¡Hola a todos! Antes que nada, me gustaría agradecerles por cada uno de sus comentarios, y ahora me encuentro llevándoles una historia que se me acaba de ocurrir hace unos días mientras le rezaba al Dios azteca de la guerra para que no chocáramos en medio de la lluvia…. Ok, algo como eso. No fue exactamente así, pero la canción que iba de fondo me inspiró en esta breve historia. El prefacio es para que se vayan dando una idea de qué temas tratará a futuro… Es, digamos, un anzuelo para que se queden en suspenso, y pronto subiré los demás capítulos.

Ya saben la letanía: La leyenda de Korra no me pertenece, es de Mike y Bryan, quienes trabajan como esclavos para que nosotros podamos fangirlear por su hermosa creación.


Fly

Prefacio.

-Las estrellas son como espíritus que… - Tenzin no encontraba un eufemismo correcto para "gente muerta que nos observa"

-Son como ¿Espíritus? – respondió un niño acólito mirando hacia el cielo.

-Exacto, son los espíritus de nuestros antepasados. Ellos contienen la sabiduría, y nos protegen desde allá.

-¿Nos protegen como la luna? – exclamó una chiquilla justo a un lado del maestro aire.

-Yue, la princesa lunar de la noche… Alguna vez el avatar Aang conoció a la princesa Yue ¿Lo sabían?

El brillo del astro nocturno provocaba miradas lúcidas en los ojos de los acólitos más pequeños, allá, en aquella obscuridad que brindaba el patio del Templo aire, y más a esas altas horas de la madrugada, donde Ciudad República ya había dado jaque a sus luces artificiales.

-¡Cuéntanos la historia de la luna! – volvió a intervenir la misma pequeña, secundada por los ruegos de los otros infantes.

-De acuerdo – rió Tenzin –, pero después de esto se van a dormir ¿Lo prometen?

Todos los niños asintieron, y después de ello, el monje dio comienzo a su relato.

O-O-O-O-O-O

-¿Entonces la luna siempre vigila nuestros sueños?

-Sí, ella nos cuida para que no tengamos pesadillas – contestaba Tenzin, dejando que la acólita jalase traviesamente sus enormes orejas. Quizás no era una buena idea llevar en hombros a tan inquieta pequeña de cabellos castaños.

-¿Y qué pasa si un día la luna se hace mala?

A pesar de que todos los niños luchaban por la atención del maestro aire, aquella era tal vez una de las que más se esforzaba y, peor aún, lograba su cometido; en ocasiones se volvía molesto, pero en cierta forma esa acólita alegraba un poco el día de Tenzin.

En tanto deshacía algunas de las camas de los acólitos, la niña permanecía hablando sin parar, o sin dejar de juguetear con sus "pedazos de sombra", modo en el que ella llamaba a su peculiar par de orejas.

-La luna no se puede hacer mala… Ella sigue dándonos su bondad lunar.

Llegó el momento de deshacer su cama. El monje sufrió un par de penurias para finalmente dejar a la niña en su lugar.

-¿Y por qué tienes orejas grandes? – seguía insistente, mientras Tenzin sólo esperaba a que la niña se acomodase, y así poder cobijarla bien.

-Porque así lo hicieron los espíritus… creo – alcanzó a contestar, distraído – Buenas noches.

Justo cuando estaba por levantarse de la cama, la pequeña preguntó:

-¿Y por qué los espíritus hacen cosas como…

-Basta de preguntas, Pema. Es tarde, y no te querrás dormir.

-Sí me voy a dormir, sólo si me respondes una pregunta más.

Tenzin golpeó su frente en seña de exasperación, con claros signos de sueño.

-Está bien – resopló.

-¿Algún día me casaré contigo? – preguntó, con una sonrisa de lado a lado, causando extrañeza en el maestro aire, el cual sonrió.

-¿Si te doy un "sí", dejarás de hacer preguntas?

Pema asintió.

-De acuerdo, algún día así será. Ahora, es momento de que vayas a dormir. Buenas noches, pequeña.

-Buenas noches, maestro Tenzin – dijo, y volteó hacia su almohada.

En cuanto Tenzin salió de la habitación, ésta quedó a media luz; era luna llena.

-Pema quiere al maestro Tenzin – se escuchó un susurro burlón procedente de la cama de junto.

-Sí, lo quiero. ¿Tienes envidia, Jin? – contestó

-Esperaba que te molestaras… Así no tiene sentido.

La niña viró molesta, recuperando su postura para dormir. Pema sólo río para sus adentros, observando la parte de techo encima de su cama.

-Algún día – pensó, suspirando un poco antes de ir a dormir.


¿Quejas, comentarios, sugerencias? Les recuerdo que esto no es un one-shot... esto será un fanfic con varios capítulos... Un fanfic hecho y derecho, cosa que llevo sin hacer en mucho tiempo. ¡Saludos!