Quisiera disculpare por no haber publicado este fic antes. Se suponía que debía publicarlo el día después de que publique Dog Switch. Pero lo que sucedió es en que me acabo de enterar en que habrá un examen el próximo sábado... ¡Que maldita escuela hace examen en vacaciones! ¡Es el mayor crimen de la historia!... Al menos para mi... si que tengo mala suerte (T^T) ¿Que se la va a hacer? No tengo más opción que resignarme u.u y tengo menos de una semana para estudiar.
Nota:
Abadesa: Una forma de referirse a Madre superiora
Ruido en la Noche
En una de las ciudades que esta en el país de España estaba un convento lleno de monjas que se encontraban caminando sin preocupación alguna. Ellas llevaban el habitual hábito negro y también el velo sobre sus cabezas del mismo color. Algunas iban platicando con otras y unas cuantas tenían cestos de mimbre llenos de pan en las manos y otras cubetas de madera con agua.
El hogar de las hermanas estaba cerca de una catedral de las cuales algunas trabajaban en ella. En ese templo solo podían trabajar doce monjas que vivían en el convento más la Abadesa. En los pasillos de esa parroquia estaban caminando una religiosa de cabellos cortos, castaña y ojos del mismo color cuyo nombre es Meiko Sakine. Y a su lado estaba otra profesa de largos cabellos rosados y ojos azules y respondía al nombre de Luka Megurine.
– Luka, ¿Crees que las demás hermanas hagan suficiente pan para los pobres?
– ¿Por supuesto Meiko? – Se cruzó de brazos debajo de sus pechos – ellas lo han hecho antes
– Si, pero… lo que más me preocupa es en que Miku las ayude
– ¿Qué tiene de malo de que Miku las ayude? – le enarco una ceja.
– No recuerdas de que ella tuvo la fantástica idea de ponerle cubos de puerro al pan – menciono la castaña mientras su rostro se puso verde.
La cara de la peli-rosada se puso un poco verde ante el recuerdo. Ellas sabían que su amiga peli-turquesa solo quería ayudar, pero el ponerle puerros al pan que le dan a los huérfanos, los pobres y también los que ellas comen les dio un poco de asco. De hecho fue muy asqueroso el sabor. Fue una suerte de los que estaban enfermos se salvaron de esa pesadilla dentro de un pan. Tomo una gran cantidad de aire por su nariz mientras intentaba borrar ese mal sabor de boca que recordó.
– Si… lo recuerdo – inconsciente mente se puso una mano sobre su boca – nos costó mucho a todos en no vomitarlo
– Habría sido un pecado desperdiciar la comida – la castaña recordó haber tenido que comerse su pan de mala gana – ¿Por qué tenía que ser eso un pecado?
– No lo sé Meiko – miro el suelo – solo podemos rezar en que nuestra amiga de turquesa no los ponga de nuevo
– Si – Meiko se dio cuenta de algo – ¡Espera! Ahora que recuerdo ¿En dónde está…?
– ¡AUN LADO!
Las dos mujeres voltearon hacia atrás rápida mente para ver a una pequeña monja rubia yendo a gran velocidad sobre una patineta con el dibujo de un naranjo. Ambas mujeres se apartaron de la otra rápidamente y dejándole el camino libre a la religiosa que no disminuía la velocidad de la tabla con ruedas que ella montaba. Ellas miraron a la chica que iba sobre la tabla y sintieron una fuerte brisa ocasionada por la joven que se alejaba de ellas. Ambas mujeres impidieron que sus hábitos se levantaran más de lo debido y solo dejando ver de rodillas para abajo.
– ¡RIN! ¡¿ESTAS LOCA?! – grito la castaña mientras levantaba los brazos en señal de enojo y le empezaba a salir vapor de la cabeza.
– ¡RIN TE METERAS EN SERIOS PROBLEMAS! – la peli-rosa grito con preocupación de la monja que se alejaba cada vez más de ellas.
Pero esa hermana rubia no les hizo caso ya que ella ya estaba muy lejos de las mujeres mayores que dijeron su nombre y le advirtieron a gritos.
Esa religiosa que iba a toda velocidad sobre esa patineta y sin darle importancia de que su hábito se levantaba y dejaba mostrar sus zapatos negros y puntiagudos y mientras más se levantaba su túnica más amenazaba peligrosamente con dejar a la mira su vagina que era tapada con unas pequeñas bragas de rayas blancas y naranjas. Ella es conocida por todo el convento, la catedral y en la ciudad como Rin Kagamine, la hiperactiva. También vulgarmente conocida como…
La rebelde sin remedio.
A diferencia de las hermanas que viven con ella que son pacíficas y le gustan la paz. A Rin le gustan las cosas rápidas y también las cosas peligrosas. Como correr a todos lados sin importarle en qué condiciones este el camino en donde ella pueda ensuciar su ropa de la iglesia o llegar a tener el cabello todo desaliñado y manchado o poner y encender fuegos artificiales cuando las demás monjas están durmiendo.
En la ciudad ella es muy reconocida por casi todos los ciudadanos. Y como no saber quién es ella, no todos los días se ve a una monja que llega a usar patines o esta sobre una patineta que hace saltos, piruetas y se desliza por los tubos de metal sin caerse y sin sudar una sola gota. Hasta un profesional tendría problemas en hacerlo del mismo modo que ella.
– ¡APÁRTENSE!
Les grito a unas monjas que estaban en medio de su camino y que estas rápidamente se hicieron a un lado. La rubia reconoció el pelo verde, rojo-cereza y el rubio-platino.
La de cabello verde la conocía como Gumi Megpoid, es una buena amiga suya y la mayoría de las veces hacen compras en la ciudad.
La de cabello rojo-cereza es Miki Furukawa, ella siempre le dice que tenga cuidado cuando está usando sus patines o su patineta.
La de pelo rubio-platinado es Miriam Stockley, siempre comen el desayuno juntas, aunque le molesta que cuando usa sus cosas ya que no toma en cuenta de que se le puede levantar el hábito demasiado hacia arriba.
– ¡Cuidado! – exclamo la peli-verde.
– ¡Rin ya te dije que no uses esas cosas! – regaño la peli-roja.
– ¡RIN SE TE SUBIÓ DEMASIADO LA TÚNICA! – grito con todas sus fuerzas la rubia-platino.
– Fufu~
Ella se hizo la de oídos sordos mientras sonreía y seguía patinando por los pasillos. Ella sabe que se meterá en problemas después de esto, pero no le importa. Después de todo casi siempre se la pasa estando llevándole mensajes en papel u orales, haciendo pan o regando las plantas que la catedral o el convento tienen en sus jardines.
A ella no le gusta ese tipo de vida.
Lo que realmente le gusta es hacer lo que ella quiere cuando quiere. Y usar o estar sobre las cosas que van rápido y no a paso de tortuga le emocionan. Y aunque la castiguen o la dejen sin cenar todo el tiempo, no es suficiente tortura para hacerla detener ese desobediente comportamiento suyo al que esta tan acostumbrada.
Además estaba segura de que era la primera monja en usar instrumentos de deportes sin importarle de que eso se vea mal.
Si, le gustaba ser la primera en todo.
Gracias a sus patines y su tabla siempre llega al desayuno, comida y cena antes que nadie. También cuando es la hora del trabajo ya que el templo estaba un poco lejos de donde vivía y puede llegar a las habitaciones en las que ella debe entregar las estatuillas de la virgen de Guadalupe o cuando se celebra la nochebuena.
Ella esquivo ágilmente los pedestales que tenían estatuas de porcelana fina de la virgen, Jesús y de San Pedro. Aunque a ella estaba acostumbrada a meterse en problemas, no le gustaba mucho romper las cosas que son valiosas para el templo. Aún tiene algo de respeto por su religión. Y justo cuando estaba por dar un salto y hacer girar su patineta por los aires vio a una mujer de cabellos dorados, ojos azules y con una expresión fría en el rostro que al igual como ella vestía de un hábito negro, pero ella tenía en su mano derecha un báculo de oro.
Ella es Ann.
Y es la actual Abadesa de su comunidad religiosa. Es conocida por su sabiduría y por su frio y duro carácter que puede dejar tieso a cualquiera si la hacen enojar. Aunque sea de personalidad estoica es muy respetada por todas las monjas y también por los ciudadanos. Ella también le tiene una gran admiración. Pero al igual que todas las hermanas que viven en el convento…
¡Ella le tiene miedo!
Antes de darse cuenta estaba a menos de tres metros de ella. Justo cuando iba a pisar la cola de su patineta y finalmente detenerse algo duro choco con su tabla haciendo que se detuviera de golpe y haciendo que ella saliera (literalmente) volando por los aires y después de un par de metros estampo su cuerpo con la dureza del suelo.
Con un quejido de dolor levanto el rostro y sintió algo caliente deslizarse por sus labios. Cuando se lo toco vio que era sangre y supo que era de su nariz. Dejando salir un suspiro metió su mano derecha debajo de su velo negro sobre su cráneo para sacar un pañuelo blanco que en ese mismo momento empezó a tratar de detener su sangrado nasal.
Con un gemido de dolor y sin desatender su nariz se levantó del suelo de concreto y con algo de temor dio media vuelta y vio a Ann con una mirada de indiferencia y al mirar su tabla vio que la Madre Superiora uso su báculo para detenerla. Ella empezó a sudar frio.
– H-hola Abadesa ¿Cómo está? – ella empezó a temblar al recibir una mirada penetrante.
– Rin, otra vez estas usando esto – señalo a la tabla con ruedas.
– S-si – bajo la cabeza.
– ¿A cuántas les has gritado esta vez?
– A dos – recibió una mirada cortante – a diez
– Estas castigada sin cenar por una semana – y con eso ella se fue.
Ella se quedó quieta por un rato hasta que los pasos y la figura de la rubia ya no era visible. Suspiro con conformidad y acomodo su tabla debajo de su brazo izquierdo. Ya no tenía el humor de seguir patinando. Aunque ella ha estado hasta tres meses sin cenar, la cena de hoy era especial. Era estofado de carne con fideos.
Ella no debía quejarse, después de todo ella fue la que empezó.
.
– ¡Que deliciosa estuvo la cena de hoy!
– Sonika se lució esta vez
– Ciento un poco de pena por Rin
– Aunque ella haya usado su patineta dentro de la catedral por… amm… ¿Alguien sabe la cuenta?
– Novecientos doce
– Gracias Neru. Aunque haya usado su tabla novecientas doce veces, siento lastima porque ella no pudo comer la cena de hoy
– Ahora tendrá que esperar cinco meses para poder comerlo
– Si es que ella puede estar sin castigo para ese momento
Rin dejo salir un gemido de frustración mientras estaba acostada sobre su cama individual. Ella odiaba escuchar las voces que estaban fuera de su habitación en el convento. A veces creía que después de una deliciosa cena y ella no participaba en ella las demás hermanas se ponían frente a su puerta y hablaban a sus espaldas fingiendo que ella no los escucharía.
Cada vez que pasaba esto les gritaba con golpearles la cabeza con su tabla o lanzarles a la cabeza sus patines si no se largaban. Pero ahora no quería hacer nada. Ella quería olvidar el rostro decepcionado de Ann. Aunque no sea la primera vez que pasa no significa que este acostumbrada.
Tock Tock Tock
No se dio cuenta en qué momento se dejó de escuchar la voz de las otras monjas.
– ¿Quién? – pregunto con desgana.
– Somos Luka y Meiko – reconoció la voz de la peli-rosa.
– ¿Qué quieren?
– Tenemos algo para ti
– Pasen
Ella no podía negarle la entrada a Luka y a Meiko cuando le ofrecían algo. Cuando ellas están juntas y le decían que iban a regalarle algo significa que es de su agrado. Y esa no fue la excepción. Ellas entraron y noto un plato de la cena de hoy en las manos de la castaña. Unas pequeñas estrellas aparecieron alrededor de su rostro.
– ¡Gracias Luka y Meiko! – ella exclamo con una gran sonrisa en el rostro mientras lloraba dramáticamente.
Cuando estaba por agarrar el plato Meiko lo levanto hasta lo máximo que podía estirar sus brazos y como la castaña y la peli-rosa son mucho más altas que ella, su amiga Meiko hizo parecer su cena inalcanzable.
– ¿Eh? – fue lo único que salió de su boquita.
– Rin nos debes una disculpa por lo de esta tarde – la peli-rosa se cruzó de brazos mientras la miraba.
– ¿Lo de esta tarde?
– Recuerda que pasaste a gran velocidad con tu patineta y casi nos levantas hasta más de las rodillas el hábito – dijo Meiko mientras miraba a la rubia con algo de decepción al saber que se olvidó lo que les hizo a ella y a Luka.
– Por favor perdóneme – la joven se arrodillo frente a ellas.
– ¡LEVÁNTATE QUE TE ENSUCIAS LA TÚNICA! – chillo la castaña al ver a la pequeña rubia en el suelo.
Después de que ella se levantó le entregaron su cena y empezó a comerla con gozo. Con cada bocado que le daba a su estofado con fideos sus mejillas se sonrosaban y dejaba salir unos suspiros de deleite y sin darse cuenta de que estaba incomodando a sus amigas. Las mayores apartaron la mirada de la rubia mientras se tapaban la boca y trataban de desaparecer el pequeño rubor que les apareció en sus mofletes.
– Ejem, ejem – Luka comenzó – Rin ¿Por qué haces esto?
La nombrada se detuvo de comer.
– ¿Hacer qué?
– Lo sabes bien – la peli-rosa la miro con tristeza – eres mejor que esto Rin ¿Por qué lo haces?
– No lo sé… – miro al suelo.
– Rin si algo te molesta puedes decirnos – esta ves que la castaña – sabes que puedes confiar en nosotras
– No se… supongo que… quiero llamar la atención – ella jugo un poco con la comida – además… estamos en el siglo 21 y ahí muchas cosas que quiero pero no puedo tener
Ambas mujeres dejaron escapar un resoplido de acatamiento y le dieron una suave sonrisa.
– Esta bien – ellas dos empezaron a salir del cuarto – cuando termines regresa y limpia el plato cuando todas estén dormidas para que no se den cuenta
– Gracias Luka y Meiko
Agradeció mientras miraba a sus amigas irse.
.
– Listo
Ella miro al plato reluciente que estaba en sus manos. Ya había pasado dos horas desde que todas las hermanas se fueron a dormir y ella aprovecho eso para limpiar el plato de porcelana y regresarlo a su lugar. Ella no tuvo muchos problemas en regresar a su cuarto. Después de todo, esa noche había luna llena y la luz lunar entraba por las ventanas de los pasillos. Pero cuando estaba a medio camino…
CRACK
Se detuvo de golpe al escuchar el sonido de algo muy pesado caer al suelo por los pasillos.
Ella se asustó creyendo que se trataba de una de las monjas que se le resbalo algo. Pero supo que nadie (excepto ella) se levantaría antes del amanecer.
Un ladrón.
Ella empezó a temblar en cuanto esa teoría pasó por su cabeza.
Ella era hiperactiva y rebelde pero no tenía la suficiente valentía para enfrentarse a alguien que posiblemente este armado con una pistola o una palanca de hierro. Lo primero que le vino a la mente es ir a su recamara y fingir que ella no escucho nada. Pero el pensamiento de que una de sus amigas resulte herida por culpa de ese ratero le impidió escapar.
Tragando duro y armándose de valor ella camino hacia donde escucho el resonar de algo quebrarse.
No le gustaba el camino que estaba tomando. No le gustaba en lo absoluto.
El camino que tomaba dirigía al ático.
Ese lugar era la segunda cosa que más le temía. La primera era la Madre Superiora.
El ático era oscuro, lleno de polvo y había muchas telarañas y arañas dentro. Ella aún tenía pesadillas de ser asesinada en ese lugar. Sacudió la cabeza y siguió hacia adelante.
Ella vio unas escaleras que se elevaban hacia arriba y que conducía una puerta de madera. Dudando por un momento ella agarro el picaporte de metal y la hizo girar a la derecha abrió la puerta que dejaba mostrar un cuarto muy oscuro con telarañas. Lentamente entro y apretó los puños hasta hacerse blancos para no salir huyendo como una gallina asustada.
En su mente corrían muchos pensamientos de lo que podría ocurrirle el enfrentarse a un asaltante sin nada que defenderse. Podría matarla con un disparo. Abrirle el cráneo o peor… violarla y dejarla vivir.
Prefiere morir a que su castidad sea mancillada, y más por un completo extraño.
Ella tembló como si estuviera en medio de un terremoto al escuchar algo golpear el suelo. Como si se tratara de un látigo. Al seguir acercándose creyó que en cuanto el maleante la descubriera la estrangularía hasta la muerte. Ella no cree que pueda existir algo peor que un atracador que además sea un violador y asesino. Definitivamente no…
En cuanto vio la fuente del ruido…
Jamás deseo tanto de que el responsable del sonido fuera un ladrón.
Lamento la tardanza, pero este podría ser mi ultimo tiempo libre que es muy prolongado y que podría permitirme publicar una historia más.
Espero que les haya gustado este primer capitulo de este nuevo fic. Y creo que es la primera vez en mis fics en que aparece Miriam, aunque no me decidía que color de cabello tendría, ya que suele aparecer, con el cabello rubio, platino o rubio-platinado, perdón si algunos la prefieren con el pelo rubio o el platinado ñ_ñU Y antes de que se me olvide, a aquellos que les gusta y/o siguen "Los Misterios del Mar" les tengo buenas noticias :) después de que haya pasado un día o dos de haber presentado mi examen del siguiente sábado comenzare a hacer el siguiente capitulo :D Me gustaría hacerlo ahora pero como ya saben, debo estudiar. Que tormento (T^T) Les agradecería los reviews (^w^) bueno siendo eso todo me despido :3
