Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, sólo la trama es mía.
-Prólogo-
Había terminado de preparar la ensalada cuando escuché el sonido de la puerta principal al abrirse y al cerrarse, y sonreí levemente sabiendo que mi marido ya estaba en casa. Cuando llegó a la cocina, sus brazos me rodearon la cintura y me pegaron a su cuerpo, haciéndome reír.
–Hola, preciosa –James me dio un cariñoso beso en el cuello y después otro en la barbilla.
–Hola, vaquero. ¿Cómo ha ido el día? –ladeé un poco la cabeza y le di un beso en los labios. A continuación me di la vuelta en sus brazos y quedamos cara a cara. – ¿Ha sido duro?
–Bastante. Hace mucho calor, y he tenido que pasarme el día en el exterior de la casa de Edward.
–Pobrecito. Espero que no te haya dado una insolación –bromeé, consiguiendo que James me dedicara una mirada ceñuda.
–Seguro que no te la ha dado a ti –se mosqueó, porque se separó de mí de repente y yo me reí ante su enfurruñamiento infantil.
Se sentó en una de las sillas que había frente a la mesa, que ya estaba preparada, dispuesto a comer.
–James, no te enfades. Era una broma –le dije colocando el plato de ensalada frente a él. Acto seguido, me senté en el regazo de mi marido y le rodeé el cuello con mis brazos. –No te mosquees –hice un puchero y James sonrió.
Le di un beso en la mejilla al saberme vencedora, y me levanté para sentarme en la silla de al lado.
– ¿Y a ti cómo te ha ido la mañana? –se interesó, atacando el plato de comida que le había puesto delante.
–Pues me he aburrido bastante. He ido al centro a comprar, y después he venido a casa y me he puesto a limpiar.
James frunció el ceño sin dejar de comer.
–Te prometo que este fin de semana haremos algo divertido.
–Tranquilo, James. Comprendo que tengas que trabajar, y no me quejo. Es sólo que a veces me aburro estando aquí sola.
No me gustaba estar sin trabajar. La tienda de ropa en la que había trabajado durante dos años desde que nos mudamos a Seabrook había tenido que cerrar porque apenas tenía clientes, así que llevaba algo más de un año buscando empleo de lo que fuera. De momento, no había tenido éxito. Por otra parte, siempre había querido abrir un negocio propio, también de ropa, pero no me atrevía a hacerlo. Se lo había comentado a James en una ocasión, pero su respuesta no fue la que había esperado, así que decidí olvidarme de aquel sueño inútil.
–Estoy seguro de que pronto te llamarán de cualquier tienda, no te desanimes –entrelazó su mano con la mía, y me vi obligada a sonreírle. Llevaba un año diciéndome lo mismo, y por el momento sus buenos deseos no se habían hecho realidad. –Ah, por cierto, nena, tengo algo que comentarte.
Aparté el plato que tenía delante de mí, pues había perdido el apetito de repente.
–Dime.
–Hace un par de semanas hablé con Emmett. ¿Te acuerdas de él?
Claro que me acordaba de él. Emmett había sido un muy buen amigo de mi infancia y de mi juventud, y que yo supiera, continuaba viviendo en Dallas, en el mismo lugar donde James y yo habíamos nacido y habíamos vivido hasta que nos casamos.
–Por supuesto. ¿Le ha ocurrido algo? –me preocupé.
–No, está perfectamente –me tranquilizó. –El caso es que me habló de Jasper –al escuchar su nombre sentí como si alguien me hubiese aporreado el estómago con un bate de béisbol. Hacía demasiado tiempo que James no le mencionaba. –, y Emmett me contó que Jazz no está pasando por un buen momento. Hace poco su madre falleció, y al parecer lo está pasando fatal.
Abrí los ojos desmesuradamente tras escuchar el trágico suceso. La madre de Jasper había sido hacía tiempo como una segunda madre para mí, y enterarme de su defunción sólo consiguió entristecerme.
–Pobre… Con lo buena persona que era la señora Whitlock –me lamenté, afligida.
Entonces recordé que el padre de Jasper había muerto a causa de una grave enfermedad cuando él era pequeño, y por ese motivo había estado siempre tan unido a su madre. Comprendí que en aquellos instantes estaría más que desolado.
–Eso pensé yo… Bueno, la cosa es que cuando me enteré de lo sucedido, llamé a Jasper para darle el pésame y para hablar con él, pues hacía más de un año que no nos poníamos en contacto. Al fin y al cabo, él fue mi mejor amigo durante la infancia y viceversa.
Quise decirle que también fue un gran amigo mío, pero me contuve porque no quería recordar lo que sucedió entre nosotros un día antes de que me casara con James. Era un recuerdo tan bochornoso como doloroso.
–No parecía él, Alice. Su voz… era diferente. Hablaba en un tono neutro, como si fuera un robot –no sabía hasta dónde quería llegar James, pero me estaba poniendo nerviosa. Al parecer mi marido se percató de mi estado, porque dejó de dar tantos rodeos para decir: –Le pedí que viniera a pasar unos días con nosotros.
Me quedé atónita, sin poder creer lo que acababa de oír.
–Le dijiste que… ¿viniera aquí?
–Sí. Hace años que no le vemos, Alice, y creo que pasar unos días lejos de Dallas le sentará bien. Se olvidará un poco de su vida y recordaremos los viejos tiempos. ¿Es que no te apetece?
Al parecer, la palidez que invadió mi rostro no le dijo nada, porque prosiguió tranquilamente:
–Sé que antes de hacerle la propuesta debería habértelo dicho, pero fue una idea repentina.
–Te… ¿Te dijo que sí? –tuve que cerrar mis manos en puños para que James no se percatara de que me habían comenzado a temblar.
–Al principio se negó rotundamente, porque no quería ser una molestia, me dijo. Pero finalmente logré convencerle después de mucho insistir.
Tragué saliva ruidosamente y cerré los ojos durante unos segundos.
– ¿Qué pasa? ¿He hecho mal? ¿No quieres que venga?
Cuando abrí los ojos me encontré con la mirada ceñuda de James, y me apresuré a explicarme.
–No, no, no es eso. Para nada. Es sólo… que me has pillado desprevenida. No esperaba que fuésemos a tener visita.
James se echó a reír con diversión. Si él supiera…
–Tranquila, hasta el lunes tienes tiempo de limpiar la casa y de prepararle una habitación.
Hice un mohín ante sus palabras. Parecía que lo único que James quería era tenerme encerrada en casa para que limpiara y le hiciera la comida. La típica ama de casa amargada. Pues yo no era así, y ya debería saberlo.
Dejó de reírse cuando reparó en mi cara de enfado.
–No te enfades, nena. Sólo era una broma. Te ayudaré en lo que haga falta –me prometió, levantándose de la silla para rodearme con sus brazos, y supe que mentía. – No te importa que venga, ¿verdad? Será cuestión de una semana, como mucho.
Asentí en silencio.
–Seguro que lo pasaremos muy bien –murmuré entre dientes, intentando por todos los medios que mi corazón dejara de trotar de ese modo tras saber que iba a ver a Jasper después de tres años. Me dije que era por la emoción de volver a verle, o el miedo que eso me producía; por nada más. Mis sentimientos hacia él habían cambiado por completo, eso lo tenía clarísimo.
–Claro que sí. No tienes que preocuparte por nada, Alice –James me besó en la mejilla y se colocó el sombrero. –Me encantaría quedarme, pero he de volver a la casa de Edward. Nos vemos después, preciosa.
Me despedí de él con la mano y, cuando se marchó, me levanté como si hubiese un resorte en mi silla. Me dispuse a tirar la comida que no había ingerido, y después comencé a fregar los platos, deseando que la espuma lograra hacerme olvidar los recuerdos que mi mente había almacenado de Jasper a lo largo de los años, que no eran pocos. Me enfadé cuando lo único que me vino a la cabeza fueron las imágenes de la primera y única noche que pasé junto a él, y me dije a mí misma que ya era hora de exorcizar esos recuerdos.
*Capítulo dedicado muy especialmente a KlaudiaLobithaCullen, que hoy es su cumpleaños, y como no he podido escribirle nada nuevo, le dedico el inicio de mi nueva historia. Espero que pases este día tan especial en compañía de todos tus seres queridos y que cumplas muchisísísísísímos años más. Y como te digo siempre, aquí estoy para cualquier cosa que necesites :D
¡Hola de nuevo!
Aquí me tenéis otra vez con una de esas locuras que se me pasan por la cabeza de vez en cuando. Ya os hablé de esta historia al final de "El frío del silencio", y ya me he decidido a empezar a subirla a pesar de que no está terminada. También os dije que no estaba muy conforme con el resultado, pero lo mismo me pasó la última vez y al final resultó tener más acogida de la que me esperaba. Espero que, por lo menos, esta os guste aunque sea la mitad ;)
Como veis el inicio es bastante revelador, porque ya sabemos que pasó algo entre este par (no tardaréis nada en descubrir qué, y me parece que es bastante obvio xD), y ese algo traerá problemillas. Intentaré subir capítulo cada dos o tres días, pero no sé si los días entre semana podré, pues la universidad me tiene hasta arriba de faena y eso es lo primero. No obstante, puede que ahora tarde más en actualizar, pues me gustaría terminar la historia cuanto antes.
Y en fin, me voy ya que me estoy poniendo pesada xD Espero que el inicio de esta historia os guste mucho y si os apetece, me lo podéis decir con un review.
¡Hasta pronto! Xo
