hola!, una idea que surge de repente y no pude evitar un nuevo comienzo, espero que disfruten esta historia que irá de a poquito, cortita y espero que sin pausas. De momento sólo les adelanto que tengo un climax al que deseo llegar y que la coceré a fuego lento (*^_^*)

con cariño Necram

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Aventuras en la mansion malfoy

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Capitulo 1º

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Prince y Malfoy, dos familias que podían señalar sin lugar a dudas que su linaje se extendía por tiempos inmemoriales enraizado en la más pura de las cepas mágicas. Por siglos se perpetuaron ambos apellidos y la amistad que unía ambas familias enlazadas una y otra vez en parentesco.

Por ello, el dolor fue compartido por todos los Malfoy cuando Eileen Prince quien había compartido los juegos y travesuras infantiles de Abraxas se unió con nada menos que un Muggle. La traición a la sangre era demasiada. Absoluta. Innegable. Sin embargo, una vez muertos los cabeza de familia fue el mismísimo Abraxas Malfoy quien decidió admitir al pequeño mestizo en su casa.

La vergüenza de Eileen, la traición a la sangre y a los valores que le inculcaron desde la cuna, y su decepción al ver rotos todos sus sueños ingenuos de amor verdadero, penoso, realmente fue una herida abierta para todos, una lacra que era imposible tapar con un dedo pero aun así la lealtad forjada por siglos y siglos pudo lo que la fría razón no. Por ello, ahora el enclenque y único descendiente de la noble casa de los Prince se encontraba parado sobre las frías piedras de la chimenea principal de la mansión, solo, pues su madre ya no era bienvenida, solo, porque era necesario saber que tan contaminado de las ideas pro-muggles de su madre, se hallaba el muchacho.

El chico de mirada penetrante, observo de forma directa los ojos agudos del Señor Malfoy, antes de inclinarse revente en un saludo.

-Señor…- pronuncio quedo pero firme. Digno en sus ropas viejas y su túnica remendada.

-Bienvenido joven Prince, adelante-

Severus sabía que de esta reunión dependía su futuro, era lo que su madre le había dicho. Y la razón de que más temprano que tarde sería sometida a una indigna tortura, por el infame Tobias, la claridad de lo que arriesgaban ambos, le motivaba a actuar con cautela.

La mansión era en verdad sobrecogedora y oscura, no por la escasez de luz sino por la grandiosidad, la opulencia que derrochaba en cada detalle preciso y trabajado en las paredes y techos blancos de la mansión. La única realidad que Snape conocía incluía poco de la belleza frente a sus ojos, sus entrañas se encogieron de pronto en un temor reverencial, si tan solo pudiera ser parte de aquello, la idea asomo tímida en su mente y dio un leve regusto amargo a su boca, les envidió, si, todo por causa de su padre, le odiaba, por negarle esa vida en el mundo mágico por ser un bruto, ignorante y cruel muggle, por la estupidez de su madre al unirse a un ser tan bajo, repugnante; y con esa idea se enfrento a su destino sin saber que eso mismo abría la puerta de entada con vítores a ese mundo. Abraxas no sólo era un consumado pocionista sino también un hábil legeremante, habilidades que se enorgullecía de poseer y que utilizo en el pequeño frente a él, y lo que vio en el fue de su completo agrado.

-Serás mi aprendiz, y el compañero de juegos del joven Malfoy, si demuestras ser leal y digno de ello, - con estas palabras comenzó, la conversación que hubo de extenderse por horas.

El pequeño Severus anhelaba con todo su ser dar una buena impresión, ser aceptado y demostrarse digno de pisar el suelo de la Mansión y conocer al fin al heredero de los Malfoy, respondió atento y respetuoso cada una de las preguntas del Lord. Con tan solo 9 años ya era capaz de distinguir la oportunidad ofrecida. Haría cualquier cosa, cualquiera por permanecer ahí.