TÚ SERAS EL CIELO QUE JAMAS PODRE TOCAR
Mi cabeza estaba a punto de estallar, no estaba acostumbrada a salir a fiestas y mucho menos
a emborracharme, pero véanme aquí, rodeada de gente que no conozco, con la música a todo
lo que da y con un vaso de cerveza en la mano. Recorrí la pista para ver si encontraba alguna
cara conocida, pero nada, me maldije mentalmente por dejarme arrastrar por Jesica hasta esta
fiesta, y me maldije aun mas por estar bebiendo mientras soy consciente que nunca en la vida
lo había hecho, es que la pelea con mi madre fue tan fuerte que salí llorando de casa, me puse
a deambular por la calle y me encontré a Jess, que en vez de reconfortarme o darme palabras
de aliento me invito a esta fiesta, me sentó en medio de una multitud y me dio un vaso de
cerveza, mientras que ella se fue con un tipo que acababa de conocer.
Me dije que esta noche no me importaría nada, observe que un hombre me miraba desde la
esquina de la barra, era el hombre más lindo y sexy que jamás había visto, era moreno, ojos
negro y cabello del mismo color, y en medio de su perfecto rostro se extendió una aun más
perfecta sonrisa, dejando mostrar todos sus hermosos dientes blancos, era alto y fornido,
cuando sus ojos se encontraron con los míos algo se movilizo en mi interior así que no pude
hacer otra cosa que devolverle la sonrisa, me hizo seña para que me acerque a él y yo me pare
de mi asiento, y comencé a caminar en dirección donde estaba ese macho alfa mirándome
seductoramente, me sorprendieron lo seguro y decididos que se sentían cada uno de mis
pasos, sin dudas eso era obra de alcohol. Cuando estaba a pasos de él, un estúpido, porque no
puedo describirlo con otra palabra, me jalo de la cintura y me metió dentro de la pista de baile
-que haces idiota?
Le grite a todo pulmón, pero o era muy idiota o estaba tan borracho que no hizo caso a mis
palabras y me acerco a él intentando besarme. Unas muy grandes manos apartaron su cara de
mi rostro y jalaron de mi cuerpo, el tipo que hasta hace un momento estaba intentando
besarme estaba sentado en el suelo sin entender nada, y el moreno que hace unos instantes
me sonreía desde la barra me tenía rodeada entre sus brazos.
-gracias
Le dije al oído, mi voz salió más sensual que nunca y sentí como su cuerpo se tenso al instante.
-de nada hermosa
Su voz salió ronca, cargada de placer, sentí como me humedecía, sin pensarlo siquiera una vez,
me lancé a sus labios, el me correspondió al instante, me acorralo contra una pared y con
fiereza devoró mi boca. Nos separamos a causa del maldito aire que nos faltaba.
-Quieres que vallamos a algún lugar más cómodo?
Asentí frenéticamente con la cabeza y él me jalo de la mano hacia una habitación.
