - contestó confundido - pero siento algo extraño que me inunda y provoca que me contradiga, eso no es bueno ¡Sin duda!.. pero dime, ¿Por qué yo siempre cambio y tu sigues siendo el mismo?
- ...
- Cuando te conocí tenía 8 años y era un niño llorón, ¿No es así? ¡Apuesto a que fastidiaba a todos, especialmente a mi hermano!... pero era esperanzado y también valiente ¿Concuerdas con ello?... - Takeru bebió café y prosiguió - después nos despedimos, lloraba mucho ese día... creí que no volvería a verte; pero no era así, muy dentro de mí se encontraba la Esperanza de reencontrarnos.. ¡Y así sucedió!.
Patamon miraba asombrado a su amigo, parecía que Takeru estaba ebrio, pero no era así; Tk había tomado la costumbre de explorar demasiado su alma y sin darse cuenta comenzaba a hablar, muchas veces, sin saber lo que decía.
- Luego, pasados tres años volviste a mi, ya era yo otro ¿verdad?.. ¡Crecí mucho!, estaba mucho más alto que Kari, ni siquiera me di cuenta cuando la dejé atrás en estatura; ya no lloraba tanto, es más ¡Ya no era llorón!, me volví otro, sin duda... ¿Qué palabra usaré?.. ¡Ah, ya se.. maduré!, al menos eso diría Matt.
De nuevo surgió un silencio sin razón, Takaishi oía el latir de su corazón; se apresuró a hablar, odiaba escuchar ese latido, probablemente porque temía su corazón dejara de funcionar y se detuviera, para siempre... ¿Tenía entonces miedo a la muerte?... quien sabe, tal vez; pero ¿Acaso hay alguien que no tema morir?.
- Me he vuelto un hablantín - dijo en voz alta, pero para sí mismo - ¡Si Davis me oyera estoy seguro de que se reiría de mí por horas!; "Kari, tu TK ha enloquecido" diría, y mi amiga de la luz sonreiría y diría "No Davis, tú eres el que está perdiendo la cabeza", ¿Por qué será que ella siempre le da contraria a mi amigo Motomiya?, ¿Qué hay en el cerebro de las mujeres? ¡Siempre nos traen en ascuas!
- No entiendo muchas cosas de las que dices, TK - argumentó Patamon, tal vez Takeru si había bebido o perdido el juicio.
- No importa, tan solo estoy inspirado... ya sabes que solo soy un simple poeta soñador.
- Algún día serás famoso - animó Patamon.
- ¿Tú crees? ¡Famoso, pero en el manicomio! - Bromeó el joven - Justamente como el Marqués de Sade, pero sin escribir tantas obscenidades.
- ¿?
El reloj sonó su alarma, Takeru sonrió "por fin eran las 7"; ese día le había parecido patético, encima de todo lo había finalizado con su toque poético y extraño.
- Es hora de mi entrevista - anunció a Patamon - ¡Vaya que se me va el tiempo rápido cuando vienes a visitarme!, Solo que tendrás que esconderte, ¿No querrás que el jefe se moleste, verdad?
El rubio acarició a Patamon y éste se ocultó hábilmente tras un mueble, TK escuchó ruidos, se acercó a la puerta y al girar la perilla se detuvo, exhaló, no estaba nervioso, al contrario, estaba inspirado y eso era ya un problema para él.. "En mi adolescencia era muy difícil sacarme de mis cabales, era sereno, ahora parezco lo contrario.. ¿Por qué será?"
Su mente no paraba un instante de analizar hechos y de inventar reflexiones, estoy segura de que nuestro querido portador de la Esperanza hubiera dado lo que estuviera a su alcance con tal de no pensar un día entero y tener su mente en blanco.
Los ruidos seguían presentes, al parecer, antes de que siguiera con su tarea de abrir la puerta, alguien se le adelantó.
El que entró era un obeso calvo de rostro arrogante y gracioso a la vez, tenía la nariz muy gorda y la boca muy delgada, sus cejas blancas y espesas parecían ser el único cabello resistente que le quedaba y hacían un arco perfecto en honor a los ojos pícaros y cafés que se hallaban en el lugar más adecuado.
- ¡Takaishi, has faltado a nuestra entrevista! - gritó molesto, sin duda aquel humano no era muy paciente.
- Justamente iba hacia su oficina - respondió TK con calma externa, en su interior había un remolino de ideas y sentimientos, pero él sabía contenerse en el sitio adecuado, eso le daba su toque majestuoso de sangre fría - Son las siente en punto, el tiempo justo.
- ¡Te he dicho que a las seis, llevo una hora esperándote!.. si no fueras el mejor escritor que tengo, te echaría a la calle ¿Oíste? - por alguna razón y aunque el interés del viejo Toriyama era el causar miedo en Tk, lograba todo lo contrario, parecía que el joven Takaishi se entretenía mucho conversando con su jefe.
- Vaya, que soy descuidado - agregó "Este tipo... dijo a las 7 y ahora me sale con que a las 6", pensó - mis más sinceras disculpas - replicó de nuevo, en voz alta.
- No hay cuidado - habló el viejo sintiendo haber triunfado sobre el estudiante, que en realidad, ni se había alterado - pero que no se repita, sino me veré obligado a olvidar quien es su padre.
- ¿Quiere decir que gozo de sus favores gracias a que conoce y admira a mi padre?.. Me gustaría ser valorado por mis propios méritos, Señor.
- Ya he dicho que eres el mejor, no hagas que lo repita.
Ahora fue Takeru quien sonrió triunfante.
- He querido enviarte a ti - comenzó - soy viejo, pero eso no evita que me de cuenta que un día de éstos vas a poner la oficina de cabeza.
- ¿Ha usado ese término de forma subjetiva? - Preguntó curioso.
- Tal vez; pero me he dado cuenta que tienes demasiada energía como para estar encerrado tanto tiempo en este cuarto de oficinas, te apasiona escribir, lo se, pero tienes corazón aventurero.
- ¿Pondré mi oficina al aire libre? - volvió a bromear, si, de verdad estaba enloqueciendo.
- ¡A eso me refiero, justamente!, ¡Esos disparates! ¡Esos monólogos a media tarde!.. o, ¿Has traído acaso a ese digimon tuyo?
- No, ahora que lo menciona, mi Patamon está enfermo - replicó - así que como debo ir a cuidarle, como buen amigo; me gustaría que apresurara esta entrevista y me diera mi misión; ya me quedó bien claro que no me quiere dentro del edificio.
El viejo tomó asiento, Takeru siguió de pie, el "jefe" adquirió un semblante serio.
- Odaiba entera ha sido invadida por un rumor - dijo él - al parecer existe una leyenda en el Digimundo que puede ser utilizada para conquistar el mundo o algo por el estilo; hay un clan ahora en busca de aquella cosa rara que ignoro que sea, pero que según se dice es importante... de algo estoy seguro ¡Quieren ocultarle todo a los medios de comunicación!
Takeru miraba al anciano de forma intrigante, el hombre se había vuelto serio y silencioso, incluso, nuestro joven héroe no había notado su ligero gorjeo al hablar, la mirada de su jefe se tornó maliciosa y él, como buen observador cayó en cuenta de que algo extraño ocurría.
- ¿Cómo es entonces que los medios dieron con ese rumor? - preguntó
- Hemos recibido anónimos, digo, el gobierno japonés los ha recibido
- Ya veo - agregó TK - ¿Quién se supone que es sospechoso de mandar aquellos recaditos? - Replicó con ironía.
- Creemos que el Clan Neodigi-nazi - respondió - porque parecen amenazas.
- ¿Qué clase de amenazas?
- ¡Que joven tan curioso!, ¿No sabías que la curiosidad mató al gato?
- ¿Ah, sí? - Contestó con un toque arrogante "Eso tendrías que informarle a cierto amigo mío de cabello rojo llamado Izzy" pensó - pero sin curiosidad no podré servirle adecuadamente, señor... ¿O me equivoco?, usted quiere mandarme a investigar el caso.
- No te equivocas, eres el mejor de mis reporteros
- Prefiero el término de escritor - interrumpió él - ahora quisiera que me diga eso de las amenazas.
- Está bien - dijo Toriyama - el gobierno ha recibido amenazas de bombas de hidrógeno sino revelamos al espía
- ¿Espía?
- El Clan Neodigi-Nazi cree que el gobierno tiene un espía que está frustrando sus planes.
- ¿Y lo tiene?
- Claro que no, pero hay un sujeto que sabe mucho del tema - argumentó - es un tipo salido de la nada, pero sin duda un experto en informática puesto que ha franqueado muchas trampas. Además se sabe también que es un experto en temas del Digimundo y sus conexiones con la tierra.
- Que interesante... ¿Qué debo hacer, espiarle? - indagó
- No, tú lo has dicho, eres escritor - agregó - pero he logrado que acceda a una entrevista particular.
- ¿Solo eso?, ¿Debo entrevistarle?
- ¿Qué no es suficiente? - El anciano sacó de su bolsillo un papel intacto de arrugas y se lo dio al chico - la cita es mañana al anochecer, esperaré a que te comuniques conmigo. Los datos están en éste papel.
- De acuerdo - terminó el rubio, algo cansado de tanto embrollo por una entrevista con un científico loco, seguro eran simples rumores eso del "Clan Neodigi-nazi", lo que quería su jefe era alejarlo del trabajo por su "exceso de energía"
- Ahh, Sr. Takaishi, olvidaba decirle
- ¿Qué sucede?
- Ya que me dé los datos de la entrevista, le daré unas vacaciones merecidas.
- ¡Bravo! - replicó él, - menos mal señor, con tanto trabajo casi desfallezco.
La ironía de TK era extraña, con un toque místico.
- vámonos, Patamon.
Su digimon salió de la nada y ambos evacuaron por la puerta principal.
- ¡Descarado! ¿Cómo que trae a su Digimon? ¡y todavía osa en mentirme!
- No señor, no mal interprete; Patamon y yo vamos a la farmacia por la medicina.
"Se ha decepcionado.. ¿Qué esperaba?, ¿Acaso un premio, un diploma o una sección más en el periódico? ; sea como sea, yo ya hice mi parte... todo está listo" pensó el anciano Toriyama, antes de salir de la oficina de Takeru Takaishi.
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Él estaba sudando como nunca, sus nervios lo acogían como a cualquier miedoso; pero en medio de ese temor lo dominaba una calma eterna "Despacio, que voy de prisa" pensó mientras avanzaba en su peligroso proyecto, temía ser descubierto.
Se encontraba en una cueva secreta, cualquier humano jamás hubiera imaginado que se hallaba ahí una base subterránea del enemigo.
Ese hombre era tal vez un espía, se había introducido ahí de manera ingeniosa y ahora, después de destruir momentáneamente el sistema de alarmas, se hallaba robando datos que le serían de mucha utilidad en el futuro.
- No deben tardar en regenerarse las alarmas - argumentó - debo darme prisa.
Tenía el rostro pálido, que era un contraste excelente con sus ojos negros, intensos y profundos; esos ojos misteriosos no tenían una definición clara, pero eso no importa ahora, sigamos con la descripción de este enigmático personaje. Tenía el cabello negro, largo y lacio, lo cubría con una gorra anticuada que lograba taparle el sitio de las cejas; tenía también una larga barba del mismo color. Parecía que su intención era hacerse ver más viejo de lo que estaba, pero sus esfuerzos eran en vano, ya que nadie le atribuiría más de 30 años.
- Listo - sonrió triunfante, sacó un extraño cartucho y lo guardó celosamente en su bolsillo.
El sistema de alarmas comenzó a funcionar de nuevo, /Intruso en el pasillo 6/, gritaba la máquina de forma mecánica.
"Genial" se dijo con ironía "Ya terminé y Tentomon todavía no regresa" .
Ahora comenzó a huir, escuchó ruidos intensos cada vez más cercanos, seguía huyendo con el paso firme, pero no podía evacuar el sitio sin su amigo digimon.
"Demonios, ¿En dónde se metió?, Si no se da prisa todo el esfuerzo realizado será en vano y no podré saber que es lo que se proponen" pensó "Todo estará bien, siempre y cuando no me manden matar con un digimon poderoso" .
Y como si los hubiera invocado, de la nada aparecieron 4 Andromons.
//Destruir al objetivo//, dijeron en coro. "Espada, deslumbrante" - gritaron mientras atacaban.
El joven logró huir milagrosamente de esos cuatro ataques mortales, sin embargo, poco a poco lo fueron acorralando. La operación de ataque se iba a repetir, pero en ese momento, se oyó.
- "Cuerno mortal" -
El muchacho sonrió, su amigo había llegado.
- ¡MegaKabuterimon! - gritó complacido - ¡Tardaste mucho!, Vámonos.
El chico trepó en el Digimon hábilmente, sin duda ya había hecho eso antes, pues parecía todo un experto.
El vuelo comenzó (o sea, el escape); pero el ataque no cesó, los andromons fueron reemplazados por Digimons aéreos (mm, imaginen algunos, ahorita no recuerdo).
- Nos siguen persiguiendo - comentó el hombre, que analizaba algo en una computadora portátil - lo mejor será bajar y despistarlos - agregó improvisando.
- ¿No crees que también nos siguen por tierra?
- De eso no cabe duda, esos Andromons están muy bien entrenados y nos perseguirán hasta el fin del mundo; por eso te digo Megakabuterimon, hay que despistarlos.
- Entendido.
El digimon insecto trató de bajar cautelosamente, claro que fue visto, pero eso no tenía importancia.
//El intruso ha abandonado los aires y ha aterrizado en el parque de Odaiba//, (es verdad, creo haber puesto que estaban en una cueva, pero tengan en cuenta que ya llevaban rato volando).
Al llegar al suelo, y sin descansar, el chico siguió corriendo, su Digimon había vuelto a ser un Tentomon y seguía volando (a mucha menos altura, claro) al lado de su amigo.
- Hay que separarnos, así será más sencillo confundirlos - ordenó. Entonces con unos binoculares observó como los Digimons aéreos llegaban al parque (al otro lado del parque) y depositaban a los Andromons en el sitio (que estaban en las espaldas de los mismos).
- De acuerdo - contestó Tentomon - nos veremos en casa
- Si, hasta pronto... y cuídate.
Tentomon se apresuró a desaparecer de la vista del joven, éste, de acuerdo a los datos de su computadora, dio en cuenta que los enemigos se hallaban cerca.
- Tengo que encontrar la manera de despistarlos - agregó, con voz algo temblorosa - no puedo terminar aquí, todo mi esfuerzo sería en vano... no puedo morir sin darles a mis amigos tan valiosos datos.
A los lejos vio a una chica solitaria, era ya de noche y no la observó bien... pero esa chica, de acuerdo a su objetivo, sería el plan perfecto para despistar a los Andromon.
Se acercó a ella corriendo velozmente, la chica estaba distraída y eso le impidió ver que un joven de aspecto tenebroso se acercaba a ella con intensiones desconocidas.
Ya estaba muy cerca de ella, se detuvo en unos arbustos y, con la mayor rapidez posible, hizo desaparecer una peluca de cabellos negros y una larga barba del mismo tono.
Ahora el chico dejaba ver su desparpajada cabellera roja, sus cejas gruesas y vivas... su aspecto nuevo y tal vez verdadero lo hizo verse muy joven, a lo mucho tendría 22 años (supongo que ya saben de quien se trata, ¿verdad?).
Volvió a correr, ésta vez más velozmente puesto que a lo lejos había visto a un Andromon. Llegó con la chica y sin pedirle permiso, la arrastró hasta un árbol y la abrazó.
- Por favor, después de esto podrás matarme a golpes; pero de ti depende mi vida - rogó con tono desesperado y suplicante, acto seguido comenzó a besar en la boca a dicha jovencita, que parecía más admirada que molesta.
El Andromon se acercó, la joven, que estaba de frente le miró temerosa.. El Andromon los pasó de largo, ella claramente pudo oír.
//El intruso ha abandonado el parque, de eso no cabe duda, volvamos a la base.. solo encontré a dos humanos desconocidos//
EL digimon Androide se alejó, solo cuando ya hubo desaparecido por completo, el chico soltó a la chica, miro al suelo y le dijo apenado.
- Lo lamento, ahora si puedes golpearme... he sido un grosero, pero gracias a ti sigo vivo.
La joven sonrió, observó que su interlocutor ni siquiera le miraba a la cara "Como siempre, sigue de despistado; apuesto a que no sabe ni a quien besó" pensó ella.
- Antes de golpearte por tu atrevimiento, quisiera saber el motivo del beso, Izzy - dijo ella, bastante divertida.
Koushiro alzó la cabeza y al ver y oír la voz de aquella vieja conocida se sonrojó intensamente "¡OH, Dios!" Reflexionó "Entre tantas chicas, ¿por qué tuvo que ser ella?, menos mal que nadie lo vio"
- So...Sora!!! - gritó bastante confundido - ¡Lo siento!
Sora Takenouchi volvió a sonreír.
"Si Matt o Tai me hubieran visto, soy hombre muerto" pensó el pelirrojo "Hasta eso que tuve suerte".
- ¿Vas a decirme porqué me besaste?, Sé que lo hubieras hecho con cualquier chica, ya que ni siquiera me miraste cuando me pedías permiso.
- Si te hubiera visto, no te habría besado
- Eso ya lo sé, pero ¿Vas a hablar?, me tienes intrigada amigo - replicó ella, claro estaba que le daba curiosidad el saber que tenía Izzy en su cerebro, lo veía y lo notaba nervioso, más todavía, seguro era por haberla besado.
- Claro, te debo una explicación - contestó - pero primero me gustaría sentarme, ¿Te parece bien si vamos a los columpios?
- Está bien - agregó ella.
Caminaban lentamente; Sora podía notar como las mejillas de Izzy volvían a ser pálidas. ¿Qué podía pensar ella de aquel beso?, simplemente nada, hablando sentimentalmente, pero le causaba intriga el no saber porqué lo recibió. "Hubiera besado a cualquier chica en su desesperación, eso quiere decir que trae un problema enorme"
Llegaron al sitio de los columpios, él se sentó, seguido por su amiga mayor. Trató de calmar su agitada respiración.
- Me salvé de ésta - empezó - pero dime Sora, ¿Qué hacías en el parque a tan elevada hora de la noche?
- Pensaba, acabo de llegar de la Universidad a mi casa, ya sabes, por las vacaciones de verano - contestó, pero luego reflexionó y se dio cuenta de que Izzy trataba de desviar el tema - pero no estamos hablando de mí, sino de ti
- Es verdad, lo lamento
- Entonces empieza Koushiro, hace mucho que no se de ti y me apetece charlar contigo.
- ¿En serio?
- Si, ya te lo dije - agregó coquetamente.
- Empezaré a contarte entonces, después de todo, sé que tarde o temprano te lo diría.
- ¿Ah, sí?
- Claro, al menos a ti si - replicó - ya que eres una de los más conscientes de los Digielegidos.
- Me asustas Izzy, habla claro.
- Seguro te diste cuenta que esos Andromon querían matarme,
- Obvio - interrumpió ella de forma fugaz - ¿Por qué?
- Están entrenados para matar a los intrusos y yo era un intruso.
- ¿Intruso de qué?
- Robé datos en la base secreta de cierto clan de terroristas. - guardó silencio, luego siguió, pero cambiando de tema - Hay una leyenda que habla del llamado "Emblema de la Paz"
- No he oído hablar de dicho emblema.
- Genai me informó de la existencia de esa leyenda - siguió él - al parecer encontró un manuscrito en unas ruinas, solo que ese manuscrito se lo han robado.
- ¿Quién?, ¿Cómo lo han podido robar? ¡La casa de Genai está muy bien escondida! - Replicó ella.
- No lo se, Sora... tal vez ese clan, pero ignoro quienes son - contestó él - lo extraño según mi perspectiva es que hayan podido cruzar las barreras que existen en el mundo Digital, tú sabes que éstas impiden que los humanos corrientes exploren el Digimundo, solo hay libre acceso para la Isla File... (para mayor comprensión del relato, se aconseja leer Fusión Prohibida). El caso es que ese clan planea robar el emblema de la Paz, si esto sucede, es posible que surjan algún tipo de alteraciones y comiencen más guerras.
- Discúlpame, pero las guerras nunca han dejado de existir
- Concuerdo con ello, pero hablo de otro tipo de alteraciones
- ¿Cuáles?
- Aún no lo sé - explicó -para averiguarlo ocupo al menos la ayuda de Ken y de algunos de ustedes... ha sido muy difícil hacer todo esto solo.
- A eso se le llama no saber pedir ayuda, Izzy - renegó ella - bien pudiste informar antes.
- Lo sé, pero era mejor así... si los del clan descubren y sospechan que los digiestinados están involucrados acelerarán sus maniobras, pues solo nosotros podemos impedir que cumplan sus objetivos. Yo mismo he tenido que crearme una doble identidad.
- Ya veo - mencionó la chica - ¿A quienes quieres informar?
- No se, pero ya lo pensaré..
- Izzy, creo que es mejor que todos sepan
- Si, tienes razón - agregó desganado - "Todos para uno y uno para todos", ¿verdad?
- Sí
- Sora, ¿podríamos dejar este tema atrás?, estoy cansado de pensar en esto
- Como quieras - respondió - mejor dejémoslo para una reunión en grupo, ¿Te parece?
- Sí; mañana en la tarde podríamos reunirnos y platicar con más calma, ahora todavía siento que Andromon me lanza su ataque de la nada, eso no es nada agradable.
- Lo imagino - dijo Sora.
Ella miró a su amigo de forma profunda, de verdad parecía alterado, pero no cualquier persona podía notar su turbación. Hubo un silencio largo, ella aprovechó para darle vuelo a su columpio y admirar el parque. Era un sitio tranquilo y por las noches, silencioso "Todo es cuestión de que los niños se alejen", el único ruido era tal vez el bullicio de los pájaros y el canto aturdidor de los grillos (Además del ruido que provocaba al columpiarse). A veces le parecía difícil hablar con el Portador del Conocimiento, él no se abría mucho para pláticas profundas y por otra parte era todavía más complicado tener una plática trivial con él. Ella sabía que Izzy solo hablaba lo necesario, y era por su parte, buen oyente. "¿Por qué no hablar en serio con él?" se indagó "Su punto de vista podría ser el adecuado"
- ¿Qué tienes Sora? - Preguntó de pronto Izzy - no te ves muy bien; si es por el beso, todavía puedes pegarme, me lo merezco; por otra parte, prometo que no le diré ni a Tai ni a Matt.
- ¿Qué tienen que ver ellos aquí? - cuestionó molesta
- Eso solo tu lo sabes - inquirió él - Yo solo se que tengo dos amigos que van hacia ti, pero en cambio tengo una amiga, que no puede complacer a ambos.
- Tienes razón... al parecer sabes muy bien como me siento.
- "Entre la Espada y la Pared" - agregó solemnemente - solo que debes de decidir quién es la Espada y quien la Pared.
- Ese es el problema, ¿Por qué debo ser yo quien rompa con las ilusiones de la espada o la pared? , ¿A quién debo ceder?
- ¿Sabes lo que pienso?
- No, no lo se... sería bueno que me lo dijeras, eso podría ser un consejo.
- No Sora, no debes pedirle consejos a un chico que no tiene buena suerte con las mujeres - replicó - pero al menos creo que no debes presionarte; Eso no es bueno.. Aleja de tu mente esos embrollos, seguro que se te despeja el cerebro y corazón y se aclara todo.
- Pero, ¿Cómo saber si quiero a alguno de ellos?, Me presionan con sus actitudes.
- No esperes a que te diga que escojas a uno; Tanto Taichi como Yamatto son amigos míos; y aunque suene cruel, la verdad es que es tu decisión.
- Tienes razón - ella sonrió y pareció querer dejar ese tema amoroso atrás, Koushiro sonrió también y captó el mensaje - ¿Qué me dices de ti?
- ¿Qué te puedo decir?, ¡Mi vida social es tan monótona como aburrida! - Argumentó - al menos tu tienes problemas amorosos, pero yo ni siquiera tengo amores.
- Eso crees tú, ya verás que cuando menos lo imagines, vendrán
- ¿Lo crees?, ¡Ojalá!; ¿Y los demás? ¿Qué has sabido de ellos?
- No mucho, cada quien está con sus ocupaciones escolares; se que Daisuke abrió un pequeño puesto de comida japonesa.
- ¿En serio? ¡Davis??, no me lo imagino
- ¡Oh, la comida es deliciosa!, ¿Te parece bien ir mañana a ese centro comercial?
- Me parece excelente
- ¿Ya saliste de la Universidad?
- Me gradué hace un semestre - dijo Izzy con modestia - adelanté cursos
- Apuesto a que ya no tenían nada que enseñarte
- No es eso, solo me esforcé en adelantarme.. Será bueno para mis padres el recibir esta noticia, hace mucho que no los veo, esta noche iré a cenar con ellos, ¿Gustas?
- Nos gracias, esperaré a Biyomon, no tarda en llegar por mí.
- De acuerdo, entonces me retiro, Tentomon me espera ya en casa de mis padres... Sora, no tardes mucho en irte del parque, es zona peligrosa, amiga
- No te preocupes, allá viene Biyomon - avisó ella
- Sora, otra cosa
- ¿Qué pasa?
- Me alegra mucho haberte encontrado, gracias por no golpearme.
- A mí también me dio gusto verte, después de tanto tiempo.
Los dos amigos se separaron, bajo las tinieblas de la noche.
