La sagrada locura, atentando con mentes cuerdas. Después del suplicio del encierro trae para ustedes su cuarto proyecto"

Y el escritor dijo: Hágase el computador.

¡Hola maravillosa gente de Kimetsu No Yaiba! Cómo no sabrán, los que no me conocen, me dedico a hacer historias de personajes que me llamen la atención por aspectos que yo pueda desarrollar al escribir. Y, me tocó estar en este maravilloso y precioso lugar. ¿Por qué? Bueno, hace poco leí el manga en el capítulo 141 más o menos creo y… "algo en Lotso se quebró".

Para los que no han leído el manga hasta los capítulos finales, tranquilos. Este es un fic cristiano que no tendrá spoilers para que nadie se quiera colocar una bonita soga al cuello, como yo. O por lo menos, no habrá si no los anuncio con antelación. Dicho esto, este fic no tendrá secuencia, a no ser, nuevamente; que lo mencione. Es un abecedario de episodios sueltos.

Elegí a Shinobu, entre mucha otras cosas, debido a su carácter bastante divertido. Es decir, es sádica, pero protectora. Amable, pero hiriente. ¿Dije ya lo hermoso de su diseño? Y, por supuesto, del otro lado tenemos al "niño de los ojos muertos". Giyuu. Desde Gaiden, alias muchísimas imágenes divertidas de ambos también, pensé en escribir sobre ambos.

Además ¡Por favor! Solo vi una historia de ellos, ¡Una sola! Necesitaba más aportes.

Notas: ¡Habrá Lime, aún no me decido por el lemmon. Depende del gusto del público o no, pero sí habrá lo usual en KNY. Algo de sangrecita y lo demás.

Como saben el manga no me pertenece. Es una joya creada por Koyoharu Gotōge.


Alivio

Giyuu siempre pensó que Shinobu era una verdadera mariposa. Baila con el viento hasta posarse con elegancia, gira con gracia y desliza su espada dentro de los demonios. Sin embargo, a pesar de considerarla fuerte, como un verdadero pilar debe ser. Kochou es igual de falsa que él, Giyuu tiene una posición que no merece, ganado con atributos que considera ficticios y ella, sonríe vacía. Siempre de esa forma, ofreciendo un gesto que se pierde en sus ojos apagados, en la mirada al cielo silencioso de la noche, cuando sus alas se posan en la terraza de su finca y permanece ausente; perdida en propios pensamientos.

Fue cuestión de casualidad cuando, después de unas de las tantas reuniones que los pilares acostumbraban tener, que la encontró fuera, meditabunda. No quiso interrumpirla, de hecho, tampoco está acostumbrado a hablarle. Le era difícil hablar con ella, por encima de cualquier otra persona sin que realmente comprendiera el motivo. Después de todo, era propio de él ser reservado, pero con Kochou Shinobu, el Pilar de los Insectos, sentía que era más complicado convivir.

Sin embargo, Shinobu consiguió verlo y antes de que escapara tomó su haori para detenerlo. Inmediatamente se tensó al sentir que la vía de escape estaba bloqueada. No lo dejaría ir hasta provocarle algún tipo de mueca que consiguiera hacerla reír. No entiende los motivos que la llevan a arrastrarlo para sentarse juntos, pero lo hace. Solo lo hace, y eso lo confunde.

-¿Pensabas escapar? -ríe melodiosamente- probablemente por eso a nadie le agradas.

-... -entrecierra los ojos, sería la acostumbrada charla de su actitud poco amigable. Los esfuerzos que debe realizar para conseguir amistades- eso no es cierto.

-¡Claro que lo es Tomioka-san! -se burla- él único que parece soportar esto es Tanjirou-kun. Quizás no te lo digan porque no quieren herir… -levanta una de las mangas de su haori para tapar la sonrisa divertida en su boca- ¿tus supuestos sentimientos?

Giyuu la observa ligeramente irritado. Y el término ligero implica que docenas de ese tipo de conversaciones lo han fortalecido lo suficiente para no molestarse mucho más. Shinobu tiene la costumbre de seguirlo para dar ligeros golpes en su hombro o bromear hasta que consiga algún otro oficio, así ha sido siempre.

-No soy el único que tiene supuestos sentimientos -resopla sin apartar sus ojos. Graba en su mente la reacción momentánea de sorpresa en los ojos contrarios- no eres honesta contigo misma.

-¿Oh? -no agrega nada más hasta después de unos segundos- se hace difícil con el tiempo…

Momentáneamente Kochou viaja en las memorias del pasado. Su hermana cubierta de sangre, rogándole continuar. Su mano aferrada a la suya. Sí, es pesado sostener ideales de alguien que está muerto a mano de demonios. A partir de Nezuko, tenía sus esperanzas depositadas en los hermanos. Podrían hacerlo, el sueño de su hermana. El que no logra comprender, pero que por promesa, persiste; así sonríe incluso cuando esa mueca queda desgasta y solo quiere mirar con ojos llenos de furia reprimida. Ha estado enojada y lo estará hasta no vengar su muerte.

-Lo sé.

Shinobu lo observó antes de sonreír. No le sorprende su respuesta corta, pero se siente extrañamente satisfecha de escucharla. Ha estado observándola tanto como ella a él. Giyuu debió notar que esta vez sus ojos se iluminaron, estaba segura de que había conseguido sonreír honestamente. El momento y las palabras compartidas la lleva a descansar su cabeza en el hombro masculino que inmediatamente se tensa al contacto. Ella se divierte de obtener esa reacción, así que se encuentra cómoda desde la posición que consigue.

Es la primera de muchas veces que lo hará. Está convencida que de presionarlo un poco más, puede obtener una reacción mucho más interesante. No se lo perdería por nada del mundo. Conseguir que el estoico Giyuu Tomioka se altere por un ligero gesto es un logro que se siente privilegiada de obtener para ella. Solo ella.

-¿Sabes, Tomioka-san?, tal vez Tanjirou-kun no sea el único al que le agrades.

El pilar del agua se permitió sonreír vagamente, pero el gesto persiste sin que ella lo vea, hasta volver a la serenidad que lo acostumbra. Sus ojos se pierden en el tranquilo cielo nocturno y el silencio del sitio en el que se encuentran. Era una oportuna circunstancia.

-Puedo vivir con eso.