N/A

Espero me acompañen en esta nueva historia.

Espero les guste y gracias por leer.

Cabe destacar: me costo demasiado elegir la pareja en esta historia de vampiros para Saku pero al final me decidi por alguien muy especial al menos para mi, en esta historia mostrare a una Sakuno un tanto bipolar, la verdad es que pondre a todos los personajes del anime que se relacionaran con ella, no logre resistirme a eso, sera universo alterno, espero me apoyen y les guste lo que escribire.


Disclaimer:

Prince Of Tennis no me pertenece, llorare por eso.


Resumen:

Riuzaky Sakuno es una chica de 16 años de edad, asiste a la escuela secundaria como cualquier persona normal pero eso cambiara cuando debido a sus padres tenga que asistir a la academia Hiotey durante la noche donde conocera a los chicos más guapos que haya imaginado que son familiares aunque no lo parecen, su vida cambiara por completo cuando se adentre en un mundo lleno de misterio, descubrira secretos de su pasado y demasiadas cosas, tendra que elegir a su amor en ese mundo lleno de vampiros que buscan beber su sangre y atarla a ellos para siempre... tendra que tomar decisiones drásticas, tendra que armarse de valor para encontrar el amor verdadero entre vampiros...


Capítulo 1: Academia

Se levanto con calma de la cama, no podía creer que asitiría a la academia Hiotey, no lograba entender como es que sus padres la habían cambiado de institución sin decirle nada, aún recordaba esos paseos con sus compañeras, no quería ir a ningún otro lado, estaba bien en su escuela pero sus padres no pensaban lo mismo por eso la habían cambiado y para el colmo en un turno nocturno, no entendía porque pero no iba a preguntar, camino hasta donde su maletín pero antes se detuvo en el espejo a observarse con cuidado.

Su uniforme consistía en una falda demasiado corta de color azul con franjas delgadas rojas, estaba muy por encima de las rodillas, usaba unas medias algo largas que llegaban arriba de las rodillas dejando ver sus piernas largas y torneadas debido al tenis que practicaba, usaba una blusa blanca que llegaba un poco más allá de sus codos, encima de esta un suéter de color blanco que se ajustaba a su cuerpo dejando ver sus curvas, su cintura pequeña y sus pechos grandes para su edad, se llamaba Riuzaky Sakuno y contaba con 16 años, era una chica de cabello cobrizo y de ojos rojizos que hipnotizaban, su tez era blanca similiar a la leche, era dulce, un tanto tímida pero fuerte cuando se lo proponía, era la presa perfecta en pocas palabras.

Ato su cabello en una coleta alta para tomar su maletín además de su saco que no le gustaba demasiado, era de color azul marino y no lo usaría la menos el día de hoy, se coloco correctamente la corbata roja para suspirar, estaba lista, camino para salir de su habitación, eran las 5:30 de la tarde y la escuela comenzaba a las 6:00 en punto, sería algo cansado pero no podía quejarse en lo absoluto, salio de su casa abordando el automóvil que la llevaría a su destino, se acomodo en el asiento con cuidado observando que este emprendía su marcha, le dolía un poco la cabeza, la verdad desde que se había enterado que asistiría a esa academia le dolía la cabeza y tenía pesadillas, no les había dicho nada a sus padres para no preocuparlos pero se estaba arrepintiendo en este momento.


- ¿Piensas dormir todo el día? - pregunto un chico de cabello peliplateado y de ojos marrones además de tez blanca, el chico miro a su compañero que solo observo la cruz que siempre usaba su hermano en el cuello - ¿Qué quieres Ootori? - pregunto su hermano con una mueca de cansancio mientras cerraba los ojos de nueva cuenta, él que lo había llamado era Ootori un chico de 17 años de edad, hermano menor de Ryou un chico de cabello marrón o castaño y de ojos púrpura, contaba con 18 años de edad, era alguien callado, siempre dormía, inteligente y bueno en lo que se propinía a diferencia de Ooroti quien era alguien inteligente, conversador pero no bueno en todo, siempre se rendía fácilmente y por esa misma razón siempre estaba detrás de Shishido desde que era un niño.

- Es hora de ir a la escuela, nuestro hermano nos espera - contesto Ootori tomandolo de la mano para que se levantara pero Shishido de un manotazo la aparto mientras se levantaba - No pienso ir a la escuela con ese narcisista - señalo mientras caminaba a la salida de la habitación - Te vere allá entonces - murmuro al aire al ver que su hermano ya no se encontraba, suspiro un poco, odiaba a veces la manera de ser de él, siempre demostraba seguridad y él siempre deseaba esa seguridad porque no quería vivir a la sombra de su hermano mayor.

- Tardas demasiado, Ore-sama no espera - volteo la cabeza observando a su hermano mayor de 18 años, de nombre Keigo, no tenían los mismos apellidos pero eran hermanos de sangre por parte de su padre, sus madres eran diferentes además aún tenía más hermanos pero Ryou y Keigo eran sus hermanos-hermanos, al menos así les habían dicho, su hermano era un chico de cabello gris y ojos negros que en ocasiones dejaban verse azules, pocas eran las ocasiones, debajo del ojo derecho tenía un lunar lo cual lo caracterizaba sobre manera, este era un narcisista, demasiado orgulloso, se creía el rey del mundo y siempre lo demostraba con acciones egoístas.

- Lo siento - se disculpo el menos haciendo una leve reverencia para salir detrás de su hermano cerrando la puerta detrás de si para comenzar a caminar por el pasillo de la gran mansión - Tardan demasiado - ambos miraron a un chico de cabello verde oscuro con negro que estaba recargado en la pared, sus ojos eran dorados, un poco más pequeño de estatura, su nombre era Ryoma, era su hermano pero de diferente madre - Eso no te incumbe - contesto Atobe comenzando a andar notando el instinto de asesino de Ryoma quien tan solo se controlo.

- Te pido lo disculpes - pidio Ootori dandole alcanze a su hermano pero se detuvo al escuchar la risa altanera del menor pues contaba con 16 años - ¿Siempre vas a hacer su cuidador? - pregunto desapareciendo, el chico de cabello peliplateado tan solo suspiro, era un tanto estresante el tono de su pequeño hermano, comenzo a bajar las escaleras con calma para tomar su maletín, hasta entonces noto que estaba con su uniforme, odiaba un poco la escuela porque siempre estaba solo y odiaba esa sensación de soledad.

Su uniforme constaba en un panatalón de color azul con franjas delgadas rojas, una camisa de vestir blanca pero encima de esta usaba su saco de color azul marino además de la corbata de color rojo que odiaba, tomo su suéter de color blanco además de su maletín para salir de casa, observo la limusina y a sus hermanos que se adentraban en esta, tomo asiento con cuidado al lado de Atobe que leía un libro a una velocidad increíble, miro a Syusuke, su hermano de 18 años, su cabello era castaño y sus ojos azules pero siempre estaban cerrados, cuando los abría era porque estaba interesado en algo o es porque estaba molesto, era alguien sádico en su totalidad, daba demasiado miedo, era demasiado fuerte, él se encontraba escuchando música con los ojos cerrados.

Miro al chico sentado a su lado, un chico de cabello café claro y ojos cafés obscuros, este usaba lentes, contaba con 19 años , era alguien inteligente, demasiado callado, tenía un aura de respeto a su alrededor, de nombre Kunimitsu quien se encontraba leyendo un libro de misterio, Syusuke, Ryoma y Kunimitsu eran hermanos de sangre o quiza no como ellos, observo a los demás, miro a Genichirou, un chico de cabello negro y ojos cafés obscuros, era alguien callado, siempre apegado a las reglas, contaba con 19 años de edad, este se encontaba leyendo igualmente un libro.

A su lado estaba sentado su hermano que parecía una chica, en verdad que si parecía una chica, su cabello era azul al igual que sus ojos pero estos en ocasiones se veían lilas, era alguien caprichoso, egoísta pero tenía un aura de ternura, de amabilidad pero era todo lo contrario al igual que Fuji, su nombre era Seiichi y contaba con 19 años, se encontraba lamiendo una paleta en una forma un tanto coqueta, a su lado estaba su hermano Akaya, un chico de cabello negro y ojos esmeralda, este contaba con 17 años, era alguien rudo, todo le molestaba, odiaba a las personas débiles, su mayor sueño era matar a su padre, escuchaba música lo más seguro era que escuchara metal, Seiichi, Genichirou y Akaya eran hermanos.

Finalmente miro a su hermano Kazuya un chico de cabello azul obscuro y ojos de color azul grisáceo, un chico frío, poco sociable, siempre callado excepto con su hermano Kuranosuke, contaba con 19 años de edad, este se encontraba escuchando música mientras leía algo, a su lado se encontraba su hermano Kuranosuke, un chico de cabello gris al igual que el color de sus ojos, alguien sonriente pero no demasiado con personas que no conocía, era un tanto sádico pero no demasiado, solo le gustaba asustar a la gente que no conocía, contaba con 18 años de edad, ellos dos eran hermanos de sangre.

Todos eran hermanos en cuanto a padre se refería pero tenía diferente madre, tenían un secreto... eran vampiros, contaban con esas edades al menos en esta época pero tenían más de 1300 años.


Sakuno bajo del auto con cuidado, le seguía doliendo demasiado la cabeza, se sostuvo del auto llamando la atención de su conductor - ¿Se encuentra bien Riuzaky-sama? - pregunto y asintió con la cabeza, tenía que entrar a esa escuela y tratar de aprender algo por que no deseaba escuchar las quejas de sus padres en estos momentos, tomo su maletín comenzando a avanzar con una mano en la cabeza, le punzaba demasiado la cabeza, dolía a horrores si tenía que ser sincera.

Cerro un poco los ojos y no se fijo por donde caminaba por lo que termino chocando con alguien provocando que cayera al suelo y se cortara con una especie de vidrio, de inmediato se mordio el labio al sentir la sangre, ¿qué clase de escuela no barría su entrada?, sintio un leve estremecimiento cuando alzo la vista encontrandose con Akaya que la miraba algo molesto - ¿Por qué demonios no te fijas? - observo al chico que la miraba con una mueca de desagrado - Y lo dice el idiota que se detiene en el camino de los demás - contesto altanera tratando de levantarse pero en verdad que le dolía la mano - ¿Qué has dicho? - Akaya se inclino para tomar la mano de la chica pero se detuvo de inmediato... el olor de su sangre era demasiado dulce que sentía que los colmillos iban a salir, retrocedio asustado mientras daba pasos hacía atrás, la chica lo miro no entendiendo su actitud.

- Deberías ser más amable con la chica hermano, ¿te encuentras bien? - Sakuno observo a un chico de ojos lilas que camino donde ella pero de inmediato se detuvo al oler la sangre de ella, olía delicioso, tanto que podía clavarle los colmillos de inmediato - Vamos - Yukimura tomo a su hermano para salir de allí porque si no lo hacían era capaz de morder a esa niña en ese mismo momento, Sakuno no podía creer que la dejaran allí, en definitiva eran malas personas, primero uno le preguntaba si estaba bien y la dejaba allí, por Dios eran inhumanos.

Nuevamente le punzo la cabeza pero aún así trato de levantarse, sin embargo, no lo logro, miro el patio tratando de buscar a alguien que la ayudara pero no había nadie, lo más seguro es que ya estuvieran en sus aulas - ¿Te encuentras bien? - miro al frente encontrandose con un chico de cabello castaño y profundos ojos azules, Syusuke la miro con los ojos abiertos, era un ángel esa chica, lo bueno es que podía controlar sus instintos de beber sangre, todo lo contrario a sus dos hermanos que salieron huyendo al aspirar el aroma de la sangre de ella.

- S-Si - contesto tratando de levantarse pero se detuvo al observar que el chico la tomaba de la mano observando el corte del cual ya no salía sangre, sin duda alguna el aroma de su sangre era deleitable, acerco sus labios a la mano notando el sonrojo en las mejillas de la chica - En una herida como esta lo principal es limpiar la sangre - aseguro este y antes de que Sakuno dijera algo, paso su lengua por la sangre lamiendola con cuidado, Syusuke se deleitaba con la sangre, era deliciosa, se controlo aún más porque quería clavarle los dientes pero tan solo limpio toda la sangre degustandola en sus labios, Sakuno lo observo separarse y tan solo cerro los ojos... se había desmayado.

Syusuke la observo con una sonrisa al verla desmayada en sus brazos, la miro detenidamente, se veía deliciosa, observo su cuello ladeado y se acerco un poco, sus colmillos salieron - No intentes morderla - se detuvo para que sus colmillos se escondieran y ladeo la cabeza observando a Kazuya que lo miraba como si nada - No es tu asunto hermano - con cuidado tomo a la chica para cargarla en sus brazos - Si intentas morderla me asegurare de que padre se entere - aseguro el peliazul - Es nuestra aunque no lo sabe por lo cual puedo hacer lo que quiera con ella - contesto Syusuke dando media vuelta para comenzar a caminar a la enfermería.


Sakuno se removio un poco, tenía demasiado frío y tenía demasiada sed, solo que no quería agua, imagino un líquido rojo bajando por su garganta mientras sus dientes se tornaban rojos... era sangre lo que deseaba beber, se levanto de inmediato asustada observando las paredes blancas, se encontraba en la enfermería, se llevo la mano a la frente, estaba sudando, se levanto observando que no había nadie, miro su reloj faltaban cinco minutos para las seis lo cual era demasiado raro porque tenía la sensación de que era mucho más tarde.

Busco con la vista a la enfermera o al encargado pero no había nadie, tomo su maletín y su saco para salir de la enfermería a prisa buscando su salón en el mapa que su madre le había proporcionado durante la noche, observo los pasillos que se encontraban vacíos, esta academia daba demasiado miedo - ¿Busca algo señorita? - dio un respingo al escuchar una voz detrás de ella por lo que ladeo la cabeza y observo a lo que parecía ser un profesor - M-Mi salón - contesto Sakuno un tanto nerviosa, el hombre tomo en sus manos el mapa y sonrió.

- Sigame, es el único salón disponible en el turno nocturno - comento el profesor y ella se detuvo por completo - ¿No hay más alumnos? - pregunto tragando duro, ¿qué demonios significaba que era el único salón disponible? - Efectivamente - contesto deteniendose a su lado para abrir una puerta a su lado, ella regreso un poco y observo a unos chicos en las sillas del salón, el profesor la empujo levemente para que entrara al salón, en ese momento se dio cuenta que no había revisado su herida por lo que observo su mano derecha la cual tenía una venda atada, suspiro de alivio al notar que se encontraba bien, observo a los chicos que eran once en total, estos colocaron su vista en ella.

Miro a los dos chicos de la entrada y al castaño de ojos azules que la miraba con una sonrisa que se le hacía siniestra, sintio miedo de tener todas esas miradas sobre ella y retrocedio poco a poco, no quería estar en ese salón - La clase comenzara, tomen asiento por favor - asintió con miedo caminando de prisa a un asiento para sentarse con cuidado - Hola - dio un respingo al escuchar ese saludo, ladeo la cabeza observando a un chico de cabello peliplateado que le sonreía amigablemente.

- No la espantes Ootori - ambos alzaron la vista observando a Shishido que la miraba con cara de pocos amigos - Mi nombre es Ootori Hasegawa - todos tenían ese apellido pero no era el de ellos, sus apellidos no los usaban debido a la cuestión de su padre - U-Un gusto, Riuzaky Sakuno - estiro la mano y el chico la estrecho, de inmediato se alarmo al notar su piel helada, parecía muerto - ¿Te encuentras bien? Estas helado - señalo y Ootori sonrió levemente, bueno era normal que ella no estuviera enterada pero lo estaría pronto, más pronto de lo que esperaba.

- Ootori a tu asiento - el chico de inmediato tomo asiento y Sakuno se sorprendio al verlo sentado cuando había estado a su lado hace tan pocos segundos, ¿qué eran esos chicos?, parecían modelos de revista, eran como ángeles caídos de cielo, centro toda su atención en el pizarrón atendiendo a lo que el profesor decía, aunque eso era imposible porque su mente estaba en otro lugar, su celular sonó y todos la miraron, de inmediato desvío la llamada para seguir escribiendo los ejercicios con calma.

- ¿Han entendido? - todos asintieron cuando la puerta se abrio dejando ver a una señorita de lentes y cabello pelirrojo que camino donde el profesor quien los miro disculpandose con la mirada para salir, extrajo su celular y observo la llamada de su casa, era raro porque sus padres no estaban en el país desde hace dos semanas, no era posible que alguien estuviera en su casa, marco el número de nueva cuenta y el teléfono sono varias veces - ¿Sakuno? - suspiro al escuchar la voz de su madre, ya se había espantado demasiado.

- ¿Mamá? ¿Qué hacen en casa? - pregunto de inmediato en un susurro pues no quería llamar la atención de sus compañeros de clase, tenía demasiadas cosas que preguntarle, no entendía porque la habían mandado a esa academia donde solo asistían once chicos y ella, era demasiado raro, necesitaba una explicación - Escucha pequeña, al salir de la academia no vendras a casa... iras con los Hasegawa - casi se atraganta con lo que le dijeron por lo que se levanto de inmediato saliendo del salón casi chocando con alguien, no entendía nada y necesitaba una explicación, además ¿porqué sabían el apellido de esos chicos que quiza eran familiares?, aunque todos se veían diferentes que era imposible considerarlos hermanos.


- Es bonita - murmuro Seiichi con una leve sonrisa mientras se acomodaba el cabello pasando sus dedos sobre este - ¿Tiene que vivir con nosotros? - pregunto Ryoma mientras bostezaba un poco - Es lo que padre manda - contesto Keigo dejando a un lado su reproductor de música observando su cuaderno que no tenía nada escrito por lo que tomo el lápiz y con movimientos rápidos escribio lo que estaba anotado en el pizarrón - No se si pueda controlar mis instintos - comento Syusuke con una sonrisa ladina dejando ver sus ojos azules.

- En la entrada no la mordiste - señalo Genichirou pues había observado la escena desde la ventana - Kazuya me interrumpio - miro a su hermano que tan solo miraba por la ventana tratando de no escuchar la conversación de los demás - Kazuya siempre tan lindo - bromeo Ryou con una mueca burlona cuando sintio que fue jalado por Kazuya para ser impactado en la pared cortesía de este - Cierra la boca - murmuro mientras sus ojos cambiaban levemente, en ese momento se abrio la puerta dejando ver a la chica que miraba la escena levemente asustada, Kazuya lo solto para caminar a su asiento con calma.

- Cierra la puerta - le dijo Akaya viendola furioso por lo que la cerro de inmediato caminando con paso calmado a su asiento, su madre le había dicho que tenía que irse con ellos porque ellos no se quedarían en el país y necesitaban asegurarse de que estuviera bien, el padre de ellos era su amigo y le había abierto las puertas de su casa por lo que estaría bien con ellos, no habría ningun problema, sus cosas ya habían sido transferidas a la mansión, además le habían dicho que pasara lo que pasara no debería de salir de la mansión y ella había prometido no hacerlo.

Se dejo caer en su asiento, le dolía demasiado la cabeza, sono un timbre que no identifico por lo que tan solo se acomodo en la banca, quería descansar un poco - ¿Te encuentras bien? - alzo la vista observando a un chico de cabello gris y ojos del mismo color, Kuranosuke la observo detenidamente, la chica no se veía bien, parecía algo decaída y ella no podía darse ese lujo porque era su comida, así que como tal necesitaba estar al 100%, no podía estar mal porque de lo contrario su sangre no sabría bien y eso no debía ser.

- S-Si - contesto con una amable sonrisa cuando Kuranosuke la tomo de la mano para levantarla - Puedo ayudarte con tu dolor de cabeza - aseguro este mientras la sentaba sobre una silla que estaba cerca de la ventana, la tomo del hombro para que lo mirara - ¿Q-Qué haces? - pregunto un poco temerosa, Kuronasuke no era la clase de persona que hacía algo sin pedir la opinión de los demás pero en esta ocasión no podía detenerse, no deseaba hacerlo, tan solo quería probar una gota de su sangre y eso sería suficiente.

- No te muevas - pidio inclinando su cuello para lamerlo un poco sintiendo el estremecimiento en su cuerpo lo cual lo hizo sonreir - Kuranosuke - se separo de inmediato al escuchar la voz de Kunimitsu escondiendo los colmillos, ambos miraron al chico de lentes que entro por la puerta con un semblante serio - P-Permiso - la chica salio huyendo del salón como alma que lleva el diablo - ¿Qué quieres? - pregunto mientras lo miraba dejando ver una mirada de furia en su rostro lo que provoco una sonrisa ladina en el chico de lentes que se cruzo de brazos.

- Puedes beber de su sangre en cuanto ella se entere de que somos - dicho esto dio media vuelta saliendo del aula, Kuranosuke solo quedo de pie, estaba molesto, ansiaba probar de su sangre y su hermano se lo había impedido pero sin duda alguna él sería el primero en beber de ella costara lo que costara.


Corría por el pasillo, quería irse a casa, no quería estar más en esa academia que daba demasiado miedo, entro al baño de mujeres con la respiración agitada, le dolía un poco la cabeza y además de todo sentía un cosquilleo donde ese chico había lamido su cuello, se sentía un tanto mareada - Sakuno, calma, calma - murmuro tratando de calmarse en verdad porque estaba un tanto desesperada - Guarda silencio - dio un respingo al escuchar una voz detrás de ella encontrandose con Ryou que de inmediato dirigio su vista a su cuello, Akaya tenía razón su sangre olía delicioso.

- L-Lo siento - se disculpo tratandose de ir cuando fue tomada de la mano por este para que aspirara sus cabellos, ni siquiera había sentido cuando se acerco y ahora se encontraba acariciando su cabello - Tu cabello es largo... eso es bueno - murmuro él mientras sus viajaban a sus caderas para tomarla de estas y alzarla, finalmente quedo sentada sobre un lavabo, tenía miedo, todos esos chicos parecían raros, daban miedo - ¿Q-Qué hace? - pregunto un tanto temerosa observando la sonrisa en el rostro del chico que aparto su cabello con cuidado acercandose a su cuello.

- Lo mismo me pregunto yo - Ryou volteo la cabeza observando a Keigo que los miraba esperando una respuesta, tan solo chasqueo la lengua saliendo del sanitario, Keigo la miro para caminar donde ella, en verdad que era una presa para todos sus hermanos, para él no porque no era su tipo, quiza bebiera su sangre pero no se volvería loco por ella porque no era lo que buscaba en una mujer, la tomo de la mano para bajarla con un movimiento rápido del lavabo y comenzar a andar con ella hacía la salida, lo principal es que tuviera que estar en un lugar seguro.


Finalmente había llegado la hora de salida de clases por lo que sus compañeros, las personas con las que viviría salieron primero así que se dio prisa en guardar sus cosas y comenzar a andar detrás de ellos, todos iban en lo suyo, casi no se hablaban, según su madre eran hermanos pero a su parecer no parecían hermanos, no interactuaban como lo harían los hermanos - Vas muy lento - observo a Akaya que la miraba esperando a que caminara más rápido - No necesito que me cuides, voy a mi propio ritmo - señalo ella deteniendose mientras lo miraba altaneramente.

Akaya la miro furiosa, en verdad que esa chica no tenía respeto por nada ni nadie - Pues quiero que te des prisa - la tomo de la mano pero de inmediato la solto al sentir la descarga eléctrica en sus dedos, en verdad que ella tenía algo que no lograba identificar - Dense prisa - ambos miraron a Genichirou por lo que asintieron para comenzar a caminar, se detuvo al observar la limusina que estaba con las puertas abiertas - Las damas primero - hablo Seiichi y ella asintió caminando a la entrada para abordar el vehículo con calma.

Se acomodo correctamente en el asiento colocando su maletín en su regazo mientras los chicos abordaban el vehículo, cada quien hacía cosas diferentes, algunos escuchaban música, otros leía y algunos bebían un jugo, se sentía rara en esa situación, sentía un leve estremecimiento al estar cerca de ellos - No deberías de estar tan nerviosa - dio un respingo al notar el aliento de alguien sobre su cuello por lo que se hizo más hacía la izquierda terminando en el suelo de la limusina siendo observada por todos.


Se encontraba en la sala de la gran mansión frente a todos esos chicos que estaban mirandola pero no al mismo tiempo, Ryoma estaba con los ojos cerrados recostado sobre un sofá, Keigo estaba de pie recargado en una pared con los ojos cerrados y con los brazos cruzados - Te quedaras en esta casa por lo que debes saber algo... somos vampiros - hablo Kunimitsu y ella rió suavemente, eso debía ser una broma de muy mal gusto de ellos - ¿Es broma? - pregunto tratando de contener una risa cuando los ojos de Akaya, Seiichi, Ryou y Kuranosuke cambiaron de color.

Temblo ligeramente mientras sentía las miradas de todos ellos sobre ella - No es broma, ansío probar tu sangre - fue tomada del mentón por Syusuke quien acerco sus colmillos a su cuello, ella los vio y se sintio desfallecer por lo que lo golpeo con su pie para salir de allí corriendo, subio de prisa las escaleras tratando de abrir una puerta - ¿No puedes controlarte? - pregunto Keigo mientras abría los ojos y caminaba con dirección a su habitación - Quiero jugar - aseguro el castaño mientras caminaba a paso lento, deseaba jugar con ella un poco más.

Sakuno trato de abrir la puerta pero estaba atorada - Es la habitación de Akaya - ladeo la cabeza observando a Ryou que caminaba donde ella, antes de que lograra escapar la tomo de la mano para pasar la otra por su cintura - No deberías de estar tan nerviosa muñeca - susurro en su oído para descender por su cuello pero ella lo golpeo con su rodilla en la entrepierna corriendo de prisa, su respiración era agitada, no entendía que estaba sucediendo, sus padres no le dijeron nada de esto, no era justo lo que estaba pasando, quería irse de ese lugar.

- ¿Ya estas cansada? - pregunto Seiichi recargado en una pared, no podía más, estaba demasiado cansada, tomo aire a grandes bocanadas cuando sintio que las piernas le fallaban, su cabeza dolio demasiado y cayo al suelo rendida, esto no podía esta pasando, se suponía que los vampiros eran mitos, leyendos o quien sabe que pero no existían, era imposible que existieran, alguien la tomo de la mano y observo a Kuranosuke que saco sus colmillos para acercarse a su cuello, se estremecio al sentir que estos se clavaban poco a poco en su cuello.

Dolía a horrores, trato de moverse pero le era imposible, él tenía más fuerza que ella en definitiva - D-Duele - gimio tratando de quitarselo, no podía creer que alguien le estuviera clavando los colmillos, los vampiros no existían, tenía miedo, no quería convertirse en una vampira, no deseaba eso, Kuranosuke estaba feliz, había sido el primero y así sería en todo lo relacionado con Sakuno, ella alzo la vista y observo a Syusuke sonreirle levemente con los ojos abieros - Espero soportes que bebamos de ti Sa-ku-no - sintio un ligero temblor, le dolía demasiado la cabeza y más que eso, su cuello dolía demasiado... se desmayo después de que Kuranosuke dejo de beber de ella...


A penas comenzaba su estadía en esa mansión, conocería poco a poco a cada uno de ellos y tendría que elegir a uno, tendría que elegir a la persona a la que le entregaría su corazón por la eternidad...


N/A

Espero les haya gustado.

Gracias por leer.