Es la única ahí.

- Lana-. Sonríes, complacido, extrañamente feliz. Se ha cortado el cabello, las puntas acariciando sus mejillas ahora, suave, suave, oh tan suavemente.

(Luce hermosa, el hombre que mataste en ti habría pensado)

- Damon-. Aseguran la cuerda, el sacerdote comienza a hablar, y ni tú ni ella prestan atención, dejan de observarse. Luce solemne y compuesta, extrañamente desligada.

(Aún quiero quebrarte, el hombre que matan hoy aquí, reclama)

El piso bajo tus pies desaparece.

(Quiero, quiero, quiero)