¤ Prompt: Ella.
¤ Extensión: 530.
¤ Advertencia: Shonen ai y spoiler del capítulo 300.
¤ Notas: Quedó raro. Ah, Ren e Yoh se ven bien de grandes . Para el DTM de Crack&Roll.


Después de la llegada de Manta, éste se colocó en la sala con Hana y Men, para repartir los regalos. Horo-Horo se les unió, curioso, mientras que Lyserg y Chocolove se sentaban cerca, el primero contándole al segundo algunas anécdotas del trabajo. Anna se encaminó a la cocina, junto con Tamao y Ryu, para supervisar que la comida estuviera bien preparada, demostrando que su carácter no había cambiado nada en esos años.

Ren observaba todo eso desde el jardín, recargado en aquel árbol que seguía ahí tal y como lo recordaba. No pudo evitar alzar la vista y observar la ventana de su habitación y recordar como hacía más de siete años él lo había visto desde ahí, cuando tuvo la intención de marcharse sin despedirse para arreglar los problemas con su familia.

―Ren ―Tuvo que morderse el labio para no demostrar la sorpresa que le provocó el verlo aparecer de la nada, observándolo desde la ventana, casi como un deja vú. El Tao frunció el ceño, mirando aquel rostro al parecer siempre sonriente.

―¿Qué? ―Le miró directamente a los ojos, lo cual fue un error. La sonrisa de Yoh se suavizó al observar la mirada dorada, provocándole un escalofrío al dueño de la misma, pues reconoció ese gesto. Era el mismo que le dirigía cuando eran jóvenes y Ren sintió que los años no habían pasado.

Eso hasta que bajó la vista y observó a su hijo maravillado con un caballo blanco de peluche, cortesía de Manta. Sonrió y escuchó un suspiro. Miró a Yoh nuevamente, interrogante.

―A él si se lo dijiste ¿no? ―preguntó y Ren no necesitó que dijera nombres para saber a que se refería.

―Nunca perdí contacto con Manta ―Quiso evitarlo, pero el tono de reclamo fue demasiado evidente. Yoh sonrió, decaído.

―Me alegra que consiguieras la familia que tanto querías. Espero que ella te haga muy feliz.

La mirada de Ren se ensanchó y apretó un poco los puños. Quiso decirle, gritarle lo feliz que era al lado de ella, pero no pudo, porque esas no eran las palabras que deseaba decirle, no cuando usó ese tono de tristeza que, aún ahora, hizo que su corazón se estremeciera.

―No tienes derecho ―susurró, sabiendo que aún así le entendería―. No puedes decirme nada, no cuando tú fuiste el primero. No cuando tú rompiste tu palabra antes ―Ren alzó el rostro e Yoh se sorprendió. Sus miradas dijeron todo lo que ellos nunca se atrevieron a decir, ni antes ni ahora. Ren se separó del árbol, con intenciones de entrar, pero se detuvo tras unos pasos, quedando debajo de la ventana, de tal forma que Yoh no podía ver su rostro, pero los de adentro no podían escucharle:― Soy feliz al lado de ella. Y deseo que tú también seas feliz a su lado.

Yoh recargó su barbilla sobre sus manos cruzadas, suspirando. Creyó que nada cambiaría con el pasar de los años, que las cosas serían igual que antes. Pero se equivoco, en parte. Ya no eran unos niños y ahora tenían sus propias familias y, aún así, los sentimientos que nunca se expresaron seguían ahí, latentes.

Sonrió. Estaba contento de haber regresado a casa.


¿Review? :3