N/A: he aquí nuestro primer fic juntas, totalmente Emily y David.
Disclaimer: Lo único nuestro es nuestra imaginación, nuestra obsesión y nuestra locura. Es una historia totalmente ficticia, por lo tanto NADA de esto ha pasado en la vida real, pero la esperanza es lo último que se pierde.
Era sábado por la mañana. Emily acostumbraba a dar un paseo antes de desayunar en su cafetería favorita, que además estaba cerca del trabajo. Caminaba totalmente ausente, concentrada en uno de los guiones que tendría que aprender esa semana y miraba atenta las conversaciones con su "compañero" Booth. Había notas escritas en bolígrafo y subrayadas a pie de página donde se podía leer "acercarse mucho" o "mirarle de forma especial", y reía al recordar la insistencia con la que Hart le había dicho que ensayara eso para las escenas. -No lo necesito- había dicho ella –Soy muy buena actriz. -Y tan modesta como Brennan ¿No?- había respondido un irónico Hart, sonriendo.
Iba tan sumamente ensimismada, imaginando lo que sería una buena interpretación, que no le dio a tiempo a reaccionar cuando se le cruzaron por el camino un par de niños corriendo y chocaron con ella, haciendo que todas sus carpetas cayeran al suelo. –Disculpe- dijo uno de ellos, y continuaron con el juego. Emily se agachó a recoger sus cosas.
-Hola- escuchó a sus espaldas. Conocía su voz e incluso podía notar su olor. Sonrió, pero no se dio la vuelta. –Escuche, señorita, creo que la conozco- siguió él en tono gracioso. Entonces Emily se levantó y le miró, acariciándole la mejilla disimuladamente.
-¿De dónde vienes?
-Te estaba buscando. Como siempre, hemos quedado para ensayar un poco ¿Recuerdas?- al decir eso se le escapó una pequeña risita que hizo que Emily bajara la cabeza.
-Ya, ensayar…claro.
Todo había comenzado un par de meses atrás, cuando Hart les había comunicado los planes que tenia para la serie, al principio Emily no le había dado tanta importancia al asunto hasta que David le propuso quedarse a ensayar los fines de semana con el "propósito" de que todo saliera a la perfección, ella como buena actriz aceptó, mal que mal no tenía nada interesante que hacer los sábados desde que había cortado con su novio que curiosamente llevaba el mismo nombre que él.
Habían quedado de ensayar en casa de ella simplemente porque vivía casi completamente sola, Zooey se la pasaba entre el trabajo y la casa de su prometido por lo que a veces ni siquiera llegaba a dormir por lo tanto no había nadie que pudiese interrumpir sus planes, Emily sabía que había algo más que un simple deseo de "que todo saliera a la perfección" por parte de su compañero, quizás las cosas no andaban bien en su matrimonio- pensó- quién en su sano juicio querría pasar ensayando los fines de semana sabiendo que en tu casa te espera tu maravillosa esposa y tu hijo, ansiosos por verte ya que te pasas casi las veinticuatro horas del día en el set?
A pesar de todo, las cosas habían funcionado hasta ahora desde aquel día y demasiado bien, pero ¿Podrían esconderlo por más tiempo?
-¿En qué piensas, Emm?
- ¿crees... crees que estamos haciendo lo correcto?
-Ni siquiera yo sé que es lo correcto, solo se lo que…- se detuvo, mirando hacia ambas partes de la carretera- lo que quiero.- y le sonrió tiernamente.
El corazón de Emily latía más fuerte cada vez que lo tenía cerca, en ese momento tuvo que luchar con todas sus fuerzas para no lanzarse a sus brazos y besarlo apasionadamente en medio de la calle.
-¿No deberíamos estar ensayando? - le dijo lanzándole una de sus mejores sonrisas que solo tenía reservadas para él
-Yo creo que sí, deberíamos estar ensayando- le rozó la mano con delicadeza, entrelazando sus dedos con los de ella, y la empujó despacio para entrar en la cafetería – Pero primero vamos a desayunar algo, que tengo hambre-
Al entrar a la cafetería el exquisito aroma del café recién hecho lleno completamente sus pulmones, Emily sonrió, aunque evitaba consumir cafeína ese aroma seguía siendo uno de sus favoritos; cogieron, como siempre, la última mesa de la derecha no solo porque tenía una vista privilegiada a un pequeño parque, sino que también porque nadie podía notarlos, lo que les permitía sumergirse en su burbuja personal olvidándose del mundo y pretendiendo que solo existían ellos, que no importaba nada más.
Cuando David acarició con su pie la pierna de ella por debajo de la mesa, ninguno de los dos pudo evitar sonreír y desearon con más ganas darse ese beso que esperaban desde que se habían encontrado.
Él se levantó, arrimó su silla y se terminó de un sorbo su café, todo sin dejar de mirarla.
-creo que iré al baño- le dijo ella luego de un momento de silencio e intensas miradas- te veo en un minuto- y le sonrió maliciosamente
Emily se paró y se dirigió hacia el baño de mujeres, pero para su mala suerte estaba cerrado, no supo ni cómo ni cuándo, lo único que sintió fueron unos fuertes brazos rodeándola y aprisionándola contra la pared del baño de hombres
-Pensaba que iba a morir ahí fuera- susurró, besando su cuello –Y adivina qué…¡Tú eres mi asesina!
Ella sonrió, era increíble lo que este hombre era capaz de hacerle sentir tan solo con un mínimo acercamiento, una mirada o un pequeño roce.
El momento se intensificó en cuestión de segundos, cuando las manos de él recorrían el cuerpo de ella, lentamente, suavemente… Toc, toc, toc. -¿Ahora?- pensó, seguido de un grito -¡¡Está ocupado!!- y la besó. Lo que comenzó siendo un dulce beso, se convirtió en una apasionada exploración que no llegó a nada más debido a la insistencia de quien llamaba una y otra vez.
-Es a propósito- rió él –Nos ha visto entrar y quiere jodernos el momento. –y la volvió a besar, pero esta vez más rápidamente.
