MI HERMOSO ACCIDENTE
Conocía a Edward desde que estaba a preescolar, pues al igual que yo, pasaba mucho tiempo en casa de los Brandon, amigos de sus padres, los Cullen. Mientras que yo, como mejor amiga de Alice, estaba en la misma situación que él.
Volviendo al tema, Edward era casi seis años mayor que yo, siempre habíamos sido muy cercanos pero no sabía cuándo cariño hacia él se había convertido en amor o algo parecido, crecimos juntos. La mayoría de las tardes después de la escuela acompañaba a Alice a su casa, sus padres siempre habían sido muy amables conmigo y siempre me recibían de buena gana, nunca me sentí una intrusa.
Hoy era un día muy especial volvería a ver a Edward después de 5 años, se fue a estudiar la universidad a otra ciudad la última vez que lo vi fue en su graduación, yo tenía 12 y él era todo un universitario, fue un día de dolorosas despedidas, era una cobarde y sabía que nunca tendría el valor de confesarle lo que sentía por él, tenía la esperanza que en esos 5 años lograra sacarlo de mi mente, en vano. Mi mente no podía procesar que lo que tanto había añorado por fin se concretaría, los nervios de a galopaban en mi interior.
Me recordaría? Tendría novia? Trate de arreglarme lo más femenina posible pero mi guardarropa no me ayudaba mucho que digamos, me rendí en mi plan de verme bonita, cogí una blusa medianamente formal y unos jeans oscuros con la ilusión de que fuera suficiente,con mariposas en el estómago conduje hasta la casa de los Cullen, quienes le habían organizado una pequeña celebración en su mansión, a la que cordialmente sus padres me habían invitado.
-Hola hermosa- me recibió calurosamente Esme, su madre.
-Buenos días, Esme.
Entre a la casa y comencé a ayudar con la decoración y lo que faltara en la cocina, estaba tan impaciente que si no me distraía terminaría llorando de la ansiedad. Vi a Alice acercarse a mí, se veía hermosa en vestido de cóctel verde esmeralda, con su cabello azabache alaciado y adornado con una delicada cinta de terciopelo negra, su novio Jasper, un apuesto rubio, la acompañaba.
-Nerviosa Bella?- pregunto con una sonrisa maliciosa.
-Nerviosa, por qué? - mi voz sonaba temblorosa, maldición, ni siquiera podía ser más obvia.
-Casi te cortas los dedos y no dejas de temblar- espantada me concentre en lo que estaba haciendo.
- Es Edward, te gusta- no hubo ni una pizca de duda en su voz, ante la seguridad que lo decía un sonrojo se apodero de mi rostro, Alice tenía razón, a quien engañaba ese hombre me traía loca.
-Eres una pobre enamorada, pero Bella por todos los santos, esa no es excusa para no arreglarte como es debido- al percatarme de su mirada inquisidora mire una vez más mi vestimenta, tan mal estaba? – Vamos, con suerte tendré tiempo de sacar a la verdadera Bella que llevas dentro.
Mi pequeña amiga me guio a un cuarto en el segundo piso, entramos y no pude evitar fijarme en el hermoso vestido que estaba en la cama.
-Alice…- mi amiga tenía una especie de don, o me conocía más que yo, me hizo ponerme el vestido, el cual cayo como guante en mi cuerpo, era perfecto.
-Ahora si, estas divina Bella, te pondré un poco de maquillaje aunque no creo que necesites mucho, tu piel me da envidia…- continuo parloteando pero deje de escucharla, pensando en él.
Cuando finalmente todo estuvo listo pasamos a la espaciosa sala a esperar que Carlisle llegase con Edward, no pasaron más de 15 minutos antes de que escucháramos un auto aparcar.
Atenta escuché los pasos de los dos hombres, juro que mi corazón casi se detiene cuando lo vi pasar por la puerta.
