Te miro desde una esquina de aquel salón, callado como siempre, aun siendo el chico perfecto para todo chica, un príncipe azul…

Que tonterías, yo ya deje de creer en cuentos de hada que mama y papa te contaban. La música suena bajo, y el cuaderno de dibujos sobre mi mesa… Comenzó a dibujar, inspirándome en recuerdos lejanos, como odiaba ser sentimental.

-¿oe, Hinata, bienes o qué?- miro hacia aquella persona que me saca de mi mundo, allí parado con pose de modelos estaba el. Lo mire examinando su mirar para luego ignorarlo.

-tú te lo pierdes-dijo para luego irse, pasar por aquella puerta de esta habitación blanca y sin sentido. Cierro los ojos para concentrarme y sin más aparece el, me disguste conmigo misma… ¿hace cuanto lo sabía? Descuidada y despistada se dio cuenta que aquel chico le llama la atención. Los minutos se hacían largos, eternos cuando lo mira pero ella ya perdió la oportunidad. Sabía desde el comienzo que todo fue una ilusión, se regaño a si misma al pensar en el pasado.

Dejo el lápiz en el pupitre, la inspiración se fue, se disponía a levantarse hasta que vio en aquel cuaderno una hoja sobresaliente, la tomo entre sus manos y lo miro sorprendida. Sabía lo que era, lo que había dentro.

-¿quiero rebobinar, lo sabes, no?- dije mirando hacia la ventana, esta tarde estaba nublado.

Me levante y camine hacia la ventana, melancólica mire a través sin un punto fijo. Comencé a temblar sin darme cuenta, apoye mis manos en la pared y agache la cabeza, las lagrimas me querían inundar, tenía que ser fuerte.

Unos, dos, tres pasos se escucharon acercarse. Me limpie las lágrimas rebeldes y me pare firme poniendo una sonrisa fingida, otra mascara más que mostrar, pensé. Me di la vuelta para ver quién era, pero aquellas personas pasaron de largo. Un vacio en mi se volvió a abrir.

¿Cómo es posible que no pueda seguir adelante?, me preguntaba a mi misma mientras me dirigía hacia la puerta de aquella habitación tristona. Camino por los pasillos hasta divisar a lo lejos un grupo de gente. Sería fácil pasar de largo pero ya no soy yo, la de antes.

Me pare, me acosté a un lado del pasillo contra la pared. Cerré los ojos y caí, sentada sobre el piso con las piernas estirada, suspire. Me desconecte del mundo…

Al abrir los ojos mire a la persona que tenía al lado mío, sonreí.

-me comí tu bocata-dijo bostezando, apoyo su cabeza en mi hombro. Volví a cerrar los ojos, la música me inundo.

-no me agrada la nueva innata- dijo susurrando para caer dormido sobre mi hombro.

-a mi igual-susurre. Al despertar sentí que perdí algo, al mirar el vacio de la cama a mi lado, al ver que solo había una taza de café, al no escuchar el televisor prendido, al no sentir un brazo abrazándome, comprendí que estaba sola de nuevo. Una lágrima recorrió mi mejilla al cerrar los ojos.

El sonido del timbre resonó sobre el pasillo, lo cual hizo despertar de un golpe a mí…

-nos van a pisotear si no nos vamos- se paso y me tendió la mano, lo mire por un segundo, sentimientos me llenaron…volver a confiar en una persona que te di todo y que tu nunca lo supiste aprovechar, me dio miedo.

-rebobinemos, ¿vale?- dijo agachándose para coger mi mano. Se acerco a mi rostro, para depositar un beso en mi mejilla cerca de mis labios. Me levante con ayuda suya.

-no se…-lo mire al decir aquello para ver su expresión, queriendo ver si había cambiado después de todo yo fui la tonta.

-te esperare- me abrazo antelo dicho, al sentir su tacto, otro vacio apareció, me estoy engañando a mí misma. Deje a un lado mis pensamientos para aferrarme a él, necesitaba a alguien en quien sujetarme y sujetarme emocionalmente después de aquella partida que me dejo perdida, partida y podrida.

-no me abandones- dije aguantando las ganas de llorar. Me aferre mas a él, sin comprender por qué, lo quería cerca.

-no soy igual-

Esas tres palabras me dieron una esperanza, aun alguien me necesitaba, aun alguien me quería cerca. En mi misma le agradecía por no dejarme caer, todavía.

Se separo lentamente de mí, me toco la cara con sus manos y deposito un casto beso en mis labios. Aquel roce me quemo, un sentimiento de traición apareció…

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