Dedicada a Ddai, porque todo esto comenzó con uno de sus retos.
Prólogo
Jason jamás había visto algo como eso, algo tan monstruoso y divino al mismo tiempo.
Sus ojos viajaron primero a los cables, siguiendo la longitud de éstos hasta el útero artificial. El útero, transparente y lleno de líquido amniótico, rodeaba a un bebé próximo a nacer. Gracias a la transparencia del vientre, Jason pudo contemplar al niño que se formaba en él, sus rasgos pequeños, su cabecita cubierta ya de algunos mechones negros, el pulgar de la mano derecha dentro de su boca.
—Lo llamaré Damian —la voz de Talia llegó a sus oídos—. Y él será mi regalo para el mundo.
Una suave sonrisa se asomó en la comisura de los labios del muchacho. No le sorprendía en lo absoluto que ella se hubiera atrevido a nombrarlo como lo que creía que sería. Ese niño sería la cabeza del gremio, el líder, el demonio que los guiaría hacia las ciudades podridas que requerían de las fuerzas de la liga para renacer como una sociedad más limpia.
Las manos de la asesina tocaron el vientre, frotándolo con delicadeza, provocando que ante el contacto el niño diera algunas patadas contra las manos de su progenitora. Jason la miró con detenimiento. Usualmente, las madres hacían eso, frotaban sus vientres mientras un sentimiento amoroso las embargaba por la simple idea de un pequeño ser humano formándose en sus entrañas. Talia, por otra parte, lo frotaba como si se tratara de una espada más por pulir, ella no veía un hijo, veía un arma.
—¿Se lo dirás? —inquirió Todd, acercándose lo suficiente para encarar a la heredera.
—Bruce no necesita saber sobre él, no aún. Damian crecerá bajo mi tutela.
El resurrecto podía imaginar ya al niño, siendo una perfecta replica de Bruce, aprendiendo a matar al mismo tiempo que a caminar. Compitiendo para ganar respeto, igual que todos en ese maldito lugar.
—Mañana induciremos el parto —continuó Talia—, espero que puedas estar aquí cuando eso suceda.
—Si así lo deseas, así será.
—Lo deseo. Después de todo, es tu hermano.
Extraño, extraño era el hecho de que la criatura fuera su hermano por parte del padre y alguna clase de hijo, al acostarse con la madre. Cierta parte de su corrupta alma estaba tranquila al pensar que aquel niño no era sangre de su sangre, porque de ese modo la sensación de horror instalada en su pecho no sería tan grande.
—Retírate —ordenó ella—. Tengo que verificar el estado de mi hijo para que el alumbramiento sea perfecto.
Todd asintió antes de retirarse de ahí, no sin antes besar en la mejilla a Talia y salir rumbo a la habitación que ambos compartían desde algunos años atrás, cuando Jason había cedido ante los encantos de la mujer. Sus pasos eran lentos mientras recorría los pasillos del templo de la liga, su cabeza repasaba un plan e incluía una nueva variable a la ecuación.
Si todo salía según lo planeado, esa sería su última noche como un soldado más de la liga. Como un muerto entre los vivos que tenía que servirle a aquellos que le habían lanzado al pozo de la locura, manos que le habían devuelto a una tierra donde no había encontrado algo más que dolor y agonía ante sus propios recuerdos.
-.-.-
Por inducción de parto, Talia se refería a desconectar algunos cables y transferir el útero hasta una especie de alberca hecha de mármol con una profundidad media. Con cargas eléctricas simulando contracciones, se abrió un conducto, haciendo espacio suficiente para que el bebé saliera sin problema alguno.
La criatura cayó en el agua después de veinte minutos de labor de parto, apenas sintiendo una diferencia entre su antiguo hogar y el nuevo. Una nodriza se apresuró a recogerlo, sosteniéndolo entre sus brazos con una manta blanca a cierta distancia de su pecho para evitar el contacto de piel contra piel.
—No llora —observó Jason.
El resurrecto se encontraba a algunos metros lejos de donde se había llevado a cabo el parto, sus brazos estaban cruzados contra su pecho, en un intento por mantenerse sereno ante la idea de la llegada de una criatura pura que sería demacrada en cuerpo y alma antes de cumplir siquiera los cinco años. Lo sabía porque Talia se había encargado de contarle a detalle algunas cosas sobre la crianza tradicional en la liga, una crianza que hacía ver a su padre biológico como un santo.
La asesina ignoró al chico. Desenfundó un puñal que clavó con fuerza en el pecho de la nodriza que sostenía a su hijo y cortó su cuello de lado a lado después de ello, causando que la mujer cayera muerta al agua junto con el pequeño Damian aun en sus brazos.
Los pies de Jason se movieron sin su autorización, su corazón se aceleró en cuanto vio al bebé caer al agua ahora llena de sangre. Talia lo detuvo, halándolo del brazo con fuerza para mantenerlo en su lugar.
—Debe probar la sangre —explicó ella—. Cuenta hasta diez antes de sacarlo del agua y llévalo a su habitación. Llamaré a otra nodriza.
La mujer de ojos verdes dio media vuelta y se marchó, dejando al chico en compañía del recién nacido y el cadáver.
Jason no contó hasta diez, esperó hasta que Talia hubiera desaparecido del campo de visión antes de sacar a Damian, deseando en su interior que el niño no se hubiera hecho algún daño ante la sorpresiva caída. Lo tomó con suavidad del agua carmesí, acunándolo de inmediato, verificando con cuidado que el cuerpo no tuviera ni un pequeño arañazo.
Damian no hacia ningún ruido mientras Jason verificaba su bienestar, tan solo lo miraba, con los ojos heredados de su madre bien abiertos, inspeccionando al hombre que lo sostenía.
—Estarás bien, D.
Los ojos de Jason se encontraron con los de Damian y el bebé no pudo hacer otra cosa más que sonreírle, reconociendo su voz tanto como lo había hecho con la de su madre. El muchacho le devolvió la sonrisa, acomodándolo mejor para llevarlo hasta la habitación contigua a la suya.
Una vez ahí, dos mujeres le quitaron al niño de los brazos. En cuanto la criatura dejo de sentir el calor de Jason, por primera vez desde su llegada, estalló en llanto. Quizá fue por instinto, pero Todd quiso seguir a las mujeres al interior de la habitación. Una de ellas se apresuró a bloquearle el paso, negando con la cabeza.
—Tenemos órdenes de ella. Dentro de una hora puede volver y podrá ver al heredero.
La puerta de roble se cerró frente a su rostro, mientras sus oídos seguían siendo perforados por el llanto de Damian.
Adentro, la sangre era removida del cuerpo de la criatura. Las mujeres limpiaban con delicadeza la suave piel con un paño húmedo, haciendo caso omiso de los llantos casi desgarradores que proferían los pequeños pero fuertes pulmones. Una vez limpio, cortaron el cordón umbilical antes de proceder a colocarle un pañal de tela. No le colocaron ninguna prenda, simplemente le envolvieron con una manta cálida de color plateado.
Una nodriza se aproximó a Damian, dispuesta a alimentarlo antes de que los gritos se intensificaran. Lo tomó entre sus brazos, pegándolo a su pecho lo suficiente para que éste comenzara a beber. Así fue, el niño se alimentó hasta que sus ojos comenzaron a cerrarse, sumiéndolo en sueños y acallando finalmente los lloriqueos. Le recostaron en el moisés que había pertenecido a Talia antes de abrir la puerta para que Jason pudiera entrar. Cuando éste se introdujo en la habitación, ambas abandonaron el lugar sin decir ni una palabra.
Al cerrarse la puerta, Jason miró de inmediato hacia el moisés y se paseó despacio alrededor de éste, con las manos en la cabeza, analizando todas las posibilidades con detenimiento.
Quizá no debería, quizá no tendría por qué preocuparse por aquel bebé, no era suyo después de todo, era de Bruce. Pero a pesar de que su mente le gritaba que era una estupidez, que se arrepentiría de ello si lo hacía, había algo que le impedía irse sin él.
Paró en seco, con el corazón latiéndole con fuerza contra el pecho. Se aproximó hacia Damian, lo tomó y apreció aquellas tiernas facciones de las que era poseedor. Y fue en ese instante que lo supo. La liga entera, Talia, e incluso Ra's tendrían que pasar sobre su cuerpo antes de que alguno osara masacrar el alma de aquel niño como lo habían hecho con la suya.
Su decisión estaba hecha, huiría y se llevaría al bebé con él.
¡Hola a todos!
Bueno, traigo una nueva historia está vez con Jason como personaje principal. Sé que es algo corto, pero la introducción debía ser así de breve.
Debo decir que me rehusaba un poco a escribir esto porque las historias con bebés abundan, pero tomaré un rumbo diferente y decidí que podría funcionar. Se darán cuenta al ir avanzando en la historia.
En fin, ya saben que ustedes me leen en el siguiente capítulo y yo los leo en los comentarios.
¡Nos leemos!
