ATENCIÓN:

Este fanfic hace un tiempo se subió bajo el mismo nombre, y no se terminó a causa de que la autora (que soy yo) perdí la cuenta y no pude recuperarla ni las historias ahí, de hecho el día de ayer encontré un método para poder hacerme de ellas de nuevo y hoy he terminado de corregir faltas de ortografía. Aunque la historia sigue ahí, estoy intentando recuperar un par de historias para volver a subirlas, por lo pronto estaré subiendo esta cada semana.

ENTRE LÍNEAS ya tiene un final, la historia ya está completa al fin.

Muchas Gracias por su comprensión.

Entre Líneas.

PRIMER PÁRRAFO

Re-descubriendoal Enemigo.

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Severus Snape observaba la escena con el mismo gesto severo y desinteresado de siempre mientras el retrato de Albus Dumbledore sonreía comprensivamente a la joven que se encontraba frente a él, observándole con esa mirada color marrón, pero Severus se sorprendió sin realmente demostrarlo claro, ante el efecto de fuego que había logrado apreciar dentro de aquellos ojos.

Conocía a aquella joven desde que era pequeña, le había dado clases durante siete largos años, más que suficientes para conocer su carácter al derecho y al revés, pero nunca había visto esa mirada tan intensa.

- No.- dijo rotundamente la joven mientras observaba al anciano del retrato.

- Comprendo su decisión señorita Granger, incluso yo me negaría si alguien me pidiera como un enorme favor algo como esto…- Ni para Severus y ni para Granger pasó desapercibido el peso que el anciano puso en esas dos palabras, la castaña empuñó las manos mientras fruncía el ceño, se estaba cansando de lo mismo.

- Profesor Dumbledore, entiendo su preocupación por este objeto, pero no voy a hacerme responsable a sabiendas de lo que le pasó a Ginny hace años.- fue la respuesta de la muchacha mientras bajaba momentáneamente la mirada hacia el pequeño libro de pasta de cuero oscuro que yacía sobre el escritorio.

- Señorita Granger… alguien tiene que cuidar de él, el señor Potter junto al señor Weasley y usted, encargaron hace tiempo de terminar con la maldición que el diario poseía…

- No voy a arriesgarme…- interrumpió la muchacha mientras se cruzaba de brazos.- Cuidar del Diario del Innombrable es demasiada responsabilidad…

- Pensé que a usted le encantaban las responsabilidades Granger… ¿desde cuándo se ha vuelto usted tan ociosa? – por primera vez desde que aquella conversación dio inicio, el profesor de pociones había intervenido, Hermione se giró hacia el hombre con lentitud, cuando sus ojos se cruzaron con la de él simplemente una especie de batalla había iniciado.

- Me considero una persona muy responsable profesor, pero usted y yo sabemos que el profesor Dumbledore trama algo más que de lo que dice… no solamente quiere que cuide de ese diario… ¿Qué pasa si llega a suceder algo?

- Yo confió en sus habilidades señorita Granger… créame, nada extraordinario va a suceder con ese diario ¿o prefiere que lo de bajo el cuidado de la señorita Weasley?

Severus incluso se quedó sorprendido ante aquella sutil amenaza que empleó Albus, el profesor se giró lentamente hacia el anciano quien continuaba con su mirada puesta sobre la alumna de séptimo curso, los pétreos ojos de Snape se deslizaron del hombre hacia la joven bruja, quien al igual que él se había quedado sorprendida por aquellas palabras.

- Profesor…- la joven iba a replicar, pero la voz de Albus sonó más alto que la de ella.

- …Créame Señorita Granger, si supiera de alguien que estuviera más capacitado que usted, le llamaría… pero la conozco y se cuan habilidosa e inteligente es… es por eso que le confío el Diario de Tom Riddle bajo su cuidado.

Las ganas de decir de nueva cuenta NO, eran muy palpables, pero Hermione por más que pensara en alguien más que pudiera aceptar aquel trozo de libro maltrecho para cuidarlo encantada lo hubiera hecho.

- Muy bien profesor, usted gana… pero si algo extraño llegara a suceder… quemaré todos sus retratos…- tras aquellas palabras la castaña tomó el Diario entre sus manos y se despidió de ambos hombres con un suave movimiento de cabeza.

Finalmente Severus Snape y el retrato del profesor Albus Dumbledore se quedaron a solas, el anciano se encontraba aun observando el lugar por donde la joven había desaparecido minutos antes, poco después el hombre soltó un suspiró cansino.

- Debiste haberle dicho la verdad… cuando se entere…

- Cuando eso llegue a pasar Severus… arderé encantado, mientras tanto esperaremos ver qué sucede…- y el hombre sonrío mientras la oscura mirada de Severus le observaba fijamente.

- En verdad sigo sin entenderte Albus… aún después de muerto sigues sembrando extrañas flores… ¿es que no te cansas nunca de jugar estos paradigmas? La señorita Granger no es como Potter, ella no va a permitir que la mangonees a tu antojo…

- La señorita Granger es lo suficientemente poderosa e inteligente como para saber que desde que tomó ese diario ya nada será normal… ella sabe que cosas van a pasar Severus, por eso se negaba a ayudarme…

- Solo espero que nada extraño salga de todo esto… por qué si no Albus… esta vez tendré que ayudar a Granger a quemar tus retratos…- y Severus se marchó dejando a un pensativo Albus Dumbledore.

Hermione andaba a paso apresurado por entre los pasillos del castillo mientras abrazaba el Diario de Tom Riddle bajo la protección de sus brazos y su pecho, sabía que no debió haber aceptado aquello, que debía haberse mantenido rotundamente a su decisión de rechazar aquella misión, suspiró derrotada mientras se detenía a mitad del pasillo, solitario, se dio cuenta la joven que ningún alumno se encontraba por ahí, fue en ese momento cuando Hermione bajó la mirada hacia el objeto maldito que casi mató a Ginny hace ya algunos años.

Lo tomó entre sus manos y con los pulgares lo acarició, la piel oscura era rasposa debido al tiempo que este debía tener, la castaña vio entonces el agujero que quedó en medio de la pasta, aquella misma causada por el colmillo del basilisco que se había utilizado para asesinar el alma de Riddle que se encontraba dentro de aquel objeto.

- Espero que estés bien muerto…- susurró la joven con todo el odio posible.

Y mientras la joven se dirigía hacia su sala común con el Diario del que alguna vez fue el innombrable, al que le era prohibido mencionar su nombre, la oscuridad de la noche comenzó a adueñarse del castillo, Hermione se detuvo lentamente mientras miraba por uno de los ventanales, podía apreciar como la luz comenzaba a desaparecer poco a poco, debía darse prisa, odiaría encontrarse fuera de su sala después del toque de queda.

Harry levantó la mirada del ajedrez cuando Hermione entró por la puerta, Ronald estaba concentradísimo en el tablero, pensando considerablemente en su próximo movimiento.

- Chicos… tengo horas desde que mi fui ¿y aún siguen con eso? – preguntó la joven deteniéndose a lado de ambos muchachos, la sala común esa noche estaba repleta, Ginny se encontraba al otro lado y envió un saludo de mano a la castaña, Hermione se estremeció pero aun así respondió.

- Llevamos tres partidas seguidas Hermione… no puedo creer que Ron no me de tregua…- comentó Harry levemente lamentado de haberle pedido una revancha al pelirrojo, Hermione sonrío comprensiva.

- ¡JAKE MATE! – gritó Ronald asustando a todo el mundo, Harry se giró rápidamente hacia el tablero solo para descubrir que había sido vencido por una cuarta vez.

- Oh no de nuevo…- se lamentó el castaño mientras las risas de los demás compañeros hacían eco por toda la habitación.

- Será mejor que dejen eso, ya es tarde y tenemos clases mañana temprano…

- ¡Hermione, no arruines mi momento! …Demasiado tarde, ya lo hiciste… Gra-cias Her-mione.- intervino Ron mientras fruncía el ceño, la castaña sonrío abiertamente.

- Si como no Ron, como si eso te importara, bueno chicos… yo me retiro, hay unas cosas que quiero hacer antes de dormir…

- Si, si, si Hermione, descansa y sueña con muchos deberes y libros…- se despidió Ron, Harry se mordió la lengua ante aquello, no quería reírse pero aquella ocurrencia de Ron era demasiado, Hermione levantó la ceja.

- Pues tú también duerme bien Ron y sueña con las respuestas del examen de mañana…- dijo la joven girándose con violencia y alejándose de ahí a paso rápido, Ron quedó con la boca abierta.

- ¡Harry! ¡Dime que eso fue mentira, que no hay examen mañana! – gritó el pelirrojo realmente alarmado, el castaño miró a Ron seriamente.

- Ron, no es posible que no lo hayas recordado si te lo repetimos toda la semana entre Hermione y yo… - respondió Harry mientras observaba como Ronald Weasley de estar eufórico pasaba a estar realmente deprimido.

- Mierda… mi madre me matará…- susurró el joven.

[TOM: 20 DE DICIEMBRE DE 1944 (10:30 A. M.)]

Tom Observaba a través del ventanal de su habitación con sus manos cruzadas tras su espalda, era más que consiente que las clases prontamente iban a acabar debido a las vacaciones navideñas y que pronto las puertas de Hogwarts cerrarían, dejando marchar a los alumnos hacia sus familias, entrecerró los ojos, sintiendo los cálidos rayos exteriores golpeando su blanco rostro.

Tom era un muchacho alto, de hombros anchos y de una estructura masculina demasiado atractiva, dotado de una inteligencia aguda y filosa, Tom Sorvolo Riddle continuaba pensando en lo que haría cuando las puertas de Hogwarts finalmente se cerraran, había pensado por optar por quedarse en el castillo, pero eso significaba que Albus Dumbledore y el tendrían que encontrarse demasiado a mendo por entre los pasillos, odiaba a ese horrible viejo, pero debía admitir que como Mago era poderoso además de ser demasiado observador, de cierta manera lo respetaba por eso.

Se giró lentamente solo para encontrarse con un pequeño paquete que se encontraba sobre la impecable cama, envuelto en papel platinado, Tom lo tomó entre sus manos, sabía quién había enviado aquel obsequio.

A Tom no le importaba recibir regalos de vez en cuando, le molestaba más bien de quien provenía, su popularidad no solamente radicaba entre los profesores, también entre el mundo femenino, no sonrió ante el pensamiento, para Riddle ser objeto de atención de las féminas no era para nada gracioso, no cuando él prefería pasar por desapercibido, pero debía de reconocer que eso jamás pasaría siendo quien era, Tom era premio Anual así como había sido Prefecto de su casa, obtenido premios importantes además de ser el mejor alumno de todo el colegio.

Era un Joven Mago que no había nacido para pasar por desapercibido y Tom lo sabía, no le gustaba pero lo aceptaba.

Tomó entre sus manos el dichoso objeto, odió desde el primer momento el jodido papel platino con el que había sido envuelto y por eso mismo no se molestó en abrirlo delicadamente, con el semblante serio, Tom descubrió que dentro de aquel ridículo envoltorio se encontraba sobre una pila de papeles verdes y tonterías plateadas (Muy Slytherin) un pequeño libro de cuero negro, el joven levantó la espesa ceja oscura, curioso, se había dicho mentalmente cuando tomó el Diario entre las manos, abriéndolo y hojeándolo con cuidado…

La sonrisa fue dibujándose poco a poco en sus labios, una idea había cruzado como estrella fugaz.

Tras terminar las clases de ese día, Tom guardó todos sus pertenencias dentro del maletín, había estado demasiado cansado entre la plática barata del profesor Slughorn y la risa de sus compañeros de casa, que finalmente la mente de Riddle había quedado asqueada por ese día, una sola mirada de Tom hacia el Grupo conformado por Abraxas Malfoy, Cygnus Black y Antonin Dolohov había sido suficiente para callar sus ridículas voces, los demás que presenciaron aquello lo vieron como algo normal en Tom, ya era bien conocido del poder que el joven Mago tenía sobre las serpientes.

[HERMIONE: 20 DE DICIEMBRE DE 1999 (10:30 P. M.)]

Hermione tras entrar a su habitación dejó el diario sobre su cama, arrojándolo sin cuidado alguno la verdad es que poco le importaba si aquel trozo de antigüedad duraba demasiado, si se destruía mejor para ella, aunque dudaba mucho que eso fuera a pasar.

- Ni que tuviera tanta suerte…- dijo la joven mientras se giraba y se acercaba al tocador, comenzando a retirarse de la cabeza unos cuantos broches que se había colocado entre el cabello.

Fue precisamente cuando se tiró a la cama y el inconveniente en la vida de Hermione rebotó sobre el colchón cuando una idea cruzó por la mente de la castaña.

Eran escasas o nulas las veces que a Hermione se le ocurría una pésima idea, de hecho prontamente había una destinada a ocurrírsele a la leona que ella jamás olvidaría nunca. Era exactamente la media noche cuando la castaña de rizos alborotados abrió los ojos de par en par, el sueño se le había tan de repente que se quedó sorprendida, y mientras daba vuelta sobre la cama esperando que el sueño la alcanzara una buena vez de nueva cuenta, algo duro se aplastó contra su vientre, la joven bajó la mano y tocó aquello que fuera que estuviera ahí estorbándole, fue en ese momento cuando se percató que el Diario de Tom Riddle andaba desbalagado por ahí como si de cualquier objeto se tratara.

Aquel Diario estaba Maldito, debió haberlo guardado en un lugar seguro, lejos de las manos de alguna tonta que se expusiera ante él; Hermione sabía que Harry había acabado con la maldición del Diario de Tom, acabando con su horrocrux tras atravesarlo con el colmillo del basilisco.

A la castaña jamás se le ocurrió que esa tonta expuesta podría haber sido ella.

Se encontraba sentada sobre la cama, con la espalda contra el respaldo y el diario sobre la almohada que estaba sobre sus piernas dobladas, Hermione hojeó el Diario, curiosa, sabía por Ginny lo que había sucedido cuando la pelirroja había estado bajo la influencia del alma de Voldemort dentro de aquel objeto pequeño y de horrible pasta.

En serio ¿a quién se le ocurría tener un diario tan feo y siniestro? ¡Oh, por supuesto! A Tom Sorvolo Riddle.

Hermione tomó la pluma entre sus dedos sin saber exactamente por qué había llegado a la conclusión de que podía usar el diario para uso personal. Primer y grave error.

[TOM: 21 DE DICIEMBRE DE 1944 (12:01 A.M.)]

Tras el desastroso día, sobre todo por el dolor de cabeza que le habían causado sus compañeros de casa dentro y fuera de clase, por fin podía tener un tiempo tranquilo, sentado tras su escritorio, Tom intentaba encontrar una manera para enviar y localizar a los caballeros de Walpurgis (Mortífagos) el Mago había estado pensando en un par de cosas en el transcurso del día, pero todas ellas involucraban alguna poción peligrosa que Dumbledore detectaría inmediatamente y lo que menos quería era tener tras su pista al viejo demente.

No, tenía que ocurrírsele algo mejor, algo sutil que pasara por desapercibido, y mientras golpeaba la pluma contra la madera, Tom vio de reojo la pasta negra de su diario, lo tomó segundos más tarde y abrió la pasta, sonrío al ver las hojas pulcramente blanquecinas.

Tom pensó en un hechizo, No, un hechizo no, era demasiado fácil, demasiado simple y él no se consideraba para nada de esas dos maneras, No, Tom era mucho más completo que un hechizo, tal vez una pócima, No, mala idea, tampoco, tenía que ser algo original, algo especial pensó Riddle mientras dejaba de parpadear, concentrándose en su imaginación mientras intentaba verlo todo como si realmente lo tuviera en frente.

Fue entonces cuando le vio, dibujándose en la pared, sabía que no estaba pasando pero su privilegiada mente le estaba dando una idea, una serpiente fue lo que vio Tom, una serpiente de gran tamaño como Nagini, deslizándose de un lado a otro mientras un rostro iba formándose poco a poco frente a él, fue en ese preciso momento cuando las ideas comenzaron a tomar forma, un hechizo, la imagen en la pared…

Tom Sonrío, tomó el diario y una pluma entre sus manos, abrió la pasta y levantó la mano con la que sujetaba la pluma hacia el inmaculado papel.

Y comenzó a dibujar…

[HERMIONE: 21 DE DICIEMBRE DE 1999 (12:15 A. M.)]

Hermione se preguntó que podría escribir en el famoso diario, la joven bufó mientras veía la hoja en blanco, lo cierto era que se estaba peguntando que era lo que tenía de especial aquel diario medio destruido, y que no servía siquiera para tenerlo de recuerdo ¿entonces por qué Dumbledore insistió tanto en que ella lo resguardara? No, algo tenía que estar ocultándole aquel hombre para eso, Hermione suspiró cansada, el sueño seguía sin llegarle. Fue entonces cuando pasó.

No supo en que momento, mucho menos como, pero Hermione pudo ver claramente como poco a poco sobre la hoja antes en blanco comenzaron a dibujarse unas líneas, la joven se estremeció de pies a cabeza, pero guardó muy bien la compostura para no salir brincando de la cama y soltando gritos de horror, no, esa reacción más bien era característica de Lavender o Pavarti, la joven bruja tomó entre sus manos el Diario y observó más detenidamente el dibujo, fue cuando las ganas de gritar invadieron su ser.

La marca tenebrosa.

Aquel dibujo, aquella calavera con ojos vacíos y la serpiente enredada en ella, Hermione abrió los ojos de par en par mientras apreciaba la caricatura, Hermione arrojó la almohada con todo y diario y se recargó aún más en la pared, tomando la varita de la mesita de noche.

- Oh Merlín bendito… sabía que algo iba a pasar… - se decía la joven mientras se acercaba a la orilla de la cama, el diario y la almohada habían ido a parar al suelo.

Hermione bajó de la cama y se acercó al objeto maldito, fue en ese preciso momento cuando pudo ver aparecer un par de letras, Hermione se arrodilló en el suelo, sus ojos se abrieron de par en par al leer aquella pequeña ración.

Tom Riddle.

Hermione apuntó al diario con su varita, lo que estaba pasando no podía ser verdad, ahí no había ningún dibujo y el nombre del que había sido su peor enemigo por años no se había escrito de la nada sobre esas hojas, cerró los ojos por unos segundos, estaba asustada, juró en pensamientos que muy temprano en la mañana iría a la oficina del director y le arrojaría ese Diario embrujado a la cara de Snape después de quemar el retrato de Albus Dumbledore.

- "¡Ya sabía yo que algo iba a suceder, eres una tonta Hermione, una estúpida por aceptar ser la guardiana de esa cosa!" – pensó la joven acumulando enojo dentro de ella, y fue en ese preciso momento cuando invocó la pluma y tomó el diario, sentándose sobre la orilla de la cama y escribiendo sobre el dibujo a grandes letras…

"Maldito seas"

Para eso Hermione ya respiraba agitadamente pero algo dentro de ella le hico detenerse, esperando que algo más ocurriera…

Y así fue como todo empezó.

[21 DE DICIEMBRE DE 1944 (12:16 A.M.]

Para Tom, eran escasas o nulas las cosas que lograban sobresaltarlo o sorprenderlo y si esto sucedía normalmente actuaba normalmente, pero esta vez, al ver claras las palabras dibujándose poco a poco justo al lado de su dibujo no pudo evitar sentir el cambio de su controlado gesto facial.

Estaba sorprendido cuando leyó claramente las palabras, se puso de pie lentamente, arrastrando la silla a su paso, levantó la varita y apuntó al Diario con ella, poco a poco fue entrecerrando los ojos, frunciendo el ceño, si aquello resultaba una broma entonces alguien saldría muy, muy lastimado, murmuró un encantamiento, intentando revelar el nombre de la persona quien le había obsequiado aquel Diario tan extraño.

El nombre de Walburga Black resonó en su cabeza, Tom maldijo a la bruja, ya se encargaría de ella a primera hora.

"Maldito seas"

Las palabras penetraron en su mente, sintiendo extrañamente como el odio de aquellas palabras iban claramente dirigidas hacia él, cosa extraña, Tom se acercó de nuevo al Diario y tomó la pluma entre su mano.

"¿Quién eres… o mejor dicho, que eres…?"

Escribió el Mago rápidamente con perfecta caligrafía, espero Tom alguna respuesta pero nada, fuera lo que fuera quien había escrito aquellas palabras se había ido o había acabado la maldita broma.

Walburga Black podía pertenecer a una familia de Linaje puro, pero era una Bruja de mente limitada, ya se encargaría él de darle su merecido.

[HERMIONE: 21 DE DICIEMBRE DE 1999 (12:20 A.M.)]

Aquello era realmente impresionante, pensó Hermione al ver las letras color marrón aparecer una tras una…

"¿Quién eres…o mejor dicho, que eres…?"

Hermione se estremeció de pies a cabeza, algo le daba muy mala espina, pero la bruja era condenadamente curiosa, y finalmente, Hermione simplemente no pudo resistir la tentación…

"¡¿Qué soy….Que eres tú… deja mi Diario en paz…?!"

Respondió la joven mientras esperaba una respuesta, fue en ese momento cuando notó que su propio mensaje iba desapareciendo lentamente, era como si este viajara a sabrá Merlín donde, Hermione pensó en alguna especie de conexión con alguien en algún otro lugar, tal vez algún Diario gemelo, pero Hermione no creí en eso, aunque si había varitas gemelas entonces…

- Oh mierda…- masculló la joven.

[TOM: 21 DE DICIEMBRE DE 1944 (12:21 A.M.)]

Tom sonrío de medio lado al ver como una pequeña oración comenzaba a formarse entre las pulcras hojas del Diario, eran de color marrón, como si estuvieran siendo escritas por fuego sobre las delicadas hojas…

"¡¿Qué soy….Que eres tú… deja mi Diario en paz…?!"

Tom levantó la ceja pétrea, curioso, había pensado mientras leía su mensaje, pero aquello, extrañamente no solo le causó curiosidad, sino gracia y una vez más, el futuro Mago Tenebroso volvió a levantar la mano…

"¿Tú Diario? Por lo menos dime si estas viva…"

Necesitaba saberlo, confirmar si aquello no era más que una vil broma de Black y su corte de brujas estúpidas que se hacían llamar su club de Fans, maldijo a la joven una vez más, ya llegaría él a alguna respuesta al respecto, pero mientras intentaría sacar información a quien quiera que estuviera tras aquel encantamiento.

[HERMIONE: 21 DE DICIEMBRE DE 1999 (12:22 A.M.)]

La leona predilecta tuvo ganas de soltar un grito de desesperación al leer aquella sutil respuesta…

"¿Tu Diario? Por lo menos dime si estas viva…"

¿Qué carajos quería decir con todo aquello? Se preguntó la castaña mientras tomaba el diario con una de sus manos, subía a la cama, con un encantamiento cerró los doseles que le rodearon, tras encantar aquella zona con un hechizo silenciador…

Algo le decía que aquello no estaba más que por comenzar.

"Que extraño, es lo mismo que iba a preguntarte yo… pero, no soy ningún fantasma... estoy viva, soy un ser humano, ahora por favor dime que no eres algún demonio habitando dentro de mi Diario…"

Hermione se detuvo abruptamente, era demasiado tarde para borrar lo que había escrito, cada letra ya se estaba desvaneciendo justamente frente a ella, la joven soltó un suspiro de resignación, y pensó Hermione en las posibilidades de que algún demonio estuviera poseyendo el jodido Diario de Tom Riddle, no cabía duda que muy temprano iría a hablar con Albus Dumbledore al respecto ¡Maldito viejo de seguro se estaba divirtiendo a sus costillas! Pero no, era imposible que el hombre o Severus Snape estuvieran haciéndole una broma de muy mal gusto.

[TOM: 21 DE DICIEMBRE DE 1944 (12:23 A.M.)]

"Que extraño, es lo mismo que iba a preguntarte yo… pero, no soy ningún fantasma... estoy viva, soy un ser humano, ahora por favor dime que no eres algún demonio habitando dentro de mi Diario…"

Su Diario, pensó Tom mientras entrecerraba los ojos, aquello era bastante inusual, pero ahora estaba seguro que aquella persona, fuese quien fuese estaba viva, cosa que descartaba a algún tipo de criatura invisible, fantasma o demonio, sonrío al pensar que ella creyera que el fuera un Demonio, aunque estaba muy cerca de serlo.

Tom levantó una vez más su pluma hacia el Diario, y con cuidado comenzó a escribir, no sabía a donde iba a llevarlo aquella pequeña aventura personal, pero para Tom todo aquello le parecía demasiado raro, y todo lo que tuviera que ver con lo fuera de lo común era ya lo suficientemente atractivo como para llamar su atención.

"…Lamento desilusionarte, pero ni soy un fantasma mucho menos un demonio, Yo soy Tom Riddle…"

Tom sonrío de medio lado al terminar de presentarse, sus azules ojos destellaron un extraño brillo de satisfacción mientras veía su perfecta caligrafía desaparecer lentamente entre la blancura de la hoja.

Fue en ese momento cuando Tom fue consciente de lo que estaba pasando, estaba enfrascado en aquella extraña conversación con algún desconocido, tal vez aquel Diario estuviera maldito y la descuidado de Walburga ni siquiera se hubiera percatado de ello, una vez más Tom Riddle pensó que debería de elegir con más cuidado a las personas que estuvieran a su lado.

La noche clara oscura comenzó a darle paso a la mañana, Tom observaba fijamente la hoja en blanco en la espera de la respuesta de quien fuera que estuviera en contacto con él a través de su diario.

"¿Y tú, quien eres…?" "¿De dónde eres…Como puedes comunicarte conmigo, que hechizo has utilizado en el Diario…"

Volvió a escribir y una vez más, como las palabras antes que esa, desapareció poco a poco hasta que la hoja habría quedado nuevamente vacía.

Frunció el ceño al notar que algo extraño pasaba, sus preguntas no estaban siendo respondidas, fue en ese momento cuando se preguntó

¿Qué rayos estaba sucediendo? Fue cuando el futuro Mago tenebroso se hartó de esperar ¡A él nadie le tenía esperando! Se dijo mientras se ponía de pie, pero al darse la media vuelto comenzó a escuchar el desliz rasposo sobre la hoja, se volvió lentamente y vio las pequeñas letras suaves y delicadas… al recaer su atención en la forma de aquella caligrafía fue cuando Tom se percató de un pequeño detalle del cual no se había dado cuenta, aquella bonita letra bien cuidada solo podía pertenecer a alguien, una mujer.

Si alguien antes le hubiera comentado que una oración pudiera tener el poder suficiente como para despedazar ese gesto tan bien actuado que Riddle poseía, la seriedad y la tranquilidad en su cara, entonces no lo hubiera creído, pero ahora, viendo lo escrito por la receptora de sus mensajes, se dio cuenta que todavía había cosas que podían sorprenderlo .

_ CONTINUARA _