¡Hola! Aquí mi nueva historia; Juegos del Tiempo. Quería decir que es un AU y que algunos personajes son inventados. AVISO: Las vidas de algunos personajes son cambiadas.
Los demás personajes no son de mi ¿imaginación? Han sido sacados del anime 'DBZ' por Akira Toriyama.
Capítulo 1: El Robo
Un viejo hombre se encontraba sentado en su cómodo y antiguo asiento. Hacía más de veinte años que protegía el mayor de los tesoros, y simplemente no se creía que hubiera sobrevivido tanto. Observaba la vieja habitación que había sido su hogar desde que custodiaba dicho tesoro. La habitación no era más grande que una simple cabaña pequeña, se podría decir, que se caía a trozos. Cada año, el anciano suspiraba por que llegase su hora. Él no podía, se negaba a seguir protegiendo el diminuto cofre, pero estaba destinado a eso, claro. Miraba cada día, todas las esquinas de esa cabaña. Le resultaba difícil olvidar cada lugar de la choza. Más bien era imposible, puesto que nunca se movía de allí. La entrada era una vieja puerta que crujía débilmente cuando intentaban abrirla, y si se adentraban a esa cabaña, solo verían un asiento que el anciano prefiere llamar mecedora. En la otra esquina de la habitación, había una cama que rechinaba al acostarse el hombre, ya tan viejo, que se le resultaba complicado despertar a la mañana siguiente. Debajo de la cama, había un diminuto y enano cofre de madera que dentro, contenía el tesoro más poderoso del mundo. Tan poderoso que era capaz de destruir el propio universo si se entregaba en malas manos. Y allí estaba él, el anciano que prohibiría ese suceso. Que le fue quitada su humanidad, y ya no sentía ni dolor, ni aprecio y mucho menos compasión.
Cada vez que intentaban coger el cofre, solo podían los más poderosos hechiceros. Se denominaban a ellos mismos, Dioses del Mal. Pero claro, el hombre no estaba hecho para la larga paciencia y la protección del tesoro. Solo fue un castigo, del que se arrepentiría toda la vida. En un claro pestañeo, sus párpados pesaban, y se permitió solo esa noche, disfrutar de ese viejo recuerdo. No tenía más. Toda su vida fue hecha para estar aquí, y fue condenado a ésto, en su adolescencia. Lamentablemente, no recordaba su infancia. Se meció en el pequeño asiento, y se limitó a recordar lo único que podía, antes de ser encerrado en estas cuatro paredes.
Flashback
Era un día algo temprano para salir. Un joven de unos 14 años, caminaba por las calles más peligrosas que había en esos tiempos. El cielo se tornó negro, y las nubes grises. Iba a haber tormenta, así que optó por ir con ellos. Era formada por dos muchachos y una chica. Él estaba entre los muchachos, y no dudaba nunca en matar a personas, incendiar pueblos y hasta incluso, a veces rebelarse contra el Reino. Poco a poco, más personas iban uniéndose a ellos, o también llamados 'Los mensajeros del Demonio', pero siempre empezó con ellos tres. Mya, Zarbon y él. Solo comenzó como un pequeño juego, un hobbie, después de la muerte de Zangya, la prometida de Zarbon, él se volvió oscuro, malo, cruel... Ni siquiera apreciaba a Mya, y mucho menos al más joven de todos. Al llegar, se encontraba con Mya y Zarbon, pero ella... Ella tenía terror en sus ojos, algo que nunca vi antes, sí, pero no ese terror. El muchacho tragó saliva y se adentró en la pequeña caseta.
Se acercó a Mya, sin que ambos se enterasen de mi llegada. "Mya..." Susurró. "¿Qué ocurre?" Preguntó algo desconcertado. Ella solamente señaló a Zarbon, y él dirigió su mirada hacia su dedo. "¿Él? ¿Qué ha pa...?" Zarbon interrumpió.
"Oh, si eres tú..." Sonrió con malicia. "Te estábamos esperando." Contestó fríamente.
"¿Qué sucede?" Preguntó algo preocupado el más pequeño del grupo. Colocó sus manos en el corazón. Conocía la sonrisa de Zarbon, y simplemente, reprimió un grito. Parecía una niña, pero daba igual. El caso es que el mayor nunca había sido así. "Za-Zarbon..." Exclamó, tartamudeando.
"¡Ah! Sí, casi se me olvida." Retiró su sonrisa. "Es una gran noticia, aunque Mya ya la sabe." Entonces frunció el ceño, y el más joven, se percató de que ella estaba paralizada, como si hubiera muerto, y siguiera de pie. Lo ignoró. "Creo que se asustó un poco..." Aclaró la palabra 'poco', sabiendo que sería más de lo inimaginable.
"Zarbon." Dijo relajado. "¡DIME YA LA MALDITA NOTICIA!" Gritó con desesperación. Zarbon simplemente aclaró su garganta.
"Bien bien, no te impacientes." El joven gruñó. "He descubierto... Algo que nos cambiará..." Dijo con calma. "Magia..." Al oír eso, el muchacho solo retrocedió. "No te asustes, a pesar de que sea Magia Negra, la usaremos para nuestros propios beneficios. A fin de cuentas, nos lo merecemos... Por Zangya, ¿no?" Lo dijo como si ya no le importara su difunta prometida. Como si solo quisiera manipular a los dos chicos diciendo su nombre, su sagrado nombre.
Mya avanzó un paso. "Todo sea por..." Meditó sus palabras. "Zangya." Dijo casi en un suspiro. El otro asintió con la cabeza, y les empezó a explicar para que cogieran confianza.
"¡Muchachos! Por favor, ¿saben lo que nos permitirá esto? ¡PODER!" Casi gritando. "Podremos conquistar los que nos venga en gana, podremos ser los más poderosos. Solo decid sí, simplemente eso." Se puede decir, que Zarbon se veía confiado. "¿No confiáis? Bueno... Para comenzar... La Magia Negra es el poder absoluto, del mal... Simplemente con decir las palabras adecuadas nuestros deseos serán cumplidos." Contestó fría y magnéticamente.
Los otros dos, asintieron con la cabeza, y Zarbon no pudo reprimir una sonrisa malvada.
Así pasaron días y casi meses mientras ellos arrasaban, todos los pueblos y Reinados, mataban sin compasión, y sin escrúpulos, hasta que llegó una chica de rostro angelical que fue el diablo para el trío. Los juzgó a cada uno de ellos, y obligó a Zarbon a pagar por usar tanta maldad siendo solo un crío de 18 años. "¡Zarbon! Pagarás por tus daños... Y créeme, el castigo no te gustará." Dijo sonriente la chica.
"¡Espere, por favor!" Gritó. "¡Yo no he sido! Ha sido él! ¡ÉL!" Señaló al otro chico del grupo, mientras se señalaba él mismo. "¡ÉL NOS TRAICIONÓ! Nos obligó a todos, y yo tuve que hacerle caso si no me mataba." Exclamó con una falsa tristeza. La chica miró al que era señalado por Zarbon.
"¿Neil?" Preguntó. Zarbon asintió. "Neil, responde. Si solo miente... Dilo" Contestó con un deje de confianza en que no fuera el más pequeño. Neil asintió, y la chica negó con la cabeza. "Lamento el error, Zarbon" Él sonrió, y de un chasqueo de dedos, el castigo se hizo realidad.
Fin Flashback
Y así empezaron los días de castigo para Neil. Desde 14 años, y ahora siendo un viejo repugnante en la soledad pero, ¿a quién le importaba eso? No tenía sentimientos, o eso se hizo prometer el mismo, al saber que no vería a nadie más si no a hechiceros que buscaban dicho tesoro. Se convirtió en un solitario, no hablaba, nunca sonreía, y su gato, con el que le permitieron quedarse, murió hace un año. No sintió nada. Reprimió toda la tristeza. Solamente él le acompañaba, pero murió a manos de un hechicero al que Neil logró matar, pero se llevó la vida de su gato consigo. No lloró. No sintió ira. ¡Nada! ¡DEMONIOS, NO SINTIÓ NADA! Y esa es la peor pesadilla para cualquier humano. Para su familia, estaba muerto. Para sus colegas, castigado, y para Mya... Oh cielos. Simplemente Neil estaba enamorado de ella. Pero sabía que si Zarbon pagase, Mya no se lo perdonaría. Porque ella le amaba a él... A pesar de sus errores y sus altibajos, le amaba a él, no a Neil. Y eso fue lo único que lo mantuvo vivo, la esperanza. Lo único que sentía y recordaba, lo único que podía tener en su vida, era esperanza en volver a ver esos ojos café, esa morena piel, y su cabello... Su cabello negro pálido. Tan fea para todos, tan hermosa para él... Pero no. Eso era esperanza, volver a oler ese perfume. Pero sabía que eso no duraría, y con el tiempo desapareció el amor para él. Estaba tan concentrado en lo suyo, que la puerta se abrió. "Ya llegaron..." Murmuró Neil. Corrieron hacia él, y le agarraron el cuello.
"¿Me esperabas, Neil?" Dijo el hechicero. Él venía acompañado de una joven de no más de 23 años, aunque quién sabe, a sabiendas de que era hechicera, se esperaría un conjuro de juventud. El hechicero solo sonrió maliciosamente, mientras en las manos de Neil, había una pequeña esfera de energía. Lo único que podía utilizar en aquel basurero, y era para atacar a solamente hechiceros. "Ah... No has cambiado nada, viejo amigo." Escupió lo de amigo. "¿Crees que con una esfera asquerosa me matarás?" Neil le lanzó la esfera, y lo dejo al otro lado de la choza. La joven hizo otra esfera más grande, negra, y la lanzó contra Neil, a lo que él la esquivó.
"¡Maldita seas!" Dijo el muchacho. Hizo muchas esferas, y las lanzaba contra la chica, pero nada, no resultó. Ella se acercó a él y deslizó una daga, que él no vio. "Morirás, perra asquerosa." Le lanzó una esfera azul potente a la muchacha. Y no le afectó. "Mierda, joder..." Estaba en apuros. ¡Era inmune a las esferas! Lo único que le quedaba era el rayo. Se concentró, y justo cuando iba a lanzarlo contra la chica, el hechicero se abalanzó sobre Neil, pegando puñetazos por doquier. Él pegaba, y recibía. Mientras, la joven buscaba el cofre, y no le fue difícil encontrarlo, y lo cogió. "¡NO! El cofre!" Neil se quitó de encima al chico, y fue hacia la joven, pero ella le clavó una daga en el estómago. "Pe...rra..." Ella solo sonrió.
"Levanta, vamos." Dijo aburrida. "¿No quieres?" Simplemente pestañeó, y se fue, junto con ella, el otro hechicero. "Pronto morirás, Neil" Fueron las últimas palabras que escuchó de la chica.
"Mya..." Susurró Neil, antes de caer inconsciente.
...
Una joven de cabellos azules se despertaba en una vieja casa. Apenas le llegaban los rayos de luz, y sonrió como nunca antes. Hoy era el primer día que iba al Bosque. Había decidido ir con Chi Chi, su mejor amiga, pero no tenía ánimos. Aunque insistió e insistió, ella se negó, así que decidió ir a sorprenderla a su casa. Se levantó rápidamente y se vistió. "¡Hoy será un gran día!" Exclamó ella. Eran una de las personas más ricas del Reino de Myst, uno de los que no fue atacados por una antigua banda que su padre conocía por ellos. A pesar de que a Bulma no le importase, tuvo que escuchar cada historia. Después de estar lista bajó hacia la cocina (pues la casa tenía dos pisos) y le dio un breve beso en la frente a sus dos padres. Trunks y Bunny. Cogió su arco y una daga, y fue corriendo hacia la casa de su amiga. A cada paso que daba, se sentía más nerviosa, pues su amiga también era rica, pero vivía casi en el Bosque, y Bulma al tener miedo de lo que podría haber en el dichoso Bosque, se negaba a ir a visitar a su amiga. Pero hoy no, hoy iba a ir hecha y derecha, como sus padres le enseñaron en la infancia. "Sin temor..." Decía insegura. No estaba confiada de qué iba a suceder, pero definitivamente tenía que atreverse, pues algún día habría guerra, y tendrían que ocultarse en algún lugar. ¿Y si era en el Bosque? ¡Pues en el Bosque! Y con ese pensamiento, llegó a la plaza principal del Pueblo.
Seguía en sus pensamientos, hasta que una conversación de dos vendedoras captó su atención. "¿No te enteraste? Qué pena" Dijo una tristemente feliz. "Es que verás, se rumorea desde lejanos Reinos, que fue robado un precioso tesoro."
Tesoro, tesoro, tesoro. Solo eso resonaba en la cabeza de Bulma, pero siguió escuchando.
"Dicen que era un cronómetro, o algo así..." Dijo la misma chica de antes, y la otra dudó algo de sus palabras. "Y que lo robaron unos hechiceros..." Al final, Bulma optó por seguir caminando, en vez de escuchar tonterías como esas.
Al llegar a la casa de Chi Chi, simplemente golpeó la puerta. En unos minutos, que parecían ser horas, una joven de cabellos alborotados negros, abrió la puerta, bostezando por lo temprano que era. "¿Bulma? ¿Qué haces aquí?" Preguntó medio dormida. Bulma sonrió, y le enseñó una daga y un arco. "¡DEMONIOS BULMA, ALEJA ESO DE MÍ!" Gritó furiosa. No le agradaba matar, pero a ella tampoco, y se aguantaba.
"¡Vamos, por favor!" Insistió la peliazul. "Solo hoy, por favor!" Dijo claramente. La pelinegra negó con la cabeza. "¡POR FAVOR CHI CHI, QUE QUIERO IR AL BOSQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE" Se pasó toda la hora suplicando y gritando.
La pelinegra, harta de oír a su amiga, gruñó y la invitó a entrar. "PERO DEJA DE GRITAR, BULMA!" Dijo devolviendo el grito. En varios minutos, Chi Chi ya había bajado las escaleras, para estar ya vestida, peinada y con su espada reluciente para ir al Bosque.
"Perfecto" Dijo Bulma, sonriendo como nunca antes.
Y salieron por la puerta en dirección al Bosque.
Umm, bueno creo que no fue muy largo, pero espero que les haya agradado el capítulo. Quise poner primero lo del Robo, y luego lo de Chi Chi y Bulma. ¿Que por qué no he nombrado a Vegeta, Goku y demás? Bueno fácil: Quise guardarlo para el próximo capítulo. Dejen review.
IMPORTANTE: Está ambientado en la Edad Media (algo modernillo). Nos leemos ! ;)
