No. Esto no es un fic que vaya a seguir día a día, por capi. Voy a ir recopilando los retos de Mimato que me entregen por el evento de San valentine aquí, para no dar mucho más.
El reto entregado esta vez por Mid en el Foro Proyecto 1-8 contenía la palabra: Extraordinario.
Datos del fic:
Título: Palabras de Revista.
Pareja: Mimato.
Género: Romance, humor, etc...
Ranking: M por seguridad.
Advertencias: OOC, IC. Los capítulos no están enlazados entre sí.
Disclaimer: Los personajes usados y su serie no me pertenecen porque si no...
ºExtraordinarioº
..
En el pasillo del instituto de la clase de tercero B, solo se escuchaba el golpeteo de un zapato contra el suelo. Quedaban exactamente dos minutos para que la campana sonara.
Mimi Tachikawa esperaba a su presa.
Todos parecían saber que era así. Extraordinario. Y Mimi no podía creerse que ella quedara fuera de la ecuación.
Sora lo había comprobado porque Yamato la acorraló. Taichi también por lo mismo. Takeru había querido comprobarlo por sí mismo. Hikari decía que era suave y galante y que por ende, entraba en esa cualificación. Koushiro enrojecía y salía corriendo. Joe no entraba, pues estaba más emocionado con sus libros que otra cosa.
Ella había estado fuera muchos años. Pero no podía perdonarle.
¡Todo el mundo sabía cómo besaba Yamato Ishida menos ella! ¡Extraordinario! Hasta Tai lo decía.
—Si no fuera hombre, me enamoraría de él— había soltado el castaño cuando le presionó en busca de información.
—Besa muy bien, en serio— confesó Sora con las mejillas ruborizadas.
—Si no fuera mi hermano…— había murmurado Takeru—. No me importaría compartirlo con Hikari.
Mimi se miró las uñas con enfado y bufó.
La puerta se abrió y el profesor dio un respingo al verla. Mimi se puso de puntillas hasta que alcanzó a ver la rubia cabeza. Todos empezaron a salir, mirándola con curiosidad mientras se hacía paso hasta Yamato.
El rubio estaba metiendo sus cosas en la maleta y al notarla, levantó despacio la mirada hacia ella.
—¿Mimi? — cuestionó.
Ella le agarró de la corbata, poniéndose de puntillas y pegando sus bocas. Yamato parpadeó, sorprendido y abriendo los ojos con sorpresa. Mimi le miró con enfado al separarse.
—Pues no es tan extraordinario tu beso.
Yamato enarcó una ceja.
—Me has besado tú a mí— carraspeó.
Mimi lo sopesó.
—Ciertamente. Bésame entonces.
Yamato rodó los ojos, dejó la mochila y con un fuerte tirón de su cadera, la pegó contra él. Sus ojos clavados en ella, firmes, seductores. A Mimi se le cortó el aliento y se descubrió a sí misma abriendo los labios con deseo.
Y sí. Yamato besaba extraordinariamente.
Su boca dura, sus labios suaves y su condenada lengua parecía ser capaz de encontrar las zonas más erógenas de su cavidad.
Al separarse, temblaba y jadeaba de tal forma, que temió desmayarse.
Yamato la sujetó de las caderas, sentándola sobre la mesa. No quedaba nadie en clases. Nadie miraría de más a una pareja.
Mimi alargó las manos, temblorosa, acariciándole las mejillas. Pese a que todo su cuerpo le gritaba que un poco más y estallaría, su voz la traicionó.
—Más.
Y él se lo dio.
Más tarde, Mimi miró a los demás y levantó el pulgar en afirmación. El resto la imitaron y mientras, Yamato salía frente a ellos bostezando, rascándose la nuca y sin comprender a qué venía esa etapa de besos robados hacia su persona.
Notas de autora:
Esta vez no se fueron a la cama *música de iglesia de fondo* Pero se dieron el lote a cambio =D.
Yamato es besado por todo el mundo, pero con Mimi repitió xD.
