Death Note no me pertenece la historia está hecha con el fin de entretener y no con fines de lucro.

¿VIDA COMÚN Y CORRIENTE? ESO NO EXISTE PARA MÍ

PRÓLOGO

"Elle." Entró Misa gritando alegre por toda la mansión. "Amor, ¿estás ahí? Te tengo una sorpresa. Te encantará."

De repente un hombre con un gran bigote blanco y rostro tierno salió de una de las habitaciones, según se observaba dicha habitación parecía ser la cocina ya que el hombre que salía de ahí venía con un delantal azul rey que le colgaba en las piernas y el torso.

"Señorita Amane, que sorpresa tenerla en casa tan temprano." Dijo el hombre que se hacía llamar Watari con el tono cortés que siempre lo caracterizaba. "Lamento informarle que el joven Elle tuvo que salir de emergencia a Inglaterra por el caso en el que se encontraba trabajando recientemente" Le informó Watari sin dar más detalles.

Misa lo miró fijamente y su rostro perdió toda alegría, asintió con la cabeza y subió a toda velocidad rumbo a su habitación.

Aunque no era su habitación más bien era, la habitación de ambos, en la cual la mayoría del tiempo dormía sola ya que su esposo pasaba la mayoría del tiempo de viaje o en el cuarto ubicado en el ala oeste de la mansión en la cual tenía su lugar dedicado exclusivamente al trabajo.

Empezaba a desesperarle toda esa situación.

Su esposo era nada más y nada menos que "L" el mejor detective del mundo, claro solo ella y un pequeño grupo personas sabían esa información.

Misa estaba muy enamorada de su esposo, algunas personas le decían que era un hombre raro, frío y sin corazón pero ella sabía que detrás de esa careta de frialdad había una persona llena de amor.

Aun así a veces se desesperaba, él solía ser muy atento con ella, nada le faltaba, salían a pasear entre otras muchas cosas pero cuando él tenía un nuevo caso se iba por días o incluso semanas de viaje, o si no se encerraba en aquella habitación del ala oeste sin que nadie lo molestara, solo Watari entraba, para poder darle sus cargadas dosis de azúcar las cuales lo mantenían despierto.

Esos momentos eran los que le molestaban, estaba consiente que ella había aceptado formar parte de su vida con todo lo que conllevaba ser la esposa de un hombre tan importante y necesario para la sociedad como él. Pero en esos momentos era cuando ella deseaba con todo su corazón que el fuera una persona común y corriente, no un hombre importantísimo, ni nada por el estilo.

Ese día ella se había enterado de algo que la había puesto demasiado feliz. Se había enterado que estaba esperando un hijo.

Cuando se enteró comenzó a llorar de felicidad, y se imaginó como sería decirle a su esposo:

Llegaría a casa, gritaría su nombre con alegría el bajaría asustado de su habitación por los gritos, ella sonreiría demasiado feliz y le diría con lágrimas en los ojos que serían papás. El estaría en shock por un minuto o dos, luego la cargaría y daría vueltas en medio de la sala diciéndole que era muy feliz con la noticia.

Claro, eso no pasaría. Por supuesto, era demasiado difícil que eso pasara. Pero se valía soñar y ella tenía una pequeña esperanza de que fuera así. Y lo intentó, entró a la mansión gritando su nombre con alegría.

Pero: Él no estaba.

Y ahí se dio cuenta que la reacción que ella había soñado eso solo pasaba en las películas románticas. Cuando el protagonista era un hombre fuerte y guapo, con ojos azules y piel broncínea, demasiado amoroso y cariñoso el cual amaba a la protagonista con demasía.

Todo lo contrario a su matrimonio.

Claro, no dudaba del amor de su esposo hacia ella, pero él no era un galán de películas y mucho menos un romántico empedernido.

Se dijo mentalmente que era una tonta, dos años y medio de matrimonio y aún no se acostumbraba a su esposo.

Se recostó en la gran cama y comenzó a llorar de tristeza, quería que ese día fuera muy especial pero todo se había arruinado.

-O-

"Watari…" Llamó a través del teléfono celular Elle Lawliet a su tutor y mayordomo, esperando con ansías que el ya mencionado le informara el porqué de la llamada a el teléfono que tenía para emergencias.

Aquel pelinegro, ojeroso, flacucho y extremadamente inteligente joven detective en aquellos momentos no tenía tiempo que perder, tenía muchos archivos y pistas que estudiar como para estar esperando frente a un teléfono sin que su tutor soltara palabra alguna.

"La señorita Misa está hospitalizada, tuvo una fuerte hemorragia hace una hora aproximadamente". Le dijo Watari directo.

El detective dejó caer el teléfono y por su rostro surcó una mueca de dolor.

.

.

.

.

.

Continuará…

Espero les guste este inicio de la historia.

Le agradezco a KandraK por darme la inspiración de publicar mi trabajo.

Dejen sus comentarios por favor, eso me animaría a seguir.

Si tienen cualquier duda respecto a la historia pueden hacerme cualquier pregunta respecto al fic o cualquier cosa que quieran comentar en mi ask: /DanoninoPeace :)

D.P.