EN CONTRA CORRIENTE
Capítulo 1
By Tita Calderón
Sus ojos se elevaron al techo en busca de sosiego. Sinceramente estaba cansado, agotado, por no decir, hastiado de esta situación. Siempre era lo mismo con su tía, siempre estaba tratando de meterle a alguien por los ojos, siempre tenía a la candidata idónea…y últimamente se había aferrado a cierta señorita de sociedad que era, "según ella" un manojo de virtudes imposibles de igualar, y por lo tanto, hacía lo imposible para meterle hasta en la sopa…
Lo único que había logrado con esto, es que él se alejara de la mansión como si estuviera en cuarentena… Agitó la cabeza con molestia.
¿Es que acaso no le bastaba con tenerlo a él como víctima? Por lo visto ¡no!
Ahora había puesto sus instintos criminalmente casamenteros sobre otro par de víctimas…
¡Y había llegado a esto! ¡Precisamente, a esto! ¡Era demasiado!
Podría soportar con estoica calma que le hablara de las responsabilidades que su futura esposa debería tener como si aun fuera un niño, incluso que de cuando en cuando le hablara de su inigualable candidata para ocupar tan alto cargo.
¿Pero esto? ¿Esto? ¡NO!
Dio un sorbo rápido a su copa tratando de apaciguar la ira asesina que corría por sus venas…
Si hasta había tenido que soportar un par de cenas eternas y charlas sin sentido con la susodicha…
¿Pero esto? ¿Esto? ¡NO!
Esto era inconcebible…era abominable…era insoportable….esto iba más allá de la razón, más allá de sus límites.
Se pasó la mano por los cortos cabellos rubios, tratando de despejarse la mente…pero no podía…
¿De dónde había sacado semejante disparate? ¿Semejante insensatez?
Apretó los puños con fuerza. No lo permitiría. ¡Sobre su cadáver!
A su mente regresaron como dagas las palabras de su tía…
"…
-Quiero organizar un baile el próximo mes para invitar a algunas jovencitas de buena cuna para que Archivald las conozca. – había dicho sin rodeos.
-Archie, tiene novia, tía…- le recordó áspero mientras despegaba los ojos del documento que estaba terminando de revisar en la biblioteca.
-Me gustaría que Archivald tuviera más opciones de donde escoger a su futura esposa…no me gusta mucho esa señorita Britter…- añadió imperiosa la anciana.
Lo alejaría a como diera lugar de esa niña de dudosa procedencia, incluso estaba pensando que si el baile no daba resultado lo enviaría a pasar una temporada es Escocia…todo, con tal de alejarlo de esa mosquita muerta…por algo a Elisa no le caía bien…más le valía no hacer caso omiso a estas sutiles advertencias.
-¿Y qué es lo que no le gusta de ella?- Albert se limitó a mirarla dejando a un lado el documento y preparándose para su respuesta. Seguro tenía que ver con sus raíces.
-Pues…su procedencia – lo miró altiva.
Albert arqueó una ceja, conocía demasiado bien a su tía.
-A Archie eso no le importa. – sus palabras eran claras y demasiado bien gesticuladas, como para no darse cuenta que el comentario de su tía le había molestado.
-Pero a mí, sí, y mientras yo viva, ninguna muchacha que venga de un asilo de niños se emparentará con nosotros. - el desprecio en sus palabras no pasó desapercibida por Albert. – Ya bastante tenemos con haber adoptado a Candice como para soportar que Archie profundice una relación con alguien…como ella. – terminó con repulsión.
-Yo, en su lugar – la miró detenidamente a los ojos - No estaría tan seguro – le advirtió sutilmente, añadiendo un doble sentido más profundo a sus palabras.
-Sobre mi cadáver, William, sobre mi cadáver – sentenció inquebrantable.
Ambos intercambiaron una mirada retadora, ninguno de los dos daría su brazo a torcer, eso era un hecho.
-También quiero aprovechar el baile para encontrarle un pretendiente a Candice. – lo miró por un segundo esperando su reacción, pero él solo la miraba con ojos inescrutables - Ya que lleva nuestro apellido, lo máximo que podemos hacer por ella, es casarla decentemente – al ver que él no se pronunciaba al respecto respiró con mayor dominio de la situación, esto estaba resultando más fácil de lo que pensaba - Me parece que he encontrado al candidato ideal, pertenece a una familia de clase alta, claro no tan buena como la nuestra…pero que para Candice está bien…
Elroy Andrew siguió hablando como si tuviera toda la atención de su sobrino. Nada más alejado de la realidad, Albert estaba a punto de sufrir un colapso allí mismo. Empezó a sentir un tic nervioso en el ojo izquierdo junto con el latido frenético de la yugular en su cuello. Por suerte su tía, argumentaba y desargumentaba que una oportunidad como esta no se volvería a repetir, sin darse cuenta como él apretaba los puños con fuerza.
Albert tragó seco, sabía que tenía que distraerse o cometería un asesinato. Se levantó del asiento y se encaminó al gran ventanal para mirar hacia la nada…mientras cruzaba los brazos y rogaba al cielo por algo de paciencia…
-¿Estás de acuerdo? – le preguntó de repente al ver que él estaba más quieto que una estatua sin emitir ningún sonido, ni tan siquiera una protesta.
-¿Con qué? – su voz apenas mostraba lo alterado que estaba.
-Con que te presente al pretendiente de Candice la próxima semana
-Es a Candy a quien le debería presentar, no a mi – acotó Albert, sin mirarla, estaba seguro que si lo hacía, se lanzaría directo a su cuello para ahorcarla.
-Debe bastar con tu consentimiento, no necesitamos su opinión…
-¿Y si a mí no me gusta? – preguntó despacio, tan despacio, que su tía lo miró detenidamente mientras él se giraba hacia ella.
-Y era más que seguro que a él no le agradaría, es más, desde este momento ya odiaba a ese pobre infeliz y haría todo lo que estuviera a su alcance para mantenerlo lejos de Candy.
La mirada fría que le dedicó William cuando se giró, le hizo retroceder hasta toparse con el respaldo del asiento. Se aclaró un poco la garganta y se enderezó, no tenía porque sentirse intimidada por la mirada glaciar de su sobrino.
-Te gustará…es un chico muy decente…es el hijo de Henry Ford – sabía que su sobrino no tendría objeción frente a eso. Los Ford tenían una fortuna que iba en aumento…
-¿Ah sí? – enarcó las cejas con ironía, mientras contaba hasta diez…y a este paso mejor le convenía contar hasta cien.
No, lo mejor era distraerse pensando en las maneras de libarse de ese mequetrefe y de paso de su tía…para empezar la enviaría a un tour por Tel Aviv…
-Si, es una oportunidad única, que no se volverá a presentar…y con eso, Candice tendrá el futuro asegurado y nosotros habremos cumplido con nuestra misión – acotó la anciana con seguridad, convencida que William estaría totalmente de acuerdo con ella.
¿Nuestra misión? ¿Nuestra misión? ¿Nuestra misión?
¿Desde cuándo, la misión de su tía y la de él era la misma? Y mucho menos tratándose de Candy.
Albert se irguió en toda su altura para decirle unas cuantas verdades…pero en ese momento tocaron a la puerta y la tía salió casi disparada. Estaba seguro que esa interrupción era premeditada…"
Nuevamente bebió otro trago…su tía estaba enloqueciendo. Encima de querer buscarle "otra" novia a Archie…quería buscarle ¡un novio a Candy!
¡Precisamente a Candy!
¡Jamás!
Y lo peor era, que ya tenía al ¡candidato perfecto!
¡Por un batallón de diablos!…su tía no sabía con quien se había metido…pero muy pronto sabría que en ciertos asuntos, ella no tenía ni voz, ni voto, ya era hora de poner ciertas cosas en claro…y si tenía que correr sangre…correría…
Bebió otro, sorbo… ¿Cuándo dijo que podría conocer a ese badulaque?
Continuará...
Notas de la autora:
Bueno aqui me tienen con otra historia, se que me meresco zape seguro por dejarles a medias con In Fraganti y Rompiendo la Distancia...pero creanme que ha sido por razones que salen de mi...
Mil gracias por leer esta historia totalmente inspirada en Albert...bueno es una historia pequeñita que ya esta terminada y mientras leen esta tengo un tiempito extra para subirles el siguiente capitulo de In Fraganti y de Rompiendo la Distancia antes de que me acribillen por la desmedida demora, a manera de disculpa.
Espero que me cuenten como les pareció.
