Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer.
Claim:Jacob/Leah
Summary: A pesar de que quisieran, ninguno de los dos podía negar que aquello que había nacido un solitario día de Septiembre era amor.
Notas: Para el reto Palabras Para El Recuerdo, del Foro LOL. (Palabra clave: Amor)
A lonely September
Se encuentra sentado sobre una de las rocas de First Beach mientras ve a la marea ir y venir, llevándose a su paso todo tipo de cosas. Basura, pedazos de madera, caracoles y hasta alguna que otra sandalia que alguien dejó olvidada en la orilla.
Intenta distraerse con cualquier cosa, cualquier pensamiento banal le viene bien, pero no puede. Es, sencillamente, una misión imposible. Leah inunda su mente, llevándose cada pensamiento cuerdo a su paso. Y lo peor de todo, es que ella lo sabe.
Tanto él como ella eran concientes que todo aquello había llegado demasiado lejos. Tan lejos que incluso podían hablar de amor y como todo lo relacionado con el amor aquello no era algo planeado. Ninguno de los dos había llegado a pensar nunca que podían enamorarse del otro entre besos furtivos y tardes jugando a quién podía fastidiar más al otro. Ninguno había sido conciente de que todo el tiempo que pasaban juntos los acercaba cada vez más y un día cualquiera se dieron cuenta de que era demasiado tarde.
Aquello era terrible para ambos. Porque pensar en Leah como la mujer perfecta para él resultaba extraño. Se conocían desde niños, habían aprendido a leer juntos y ella era quien le había enseñado a contar hasta cien. Incluso él había robado y leído su diario hace un par de años atrás, cuando ella aún salía con Sam y él no era más que un crío tonto.
Pero las cosas habían cambiado de forma vertiginosa y cuando Leah lo había necesitado él había estado allí para ella. Todo había comenzado en un solitario día de Septiembre. Fue con un beso suave y dulce. Un beso cargado de sentimientos.
Desde ese beso Jake supo que ya no podía haber alguien más en su vida. Aunque le costara creerlo y se lo negara a si mismo, sabía que ella era la única mujer para él. Era firme, decidida y con carácter, pero también podía ser la persona más dulce de todo el planeta.
Sabía que a Leah le pasaba lo mismo, le costaba aceptarlo, hacerse a la idea. Pero ninguno de los dos podía atreverse a decir que aquello que había nacido entre los dos no era amor. Porque estaba tan claro como el agua, quisieran o no, se habían enamorado y ya no había vuelta atrás.
