Prometí una historia en estos días y aquí está!

Es un Two-shot bastante bueno que me encontré un día leyendo las historias en ingles, y ya que yo soy tan chevere (Lo sé, me aman xD) pedí permiso a la autora rabid behemoth, quien muy amablemente me permitió publicarla al español.

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, si no a Masashi Kishimoto, aunque me gusta soñar que Kakashi será mío un día de estos xD

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Fijación Oral. Parte I

-o-

Ella lo miraba de nuevo.

Kakashi había tenido maestros muy influyentes tiempo atrás cuando había sido un estudiante. Él podía entender la clase de admiración atemorizada que solo un verdadero buscador de sabiduría podría tener para la figura marchita responsable de tu educación. Aunque Kakashi nunca lo hubiera mencionado, él también había sufrido un cierto grado de idolatría con respecto a su legendario mentor, Minato. Los niños son propensos a ver estrellas en sus búsquedas para amoldarse a los adultos que quieren ser.

Pero él estaba bastante seguro que nunca había mirado a sus profesores así.

Ella se sentó en la primera fila, como siempre, con su cuaderno abierto y su lápiz en la mano. Pero nunca tomaba notas. Por lo general tiene las mejores calificaciones que no debía suponer molestia alguna para Kakashi, si no fuera por su otro mal comportamiento. Sus ojos lo siguieron desde el instante en que entró al frío auditorio (20 minutos después del último estudiante, naturalmente). Se fijó en su forma mientras se apoyaba en el podio durante la conferencia. Podía sentir el peso de su mirada en la espalda cuando garabateó la nota ocasional perezosamente. Nunca lo dejaba hasta que se encaminaba hacia la puerta después de clases. Cada día, ella era la última persona en salir.

Kakashi la vio mirándolo (más secretamente que ella, por supuesto). Ella lo miró, se enfrentaron con su cara en blanco, carente de reacciones. Era la punta del lápiz en sus labios entreabiertos. Ella masticó distraídamente, deslizándolo a lo largo de su labio inferior, con los ojos fijos en él. Se acercó y metió un mechón de pelo color rosa detrás de su oreja. Kakashi tragó duro.

Él no era un pervertido.

-O-

"Estoy atascada"

Kakashi no tenía que adivinar quién se dirigía a él desde la puerta de su despacho.

"¿Ah?" respondió sin levantar la vista de sus papeles. Él no la invito a entrar.

Ella entró de todos modos, deslizándose hacia adelante en la silla frente a su escritorio como un gato que sabía que no debería estar allí. Los felinos fueron atraídos siempre a las personas que los ignoran.

"En mi tesis. Creo que escogí una que es demasiado amplia" lo miró con la uña del pulgar en su boca.

Kakashi suspiró y levantó la vista de su obra "Que extraño. Nunca ha tenido ese problema antes. Todos sus trabajos han estado bien hasta ahora". *Ejemplar* habría sido una mejor palabra, pero él no quería halagarla demasiado.

Ella se sonrojó de todos modos. La sombra fue a buscar a su color de pelo convencional, pero Kakashi no lo notó. O al menos eso se dijo con severidad.

"Bueno, esto es realmente duro", murmuró.

Mala elección de palabras. Ella parpadeó inocentemente. Kakashi entrecerró los ojos, sin saber si comprar su acto. Sabía por sus ensayos que podía hacer el trabajo de palabras para ella. En silencio, le tendió la mano. Ella se inclinó para depositar su esbozo en la mano masculina, la camisa abierta donde ella (¿accidentalmente?) había perdido un botón. Kakashi se recordó que esos eran los pechos de una chica que era demasiado joven. Se echó para atrás y hojeó la página, la barbilla en la mano, la expresión de aburrimiento en su rostro. Oyó su movimiento al cruzar las piernas. Terminó y miró hacia arriba.

"No hay nada de malo en esto"

Ella se las arregló para parecer sorprendida. En un hombre menos observador podría haber funcionado. "¿Ah?"

"Parece un comienzo prometedor para mí." Dio unos golpecitos con los dedos sobre la mesa, deslizando el papel de nuevo hacia ella. *¿Por qué estás aquí realmente?* le quería preguntar, lo tenía colgado en la punta de la lengua. Pero algunas preguntas quedan mejor sin respuestas.

La tensión flotaba en el aire, espeso como el silencio. El reloj de la pared se movía indicando el paso del tiempo. Parecía que estaba reuniendo su coraje para decir algo. Sus labios se separaron. "Prof-"

"Si eso es todo lo que necesitaba, me temo que tengo una cita debería estar llegando a-"

Los ojos verdes le traspasaron. "¿Una cita durante las horas de oficina?" Demasiado audaz. Ningún estudiante debe ser tan entrometida.

"Tengo que detener un robo en progreso"

Era tan absurdo que ella no sabía que decir. Por un momento temió que pudiera discutir, pero en lugar de eso sólo recogió sus cosas. Lanzándole una mirada inescrutable.

"Nos vemos el lunes", dijo ella, deslizándose por la puerta. Kakashi no pudo evitar echa un vistazo a la curva de su trasero cuando se fue.

Él no era un pervertido.

-O-

Estaba lloviendo cuando entró al pub. Sacó su paraguas y estaba en proceso de doblar su abrigo húmedo cuando vio un destello de color rosa sentada en el bar.

Se las arregló para conseguir meter un brazo en la manga del abrigo y estaba a punto de salir pitando de bar cuando, como un imán, giró su cabeza hasta donde estaba él.

"Kakashi", exclamó con genuina sorpresa. Maldita sea. Ahora no podía salir sin ser demasiado obvio. A regañadientes, se escabulló hacia un taburete de la barra normal (dos por debajo de la que actualmente está ocupada por una cierta ninfa de pelo rosa) y se sentó. Hizo una seña al camarero como de costumbre. Los ojos verdes quemando un agujero en su cuello.

"Profesor", corrigió a la chica mientras su bartender, Ayame, dejaba una cerveza negra frente a él. Su alumna parpadeó.

"¿Qué?"

"Llámame profesor Hatake, por favor"

Ella se ruborizó. "Lo siento, es que todo el mundo te llama así a tus espaldas." Sakura se echó a reír torpemente.

"Tal vez lo hagan, pero esa no es la única manera de cómo me llaman a mis espaldas". Murmuró tomando un sorbo de su cerveza. Sus clases han tenido un alto índice de fracaso debido a que él no era muy popular (un rumor persistente sugiere que una vez mató a un estudiante por la entrega de un documento, en particular, horrible). Sus apodos incluyen nombres como: "El Asesino GPA", "Hardass Hatake" y el más famoso "Ese hijo de puta".

Ella tragó saliva. "Apuesto a que las mujeres te llaman con apodos completamente distintos a tus espaldas"

Otra pregunta que era mejor dejar sin respuesta. Él realmente no quería saber. Ya era hora de terminar su cerveza e irse, pero Kakashi odiaba resoplar. Él no era un tipo apasionado con la velocidad. El silencio languidecía entre ellos. Oró para que alguien se sentara en los taburetes vacíos que los separaban.

Como si ella escuchara sus pensamientos, tomó su bolso (de color rosa como su pelo, ¿Qué tenía esta chica con la afición de vestirse más joven de lo que era?) Y se deslizó de su taburete. Akashi sintió el roce de ella contra su brazo mientras se sentaba junto a él con valentía.

"¿Puedo invitarte a una cerveza, profesor?"

Él arqueó una ceja. "¿Tienes edad suficiente para beber?"

Ella frunció el ceño. "¿Estaría en un bar si no fuera así?"

Kakashi se encogió de hombros y bebió otro sorbo. Había pasado bastante tiempo merodeando bares cuando era menor de edad.

"¿Eso es un sí?"

"No."

"¿Por qué no?"

"Me temo que quieras emborracharme y tomar ventaja de tu pobre y viejo maestro"

Ella se echó a reír como si fuera una broma. "Sólo tomo ventaja de los hombres que saben mi nombre"

Kakashi tomó otro sorbo, esperando la pregunta.

"¿Sabes mi nombre, profesor?"

Apuró su cerveza. "Por supuesto. Yo sé los nombres de todos mis estudiantes", mintió.

Sus cejas se alzaron. "¿Es así?". Una sonrisa tiró de la comisura de su boca. El hielo en el vientre de Kakashi le dijo que se había equivocado al decir eso. "¿Quién es el chico rubio escandaloso?"

"Naruto". Kakashi ya estaba señalando para pagar la cuenta.

¿Y el aburrido que duerme todo el tiempo y todavía así consigue mejores notas que yo?"

"Sasuke". Aquí viene. Kakashi tamborileó con los dedos sobre la tapa de la barra con impaciencia. Ayame estaba ocupada coqueteando con algún fumador en el extremo de la barra. Pero si él se va sin pagar la cuenta otra vez, sin duda lo arrestarían. Todo el mundo tiene sus límites.

"¿Quién es la chica rubia perra que nunca, nunca deja de hablar de ti?"

"…Tengo varias estudiantes rubias", esquivó él.

"Me refiero a la perra principal. Que siempre se sienta a mi lado"

Esto era nuevo para Kakashi. Él no se había dado cuenta que esta chica rubia se sentara junto a alguien de forma rutinaria. No quería pensar en por qué había dejado pasar por alto algo así. Pero a juzgar por la expresión satisfecha de sí misma en su cara, ella estaba pensando exactamente por qué puede haber pasado por alto algo así.

"¿Hinata?" quiso cubrir, sabiendo que no podía tener tanta suerte. ¿Dónde diablos estaba su cuenta?

Su sonrisa se extendió tan grande que amenazaba con consumir su rostro. "Ni siquiera cerca"

"¿Sabes cuántos cientos de alumnos les doy clase?". Gruñó, tratando en vano de llamar la atención de Ayame. Él sabía lo que venía después.

"¿Cuál es mi nombre, profesor?"

Y ahí está. Kakashi suspiró con resignación. "Sakura, ¿no es así?" fingió incertidumbre.

Ella no se lo tragó. Apoyó un codo en la barra, mirando como un gato a punto de comerse un canario. "Mmm-Hmm"

Se puso de pie, agarrando su abrigo. Forzó una sonrisa. Sakura se sorprendió por el inesperado cambio de comportamiento.

"¡Bueno! Muchas gracias por comprarme esta bebida, Sakura", dijo lo suficientemente alto como para que Ayame lo escuchara.

Ella frunció su ceño. "¿Qué -?"

Pero él ya estaba fuera del pub.

-O-

Kakashi se disponía a disfrutar un almuerzo agradable fuera de la biblioteca. Tenía una manera de descansar en el asiento como si fuera suyo. Pensaba que con un delicioso sándwich de ensalada de pollo en una mano, y el último libro Icha-Icha en la otra, la vida era buena.

O lo era hasta que olió cerezas.

Reconociendo el perfume (¿Por qué demonios reconozco ese perfume? ¡Tú no eres un pervertido!) gruñó internamente al oír el crujido del banco de madera debajo de otro cuerpo. No se molestó en sorprenderse cuando levantó la vista para ver a Sakura sonriéndole.

"¿Me estás siguiendo?" él no se anduvo con rodeos.

Ella tomó su mejilla con diversión. "¿Por qué piensas eso?"

"Tienes la costumbre de aparecer donde quiera que yo vaya últimamente."

"Creo que fue usted quien se presentó inesperadamente durante mi última noche de salida", señaló.

"Touche". Kakashi le dio un mordisco a su sándwich, masticando lentamente. Sakura miró su boca de una manera libidinosa. Dejó el bocadillo abajo. "¿Puedo ayudarte en algo?"

Lamentó las palabras tan pronto salieron de su boca. La sonrisa de Sakura tomó un tortuoso filo. "Estoy segura de que me podría ayudar con muchas cosas, profesor"

Hizo caso omiso a la insinuación y la miro expectante. Sus ojos verdes lo recorrieron un momento, luego lo miró a los ojos y quedó perplejo. Ellos se estancaron durante unos minutos. Maldiciéndose a sí mismo, él cedió primero.

"¿Vas a hacer algo o piensas mirarme todo el día?"

Ella reflexionó sobre esto con cuidado. "¿Tengo que elegir uno?

Kakashi resistió el impulso de golpear su frente contra la palma de su mano. Esta chica era demasiado. En serio. Ni siquiera era justo. Su expresión debió ser de impaciencia, porque finalmente se compadeció de él.

"En realidad, yo sólo quería devolverte el paraguas que dejaste en el pub", dijo ella, levantando dicho objeto desde donde lo había apoyado en el banco, fuera de la vista del hombre. La mandíbula de Kakashi casi cayó al suelo. Casi.

"… ¿No se le ocurrió dármelo después de clase o algo así?"

"¿Es el momento adecuado para entregarle algo, Kakashi?"

"Profesor"

"Yo no soy un profesor, puedes llamarme Sakura" Su risa apenas contenida le dijo que estaba disfrutando demasiado de la pequeña tortura. Para su horror, Kakashi descubrió que estaba disfrutando también. Oponentes dignos en enfrentamientos verbales eran pocos y distantes entre sí.

¡Pero ella era tan joven!...

Sus pensamientos fueron rápidamente rodeando la fuga en una dirección peligrosa (la diferencia de edad no es tan malo, tiene edad suficiente para beber por lo menos, es capaz de mantener una conversación inteligente…) casi estaba agradecido cuando ella interrumpió sus pensamientos.

"Así que ahora son dos."

Algunas preguntas quedaban mejor sin respuesta. Pero Kakashi no pudo evitarlo. "¿Dos qué?"

"Dos favores que me debes."

"¿Cómo sabes eso?" preguntó secamente.

Ella enumeró con los dedos, con sus uñas pintadas con esmalte verde chillón que Kakashi odiaba por darse cuenta que iba a juego con sus ojos. "Uno para la cerveza, el segundo por el paraguas."

"Tú te ofreciste a comprar la cerveza."

"No, me ofrecí a comprar otra cerveza", replicó ella, "Una oferta que declinó."

Kakashi se cruzó de brazos. No quería seguir jugando este juego con ella, pero su cerebro, por lo general impresionante, estaba teniendo dificultades para pensar una en salida. Él se salvó de este raro momento de incertidumbre cuando ella saltó ágilmente cayendo parada.

"Creo que voy a esperar a cobrar en un día lluvioso. No te preocupes, Kakashi Hatake, no voy a obligarte a hacer algo que no quieras hacer." Ella le ofreció una sonrisa pícara antes de girar sobre sus talones y emprender su camino.

"¡Llámeme *Profesora*!", gritó mientras se alejaba sin ninguna convicción real. Sus ojos se posaron en la falda blanca de ella cuando se fue, pero no por que él fuera un pervertido.

Ella solo tenía un culo muy bonito.

-O-

El semestre pasó más rápido de lo que Kakashi tenía previsto. Las vacaciones de invierno estaban casi sobre ellos. Sakura siguió observándolo en sus clases como un halcón. Para su consternación, Kakashi encontró a sus ojos traidores posados persistentemente sobre ella más a menudo de lo que quisiera. Empezó a darse cuenta de detalles acerca de Sakura, como la forma femenina de sus orejas, o como tuvo una inclinación por las bufandas hechas a mano. Por lo general eran demasiado grandes para sus hombros menudos y estaban llenas de agujeros. Se preguntó si ella era tejedora.

También notó que sus faldas cada vez eran más cortas. Los leggings apretados debajo de éstas no le restaban el efecto.

Ni decir, que Kakashi nunca había estado tan agradecido por las vacaciones de invierno antes. Tendría semanas de respiro de lo que había comenzado como cariñosamente se refiera a su proverbial *Problema de la niña*

La decepción fue grande al ver que las vacaciones duraban solo una semana.

Se dirigía de regreso a su apartamento (bien podía comprar una casa, pero con una sola persona para llenarlo, ¿Por qué molestarse?) de la tienda de comestibles. Condujo por las calles repletas de hielo como una anciana –no a causa de la nieve, sino porque él siempre conducía así-. Estaba esperando en un semáforo, leyendo Icha-Icha cuando se le ocurrió mirar hacia el frente. Tal vez fue casualidad, tal vez fue un instinto inexplicable, pero de cualquier manera, él la vio.

Sentada a un lado de la carretera sobre el capó de un coche –al parecer averiado- fumando. Tenía la barbulla entre las manos y miraba a la acera sucia. Sakura no se dio cuenta.

No.

El semáforo se puso en verde y Kakashi aceleró. Ella estaría bien. Alguien más podría ayudarla. No era asunto suyo.

No avanzó tres bloques antes de dar la vuelta.

La mirada de asombro en su pequeña cara cuando él se detuvo junto a ella y bajó la ventanilla no tenía precio. "¡Kakashi!"

"Profesor Kakashi, por lo menos," le recordó. "¿Es hora de sacar provecho a uno de esos favores que te debo?"

Sus cejas se levantaron, "¿Me llevarás?"

En contra de toda racionalidad, él asintió. Algo parecido a la perdición se instaló en su estómago.

"¡Gracias!" ella abrió de golpe la puerta del pasajero con tal fuerza que por un momento temió que la fuera a arrancar de las bisagras. Subió al auto, con olor a nieve y gasolina. Kakashi se sorprendió al ver que no le importaba su combinación un tanto extraña. Su ropa goteó sobre su asiento, pero tampoco le importaba eso.

-O-

Kakashi se detuvo en el estacionamiento de un edificio de apartamentos. Sakura cerró la puerta (demasiado duro otra vez) y corrió a la ventana del lado del conductor.

"¡Muchas gracias por traerme! ¿Quisiera, Umm, le gustaría subir a tomar un té o algo? ¿Tal vez algo de comer? Tengo comida china." Ella sonrió.

La comida china pasó a ser el favorito de Kakashi, pero sabía que era una idea verdaderamente terrible cuando se enteró que vivía sola. "Me gustaría, pero estoy programado para liberar a todos los animales del zoológico en una hora."

Sakura se mordió el labio, lo consideró por un momento. "Creo que los animales pueden esperar, porque me gustaría sacar provecho de mi segundo favor. Quiero que vengas conmigo arriba para comer algo"

Kakashi suspiró. Este era el punto donde las reglas dictaban que todo este jueguito debía terminar. Podía meterse en problemas serios a raíz de una joven estudiante en su departamento solo. Tamborileó los dedos sobre el volante. Tal vez fue su aversión innata por las reglas, tal vez fue su falta de juicio, o tal vez fue la manera en que ella lo miraba con unos ojos tan valientes y llenos de esperanza. Pero fuera lo que fuera, Kakashi se vio apagando el motor y saliendo de su coche.

"¡Fantástico!" exclamó alegremente, agarrando su muñeca como si estuvieran tan familiarizados. Lo acarreó varios tramos de escaleras hasta su apartamento. Ni siquiera tuvo tiempo para replanteárselo nuevamente.

Lo condujo hasta una puerta marcada con los dígitos 321. Kakashi se preguntó brevemente si esa era la cuenta regresiva de la desaparición inminente de su fuerza de voluntad, hasta que se recordó a sí mismo que acababa de aceptar un plato de comida china. No había nada remotamente sexy en la grasa de la deliciosa comida.

Sakura dejó caer torpemente las llaves dos veces en su afán de encajarla en la cerradura. Kakashi pensó que ella debía estar muy hambrienta. Finalmente se abrió la puerta y lo hizo pasar a su interior. Se sentía como un ratón en la guarida de un león cuando la puerta se cerró tras ellos, mientras ella ponía la cadena con un chasquido siniestro. Kakashi tragó duro, la garganta la tenía sea. Se sorprendió cuando ella lo llevó más allá de la pequeña cocina en la sala de estar. Y se sorprendió aún más cuando ella señaló el cómodo sillón.

"Siéntate", instruyó.

Él obedeció.

Sakura quedó de pie frente a él y comenzó a desabrochar su cazadora. La chaqueta abultada dejaba mucho a la imaginación, pero la imaginación de Kakashi era muy talentosa. Se aclaró la garganta.

"Así que… Acerca de la comida…"

Cuando Sakura le disparó esa sonrisa tipo gato- que se comió el canario- otra vez, sabía que estaba en problemas. Los ojos de Kakashi estaban pegados a sus hábiles dedos mientras ella desabrochaba sus botas y se quitaba sus guantes. Retiró el pañuelo de su delicado cuello y lo dejó caer sobre la alfombra. Algo se movió en el vientre de Kakashi, pero definitivamente no era hambre.

"Para ser profesor de castellano, pasas por alto muchas cosas" su suéter cayó al suelo, dejándola sólo en una camisa manga larga de botones y sus pantalones vaqueros.

Estaba empezando a sudar. "¿Qué quieres decir?"

Sakura jugó con el botón superior de su camisa. Kakashi podría apostar a que no tenía más capas de ropa debajo de eso. Una parte cada vez mayor de él, quería saber si realmente tenía razón.

"Creo que nuestro acuerdo simplemente implicaba comer algo… Pero nunca especifiqué que sería ese algo". Ella se desabrochó el botón de sus vaqueros.

La mandíbula de Kakashi cayó, dejándolo boquiabierto. Sus palabras habían sido deliberadas desde el principio. Todo fue planeado siempre. Bueno, está bien, él era un pervertido, ¡Pero ella también lo era! ¿Fue este su plan desde siempre?

"Eso es hacer trampa", protestó débilmente. Para su sorpresa, la idea de estar en la cueva del león le resultaba increíblemente atractiva. Él miro la cremallera de los vaqueros, como si pudiera deshacerla con la mirada. Ella se dio cuenta y sonrió.

"Kakashi, creo que se ha atascado", bromeó ella, tirando de la pequeña lengüeta sin siquiera fingir intentarlo. "¿Podrías ayudarme?"

Sin decir palabra, se puso de pie. Se alzaba sobre ella en toda su estatura, y le gustaba la forma en que su columna vertebral se arqueó cuando ella se dio cuenta de eso. Sakura dio un paso atrás mientras él daba uno hacia adelante. Marcharon hasta que la parte posterior de las rodillas femeninas golpearon el sofá.

"Siéntate", ordenó.

Estaba sentada de un momento a otro.

Se inclinó hasta que su boca estaba a escasos centímetros de la de ella. Sus labios estaban abiertos por la sorpresa suave, o la anticipación. Su aliento era cálido y dulce. Ella era toda mejillas sonrojadas y ojos de dormitorio. Los orbes verdes se lo tragaron.

"Llámame profesor", gruñó, mientras la empujaba hasta hacerla recostar sobre el sofá.