Capitulo 1: Prólogo
Mi nombre es Helga Geraldine Pataki. Tengo 16 años y actualmente estoy terminando el décimo grado. Mi mundo a cambiado poco a poco como normal mente sucede con una chica; aun soy la chica mas temida de la escuela, pero mi aspecto físico ha cambiado: ahora mido 1.68 cms, mi cabello es largo y no lleva el mismo peinado que siempre solía usar, ahora siempre llevo una coleta alta; mi cuerpo también ha cambiado, ah adquirido mas curvas y se puede decir que tengo buen cuerpo, después de todo ya no soy tan plana como solí serlo hace unos cuantos años; mi rostro también ha cambiado, la que siempre fue mi única se ha ya hacia cambiado por una par de cejas un poco delgadas. Mi alrededor también ha cambiado, las personas que me rodean siguen siendo las mismas solo que ahora con un poco mas diferentes; Phoebe sigue siendo mi mejor amiga y actualmente sale con Gerald quien a causa de eso se empezó a acercar a mi y técnicamente se puede decir que es mi amigo, la "Princesita" Rhonda Lloyd hace un año empezó a salir con Harold así que su vida dejo de ser igual a como era antes, Stinky y Sid siguen siendo los mismos tontos de siempre, Eugene sigue siendo el mismo patético de siempre teniendo accidentes por cosas estúpidas y en menos de un parpadeo terminó saliendo con la Hippie de Sheena, la chica perfección Lila se cambio de escuela por un par de años, pero este año regreso intentando convencerme de que me hiciera su amiga... que patética y por ultimo Arnoldo .. ese chico cabeza de balón sigue siendo el mismo de antes, el que hecho de que sea mas alto no cambia el hecho de que sea el mismo tonto, entusiasta y alegre chico que siempre he conocido.
Como sea yodos hemos cambiado de una u de otra manera en gran medida, pero aun ahí cosas que no cambian; como lo son mis sentimientos hacia Arnold, ese chico cabeza de balón que siempre ha permanecido mi mente, ese chico del que me enamore descarriadamente desde el jardín de niños....ah... ese Arnold al que una vez le confesé mis sentimientos y como vil respuesta recibí algo parecido a un rechazo... solo que con menos trauma emocional.
Ahora les contare un poco de como ha sido mi vida desde que me le declare a Arnold en las empresas Futuro...después de ese día, cuando llegue a casa me pude a pensar en lo que haba dicho a Arnold y lo que el me había dicho y llegue a la conclusión de que me había comportado demasiado alocada, que realmente si me había dejado llevar por el momento, realmente había dejado que la pasión y la locura se apoderaran de mi, así que comencé a planear una manera para intentar comportarme al verle de nuevo la cara al cabeza de balón, así que cuando inicio el nuevo curso, intente acercarme a el para aclararle un poco mas las cosas y quizá decirle de una manera mas decente mis sentimientos hacia el, pero cuando llego ese momento me comporte cobardemente y como generalmente lo hago adopte una posición a la defensiva agrediendo física y verbalmente a Arnold...peor aun así también había algo diferente, él me evadía constantemente y poco a poco se empezó a alejar de mi persona; cada que estábamos Phoebe, Gerald y yo juntos hacia hasta lo imposible para no quedarse a solas conmigo así que lo poco que teníamos por amistad se despedazo poco a poco hasta quedar hecho nada; ni el me dirigía la palabra, ni yo se la dirigí a el, no importaba si íbamos al mismo lugar, siempre íbamos cada cual por nuestro camino.
Un par de años mas tarde cuando estábamos en octavo grado, nuevamente de una manera sorpresiva retome mi amistad con Arnold y de cierta manera se puede decir que terminamos haciéndonos los mejores amigos, el me contaba todo lo que sucedía en su vida y yo por mi parte hacia lo mismo, creamos un vinculo muy valioso que se fue fortaleciendo con el pasar de los años; cambia mi trato para con el, aun era un poco agresiva y lo llamaba por uno de los miles de apodos que le tenia; pero aun así nunca peleábamos o discutíamos y así había sido hasta el inicio del decimo grado.
Como les decía anteriormente ya estamos terminando el decimo grado, pero déjenme decirles que este curso ha sido el mas molesto de todos por varias razones:
1- Hubo un cambio de director, y el nuevo que llego decidió hacer cambios a su antojo; estableciendo que todos los cursos solo iban a quedar divididos en dos: uno de chicas y otro de chicos; este cambio fue algo sorprendente, créanme que casi enloquezco cuando me entere de que iba a estar compartiendo todo un año las clases solo con chicas superficiales con las cuales no encajaría... así que tuve que asegurarme de no dejarme influenciar por nadie.
2-Una vez mientras hablaba con Arnold, escuche por parte suya algo que no me agrado, al go que realmente para los demás era un tontería; pero que para mi fue algo de mucha trascendencia, por lo calme enfade demasiado y al día siguiente deje de hablarle a Arnoldo...por primera vez en mi vida me deje llevar por el orgullo y me comporte de una manera supremamente testaruda estando enfadada sin hablarle a Arnold por casi un año; no me importa que Gerald y Phoebe intentaran convencerme... no les preste atención. Pero al fin de cuentas todo se arreglo y ahora hablo de nuevo con Arnold, solo que las cosas están un poco cambiadas...
Hoy que es el ultimo día de clases, todo esta hecho un lio, mis compañeras de clase , después de haber mantenido un comportamiento impecable en todo el año, hoy se descarriaron y están tirando el salón por la ventana; los chicos por su parte intentan hacer con su aula lo mismo que las chicas, pero como no pueden han invadido nuestra aula y hacen de todo un desastre...En este momento todos están juntos en el salón cantando y celebrando como si hoy fuese nuestra graduación...se ven tan inmaduros; me han invitado a unirme a la fiesta, pero... no quiero hacerlo, no me nace, el estar con todos adoptando esa actitud que me hace sentir patética, por eso lo mejor es que me quede en silencio recitando mi poesía lejos de los demás en un lugar que por el momento este en silencio para no tener de que lamentarme después.
"Las lagrimas que una vez cubrieron mis ojos son el
Reflejo vivo de lo que nunca pudo ser...
Se que ahora no es el momento mas grato,
Pero si hay algo que pudiese hacer es el permanecer
Simplemente a tu lado como lo he hecho siempre."
-¡ahh!- exclamé con algo de pereza, después de dar un leve suspiro.
-¿Quién anda ahí?- Preguntó una voz familiar
-uhm...soy yo Cabeza de balón- respondí inmediatamente al escuchar la voz.
-Ya veo, creí que era alguien más- comentó sin importancia el rubio que estaba al otro lado de la pared en la que yo me encontraba.
-Y… ¿que haces aquí Arnoldo?- pregunte con un bajo interés mientras cerraba mi cuaderno de poemas y lo guardaba en mi mochila – digo, creí que estabas despedazando el salón de clase con lo otros zopencos- comente graciosa mientras me ponía de pie y me dirigía a conde estaba el rubio.
-Ah eso… pues no es así, solo quería estar solo un momento así que vine al patio de la escuela a pensar un poco- respondió cabizbajo – y tu Helga… ¿Qué hacer aquí sentada el último día de clase?- pregunto repentinamente mientras levantaba su rostro y me miraba a mi que estaba de pie en frente de él.
-Bueno, pues…pues…A ti que te importa cabeza de alcornoque- respondí con mi típico tono de chica ruda –yo no te tengo que dar ninguna explicación a ti melenudo- finalicé mientras me sentaba al lado de mi amado.
-Es cierto, no tiene por que importarme- comentó mientras me mostraba en su rostro una sonrisa tan falsa que hasta me provocaba golpearlo para que dejara de fingir en mi presencia.
-Hey melenudo, ¿Qué te sucede?... tú no eres así- dije un poco rendida mientras lo observaba fijamente.
-no me sucede nada Helga, todo esta bien- mintió.
-Oh Vamos Arnoldo, te conozco tanto como tu me conoces a mi. Así que confía en mi, prometo no decir ni una palabra- dije solemnemente –"hay me pobre amado, que clase de pensamientos te asechan, no sabes cuanto daría por poderte proteger de todo y no permitir que nadie te dañase… "- pensaba para mi misma esperando una respuesta de él.
-Está bien, lo que sucede es que anoche soñé de nuevo con mis padres y no puedo sacarlos de mi mente…pienso tanto las cosas que a veces empiezo a pensar que ellos me abandonaron y no quisieron volver- explico el rubio mientras yo le escuchaba en silencio. En lo único que pensé en ese momento fue en escucharlo, y no interrumpirle hasta que se hubiese sacado todos esos sentimientos de adentro.
Arnold siguió hablando por lo menos unos 15 minutos más, contándome cual había sido su sueño, que eres lo que pensaba y como se sentía en ese preciso instante. Por un momento creí que le vería llorar, por que pude ver en sus ojos una grandísima tristeza que solo veía en el cada que el recodaba lo sucedido con sus padres.
-Dime Helga, ¿qué piensas tu de todo esto?- pregunto una vez termino de explicar lo que pensaba.
-Pues bien…Arnoldo, yo pienso que no deberías de dudar del amor y cariño que te tiene tus padre…si, está bien, ellos se fueron y te dejaron con tu abuelos; pero todo fue por una buena causa; es decir, ellos le debían sus vidas a esas personas de los ojos verdes, de hecho tu naciste en un lugar lejos de la lava volcánica gracias a ellos ¿no?- pregunte
-si, es cierto; pero…- intento explicarse, pero yo le interrumpí.
-si es cierto, entonces de que te quejas, tus padre no te abandonaron, y esto casi segura de que aun no regresan, por que aun no terminan con su trabajo; después de todo ellos eran las únicas personas en las que confiaban los ojos verdes. Así que si ellos pueden confiar en tus padres… ¿Tú por que no puedes hacerlo?- pregunte finalizando mi discurso.
-lo se, y confió en ellos es solo que me hacen falta Helga…no los veo desde que cumplí mi primer año de vida-dijo en tono triste haciendo que mi corazón se sintiera mal.
-Vamos Arnoldo, no pierdas la esperanza, se fuerte y cree en que pronto será su regreso; por lo pronto confía en que no estas solo; tienes a tus abuelos, ala gente de la casa de huéspedes, a Gerald, a Phoebe y…a mi. Así que animo Arnoldo o… es que ¿quieres que te patee el trasero para que te sientas mejor?- finalice retomando mi dura en incomprensible personalidad.
-jaja, no creo que sea necesario Helga- finalizo un poco antes de que sonara la campana de inicio de vacaciones
-Está bien, está bien haz lo que quieras cabeza de balón- comente mientras me ponía y recogía mis cosas.
-¿A dónde vas Helga?- pregunto curioso el chico.
-uhm… voy a la oficina de Bob, el me pidió que fuese para llevar una papelería a casa- comente mientras volteaba a ver a Arnold.
-¿Quieres que te acompañe?- pregunto incrédulo.
-no, no es necesario- conteste –después nos vemos Arnoldo- me despedí mientras salía de la escuela.
Una vez que llegue a la Oficina de Bob…
-hola papá- salude con desgano y me sentaba en una de las sillas, mientras esperaba a que Bob hiciera lo que tenia que hacer.
-ah eres tu Olga-
-no papá soy Helga- aclare con aun mas aburrida que antes.
-ah si, cierto Helga. ¿A que has venido?- pregunto Bob mientras guardaba en su escritorio un localizador que estaba hecho pedazos.
-Tú me dijiste en la mañana que después de la escuela viniera a tu oficina- respondí algo altanera.
-cierto, bueno Olga…digo Helga, necesito que le lleves al carnicero de la manzana este localizador- ordeno Bob mientras me hacia entrega de una caja de tamaño mediano- pequeño que cualquier persona podría cargar…claro, a excepción de Miriam.
-Oh no papá; ¿para esto querías que viniera?- pregunte algo enfadada -¿para eso no esta el cartero?- cuestione de nuevo un poco enfadada.
-Jovencita, tu pasas por la carnicería de camino a casa ¿no?-
-si Bob-
-pues bien ya que pasas por la carnicería por que no le ahorras del dinero del cartero a tu padre – dijo Big Bob en tono alegre.
-Esta bien Bob, llevare esta caja a la carnicería del señor Green- finalicé mientras salía del trabajo de papá en dirección a la carnicería.
Una vez llegue al barrio, pase por la carnicería y una vez el localizador en manos del señor Green, me marche de inmediatamente. De camino a casa me encontré a Arnold quien estaba al parecer en la floristería de la señora Vitello, por que salía con un ramillete de rosas blancas.
-Hola de nuevo Cabeza de balón- salude mientras pasaba por su lado y me le adelantaba.
-Ah hola Helga- saludo mientras me veía pasar por su lado.
-¿Qué demonios haces con esas rosas Arnoldo?, acaso es ¿Qué te le vas a declarar de nuevo a la chica perfección?- pregunte incrédula mientras seguía unos pasos delante de él.
-no, nada de eso- respondió poniéndose un poco colorado –es solo que una de las inquilinas de la casa de huéspedes me pidió que recogiera estas rosas por ella-
-como sea…nos vemos melenudo, tengo algo de prisa- finalicé mientras empezaba a correr y volteaba por la esquina mas cercana –"oh Arnold, mi amor, siempre tan considerado con quienes te rodean, estoy mas que segura de que eres la salvación de miles de inútiles que no sabrían que hacer sin ti"- pensé mientras continuaba mi camino a casa en donde como de costumbre encontraría a Miriam que cada día se veía menos animada.
