El Akuma daba pasos hacia adelante donde se encontraba Chat Noir en el suelo sentado, jadeando, una gota de sudor recorrió su sien. El gato lo miró por unos segundos para luego girar su cuello a la izquierda y posar sus ojos verdes en los azules de Marinette que se encontraba también en el suelo -a unos metros de distancia- mirando al héroe, retiró el contacto y lo posó en su arma -el bastón- que se encontraba a metros suyo.
"¡Agh!"
Su mente exclamó. Estaba muy alejado, retrocedió por reflejo, hasta que ya no pudo más. Al chocar con la parte trasera de un auto, ni siquiera podía usar el cataclismo, al haberlo usado antes.
—Ya no tienes escapatoria.
Los pitidos de su anillo sonaron, una huella desapareció del accesorio. Chat Noir rió.
—Parece que es una situación gatastrofica.
Aun en las peores situaciones, no evito que no hiciera un juego de palabras. Todavía tenía la esperanza que su Lady apareciese ¿Por qué tardaba tanto? Pero Ladybug no se vislumbraba.
Cerró los ojos y apretó fuertemente los puños cuando solo unos pasos era la diferencia que los separaba. Sin embargo, antes de que el Akuma lo tocara, una persona se puso en su camino, en el medio.
Se percató al abrir los ojos ante las palabras que pronunció.
"¡No lo toques!" "¡No dejare que lo toques!"
Era Marinette.
Teniendo en sus manos el bastón de Chat Noir , ese, que había recogido del suelo mientras lo usaba como una barrera para proteger al héroe que estaba sentado en el pavimento.
El individuo miró sorprendido a su salvadora. En todo momento, había estado esperando alguien vestido con traje moteado. Pero, su princesa lo estaba protegiendo. ¿Qué? ¿Eh? ¿Se había convertido en la damisela en apuros?
—¿My Princess?
Otro pitido fue generado y supo que era hora la retirada ¡En minutos se iba a destransformar! pero obviamente no podía dejarla ahí. ¿Qué clase de héroe seria si dejaría a una indefensa chica enfrente del enemigo? Se levantó y aprovechando la impresión que genero la muchacha al Akuma. La tomó entre sus brazos y corrió lejos de ahí.
No era muy heroico de su parte. Pero no tenía tiempo para luchar en una batalla que tenía todas las de perder.
Ninguna palabra fue expresada, en la huida. Pudiéndolo perder al Akuma que de inmediato los fue a perseguir, al meterse a lo profundo de un callejón.
Otro pitido fue emitido. El gatito estaba recuperando el aliento, Marinette le entregó el bastón.
—Ufff...Me sorrrprendiste —dijo sonriendo— Nunca creí que mi princesa, fuera mi caballero de armadura brillante —dijo— Ni mucho menos que fueras tan posesiva.
—¿Eh? —la chica estaba bastante sorprendida.
—De verdad... ¿Quién dijo que los gatos son posesivos? —Repuso— ¿No lo toques?
Marinette se sonrojo.
—Te estaba protegiendo —refutó.
—Ya me di cuenta, pero ya deja sacar tus garras, gatita —comentó— Eso déjamelo a mí —mostrando los filos que tenía la misma.
Los pitidos comenzaron acelerarse, anunciando su retirada. Como un caballero -y no una damisela en apuros- galantemente tomo su mano y le deposito un casto beso en su dorso.
—Le agradezco por lo que ha hecho por mí —le dijo antes de darse la vuelta y marcharse— Mantente ocúltate —dictaminó, antes de salir y esconderse a otro lugar.
Cuando el gatito se fue, Marinette se transformó en Ladybug, algo que no de ser que estaba en el campo de visión del Akuma y que se había quedado anonadada por lo sucedido, hubiera hecho antes.
Yéndose al campo de batalla, su cabeza era mecida varias veces.
¿Posesiva?
Se rió en su interior al solo recordarlo. Sin embargo, no dejarían que le hagan daño a su tonto gatito que curiosamente -otra vez- volvía a estar en el suelo.
