Summary completo:

Tu vida nunca había sido lo que se dice "fácil", pero siendo una vigilante enmascarada que vivía con su tía -una madre soltera policía del Departamento de Policía de Nueva York- y que trataba de evitar a toda costa que SHIELD descubriera a sus amigos con poderes, conocer a los Vengadores y cierto Capitán no era precisamente lo que tenías en mente.

"...Mierda".


"Y entonces llegó la guerra," sus ojos estaban resignados. "Y el resto está en los libros de Historia".

Sin poder contenerte, lanzaste un resoplido.

"Pues debo decir que dejaron fuera la parte más importante del Capitán".

"¿El qué? ¿La parte del artista?" Inquirió Steve enviando una mirada en tu dirección. "No era relevante para el simbolismo del Capitán América".

"No, pero la parte de 'Steve Rogers' -la persona detrás del símbolo- sí lo era. Aún lo es".


NOTAS:

AU para Vengadores: la Era de Ultrón

En esta continuidad se incorpora The Amazing SpiderMan (Webb) con Andrew Garfield como SpiderMan; así mismo, se incluyen las series del UCM, detalles de los cómics y referencias a los X-Men. No se seguirá la continuidad de FOX (porque no la hay LOL), pero se mantendrán los aspectos mayoritarios de los personajes representados en sus películas cuando -y si- aparecen.

Incluye así mismo la realidad freeform de Mentes Criminales y Ley y Orden: UVE.

Cruce con Agents of SHIELD (Coulson YAY) y a poder ser Tie-Ins con Daredevil, Los Defensores, Capa y Puñal y Runaways.

Freeform con "El Aprendiz de Brujo".

Si hay alguien interesado. estoy planteandome establacer en algún momento un par de episodios crossover con el Arrowverso de DC (porque seamos sinceros, tú y yo y todos queremos ver a Flash y Thunder (aka TÚ) en acción).


27 de abril de 2015

Steve Rogers suspiró mirando el vaso de whisky en su mano. Tomó un sorbo del líquido dorado y lamentó, por lo que parecía la millonésima vez, no poder emborracharse.

El capitán miró a su alrededor para ver a sus colegas y amigos bebiendo y riendo. Acababan de volver de destruir otra base de HYDRA en algún lugar perdido, alejado de la mano de Dios. Ni siquiera recordaba dónde estaba, aunque no era como si le importase. Lo único que él quería era que desaparecieran para que los civiles dejaran de resultar heridos, o peor aún, muertos, debido a la organización terrorista.

Podía oír la voz de Thor resonando por el local, tan fuerte como si estuviera justo a su lado pese a encontrarse en el lado opuesto de la habitación. Las risas de Jane, la novia de Thor, su amiga Darcy y Pepper lo acompañaban. Al girarse, pudo ver a Bruce hablando animadamente con Sam y Rhodey, el último de los cuales parecía estar a punto de pegarse un tiro si los otros dos no se callaban, lo que hizo que el Capitán sonriera un poco.

Y entonces sintió una mano en su hombro, palmeando su espalda, haciendo desaparecer el leve gesto de alegría tan rápido como había llegado. Steve tragó el suspiro que subió por su garganta y miró a su amigo.

"¡Ah del barco, Iceberg!" Tony Stark le regaló una amplia sonrisa, sus ojos marrones resplandecientes con un brillo infantil.

"Hola Tony," replicó Steve, levantando su vaso a modo de saludo.

"¿Lo estás pasando bien?"

El Capitán lo fulminó con la mirada. Ni siquiera sabía cómo demonios había dejado que Tony lo arrastrara allí. Pero, después de discutir con Stark durante casi una hora y ser acosado sin descanso por Natasha y Clint, finalmente se había rendido y allí estaban ahora, en un bar en el corazón de Brooklyn, con muchas otras personas alrededor.

Pese a todo, tenía que admitir que era un lugar extraordinario, casi irreal.

En primer lugar, no estaban siendo molestados por fangirls y fanboys. Aunque siempre trataba de ser amable, a veces era un poco agotador tener que estar sonriendo las 24 horas del día. Había visto algunas insignias, placas y armas reglamentarias, por lo que el rubio se había preguntado distraídamente si se trataba de un "bar de policías". Esa podría ser la razón por la que no les decía nadie nada; estaban agotados de luchar contra el crimen y, al igual que Los Vengadores, solo querían un descanso.

En segundo lugar, las paredes estaban cubiertas de carteles de bandas de rock, algunos de su época (y no se refería solo a las bandas, sino también a los carteles mismos, que parecían poder reducirse a nada más que cenizas si alguien se atrevía a tocarlos), y fotos cantaautores desconocidos que sonreían a la cámara desde los estantes.

A pesar del ambiente festivo, preferiría estar en su apartamento. Pero él no le diría eso a Tony; eso no sería educado en absoluto, y por una vez, el hombre parecía actuar desinteresadamente al tratar de animarlos a todos.

"Vamos, Stark", escuchó la voz de Natasha desde su otro lado. "No puedes ir por ahí preguntando a supersoldados de la Segunda Guerra Mundial si lo están pasando bien cuando no estamos exaltando nuestro patriotismo ni cantando gospel. Eso no es educado".

Tony resopló y Steve miró a Natasha, que estaba allí de pie con una cerveza en la mano y una brillante, aunque feroz, sonrisa. Todo en ella, desde el pelirrojo cabello a la delicada pero definida forma de sus manos indicaba que no era alguien con quien meterse.

"Hilarante", respondió Steve, tratando de parecer enfadado. Lo cual, por supuesto, falló.

"¿Cómo estás, Rogers?" preguntó la Viuda entonces, mirando directamente a sus profundos ojos azules para asegurarse de que no le mentiría.

"Bien, supongo," Steve se encogió de hombros. No quería hablar con ellos -ni con nadie, de hecho- sobre las pesadillas que estaba teniendo desde la caída de S.H.I.E.L.D. Especialmente sobre Bucky. A pesar de la ayuda que Sam le había proporcionado, no había encontrado nada sobre su mejor amigo. Era como si hubiera desaparecido, otra vez. Y eso lo estaba volviendo loco.

"BEEEEP," dijo Tony, imitando una alarma. "El polígrafo dice que tu nariz crecerá, Capitán". Hubo un momento de silencio mientras el Capitán lo miraba con una expresión en blanco. "¿Qué?" le espetó Tony. "¿No entendiste esa referencia?"

Natasha se rió ante el comentario y Steve puso los ojos en blanco.

"¿Sabes qué te iría bien?" inquirió Natasha con un tono repentinamente dulce. Un escalofrío bajó por la espalda del soldado sin que éste pudiera hacer nada por evitarlo.

No lo digas. Por favor, no lo digas, pensó Steve, cerrando los ojos.

"Una cita".

Y… lo ha dicho.

"Nat ..."

"¿Por qué no invitas a Sharon a salir?" preguntó la pelirroja inocentemente.

Steve suspiró. A pesar de lo que todos creían, incluida Sharon misma por lo que parecía, no veía en ella -no podía ver- nada más allá que una colega, otra agente y la nieta de la mujer a la que había llegado a amar hacía 70 años. Por supuesto que ella lo atraía, pero era por su parecido con Peggy Carter. Ni más ni menos. Y él no quería eso en una relación. Quería amor, amor verdadero, no una atracción creada por los fantasmas del pasado.

"Oye, oye, espera un momento", intervino Tony, frunciendo el ceño y mirándolo con una sonrisa. "¿Cómo no sabía de esto? ¡Bastardo con suerte!" Tony señaló entonces a Natasha, que parecía más que complacida consigo misma. "¡Nat, tienes que contarme todo!"

En ese momento, el vaso del Capitán se estrelló contra la barra con tanta fuerza que fue un milagro que no se rompiera. Steve intentó calmarse y miró a sus dos amigos brevemente.

"No te he dicho nada, Tony, porque no hay nada que contar", ambos le dieron la mirada de 'No creo en una sola palabra de lo que estás diciendo'. Steve suspiró, de nuevo. Iba a ser una noche muy larga. "Escuchad, yo simplemente no-"

El discurso de Steve se cortó abruptamente por el sonido de lo que reconoció como música country (o al menos, por lo que a él le parecía que era country. En su momento, ese estilo de música no se llamaba así. Simplemente era música del sur). Levantó la vista buscando la fuente de la música y vio a una hermosa chica -mujer- que le dejó sin aliento por un instante. Parecía ser muy joven, incluso más que él. Steve tenía 24 años -si no tenía en cuenta el tiempo que había pasado en el hielo, y no pensaba hacerlo-, pero tal vez ella apenas alcanzaba la veintena.

Tenía ojos (c/o) grandes y brillantes que brillaban con alegría, (l/c) (c/c) cabello y piel suave (c/p). Llevaba un vestido blanco sin tirantes que terminaba justo por encima de las rodillas y una guitarra acústica azul oscuro en sus manos.

El instrumental de la canción parecía provenir de algún tipo de altavoces en el escenario, ya que nadie más estaba allí con ella, al menos eso le parecía a él. Era difícil de decirlo al 100% seguro, porque el fondo estaba completamente oscuro.

El sonido de la guitarra que ella llevaba comenzó a llenar el local conforme la chica rasgaba las cuerdas, y luego... luego escuchó su voz. Una voz dulce y melódica que cantaba con sentimiento.

La canción trataba de tener esperanza y luchar hasta el final, de no rendirse nunca. Y Steve solo podía mirarla, completamente hipnotizado por ella. Fue brevemente consciente de que Tony lo llamó, sacudiéndolo por los hombros, pero levantó una mano y le pidió a su amigo que lo dejara en paz mientras duraba la canción.

Al final de la canción, ella cambió la letra: mientras que había estado cantando todo el tiempo en "presente", en ese momento cantó en "pasado". Y luego ella cantó cómo la batalla de la que hablaba la canción había sido ganada.

Mientras la música se desvanecía, una chica con cabello dorado ondulado y ojos azules brillantes subió al escenario y la abrazó. Todos los que estaban en el bar comenzaron a aplaudir como locos, Steve más fuerte que nadie, animándola con una gran sonrisa.

Natasha, quien no lo había perdido de vista mientras la joven cantaba, notó la emoción en los ojos del Capitán. Esa no era la forma en que miraba a Shannon. Era... era casi como la forma en que ella miraba a Clint cuando no había nadie presente. La espía sonrió para sí misma y se movió sin que nadie se percatara de que se estaba escapando.

Steve siguió a la joven brevemente con la mirada cuando la vio salir del escenario, pero de repente desapareció entre la multitud del bar. Frunció el ceño y suspiró mirando sus manos, saliendo de aquella especie de trance momentáneo.

"Es guapa", dijo una voz a su lado. Steve casi se atragantó con su whisky y Sam se echó a reír mientras daba un par de palmadas a su amigo en la espalda.

"Yo-yo no estaba- Yo solo- No puedo- Quiero decir, yo no-" tartamudeó Steve, sus mejillas cubriéndose con un ligero tono rosa.

"Vamos, hombre," susurró Sam. "Está bien si piensas que es guapa. Eso no es ilegal, ¿sabes? Y ... ¡Guau!" Sam enarcó las cejas en un gesto de incredulidad mientras se llevaba la botella a los labios. "Qué voz".

"Es bueno que los dos penséis eso, porque ella está justo aquí".

Ambos amigos se dieron la vuelta para ver a Natasha con una mano en el hombro de la joven cantante y una amplia sonrisa en su rostro. La mandíbula de Steve cayó ligeramente antes de que saliera de su estupor.

"Soy Steve, Steve Rogers, señorita", dijo el Capitán, poniéndose de pie y extendiendo una mano.

Ella se la estrechó inmediatamente, sonriendo ligeramente mientras miraba directamente a sus ojos azules, tan profundos como el mar.

"Yo soy (p/n), (p/n) (p/a)".

Steve le devolvió la sonrisa, haciéndose a un lado para ofrecerle un asiento. En ese momento no podía imaginarse que tres días después tendrían que enfrentarse a Ultron, pero siempre con la presencia de la chica que acababa de conocer en el fondo de su mente.

Al menos, hasta la batalla final con la malvada inteligencia artificial, cuando todo... volvió a cambiar.