Vocaloid (por desgracia) NO me pertenece.


Una rubia de estatura pequeña se movía con rapidez entre la gente mientras de vez en cuando se disculpaba por algún que otro empujón que daba, tenía prisa, mucha prisa, quería ser la primera en entrar en aquella tienda de magia, necesitaba ese látigo mágico del que tanto hablaban sus primas Lenka y Rui. Aquellas dos tenían tanta suerte, eran las niñas de papa que cuando querían algo lo conseguían, sin embargo eran tan tontas que no pedían nada. En cambio ella había tenido que viajar expresamente a la ciudad, que nunca había visitado, solo parar conseguir aquel objeto.

No es que sus padres no se preocuparan por ella, es mas, lo hacían mucho, pero pertenecía a una familia estricta en la que no se permitía distracciones como aquel "instrumento" -así lo había llamado su madre- así que ella indignada hizo lo que nadie se esperaba: escaparse. Ahora mismo debían estar corriendo de arriba para abajo gritando y preguntando a todo el mundo donde estaba su indefensa hija. Que aunque aun no hubiera desarrollado sus poderes no significaba que fuera indefensa, es mas, era muy inteligente, pero a veces su inocencia la hacía confiar en los demás demasiado rápido.

Salió de la tienda con el látigo en sus manos, su mirada expresaba una felicidad absoluta. Sus ahorros se habían agotado pero para ella valió la pena. Ahora la cuestión era para que lo usaría. Si perteneciera a algún gremio de magos lo usaría para hacer misiones, sin embargo ella no pertenecía a ninguno, sin poderes sería considerada una debilucha.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al darse cuenta de que estaba siendo seguida por unos extraños que llevaban una gran capa negra. Intentó alejarse disimuladamente acelerando el paso, sin embargo se percató de que no la habían perdido de vista y seguían detrás de ellas como sombras. Pasó de caminar rápido a correr literalmente y estos hicieron lo mismo ¿Por que no había gente para ayudarla justamente ahora? Así al menos podría gritar ayuda y saldría con vida. Pero no, justamente cuando necesitaba gente no la había, que ironía.

-''No debía haber venido sola''- pensó la chica cuando sintió que su fuerza se desvanecía y el cansancio se adueñaba de su cuerpo-''Debo correr un poco mas, solo un poco mas''-

De pronto se acordó del objeto que llevaba en la mochila, como pudo lo cogió mientras huía de sus perseguidores,y al cabo de un rato se paró en seco. Se volteó hacia los hombres de capa que la veían con intriga y a continuación agitó su látigo con máxima fuerza que pudo e hizo retroceder a aquellos hombres.

-''Ahora no sois tan duros, eh?''- se burló la rubia de ojos azules-''¿No habían 5 hombres?''- la chica se percató de que faltaba un hombre, notó como la agarraban desde atrás y después...

Todo se volvió negro.

-...-

Habían pasado dos meses desde su secuestro y ahora se encontraba encerrada en una repugnante celda, su cuerpo, de por sí ya delgado había adelgazado mucho, cosa que creía imposible, pero que pasó. No sabía por que la tenían allí, al principio pensó que querían una recompensa, pero después al ver que había mas gente encerrada en celdas y en un estado deprimente empezó a temer por su vida y sus esperanzas de salir con vida se reducieron.

Escuchó una explosión pero no le dio importancia, escuchaba muchas explosiones de gente que intentaba huir de sus celdas pero pronto volvían a ellas puesto que la seguridad de aquel lugar era desafortunadamente buenisima. Se recostó en el frío suelo intentando volver a conciliar el sueño, se acorrucó sobre ella misma buscando calor mientras en su cabeza intentaba recordar alguna de esas nanas que le cantaba su madre cuando era pequeña. Cuanto la extrañaba.

La celda se abrió de un golpe y dejó ver a un joven de cabellos rubios que rondaba los dieciséis años, sus ojos azules la miraban fríamente.

-¿Como te llamas?- preguntó inexpresivamente el chico. Ella dudó si debía contestarle.

-Rin, Rin Kagamine- respondió la chica atemorizada. No quería que le hiciera daño.

-Te sacaré de aquí Rin- Al oír aquellas palabras la cara de la chica se transformó en felicidad pura.

Y no supo si era la alegría o que no tenía fuerzas pero se desmayó.

-...-

Despertó en una blanda y cálida cama y por un momento se planteó si aquello había sido un sueño, pero desgraciadamente al ver que aquella habitación no era la suya se dio cuenta de que todo había sido real, demasiado real. Una cabellera rosa entró por la blanca puerta de la habitación que era de color rosa pastel, y se sobresaltó al ver que la rubia se había despertado. Salió de la habitación como alma que lleva el diablo y después volvió con un hombre alto, de cabellos violeta y una chica aparentemente de su edad con el pelo aguamarina sujetado en dos coletas.

-¡Al fin despertó!- exclamó la de cabellos aguamarina.

-¿Donde... estoy?- preguntó la rubia con dificultad puesto que tenía la garganta seca.

La chica pelirosa se percató de esto y le tendió un vaso de agua.

-Oh claro- empezó a decir el hombre alto- Estas en el gremio Dragon Scale-

Todos fueron a ayudar a la pobre rubia que se atragantó con el agua.

-¿Dragon Scale?- consiguió decir la chica cuando se recuperó-¿En serio?- preguntó anonadada. La pelirosa asintió con una sonrisa.

-Yo soy Hatsune Miku, ella es Megurine Luka y el es Kamui Gackupo- presentó la chica de cabellos aguamarina.

-Yo soy Kagamine Rin- se apresuró a decir la rubia.

-Lo sabemos- dijo Gackupo con una sonrisa. Rin alzó una ceja-Len nos dijo tu nombre cuando llegaste aquí inconsciente-

-¿Quien es Len?- preguntó la rubia frunciendo el ceño confundida.

-Oh, el es el chico que te salvó- aclaró Luka- Puede parecer aterrador pero cuando lo conoces llega a ser bastante amable-

-Ya veo...- dijo la rubia pensativa-Por cierto- todos le prestaron atención-¿Cuantos días llevo aquí?- preguntó la chica.

-Cuatro días- respondió Miku señalando el calendario que estaba colgado en la pared.

-¿¡Cuatro días!?- chilló una sorprendida Rin-Lo siento, seguro que os he causado muchos problemas- se disculpó la rubia de inmediato.

-Tranquila- le restó importancia Gackupo. Y Rin se sonrojo de la vergüenza- Eres muy tierna- señaló el de cabellos violetas y la cara de la rubia se volvió aún mas roja de lo que estaba.

De pronto el estomago de Rin sonó anunciando que no había comido nada en mucho tiempo. Luka se río de la cara de la rubia que parecía que quería que la tierra la tragase en ese momento.

-Iremos a preparar algo de comer- respondió tranquilamente la pelirosa- En ese armario hay ropa para que puedas cambiarte- dijo señalando un armario al lado de la cama. La rubia asintió.

Con rapidez los tres jóvenes salieron de la habitación dejando a la Kagamine sola, se levantó con dificultad de la cama debido a que estaba muy débil y empezó una búsqueda por algún trozo de tela que le quedara. Se sorprendió al ver que toda la ropa que había en el armario era demasiado bonita, por lo que tardó bastante eligiendo que ponerse. Cuando al fin se había cambiado la puerta se abrió. Rin pensó que era Luka, Miku y Gackupo que habían entrado, pero no; se trataba del chico que la salvó. Rin se atemorizó al ver que el la miraba con sus fríos e inexpresivos ojos azules que parecían atravesarle el alma. El al parecer harto de aquel incomodo momento decidió romper aquel incomodo silencio que inundaba la sala:

-Veo que has despertado- dijo el chico con un tono desinteresado.

-Gracias por salvarme- le agradeció la rubia con una sonrisa sincera.

-No tienes por que agradecerme- hizo una pausa para ponerse la capucha-Es parte de mi trabajo- dijo mientras abría la puerta de la habitación de nuevo dispuesto a salir-Por cierto- se paró en seco- Me llamo Len Kagene-


Y ESTE FUE EL PRIMER CAPITULO! La verdad es que hice este fic esta basado en Fairy Tail. Empecé este fic por que necesitaba desahogarme y me gustó el resultado y decidí publicarlo. Espero que les guste el capitulo, acepto sugerencias para el próximo capitulo. Intentaré actualizar lo mas rápido posible, y lo siento mucho si me demoro siglos y siglos en actualizar espero que me perdonen.

NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPITULO.

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