Los nombres de los personajes de éste Fic no me pertenecen, son propiedad intelectual de Kioko Mizuki. Esta historia es escrita sin fines de lucro, sólo por el gusto de escribir y compartir.
.
I JUST DIED IN YOUR ARMS TONIGHT...
.
Oh I, I just died in your arms tonight
It must have been something you said
I just died in your arms tonight...
Estaba emocionado, por fin después de seis meses de andar tras ella me había atrevido a pedirle que fuera mi novia, un aburrido y poco original "déjame pensarlo" fue lo que obtuve como respuesta mientras veía moverse como en cámara lenta sus labios rojos y brillantes con gloss, esos labios que sinceramente moría por besar y devorar.
Siempre he tenido la firme convicción de no rogarle a nadie y ella no sería la excepción, pero algo en ella me hacía estar interesado, algo demasiado raro por ser ella una chamaca nada espectacular y bastante simplona.
Ella es rubia, con un cuerpo un tanto agraciado si así se pudiera decir de su angosta cintura y su prominente busto, una amplia frente, ojos azules y bella sonrisa, su nariz respingada y mejillas redondas, nada especial o extraordinario. Ni siquiera era atlética, era más bien del tipo de chica presumida que no hace ningún deporte y sus ratos libres los ocupaba metida en la cafetería de la Universidad con sus amigas, hablando de finos restaurantes, de compras en las tiendas más exclusivas, de presumir sus vacaciones en Québec, siempre clavada en las redes sociales y subiendo fotos suyas a la red con excesivo retoque.
-¡Ay Susana esa no eres tú!, ya ni te pareces...
-Tu calla, calla Katie que para eso se inventaron estas aplicaciones, un poco de photoshop no hace daño a nadie...
-No sé para qué quieres eso si ya tienes la atención de Terry... ah... que daría yo por estar en tu lugar...
-Es cierto Sus, ya hasta te ha pedido que seas su novia y tú...
-¡Ay bueno ya! Tanto sermón por unas fotos, ¿qué vamos a pedir? Ya tengo hambre.
Susana Marlowe, empezó a gustarme cuando la conocí en las actividades extracurriculares de la Universidad, ambos tomamos clases de Teatro, me pareció amable, sencilla, discreta y buena chica. Desde entonces había iniciado un sutil coqueteo con ella a veces indirectamente y otras muy directamente, le decía que tan bella lucía, que bien le sentaba el color de su blusa, qué buena forma le ajustaban esos jeans, hasta que en una ocasión le pedí ser mi novia y ella sin decir un rotundo si o un definitivo no, me traía viajando en el limbo de los amigos con derechos que ni siquiera ejercían derechos. Simplemente se limitó a pronunciar su absurdo "déjame pensarlo" y mientras tanto yo me derretía por besar sus labios, por abrazarla y ostentarla como mi novia.
-Susana, pensaba que sería buena idea invitarte a cenar para celebrar tu cumpleaños... me encantaría invitarte para el viernes, si es que no tienes otros planes.
-¡Terryyy!
Contestó haciéndose la sorprendida.
-Lo que pasa es que mis amigas me están organizando una fiesta en... mi casa, será algo pequeño, una reunión sencilla y listo. Por cierto, tú también puedes venir, no te comenté nada porque sé que no te gustan las fiestas, ¡ay qué tonta! eres mi mejor amigo y no te había avisado y tal vez si quieras ir.
De inmediato me percaté que no había sido considerado como primera opción dentro de la lista de invitados y esas palabras: eres mi mejor amigo y no te había avisado, fueron para mi como un golpe bajo a mi orgullo y mi autoestima.
En verdad consideré seriamente no asistir a su festejo, pero después pensé en esos seis meses tras ella para decir que no a la invitación por orgullo, definitivamente no era opción para mí.
-Iré Susana.
-Puedes llevar a alguien...
Se atrevió a comentar como para dejar en claro que ella estaría tal vez ocupada.
Yo permanecí serio, fruncí el ceño y cruzando los brazos y abriendo un poco las piernas contesté.
-A quién debería llevar Susana, se supone que... tú me dijiste que saldríamos juntos y...
-Sí, te hablé de aceptar salir contigo Terry pero no estoy lista, por eso no te dije que si aceptaba ser tu novia ¿Sabes? Ya vienen los exámenes y no quiero salir con nadie, no quiero distraerme con un noviazgo... Tal vez cuando pasen los parciales.
-Como sea, entonces te acompaño a tu casa.
-Hoy vendrán por mi, mañana tal vez.
-Sí, mañana entonces, chao Susana.
-Adiós Terry.
Caminé con mi mochila al hombro y mis manos en los bolsillos tratando de analizar qué había sido todo eso... y no en vano me había hecho ilusiones, Susana primero me dijo que sí saldríamos juntos, que sí podía acompañarla todos los días a su casa y que sí a los mensajes de texto hasta las once de la noche y... no me había invitado a su fiesta de cumpleaños que se celebraría el siguiente viernes, considerando que ya era miércoles.
Un tanto confundido, un tanto decepcionado, frustrado y molesto caminaba hasta la parada del autobús, cuando sentí una fuerte palmada en el hombro.
-Escuché todo amigo.
-¿Qué hay Stear?
-No entiendo qué te ha dado para traerte así.
-No me ha dado nada, (ése es el problema -pensé) sólo me gusta un poco, es todo...
-Entonces desafánate de ahí, ya no la busques, puede ser que no sea quien te imaginas...
-¿Por qué lo dices? ¿Sabes algo?
-Terry, toda la Uni lo sabe, ella ha salido con el quarterback del equipo, los rumores dicen que a veces se escapan por detrás de la biblioteca y...
-Mejor no me digas más.
-Ella te dio esperanzas, ¿verdad?
-No, no es eso, ya olvidemos ese asunto. Susana no es la única chica de la escuela, hay unas hermosas y agradables en serio...
-Así se habla bro... yo aquí me bajo, nos vemos mañana Terry.
-Hasta mañana amigo.
. .°:·.¤.·:°. .
I keep looking for something I can't get
Broken hearts lie all around me
And I don't see an easy way to get out of this
Her diary it sits on the bedside table
The curtains are closed, the cats in the cradle
Who would've thought that a boy like me could come to this?
Oh I, I just died in your arms tonight
It must've been something you said
I just died in your arms tonight...
Escuchaba la canción a un elevado volúmen en mi cuarto mientras recién bañado me miraba frente al espejo y jugaba con mis pectorales, subiendo uno y otro, eso lo aprendí de Erick mi hermano mayor. Gotas de agua todavía resbalaban por mi torso y mi ancha espalda.
Siempre tuve la autoestima adecuada, me sabía seductor, alto, atractivo y muy bien formado. Pero nunca permití a mi ego adueñarse de mi personalidad, al menos no por completo, sólo era un tantito engreído... mientras me observaba al espejo me preguntaba por qué Susana no me daba una oportunidad de una buena vez.
La toalla azul enredada en mi cintura y el cabello mojado ligeramente largo me daban el aspecto de una estrella de rock en paños menores, si, hay que reconocerlo, Eleonor y Richard se esmeraron conmigo. Ensayaba frente al espejo mis mejores sonrisas, los guiños de ojo para cuando alguna belleza me mirara insistente, las sonrisas de lado. Me gustaba sonreír y ver cómo unos hoyuelos se marcaran ligeramente en mis mejillas.
Me puse desodorante y loción para el cuerpo, también en mi rostro recién afeitado y con mi cara roja por el ardor de la loción proseguí a ponerme una camiseta y encima una camisa de vestir. Un pantalón de mezclilla de corte vaquero, mi cinturón de piel, una chamarra de piel y unas botas vaqueras que completaban mi atuendo. La chamarra es de Erick, pero me ha dicho que mientras cuide sus cosas puedo usarlas.
Un último vistazo frente al espejo y con mis dedos acomodé mi rebelde cabello castaño para dejarlo libre como siempre.
Ya terminaba la canción y se me ocurrió cantarle al espejo con mi micrófono invisible. Unas risas se escucharon a través de la puerta entreabierta de mi cuarto. Por el espejo alcancé a ver a Ely y su amiguita espiándome.
Salí rápido y sólo alcancé a ver volando unos bucles dorados entrar apresurados al cuarto de mi hermana, ¡esa tonta!... desde cuándo estarían ahí asomadas. No puede ser, seguro me vieron en calzoncillos cuando me quité la toalla... ¡aggggghhhhh! ¡Elyyyyyy!
-¿A dónde tan guapo corazón?
-Mamá no me tardo, hay una fiesta en casa de Susana y... ¡ya te había dicho!
-Mmmmmm... creo que lo olvidé Terry, hijo no quiero que te tardes, puedo llevarte y pasar por ti también.
-Ay ma... ¿cómo crees? Imagínate cómo me voy a ver bajando del auto de mi mami... no es una pijamada madre.
-Es que me preocupas, no quiero que te distraigas con el celular o por ir bobeando con Susana no te cuides de gente malintencionada.
-Ay ya madre no soy de preescolar, tengo veinte años, es más... quiero llevarme la moto de Erick.
-Estás loquito mi amor, esa moto es muy pesada y no me gusta ni siquiera que la use Erick, mucho menos tú.
-Entonces me voy caminando, sólo son como veinte minutos a pié hasta allá... oye mamá Ely y su amiga se estaban asomando mientras me vestía en el cuarto. Habla con ella, ya no es una niñita, tiene diecisiete años y bien sabe lo que hace.
. .°:·.¤.·:°. .
Una fiesta en todo su apogeo se extendía desde el interior de una residencia en Miami hasta el jardín exterior donde muchos de mis compañeros, conocidos y amigos, platicaban y reían festejando el cumpleaños numero dieciocho de Susana Marlowe, la mujer que me había cautivado el pensamiento.
-Lo bueno es que sólo se trataba de una pequeña y sencilla reunión... -pensé.
El auto de mi madre se detuvo unas casas antes de llegar al lugar del festejo y del asiento del copiloto bajé yo con el ceño fruncido, mientras se alcanzó a escuchar detrás de mí un amoroso "cuídate mucho" y "al rato paso por ti".
Dispuesto a robarme el corazón de la rubia festejada caminé hasta la algarabía de la casa. Llegaban a mi mente las palabras de Stear y me podía imaginar perfectamente a Susana y al mariscal del equipo en tremendo arranque de pasión, pero eso, más que molestarme me dejaba en claro que había gente malintencionada, mentirosa y ruin en la Universidad.
-Lo que hace la envidia... -pensé.
Entré a la casa abriéndome paso entre la gran cantidad de invitados.
Las miradas y comentarios por mi llegada eran obvios. La gran mayoría de chicas no me perdían de vista, cosa que agradecí... entonces Susana tendría que notarme y hoy seguro me daría el sí y con suerte podría besarla.
-¡Hola Terry!
-¡Hey Janice! ¿Qué tal?
-Buscas a Susana, supongo...
-Supones bien Donnah...
-Te llevamos, ven, creo que está por acá.
Y Brooke me tomó de la mano llevándome por la estancia y la cocina de la casa y hasta salir al patio trasero donde estaba la alberca.
Ahí se encontraba ella, al centro de la piscina en un diminuto bikini verde menta, en medio de un grupito de amigos mientras apretaba contra su pecho una pelota roja que producía un efecto hipnotizador en mí y en sus cuatro compañeros con los que las risas y el flirteo eran obvios.
Muchos se preguntaban cómo Susana podía tenerme a la expectativa por una respuesta de noviazgo, escuché comentarios que aumentaron mi fe en que ese día sería mi día más que de Susie.
-¡¿Cómo es posible que haga esperar a semejante bombón?!
-Debe estar loca, yo ya me lo estaría merendando cada noche en mi cuarto.
-Cállense, que nos va a oír... aunque sí, el niño está como quiere...
Yo me deleitaba con la visión de la piel semidesnuda de Susana, hasta que una fuerte molestia en el estómago me hizo espabilarme de la morbosa visión.
Con gran pesar me di cuenta que el motivo de las exageradas risas y coqueteos era James, el quarterback del equipo de fútbol americano de la Universidad. Un tono de molestia se reflejó en mis ojos y sentí de nuevo de reojo las miradas incómodas de muchos de los curiosos espectadores.
-Vamos Terry, hay unas deliciosas brochetas y carne a la parrilla. Tal vez quieras tomar una cerveza conmigo... en lo que Susana se desocupa.
Mi hermosa amiga salió al rescate, también en traje de baño y escurriendo de agua había salido de inmediato de la piscina para saludarme.
Preparó para mi un plato rebosante de comida: Un T-bone jugoso y asado en su punto, costillas marinadas en salsa bbq, una brocheta de carne asada con papas, pimiento y camarones, cebollines, ensalada y un par de Budweiser heladas para acompañar el platillo.
Ella tomó sólo una cerveza pues ya había comido y caminó conmigo a una mesa de madera con sus bancas junto a la piscina.
-¡Esto está delicioso!
-Entonces harás corto circuito querido...
-Jajajaja... Kareeeen.
-Es la verdad muñeco, desde que me dijiste que te gustaba Susana, ahhhh -suspiró la chica- no entendí que viste en ella... bueno, sus dos amigas ayudan bastante a su atractivo pero fuera de eso... Terry, ¿qué le ves?
-Si te dijera que ni yo mismo lo sé...
-Entonces qué esperas para darte una oportunidad con alguna de las taaaannntas que queremos una oportunidad contigo...
-Karen, tu...
-Sí muñeco, ¡yo! No me digas que no te das cuenta porque desde que iniciamos el curso me derrites. Perdón Terry, lo que menos necesitas ahora es la confesión de tu loca amiga pero, creo que fue la cerveza lo que me dio valor para decírtelo...y es que, si en tu imagen de estudiante eres un banquete visual, así vestido eres un verdadero sueño hecho realidad, una alucinación materializada... eso, a simple vista. Ninguna, tiene el privilegio de conocer además el bellísimo interior... como yo, eso te convierte en el hombre más irresistible... para mi.
Sonreí halagado mirando hacia la alberca, pero por otro lado, me sentía mal de despertar esos sentimientos en Karen sin poder corresponderle, sin haber pensado siquiera por un momento en ella como algo más que mi amiga.
-Gracias Karen.
-Ni lo digas, sólo no quiero que te pases la vida esperando una respuesta de la bruta de Susana...
-Jajajaja... -ésta vez fue mi carcajada la que sobresalió entre el barullo del jardín - eres... increíble Karen, de verdad...
-Tú me inspiras.
-¡Wowww! No sigas...
-¿Qué pasa?
-Éstas cervezas tienen algo, no sé, de pronto ya no me importa tanto lo que haga Susana.
Miré con una sonrisa a Karen y mientras daba un ligero trago a mi cerveza, pensaba en lo afortunado que era de tener una amiga como ella. Me había hecho entender en diez minutos lo que yo me negaba a ver con claridad en las noches de insomnio en mi cama, imaginando a Susana, deseándola ahí conmigo.
Ella por su parte había malentendido el mensaje, por un momento creyó ver en mi una oportunidad de acercarse... de repente, la tenía sentada muy cerca de mi y con su mano acarició mi cuello jalándome hacia ella, sus labios apenas rozaron los míos y tuve el valor de separarme despacio.
-Karen, discúlpame.
-Discúlpame tú a mi Terry, que atrevimiento de mi parte, en serio que... ni una cerveza más.
Una mano húmeda acarició mi cabello.
-Terry, olvidé decirte que podrías traer tu traje de baño... ¿qué tal Karen? Oye por cierto, gracias por acompañar a mi novio mientras come, querida...
-Ah... no creí que fueran novios ya, pero ahora que lo aclaras sería muy bueno que tu atención fuera para él y un poquito menos para James, querida.
-Susy, ¡feliz cumpleaños! - Fue lo que atiné a decir para cambiar el tema, la abracé por fin pegando el cuerpo mojado de Susana al mío -te ves tan...
-...Mojada -terminó la frase Karen con una pícara sonrisa que yo correspondí.
-Sí Karen, muuuy mojada, por cierto... qué rico abrazas Grandchester, de haberlo sabido desde hace mucho te habría dicho que sí.
-Bueno, creí que el motivo de la espera eran los exámenes.
-¡Jajajajajaja!
-¿A ti qué te pasa Karen?
-Nada amiga... querida, los dejo Terry, te veo luego.
. .°:·.¤.·:°. .
Susana había bebido de más, lo comprobé con su actitud deshinibida conmigo, me tomó de la mano y me llevó a un jardín lateral de su casa, me guió hasta el taller de herramientas de su padre y la detuve antes de entrar.
-Espera Susie estás descalza, puedes lastimarte al entrar ahí...
-Claro que no, ven...
Entré con ella al lugar y había una mesa de trabajo en donde se subió exponiendo ante mí su cuerpo todavía en bikini.
-Susie, ¿qué haces? Ni siquiera me has dicho que sí.
-Ésta es mi forma de decirte que si.
-No, espera...
Estaba sentada frente a mi y con sus piernas me atrajo hacia ella. Desfajó mi camisa y sus manos acariciaban mi espalda y mi torso. Se acercó a mi boca y justo íbamos a besarnos cuando Katie una de sus amigas abrió la puerta.
-Oh Susie, perdón es que vi entre abierta la puerta y pensé que podía entrar.
-No importa, quédense aquí, ven Terry.
Ella me dijo al oído que la alcanzara en su recámara y subió primero, así que subí también como buscando el baño de la planta alta, me explicó que su recámara era la del final del pasillo a la izquierda.
Tragué saliva nervioso, me puse la mano en la boca y exhalé un aliento ligero a cerveza. ¡Rayos! ¡Olvidé mis mentas! Negué con la cabeza reprochándome a mi mismo... tantas veces soñando, esperando un beso suyo para echarlo a perder con el aliento a cerveza, carne asada y ¡cebollines! ¡no puede ser!
Entré por suerte al baño y tomé un poco de pasta dental, la aplasté con mis dedos sobre mis dientes y mi lengua, me enjuagué la boca y tragué un poco de aquél enjuague improvisado para ocultar algún resto de mal aliento.
Sequé mis labios y caminé a su cuarto, la puerta estaba cerrada, la abrí muy despacio, mis manos temblaban. Ahí estaba ella, recostada, su cabello alborotado, desparramado sobre su almohada, tan sensual con su bikini color verde menta o lo que quedaba de él en su cuerpo, había desatado ya el sostén de su bikini y sus senos estaban expuestos. Ahí estaba, tan exitada como nunca la había siquiera imaginado...
Me di la vuelta y ni siquiera cerré la puerta, lo que mis ojos vieron fue más un golpe a mi orgullo que a mi corazón.
James, el quarterback estaba sobre ella, besándola apasionadamente como ya lo había imaginado, pero como no había querido creerlo...
