DISCLAIMER: Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada, Toei y a quien más corresponda, pero a mí no (ya que si eso pasara sería millonaria, pero no). Sólo hago esto por amor al arte y a este anime/manga.

Los OC's de esta historia son de mi propiedad.

Esta historia es importante para que entiendan ciertos aspectos de mis fanfics. En "Despertares" ya hable de esto.

Les comento que tengo una página en Facebook. Búsquenme como Aquarius-chan Art. Allí subo mis coloreos, ediciones de fotos y mis fanfics. Por favor, me ayudan mucho con su Like :D


Las Consecuencias de Nuestro Objetivo

Por Aquarius-chan

Capítulo 1: "Frío como el hielo"

-Recuerda enviarme algo para mi cumpleaños - advirtió el pequeño de cabellos azules.

-Yo lo recordaré, espero que tú también lo hagas - contestó el de ojos aguamarina riendo.

Los dos niños de seis años continuaban despidiéndose, después de todo, no se verían por un buen tiempo. Algunos metros alejados, dos caballeros los observaban, uno con una mirada cargada de nostalgia y el otro con seriedad.

-Recuerda que el niño será lo que será, pero no deja de ser eso, un niño - informó Dante a su amigo - No lo presiones que tampoco es una máquina.

-Lo se, pero también se que es lo que tengo que hacer con él - su fría mirada verde seguía clavada en su aprendiz.

-Si tú lo dices - suspiró - Pero me molestaría el saber que no recibe su armadura o peor, que termine muerto.

Novak no respondió, no sacaba sus ojos de encima de Camus que continuaba riendo junto a Milo. Con paso tranquilo, se fue acercando a los menores, que se habían puesto a jugar. "Si sigue así, jamás será capaz de convertirse en mi sucesor" pensó para sí el rubio de larga cabellera que le llegaba hasta la mitad de espalda.

-Camus - lo llamó. Si algo podía resaltar del francés era que, cuando todos corrían la mirada por temor, él era el único que se la devolvía. Y así pasó - Vamos.

Con su capa flameando, Novak de Acuario giró hacia la salida del Santuario con una maleta en su mano. El pequeño lo miró. Cualquiera que los viera se daría cuenta que la relación entre el maestro y el aprendiz era muy mala. Camus jamás le hizo frente, pero eso no significaba que su superior le viviera reprochando cosas, sobre exigiéndolo y humillara con sus comentarios que, en vez de desmotivarlo, lo ayudaban a seguir, pero con peor ánimo.

La sonrisa que hacia unos minutos tenía se borró en cuanto lo llamó. Milo se acercó con su maleta. Solo llevaba ropa y algunos libros. Sus juguetes habían quedado en el olvido hacia ya mucho tiempo, no por decisión propia, sino porque así se lo había impuesto ese hombre.

-Te extrañaremos amigo - le sonrió el griego.

-Yo también los extrañaré - tomó su maleta.

-Para cuando vuelvas yo seré el nuevo caballero de Escorpio, espero volver a verte siendo mi compañero de Orden - buscaba motivarlo.

-Espero que sea así - sonrió.

-Entonces ve - se puso detrás de su amigo y comenzó a empujarlo - Estando aquí no avanzarás mucho - reían.

-Bien, bien, pero para - comenzó a correr en dirección a su maestro - Adiós Milo, gracias por todo.

-Adiós amigo - saludó el futuro Escorpio borrando poco a poco su sonrisa.

Cuando el francés llegó hasta la entrada del Santuario, divisó a su maestro sin su armadura y a Dante de Escorpio.

-Al fin - dijo con vos alta el castaño de larga cabellera al ver a su pequeño compatriota - Nos estábamos volviendo viejos esperándote - bromeó.

-Pero señor Dante, usted tiene 42. ¿No cree que ya está viejo? - rió.

-Eso fue un golpe bajo muchachito - lo miró con falsa molestia y se agachó para ponerse a su altura - Espero que cuando vuelva a verte hayas sacado a patadas de Acuario a este amargado - su amigo no reaccionó ante ese comentario.

-No creo sacarlo a patadas, pero yo también espero convertirme en caballero - vio como el mayor abría los brazos en señal de abrazo y le correspondió.

-Nos vemos francesito - se despidió.

-Nos vemos francés - saludó de igual manera.

-Suerte - miró al belga - Y Novak - el aludido lo miró - No te mueras - bromeó.

-Trataré de no hacerlo - miró al frente y comenzó a caminar - Adiós...amigo.

Dante se sorprendió ante esa definición que le dio su compañero. Había olvidado la última vez que el belga lo llamó "amigo". Sonrió con nostalgia y miró al pequeño de cabellos aguamarina que caminaba al ritmo de su maestro.

-Espero que no lo conviertas en alguien como tú - susurró. Suspiró y se dirigió a las Doce Casas. Ya no podía hacer nada por Camus y lo apenaba.


El camino a Siberia fue largo. Un viaje en avión y uno en tren bastaron para llegar al lugar que se convertiría en su zona de entrenamiento. Camus se quedó sorprendido al ver el lugar aunque no fuera nada del otro mundo. Una cabaña los esperaba. Era grande, tenía tres habitaciones, un living, cocina-comedor, dos baños y un lavadero. La apariencia del lugar era soberbia, con muebles antiguos y decoraciones minuciosas. Su cuarto tenía una enorme biblioteca con libros en diferentes idiomas, su cama, un escritorio y un ropero. En cuanto lo vio comenzó a desempacar.

Una vez que terminó de acomodarse, salió en busca de su maestro. No sabía cuanto tiempo estaría allí, pero ese lugar se convertiría en su nuevo hogar.


Respiraba agitado mientras se tomaba el brazo derecho que lo tenía entumecido y ensangrentado. Algunos rasguños decoraban su cuerpo y sus ropas presentaban manchas de sangre. Estaba cansado y su maestro estaba siendo muy duro.

Ya había pasado el año de estancia, ya tenía siete años. Su cabello le llegaba hasta su cintura y había crecido un poco en cuanto a la altura. Pero, desde el punto de vista de su maestro, seguía siendo un incompetente. Él hacía lo posible por demostrarle al rubio lo mucho que había mejorado, pero tenía ese maldito problema de que no llegaba al Cero Absoluto, algo fundamental para convertirse en caballero dorado de Acuario.

A esa altura del partido ya había aprendido a realizar el Polvo de Diamantes, el Ataúd de Hielo y los demás ataques, pero no podía hacer la Ejecución de Aurora. Al principio ni siquiera lo intentaba porque su maestro así se lo había ordenado, ya que podría morir en el intento, pero en cuanto Novak le dio la orden, no podía hacerlo correctamente. Y eso lo frustraba mucho.

Ahora se encontraba allí parado en medio de las nieves de Siberia, sosteniéndose su brazo derecho medio congelado y posiblemente roto. Su respiración era agitada y apenas podía mantenerse en pie. Estaba cansado y se sentía mareado, le dolía el brazo pero no se iba a quejar.

-Sigues siendo igual de inepto Camus - sentenció Novak.

-Maestro le juro que lo intento, yo... - un nuevo golpe, esta vez en el abdomen, lo interrumpió haciéndolo escupir un poco de sangre. Quedó tirado en la nieve a pesar de que trataba de levantarse.

-Eres presa fácil para los enemigos - se le acercó para tomarle de los cabellos y levantarlo, haciendo que el niño se quejara - ¿Crees que un espectro de Hades te tendría la compasión que yo te estoy teniendo ahora? - el menor negó conteniendo las lágrimas - ¿Crees que un general marino se apiadaría de ti porque no puedes defenderte? - volvió a negar - Entonces levántate y sigue - lo soltó para que caiga nuevamente a la nieve.

Camus ya no se podía contener, sus lágrimas lo habían superado. Se sentía frustrado, adolorido...inútil. Siempre había querido superar a su maestro, demostrarle lo muy equivocado que estaba, pero no podía.

"¿Por qué no puedo?" pensaba. Su maestro comenzó a caminar en dirección de la casa con un semblante serio.

-Jamás serás un caballero de Athena - informó haciendo que el niño abriera los ojos. No era la noticia que quería escuchar - Tienes el potencial de un caballero de Bronce, es a lo que deberías aspirar - miró de reojo y observó como su aprendiz hipeaba.

-No - susurró - Yo quiero ser un caballero dorado - se secó las lágrimas - Se lo prometí a Milo.

-Milo - dijo en voz baja - Si quieres llegar a tu objetivo, entonces deberás borrar todo lazo de amistad.

-Milo es mi amigo al igual que los demás. Si usted me pide eso, no sería capaz de hacerlo - hizo el gran esfuerzo de sentarse, solo le quedaba ponerse de pie.

-Los sentimientos te vuelven débil. Si tu amigo está en problemas, tú te distraerás - le siguió dando la espalda pero lo miraba de reojo - Si tu amigo te traiciona, serías incapaz de atacarlo - observó como, costosamente, se ponía de pie - Eso es lo que hacen los sentimientos, te interrumpen en el momento menos indicado, te imposibilitan, te debilitan.

-Yo seré un caballero dorado y tendré mis amigos - seguía respirando agitado.

-O una cosa o la otra.

-Elijo las dos.

El dolor de su brazo no le impidió que juntara sus dos manos sobre su cabeza. En cuanto Novak lo vio, se giró en su dirección. Por primera vez en mucho tiempo se había sorprendido. Un aura dorada lo rodeó, su cosmos se había incrementado considerablemente y detrás de él había aparecido la mujer que representaba a su constelación. La mirada de Camus era diferente. Había perdido esa inocencia para demostrar una frialdad intimidante, su ceño estaba fruncido, sus piernas temblaban por el esfuerzo que estaba haciendo. Novak suspiró. Al fin había llegado el momento en el que su alumno lo sobrepasara. Había llegado su momento.

-Hazlo - ordenó mientras una leve sonrisa, que Camus ignoró al no poder verlo con claridad, apareció en su rostro.

-EJECUCIÓN DE AURORA - el viento helado se encaminó hacia el rubio que estaba parado a varios metros suyo.

Sus pequeños brazos se veían rodeados por el aire congelado y de sus manos podía ver como escapaba una escarcha que se dirección a su maestro, al hombre que lo formó. El cuerpo del belga se fue congelando de a poco. Su piel levemente rosada se fue tornando azulada. Sintió como, poco a poco, su cuerpo se encontraba entumecido. El Cero Absoluto estaba haciendo estragos en él, lo estaba matando. Hasta que su mente se nubló y sus órganos dejaron de responder. Todo había terminado.

El cuerpo inerte cayó al igual que Camus, pero se maniobró para quedar de rodillas. Estaba agotado, había utilizado mucho cosmos, pero por fin llegó al Cero Absoluto. Entonces lo miró fijo. No sintió pena ni remordimiento. La culpabilidad que creía que le iba a llegar jamás apareció.

Nuevamente hizo esfuerzo para levantarse y llegar hacia donde estaba el belga y lo miró mas de cerca. Su mirada seguía siendo fría. Entonces observó la pequeña montaña que estaba a unos metros de distancia y se le ocurrió un plan. No podía aparecerse en el pueblo y decir que había asesinado a su maestro. Nuevamente acumuló cosmos en su mano derecha y lo disparó a la cima creando una avalancha. Con sacrificio, arrastró a su maestro hasta el lugar y, luego de cavar un hueco, lo dejó debajo de la nieve.

La excusa y coartada perfecta para aparecerse en el pueblo. Pero sabía que no sería lo mismo con el Santuario. El Patriarca Shion era muy amable, pero, si lo enviaba al Cabo Sunion, estaría siendo compasivo con él. No le importaba, el daño ya estaba hecho y no se arrepentía.


El Santuario seguía tal como lo recordaba. No había dado aviso de su llegada, por lo que sorprendió a todos con su aparición. En un mano derecha, que seguía vendada aunque notablemente mejor, llevaba su maleta y cobre su hombro cargaba con la armadura de Acuario. En ningún momento trató de colocársela a pesar que sentía como la vestimenta dorada lo llamaba, reclamando a su nuevo propietario. En todo ese tiempo no había recibido cartas ni ninguna notificación sobre lo que sucedía allí, por lo que no estaba informado sobre los acontecimientos.

Su paso era tranquilo, pero su mirada fría y su falta de expresión resultaban intimidantes. Cuando llegó a Aries, esperó encontrar a Mu pero el lugar estaba vacío. En Tauro, Aldebarán lo recibió sonriente pero él solo le respondió con un seco "hola", cosa que le resultó extraño al nuevo guardián del segundo templo, pero decidió no insistir. Géminis también estaba vacío para su frustración ya que le hubiese gustado hablar con Saga, pero el cosmos del lugar estaba presente. Máscara de Muerte había hecho de Cáncer un espectáculo digno de la mejor película de terror por lo que apuró su paso. No es que le daba miedo, pero sentía una incomodidad al ver como los rostros en las paredes pedían auxilio. En Leo esperó encontrarse con Aioria, había sentido su cosmos pero no salió a recibirlo, cosa que lo extrañó, después de todo él era uno de sus amigos. Shaka estaba meditando en Virgo por lo que decidió no interrumpirlo y seguir.

Cuando llegó a Escorpio, vio a su amigo parado en la entrada del templo vestido con su armadura dorada y el ceño fruncido. Sin prestarle mayor atención, llegó hasta donde estaba él y pasó por su lado.

-¿Qué te sucedió? - preguntó dolido al ver que no se molestó en saludarlo.

-Mi maestro falleció - contestó Camus con total frialdad que no se molestó en ocultar.

-Lo se, mi maestro me lo dijo, pero no el cómo - informó - ¿Por qué no contestaste las cartas? - Camus se detuvo y presionó con mas fuerza la correa de su maleta.

-Me acabo de enterar que me enviabas cartas, él jamás me mostró una - lo miró de reojo.

Una guerra de miradas se armó. Milo lo notó distinto. El Camus que conocía lo habría saludado alegre, con una sonrisa en su rostro. Pero este Camus era totalmente lo opuesto.

-Debo ir a hablar con el Patriarca - volvió a mirar hacia la salida del octavo templo - Luego nos vemos - sin mas que decir siguió.

Milo lo miraba alejarse. Sin dudas su maestro tenía razón en algo. Le había dicho que Novak sería duro con su amigo y recordó sus palabras. "Si alguna vez notas que él sigue el mismo camino que Novak, haz lo posible porque no se convierta en él". Tenía el presentimiento que aun no era tarde para eso, pero sería muy difícil.

Camus siguió su camino. Sagitario estaba vacío también. Le hubiera gustado haberse quedado más tiempo con Milo y preguntarle qué demonios había pasado en las Doce Casas, por qué Mu no estaba ahí aunque era obvio que se había convertido en caballero ya que Aries no estaba. Qué había sucedido con Saga porque sentía el cosmos del tercer templo y la armadura estaba allí. Y por qué Sagitario tenía una penumbra distinta. Algo grave había sucedido y se encargaría de averiguarlo todo.

Capricornio estaba vació, pero sintió el cosmos del guardián en el último templo, donde también estaba Máscara de Muerte. Cuando llegó a Acuario pasó de largo mirando al frente, sin distracciones ni emotividades. Salió del lugar lo más rápido posible sin llegar a correr. En Piscis estaba su ocupante y sus dos amigos, por lo visto en la zona privada por lo que no se molestó en llamarlos y siguió.

Al fin había llego al templo del Patriarca. Se adentró y lo vio sentado en su trono. Lo primero que notó fue que no era Shion, algo que lo sorprendió por más que no lo expresó en su rostro. Aun así siguió el protocolo y se apoyó en su rodilla derecha a modo de reverencia.

-Era hora de que llegaras Camus - anunció el Sumo Pontífice - Eres el último que se convierte en caballero.

-Disculpe el atrevimiento, pero... - levantó la mirada para observar la inmutable máscara - ¿Qué sucedió con el Patriarca Shion?

-"Típico de ti, Camus" - pensó Saga. Para la fortuna del menor, Ares le había dado un descanso al caballero, dejándolo consciente por un buen rato - Lamentablemente, el Patriarca Shion falleció. Yo, Arles, me encuentro a cargo del Santuario tal y como lo decidió Shion antes de su muerte.

-También noté que algunos templos se encuentran vacíos, inclusive el de Sagitario parece consumido por las penumbras - le dedicó una mirada fría, una que se estaba haciendo habitual en él - ¿Puedo preguntar por qué?

Saga sonrió con pesar debajo de la máscara, siempre había visto en ese niño un futuro grande. Detestaba tener que mentir en su estado actual, pero si no lo hacía, si no seguía el juego de Ares, todos en el Santuario podían correr un peligro mayor.

-Desde que Shion falleció, Mu decidió exiliarse en Jamir ya convertido en caballero de Aries. Saga... - reprimió una mueca al mencionarse, le disgustaba eso - Saga desapareció y Aioros... - carraspeó para disimular el quiebre de su voz al pronunciar el nombre de quien fue su mejor amigo - Aioros fue... - suspiró, cosa que no pasó desapercibida por el menor - Aioros fue ejecutado por traición.

-¿QUÉ? - se sorprendió - Es imposible, Aioros jamás haría algo así.

-Todos lo pensamos, pero lo sorprendí tratando de atentar contra de Athena y no me quedó más remedio que castigarlo - suspiró de nuevo.

-Esto es increíble - susurró - "No me imagino como debe estar Aioria" - pensó.

-Lo es Camus, es increíble y lamentable. Ahora dime, ¿qué es lo que te trae aquí Camus? Viniste sin dar aviso, además de que no vistes tu armadura.

-Vine a hablar de mi maestro - admitió.

-Se que Novak de Acuario falleció hace algunos días...

-Lo asesiné - confesó. Saga quedó estático ya que no esperaba que confiese. Desde que sucedió, supo como ocurrió todo.

-¿Estás seguro de lo que dices? - el niño afirmó - ¿Entiendes que según el reglamento debo ejecutarte por atentar contra la vida de un caballero de la Elite de Athena? - volvió a asentir y el falso Patriarca cerró los ojos - Camus, siempre tuve fe en que te convertirías en un excelente caballero dorado, de que llegarías lejos. Esta situación lo complicaría todo y créeme que no quiero que eso suceda, quiero que sigas el destino que Athena te deparó - la inexpresiva mirada de la máscara se posó en las orbes aguamarina del niño - Camus, la constelación de Acuario te ha elegido como su protector y no estoy interesado en que el onceavo templo siga vacío.

-Patriarca Arles, lo que hice podría...

-Camus - lo interrumpió - Tú no tienes la culpa de que tu maestro haya perecido debido a una enfermedad que lo atacó súbitamente - la mirada analítica del menor lo observó fijo - ¿Entiendes?

-Si Patriarca - agachó la mirada.

-Entonces levántate - vio como lo obedecía - Camus es un honor nombrarte como el nuevo guardián del templo de Acuario. Viste tu armadura.

Con ayuda de su cosmos, el francés invocó su vestimenta dorada y se la colocó. Lo primero que sintió fue el como su energía aumentaba. Era algo increíble.

-Espero que te sientas cómodo en tu nuevo templo, Camus de Acuario - Saga sonrió bajo su máscara - Ahora retírate.

Aun mantenía la mirada inexpresiva, seria y calculadora. Sin que su superior lo notase, el niño había analizado todo. El momento en el que le informó sobre los sucesos del Santuario y su situación, los quiebre de voz al mencionar a Saga y a Aioros, su orden que fue dada entre líneas acerca de la causa del fallecimiento de su maestro y una cosa más que le llamó la atención. Mientras caminaba con paso tranquilo hacia Acuario se repetía esa frase en su mente: "siempre tuve fe en que te convertirías en un excelente caballero dorado". ¿Cómo alguien que desconocía totalmente siempre tuvo fe en él?

Había algo grande detrás del nuevo Patriarca, algo sospechoso. Pero no podía actuar solo a base de sospechas, debía asegurarse de todo.

Se dio la vuelta y se dirigió hacia SU templo a paso tranquilo, ignorando los llamados de Afrodita, Máscara de Muerte y Shura en Piscis. En cuanto puso un pie en Acuario, divisó la silueta de su amigo.

-"Si algún día notas que su personalidad va cambiando, convirtiéndose en alguien parecido a Novak, haz lo posible por impedirlo" - las palabras de su maestro resonaron en su mente - ¿Ahora puedes hablar más tranquilo? - preguntó molesto.

-El Patriarca me comentó todo lo sucedido aquí - informó sin responder.

-Si el señor Novak te hubiera mostrado las cartas, te hubieras enterado - lo miró serio.

-Ya te dije que eso es verdad. Pensé que te habías olvidado.

-¿Te he dicho otra cosa?

-No, pero crees que te estoy mintiendo - sentenció y vio como su amigo suspiraba.

-No es que crea que estás mintiendo Camus - se acercó dejando de lado su molestia - Es que no tuve noticias de ti en todo este año, llegas y me ignoras. ¿Qué quieres que piense?

-Lo siento - suspiró el francés - Es que en este tiempo me pasaron tantas cosas...difíciles - bajó la mirada.

Milo lo observó. Había ido hasta allí para animarlo y acabó alejándolo un poco más. Se acercó a él y le apoyó su mano en su hombro tratando de animarlo. Entonces recordó uno de los complejos de Camus.

-1.15 - dijo sonriendo mientras recibía una mirada cargada de dudas - Mido 1 metro 15. Apuesto a que tú no me superas.

-El otro día me midieron en un hospital en Siberia - esbozó una suave sonrisa que emocionó internamente al peli azul - Mido 1 metro 16.

-Ya verás - lo miró desafiante - Algún día te superaré y seré más alto que tú, recuérdalo.

-El día que me informes eso Milo- sonrió - Ese será el día que me muera.

-Entonces jamás te lo diré - rieron juntos. Tal vez Milo no había perdido del todo a su amigo y tal vez algún día le cuente todo lo que le sucedió en Siberia.


Ambos caballeros estaban en Escorpio. Camus se mantenía con su usual seriedad mientras que Milo aun trataba de digerir ese secreto que Camus guardó por trece años. No podía creer que su amigo haya asesinado a alguien tan poderoso como lo era Novak de Acuario. Entonces entendió el por qué del repentino odio de su maestro hacia el onceavo guardián y del por qué Camus nunca lo mencionaba. Sostuvo esa mentira por trece años.

-Ya falta poco - avisó el francés - Se están acercando.

-No permitiré que avancen - sostuvo percibiendo dos cosmos acercándose.

-Espero que esto que te conté no te deje una mala imagen mía - sonrió.

-Todos tenemos nuestros fantasmas.

-Yo no - dio una media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida de Escorpio. Esos caballeros de Bronce ya estaban muy cerca y, antes de eso, habían liberado a Hyoga de su Ataúd de Hielo. Entonces se detuvo, sorprendiendo a su amigo - Milo, ¿cuánto mides?

-Déjame pensar... Un metro 85 - lo observó intrigado.

-Yo mido 1.84 - lo miró de reojo y sonrió al ver como el griego reía.

-Te dije que algún día te superaría

-Técnicamente lo hiciste hace tiempo, solo que te enteraste ahora - retomó su rumbo a Acuario - Adiós...amigo.

Milo no respondió. Ese saludo se le hizo familiar, como un dejavú. Desconocía el por qué. De repente sintió como dos de los caballeros de Bronce irrumpían en su templo. Más tarde le refregaría en la cara a Camus el tema de su altura.


Comentarios de la Autora: Nueva historia! La tendría que haber escrito hace mucho, pero nunca pude. En "Despertares" hablé sobre la muerte de Novak de Acuario que, según mi fanfic "Inicios", es el maestro de Camus.

Entiéndase que, a diferencia de "Inicios" y "Futuro Dorado", esta no va air en orden por los signos. Originalmente iba a ser así, pero sentí la urgencia de explicar ciertas cosas de "Despertares". Por eso, el próximo cap será dedicado a Aioros. Para quienes leyeron "Despertares", sabrán que le sucedió a su padre Adelphos de Sagitario.

Les agradecería mucho sus reviews. La verdad me motivan mucho con ellos :D Sus opiniones y dudas serán respondidas :D

Sin mas que decir, me despido. Saludos y nos leemos luego.