Capítulo 1

Suspiro. Me froto los ojos con los dedos, intentando aliviar un poco el dolor que siento a causa de haber estado llorando durante toda la noche. Pero eso no sucede. El dolor sigue igual de fuerte. Saco los pies de la cama y tomo aire antes de levantarme, encontrándome con mi reflejo en el espejo que tengo en frente. Estoy hecha un desastre, pero me da igual, sinceramente. Tengo los ojos tan rojos e irritados que mi pelo totalmente despeinado pasa a un segundo plano.

Arrastro los pies hasta el pasillo. No puedo evitar que mis ojos se vuelvan a inundar de lágrimas cuando el olor a café -supongo que mi prima debe de haberlo preparado- llega a mis fosas nasales, trayéndome consigo miles de recuerdos; recuerdos de Rick y todos con él.

Un sollozo escapa de mis labios mientras retiro el pelo de mi frente. Todavía tengo grabado en la retina la imagen de Richard, detrás de la barra de desayuno, totalmente desolado por mi repentina marcha pero… pero es que no podía quedarme. No cuando eso supone ponerlo en peligro, terminar con nuestro matrimonio poco a poco. Yo… no podía.

Saber que ese caso está relacionado con el asesinato de mi madre… volver a ver a Bracken… abrió viejas heridas en mí; heridas que pensaba que estaban sanadas; pero no es así. No. Por mucho que me duela, no lo es. Todo en mí se ha roto de nuevo.

La madrastra de Castle tenía razón, no puedo no elegir entre seguir con lo que ha impulsado mi vida desde que tengo 19 años o Rick. Tengo que tomar una decisión y, aunque parezca egoísta, no es así tal cual.

No puedo meterlo en toda la mierda que vuelve a rodearme; no puedo ver cómo sufre día a día por no haberme decidido, por no poder ser sólo su esposa. No podría dormir sabiendo que pueden matarlo por mi culpa. No podría vivir con ello. Ya se me hace difícil respirar sabiendo que mis antiguos compañeros han sido asesinados por mi culpa, por una búsqueda que hice hace tiempo. Y sé que la única forma de alejarlo de todo y que no me siga en esta nueva cruzada es dejarlo ir.

Le he pedido tiempo, sólo algo de tiempo para poder recomponerme y terminar con este nuevo contratiempo. Sólo deseo que me espere, que pueda hacerlo, aunque no me lo merezca. Sé que puedo perderlo para siempre, quizás lo perdí en el momento que salí por la puerta de la que había sido nuestra casa hasta hace unas horas… Él se merece ser feliz y yo no creo estar en las condiciones de poder ofrecerle esa felicidad.

-Ka… Kate –me llama mi prima desde la cocina cuando me ve avanzar por el pasillo. Su rostro se contrae cuando, supongo, se da cuenta de mi estado-, he hecho café, ¿quieres un poco? -Niego mientras una lágrima vuelve a rodar por mi cara. Una simple frase hace que rompa en llanto otra vez.

XXX

Miro el vaso vacío entre mis manos. Me he pasado toda la noche bebiendo para intentar apagar a mi mente, pero, sobre todo, para intentar apagar a mi corazón. Por mucho que me grite que vaya a buscarla para convencerla de que vuelva, no lo voy a hacer. Estoy cansado. Estuve cuatro años luchando por conquistarla y por derribar ese muro. Cuatro años que no han servido para nada. Todo parecía ir bien, pero no es así. No lo es. Ella no puede conformarse con ser sólo mi esposa. Mi amor no le basta y ha vuelto a dejarme de lado. Por muy enamorado que esté, no puedo perdonarle esto. No puedo, simplemente. Tengo dignidad y no creo que me merezca que me haya abandonado. No de esta forma. No después de todo lo que hemos pasado. Creo, o al menos eso pensaba, que le he demostrado que juntos somos más fuertes y que podemos con todo y con todos, pero juntos, siempre juntos. Sin embargo ella nunca lo ha visto así, ni lo va a hacer; por eso yo ya no puedo seguir más con esto. Sólo es sufrimiento. Es hora de decirle adiós y avanzar.

Tomo aire para intentar calmar mis ideas y me levanto del sofá para llevar el vaso a la cocina. Estoy listo para ducharme e irme a mi nueva oficina dispuesto a aceptar cualquier caso que me distraiga y aleje mis pensamientos sobre Kate.

Cuando entro en mi habitación, nuestra habitación, no puedo evitar que un suspiro se escape de mi boca. Aprieto la mandíbula. No voy a llorar. Miro a mi alrededor, repleto de sus cosas. Cambio de planes; lo primero que debo hacer es recuperar mi dormitorio. Ya no será más nuestra habitación.

Lo primero que voy a hacer es deshacerme de su ropa, así que voy al vestidor a sacar todo para poder meterlo en cajas y maletas.

Cuando cierro la última caja me doy cuenta que ya a anochecido. Suspiro por el cansancio. No he parado en todo el día y ni siquiera dormí anoche, pero tengo que terminar con esto. Me falta preparar mi maleta para el pequeño viaje que voy a hacer. No pienso estar aquí cuando Kate venga a por todas sus cosas. Mañana, después de salir, le mandaré un mensaje para pedirle que venga a recoger todo mientras yo estoy fuera.

XXX

3 semanas más tarde

Camino despacio cuando las puertas del ascensor se abren, revisando el correo desde mi móvil. Nada interesante o, dicho más claro, nada de lo que yo estoy esperando. Rick no se ha vuelto a comunicar conmigo desde aquel escueto y frío mensaje en el que me pedía que fuese a recoger mi ropa y todo lo que yo había dejado en el loft durante mi estancia en los dos próximos días.

Ese mensaje me sacudió por dentro. No me esperaba esa reacción por parte de él y menos que ni siquiera hubiese estado en casa cuando fui. El portero me informó que había salido de viaje y me pidió que le entregase mis llaves por petición de Rick. Ni siquiera pude contener mi llanto delante de Peter, el portero.

Desde entonces no he sabido nada de Castle. Sé que lo he perdido. Tal vez, es lo mejor para él.

-Beckett –dice Ryan; su voz refleja la sorpresa que siente por verme-, ¿qué haces aquí? –pregunta al lado de Espo. Los dos me miran como si hubiesen visto a un fantasma.

-Eso, ¿no deberías de estar en Boston? –inquiere su compañero.

-La conferencia se ha suspendido –contesto, arrugando el entrecejo. Entiendo que no me esperasen hoy ni mañana en la comisaría pero, hay algo en sus caras que…-. ¿Qué sucede?

-Verás, nosotros –empieza titubeante Espo-, pensábamos que….

-Estábamos bloqueados con el caso y… -sigue Kevin.

-Hemos llamado a… -antes de que Javi pueda terminar la frase las puertas del ascensor se abren, dando paso a Castle, haciendo que mis piernas tiemblen.

-Rick… -susurro, pero él ni siquiera me mira. Pasa por mi lado y saluda a los chicos. Espo y Ryan me miran, pidiéndome disculpas con los ojos. Yo solo puedo tragar saliva, esperando que se dirija a mí pero eso no sucede. Tras saludarlos, les pide que lo pongan al corriente con el caso y se aleja, caminando hacia la pizarra donde están todos los datos apuntados.