Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son de la autoria de Masami Kurumada, los que no aparecen en su obra son de mi autoria.

Espero sus comentarios y ojalá disfruten esta historia

Volviendo a nacer.

El santuario era como un mundo aparte al que todos conocemos, era como una dimensión paralela detenida en el tiempo, pocas personas sin dominio del cosmos han podido pisar ese lugar y esa fue mi suerte o destino que me llevo a parar ahí.

Mi vida antes de llegar a Grecia era común y corriente, tenía padres amorosos y dos hermanos increíbles, y aunque no éramos ricos tenía todo lo que necesitaba: un techo sobre mi cabeza, comida caliente en el plato, educación y cariño de mi familia. Acudía a la escuela local, amaba aprender cosas nuevas, disfrutar con mis amigos, y practicar deporte, pero entre todas esas maravillas cotidianas el mayor placer de mi vida era dibujar. Cuando dibujaba el mundo parecía otro, podía crear universos que solo yo podía ver y entender, todo era posible con un lápiz y papel en mi mano, mis libretas se llenaban con imágenes de flores, rostros y animales. Aunque mis padres siempre admiraron mi talento artístico lo relegaron a segundo plano ante mi educación académica pues tenían la fuerte creencia que no era realista creer que me podría ganar la vida pintando ¡qué equivocados estaban!.

Siempre parecí mucho mas joven de lo que en realidad soy, al punto de creer que era una especie de Peter Pan, ya que mi cuerpo se aferraba a la infancia dándome un aspecto aniñado por mas tiempo del habitual. Por mucho tiempo no le di mayor importancia a este aspecto de mi ser, tiempo después sería clave en el rumbo que tomaría mi vida.

La región donde vivía era problemática por contar con varios pozos petroleros que eran la manzana de la discordia entre el gobierno del país y los extranjeros, eso trajo gente ajena y muchos delincuentes, el problema fue creciendo como una bola de nieve hasta que se volvió incontrolable para las autoridades locales.

Cuando solo tenía trece años perdí a mi familia en uno de los ataques de los tantos grupos terroristas que había en mi región, tan grande fue el problema que el ejército y las Naciones Unidas no fueron capaces de entrar a la zona de conflicto por lo que se pidió la ayuda del Santuario en Grecia.

Como Salidos de un cuento fantástico los santos de plata acudieron a la misión, nunca olvidaré la noche en la que vi por primera vez a esas extraordinarias personas.

Era de noche y los vándalos parecían estar mas desatados que nunca, las explosiones eran frecuentes y cada vez mas cercanas a nuestra casa. Mi padre al notar al inminente peligro para su familia decidió que debíamos huir a la capital del país, por lo que mi madre, mis hermanos y yo juntamos un poco de ropa y dinero para emprender nuestro viaje lo antes posible. Al dar el último vistazo a mi mochila pude notar que faltaba mi cuaderno de bocetos y mi caja de lápices de dibujo, objetos que eran los mas preciados tesoros para mi, asi que decidí regresar a mi habitación por ellos. Seguía escuchando estruendosas explosiones, horrendos disparos, por lo que en un segundo me arrepentí por mis estúpidas prioridades.

Madre- ¡Nina, no bajes y escóndete!

Fue lo último que escuché de mi madre. Después una oleada de mas disparos explosiones y gritos desgarradores se apoderaron del ambiente. Yo en mi intento de ponerme a salvo, me escondí debajo de la cama tapándome los oídos y cerrando los ojos en un intento de escapar de la realidad. No podía moverme, no podía llorar, no podía ni respirar, el miedo que sentía me paralizaba.

Pasaron unos minutos, los mas largos de mi vida y después silencio... silencio... aparentemente todo ya había acabado.

Daria lo que fuera por borrar de mi mente lo que vi al salir del portal de mi casa: Cuerpos, muchos cuerpos, hombres, mujeres, niños, mutilados, calcinados, irreconocibles. Giré sobre mis talones llamando a mi madre cuando de repente pude reconocer en uno de esos cuerpos descuartizados la ropa de papá, el bolso de mamá, los zapatos de mi hermano, de mi hermanita no encontré nada reconocible. El cuerpo de papá era el que estaba mas cerca de donde me encontraba, yacía casi por debajo del auto de la vecina el cual aún tenia algunas llamas encendidas, grité llevando mis manos a la cabeza entre llanto y desesperación abracé a papá lo mas fuerte que pude.

No se cuanto tiempo pasé asi, hasta que otros horribles estruendos fueron acercándose a donde me encontraba, eran mas explosiones y disparos. Era mi fin, lo sabía, moriría esa noche.

De pronto un grupo de unas cuatro personas saltaron por arriba de donde me encontraba y se abalanzaron contra el origen de los disparos, mientras lanzaban múltiples luces de colores de sus manos. Luego otra gran explosión hizo volar mi casa, la onda expansiva me sacó volando y una roca golpeó mi cabeza, lo que me hizo perder el conocimiento.

La intervención de los caballeros de plata fue un éxito porque la mayor parte de mi aldea fue rescatada, yo no fui tan afortunada, mi familia fue asesinada y mi hogar reducido a cenizas. sola y sin nada mas que lo que llevaba puesto, con lagrimas en los ojos y los puños fuertemente apretados me dirigí donde toda la comunidad agradecía al líder de aquel grupo de hombres y mujeres de armaduras brillantes, me acerque a ellos y les reproche el haber llegado tarde, tarde para una familia, tarde para un hogar, tarde para una vida que ya no parecencia tener rumbo ni sentido mientras me abalanzaba lanzando golpes y patadas, por lo que dos personas me intentaron retirar a rastras del lugar, entonces el líder, el caballero Misty de lagarto se acercó a mi y pude ver su hermoso rostro algo desencajado (seguramente lo ofendí por mi actitud altanera y malagradecida, después de todo les debía la vida), me miro algo admirado y exclamo

Misty- ¡Pero que interesante fierecilla ha despertado una noche de tragedia!. lamento no haber cumplido a cabalidad la misión a la que fuimos enviados MyLady pero a veces también los santos cometemos errores y retrasos. Comprendo y respeto tu pérdida. Ven con nosotros, eres una superviviente y tienes valor. tal vez encuentres tu lugar.

Así que lo seguí con su grupo hasta abordar un avión que nos llevaría a Grecia.

Después de un largo viaje me dejaron al cuidado de Caliope, una de esas mujeres enmascaradas quien me llevaría al recinto de las amazonas donde me entrenarían y tras una prueba podría ser un caballero femenino como ella. yo no sabia lo que eso significaba hasta que llegué a ese lugar. Decenas de chicas de diferentes edades entrenaban duramente, combatían, eran golpeadas, maltratadas y todas ellas parecían no importarles. Solo deseaban ser mas fuertes. Una sensación de admiración me lleno al ver a tan valientes mujeres y niñas, al mismo tiempo un gran sentimiento de inferioridad, pues sabía perfectamente que yo no soportaría ni un solo día semejante vida. Me resigné a morir en ese lugar o a ser echada de patitas en la calle y comenzar nuevamente desde cero.

Pronto estuve frente a Hera, ella era la encargada del entrenamiento de las aspirantes a Santos femeninos, era una mujer muy alta y fornida de cabellos azules cortados estilo mohicano y una mascara plateada adornada con motivos trivales , múltiples collares de los que colgaban huesos y colmillos de diferentes tamaños, al parecer pertenecientes a distintos animales. Sus múltiples tatuajes en brazos y piernas le daban un aspecto temible y misterioso.

Caliope-Hera, esta es Nina, la hemos encontrado en América, tal vez podríamos hacer de ella una amazona.

Hera camino a mi alrededor como analizando un animal de competencia.

Hera- ¿cuántos años tienes?-me dijo con una voz bastante grave para una mujer.

Nina-Trece- Respondí con mi voz de ratón asustado.

Hera-Trece? creía que tendrías unos 8 o 10 años, Caliope, es demasiado mayor! y es enclenque y subdesarrollada, morirá en una semana! dudo mucho que una sabandija así logre despertar el cosmos, ni siquiera como soldado de clase baja sobrevivirá.

Caliope- ¡No tenía idea! yo también pensé que no tendría mas de 10 años! fue un gran error, ahora ¿que haremos con esta carga? tendré que regresarla a Misty, después de todo fue su idea traerla.

Hera- Nina, anda al cuarto del fondo es donde te corresponde estar, mientras pensamos que demonios hacer contigo, pues el caballero Misty nuevamente ha sido enviado a una misión.

Al llegar a la habitación que me señalaron un puñado de adolescentes enmascaradas me dieron la "bienvenida" gritándome que el lugar de las niñas era otro, que no tenia nada que hacer ahí. Fue entonces cuando Caliope entro y les dijo:

Caliope- Ella es Nina, tiene 13 años así que este lugar le corresponde, estará aquí por un tiempo, y quiero que quede claro que no viene a entrenarse como ustedes, así que háganme el favor de no matarla, no estamos para ese tipo de problemas.-

Todas se quedaron calladas.

Nina- Caliope, ¿dónde será mi cama?-

pregunté y de repente todas rieron escandalosamente.

Caliope-¡sabandija insolente, las camas son para las aprendices, tu serás una sirvienta, duerme donde puedas, ya mañana se te encomendaran tus tareas-

Esa noche dormí en un montoncito de paja y una manta vieja que encontré por ahí.

Fueron varios meses los que estuve bajo el cuidado de las amazonas, mis tareas eran lavar ropa, trastes, servir comida, barrer, limpiar etc...No era agradable pero al menos tenia u techo bajo el cual dormir y podía comer las sobras de cada comida. Yo en ese entonces era la única que no usaba mascara en ese lugar, eso me marcaba como alguien inferior, algo sin valor, por lo que la mayor parte del tiempo era ignorada.

Un día cuando termine mis miles de labores me sentí aliviada y aburrida en mi soledad por lo que comencé a hacer trazos con una rama seca sobre la suelta arena del patio y comencé a hacer diferentes figuras, arboles, flores, animales hacía tanto que no dibujaba que no me pude resistir a ese enorme lienzo que a falta lápiz y papel sentí placer de poder hacer lo que mas me disfrutaba a pesar de que nadie pudiese admirarlo ya que el viento se lo llevaría en un abrir y cerrar de ojos.

Fue entonces que una voz grave salió de la nada.

Hera-¡Con que la pequeña sabandija tiene talento!, tengo una idea de lo que puedo hacer contigo, mañana me acompañaras a los 12 templos.

Al siguiente día, muy temprano Hera me llevo a la parte mas alta del santuario, habíamos caminado tanto que ya no podía mas, los pies me punzaban, las sandalias me habían sacado horribles ampollas en los tobillos y las plantas, el sol tan inclemente me había debilitado, y a pesar de que Hera me ofrecía constantemente agua, me sentía débil y deshidratada.

Hera -¡en verdad eres una molestia! ni siquiera vamos a mitad de camino, levanta la vista, esos son los 12 templos y mas allá se encuentran los aposentos del patriarca y de Athena. tenemos que subir hasta allá, y tu ya estas que das lastima, niña-.

Nina-Hera, no puedo mas, te suplico piedad, ya no puedo dar otro paso, realmente me estoy esforzando-

Hera - Lo se, pequeña sabandija, ven aquí, te llevaré en mi espalda, de cualquier forma no eres mas que un pequeño costal de huesos, y ya me he aburrido de ir a tu paso-.

Sentí que me desvanecía cuando Hera me cargo a espaldas, tal vez a causa de mi somnolencia comencé a alucinar, o mi estado distorsiono mi percepción del tiempo pues vi todo pasar tan rápido, el pueblo y después escaleras, tantas escaleras, todo como un sueño pues atravesábamos esos lugares tan rápido que no podía distinguir detalles. cuando por fin llegamos nuevamente tome la poca agua que nos quedaba y me senté en el suelo feliz de estar a la sombra y poder recuperar un poco el aliento, pude ver a Hera de pie en medio de ese gran salón tan fresca como una lechuga, su respiración era tranquila y ni una gota de sudor resbalaba por su bronceada piel. "¡Las amazonas son tan asombrosas! fuertes, rápidas, resistentes, y sumamente hermosas", pensé.

El estrepitoso abrir de una pesada puerta me saco de mis divagaciones, y vi entrar a un hombre alto de cabello largo hasta la cintura color gris-plateado, vistiendo extraña túnica negra, un casco rojo con miles de ornamentos y collares multicolores, parecía ser un hombre joven, tal vez en sus treinta y tantos, lo poco que se alcanzaba a apreciar de su rostro denotaba que se trataba de un hombre bastante apuesto. Hera rápidamente se arrodilló y puso su puño derecho en su pecho en una pose solemne, me volteo a ver y con un ademán de cabeza me dio a entender que debía hacer lo mismo. Sin saber por qué lo hice y mantuve la cabeza gacha.

P-¿qué haces aquí Hera? sabes que mi tiempo es importante.

H- Gran patriarca, lamento quitarle su valioso tiempo, pero he encontrado algo que podría interesarle. Esta niña se llama Nina, tiene un gran talento para el arte, tal vez podría ser instruida por el maestro David y así poder terminar los murales que usted le ha encomendado.

No podía creer lo que escuchaba ¡Hera me había traído ante la mayor autoridad del santuario para encomendarme a un pintor! mi corazón saltó de emoción, pintar era lo que mas disfrutaba en la vida, siempre soñé con una oportunidad así, pero ni en mis sueños mas locos creí que en ese extraño lugar tendría semejante suerte.

Patriarca-¡Hera, no me hagas reír!, sabes lo exigente que es David, ha rechazado a muchos artistas para continuar su legado, ¿qué te hace pensar que una mocosa pueda ser de su agrado?.

Hera -Precisamente porque es muy joven, David podrá moldearla a su estilo y conveniencia, además, yo la he visto hacer maravillas con solo arena y una rama. gran patriarca permitirme llevarla con David y que sea el quien decida si es que le es útil.

Patriarca- Está bien Hera, no me quites mas el tiempo.

Fue así que ese sombrío hombre nos dejo solas en el salón.

Hera- ¡esta hecho! ahora no me decepciones, sabandija. Si das el ancho tu destino cambiara-.