Disclaimer: el universo de Teen Titans y sus respectivos personajes pertenecen a DC y son empleados sin fines de lucro.


Verde. Era lo primero que veía Raven por las mañanas cuando descubría a un animal distinto oculto bajo su frazada, durmiendo plácidamente. Era lo que veía en el desayuno, cuando Beast Boy insistía en que probara su menú vegetariano, enfatizando el placer de comer una ensalada en lugar de un insípido plato de cereal. Era lo que tenía que esquivar cuando lo arrojaban en combate y siempre caía donde ella estuviese, incluso llegó a pensar que lo hacía con intención.

Raven nunca gustó de colores vivos, porque reflejaban una alegría que ella no sentía, que no se creía capaz de vivir ni soportar. El morado era su tono preferido y jamás se tomó la molestia de combinarlo con otros, porque era un color triste y vacío, un reflejo de su alma. Pero, ver tantas veces el mismo color en su rutina hizo que buscara un significado más profundo del mismo: ¿qué es el verde?

Es el color que más predomina en la naturaleza, con el que se asocia a cientos de animales que dependen de árboles y arbustos para tener un hogar, animales en los que Beast Boy podía convertirse sin problemas. Es el color de los vegetales que utilizaba él en sus ensaladas, tratando inútilmente de que probara alguna de ellas. Es el color de las hojas que almacenan el refrescante rocío de la mañana, tan refrescante como la presencia de Garfield. El verde es el color de la esperanza, la que lleva consigo el chico Logan y a la que ella trataba de aferrarse tan desesperadamente.

Beast Boy gustaba de la compañía de la chica cuervo, aunque su sarcasmo podía herirlo de vez en cuando; siempre se preguntó porque no lo asesinaba cuando despertaba en su cama, o cuando la invitaba a salir, incluso aceptó uno de sus helados de frutas exóticas. No entendía que él significaba para la hija de Trigon la esperanza de una vida mejor; ese amor qué día a día crecía, oculto con desplantes y palabras frías era el pequeño secreto de Raven.