El ruido de la puerta sólida de metal rechinando al abrirse hizo que Blaine se enderezara rápidamente en el lúgubre catre de su inestable y cutre celda para ver a tres oficiales acercándose a el.
''Es el día, Anderson, es un alivio saber que ya no veremos tu trasero por aquí.'' Dijo Phill, el policía de tez negra.
''Estoy bastante seguro de que mis ex-compañeros de celda lo extrañarán.'' Respondió el moreno, que nunca perdía la oportunidad de hacer enojar a los oficiales.
''Eres desagradable.'' Le dijo Phill negando con la cabeza al mismo tiempo que el y uno de los otros oficiales lo obligaban a pararse y lo tomaban uno de cada brazo, aferrando las manos a el uniforme naranja del moreno, haciendo que camine fuera de la desagradable celda blindada donde había estado sobreviviendo la mayor parte de los últimos dos años, condujéndolo por los pasillos.
''Recuerda que estarás en libertad condicional, así que procura no meterte en problemas, así nos harás la vida más fácil a todos.'' Le dijo el oficial Burt, con el cual Blaine tenía mal historial.
''Oh vamos, sé que vas a extrañarme, cariño.'' Le dijo con una sonrisa arrogante a el hombre uniformado.
''No me provoques, Anderson. No me obligues a encontrar una forma de hacer que te encierren en un lugar peor que este.'' Advirtió el oficial Hummel con una mirada dura y fría.
Luego de una larga caminata por los pasillos, llegaron a lo que sería la habitación principal de ese lugar. Esos minutos hicieron que Blaine realmente estuviera agradecido de estar saliendo de ese lugar, los techos altos lo incomodaban y el establecimiento en general tenía un ambiente pesado y angustioso. Había llegado el día, unos minutos más y sería libre -condicionalmente- pero libre en fin. Ya había firmado todos los papeles necesarios en el transcurso de los días anteriores. Ya no había vuelta atrás, y eso lo alegraba.
Pudo distinguir a su mejor amigo de la infancia, Sebastian, y a su hermana menor Angie sonriendole. Se acercaron a el y cada uno le dio un abrazo, la pequeña de ojos verdes -ahora cristalizados por las lágrimas- se negaba a soltarlo.
''Te extrañé, gran tonto.'' Murmuró la niña de rizos rubios en el abrazo. Lo único que Blaine lamentaba de haber estado encerrado por dos años era haberse perdido ese tiempo de la vida de Angie. Ella y Blaine siempre fueron muy unidos. Todos los días, Blaine solía ir a buscarla a la escuela y llevarla por el camino largo al rededor del parque a merendar a Starbucks, y en el transcurso ella le contaba que habían aprendido en el día, lo molestas que eran la mayoría de sus compañeras, o las cosas que pasaban en casa, ya que Blaine se había mudado con Sebastian a los 16 años. Y el le contaba que había hecho en su día, si la notaba decaída le contaba chistes o anécdotas graciosas para animarla, o le contaba en que problemas se había metido, ya que siempre había al menos uno que contar. Blaine lamentaba haber desperdiciado dos años con su hermana de ahora 11 años de edad. Básicamente, Angie era su vida.
Su padre era una persona fría, que nunca mostró cariño por ninguno de sus hijos, no se molestó en estar presente en la vida de ninguno, y siempre se encontraba en su oficina trabajando, su relación con Blaine empeoró aún más cuando este salió del closet a los 14 años, y su padre decidió que ya no valía la pena. Su madre, por otro lado intentaba estar un poco mas presente en sus vidas y, cuando no estaba trabajando en un diseño de indumentaria, intentaba entablar conversaciones con ellos, que no iban muy lejos, pero al menos lo intentaba, eso sí, cuando su padre empezaba a gritarle y llamarlo nombres por 'ser una constante decepción', ella desaparecía y se encerraba en una de las muchas habitaciones de la gran residencia Anderson.
Por lo tanto eran solo ellos dos, solo se tenían el uno al otro para confiarse secretos y hablar sobre sentimientos, y ya se habían acostumbrado a vivir con ello, y estaban bien teniéndose el uno al otro. Claro, Blaine también tenía a Seb, pero el no era la clase de persona con la que dejaría que Angie hable por mucho tiempo, ya que era una mala influencia y Blaine era muy sobre protector cuando se trataba de su hermanita. Blaine siempre se preguntaba que hubiera dicho Michael si supiera que había estado en prisión por dos años, probablemente le habría gritado que era un idiota.
Luego de despegarse del eterno abrazo y cambiarse con la ropa que Sebastian le había llevado se despidió de el y llevó a Angie a caminar por el parque, un dos años podían haber cambiado muchas cosas, sin embargo, su cara seguía siendo igual de bonita que cuando la vio por última vez.
''Cuéntame, ¿Hubo algún cambio con papá?'' Preguntó amargamente, ese hombre no merecía llevar el título de 'padre'.
''Nop.'' Contestó la pequeña sin siquiera pensarlo mucho. ''Mientras no estabas contrataron a una niñera para que me vaya a buscar a la escuela, no creo que ni siquiera estén intentándolo.'' Contestó mirando al suelo.
''¿Y que pasó con las niñas de tu escuela?'' Blaine intentó cambiar de tema para no seguir entristeciendo a la niña. Grave error.
''Se puso peor, el otro día me empujaron y me caí al suelo, me hice esto.'' Angie señaló un pequeño moretón violaceo en su brazo . ''Siempre encuentran una manera de molestarme, dicen que soy rara porque paso mucho tiempo dibujando y porque no me interesan las mismas cosas que a ellas. Pasé muchos recreos y almuerzos encerrada en el baño llorando.'' Hizo una pausa, Blaine la miró atento, con el corazón roto y a la vez lleno de rabia. ''Pero luego recordaba lo que me dijiste el día que volví a casa llorando, me dijiste que la vida está llena de personas crueles que intentarán aplastar mi espíritu, pero que yo debo ser fuerte y demostrarles que soy mejor que ellos, no darles la satisfacción de verme llorar, y caminar con la frente en alto, sintiéndome bien, porque nadie más hará eso por mi.'' Le dio a su hermano con una sonrisa débil, este le acomodó los anteojos que lentamente se deslizaban por el tabique de su nariz amenazando con caer. Blaine hizo una nota mental recordándose que ir a golpear a las niñas que hicieron sentir mal a su hermana no sería una buena idea, ya que podía terminar en una celda de nuevo, lejos de Angie, y ahora todo lo que quería era estar ahí para ella.
''Eso era lo que Michael solía decirme.'' Le comentó el morocho al borde de las lágrimas. Ella solo asintió y lo abrazó fuertemente de nuevo.
''Prométeme que no te volverás a meter en problemas y no me dejarás de nuevo.'' Le dijo Angie mirándolo a los ojos. Blaine asintió, por mas que no supiera si podría mantener la promesa, ya que tenía un talento especial para meterse en problemas. Siguieron hablando hasta el atardecer, hasta que tuvo que dejarla en la casa de sus padres. Angie le comentó que su mejor y única amiga se había mudado a París, y que estaba feliz por ella, pero también se sentía sola y vacía, pero que ahora que el estaba de vuelta sentía que mejoraría.
Blaine meditó sobre eso en su viaje a pie hasta el departamento que compartía con Sebastian. Se sentía terrible por su hermana, que a los 11 años dijera que se sentía vacía no era nada bueno. No quería que en un futuro la vida de Angie sea como la de él. Antes de entrar a prisión su vida era...vacía, consistía en asistir a la secundaria, emborracharse diariamente incluyendo en noches de clases, cuando su cuerpo lo pedía tenía cosas de una sola noche con con algún chico dispuesto que se encontrara en el bar, del cual no sabía el nombre. Nunca se había enamorado, y lo único que le causaba una cantidad mínima de satisfacción era cantar en la ducha o en su habitación, ya que era algo que le encantaba hacer... y dudaba que alguna de esas cosas cambie ahora. Su vida no tenía motivación.
Claro, quería que Angie y Seb estén orgullosos de él y, claro, también le hubiese gustado que Michael también lo estuviera, pero su hermana ya lo adoraba. Y su mejor amigo se había rendido en sus intentos de convencerlo en hacer algo de su vida por satisfacción propia.
Al llegar al departamento abrió la puerta oxidada con la llave que Sebastian le había dad previamente antes irse para encontrarse con el mismo desastre que había dejado cuando se fue. Su amigo estaba recostado en uno de los sillones de color gris leyendo un libro.
''¿Ahora vas a contarme que fue de ti en estos años?'' Preguntó el joven de cabello castaño oscuro levantando la vista y dejando su libro a un lado.
''Te sorprendería lo aburrida que puede ser prisión, no es nada como en las películas.'' Dijo con una media sonrisa en moreno. Sebastian se levantó para darle un abrazo, de verdad habá extrañado a ese idiota.
Pasaron el resto de la noche comiendo restos de pizza que encontraron en la heladera, tomando cerveza y riendo de los anécdotas de que contaba Seb sobre su grupo de amigos. Blaine no podía esperar para reencontrarse con ellos.
Despreocupado, cuando sus párpados ya estaban cayéndose y su cuerpo pedía un par de horas de descanso, se rindió y cayó dormido profundamente. Extrañamente, con un buen presentimiento, como si sintiera que pronto la monotonía de su vida fuera a cambiar. Decidió ignorar ese sentimiento, pero cierta parte de el deseaba que sea verdad.
Holaa, volví con otro fic de Klaine :)
Va a estar basado en Remember Me, pero no va a seguir completamente esa historia. Quizá esta hasta termine con un final feliz, aunque no prometo nada. *feel like Ryan*
Este capítulo fue como la introducción de Blaine, en el próximo va a haber un poco de introducción de Kurt y se va a ir formando la trama.
No pensaba subir esto hasta no terminar el fic Kurtbastian, pero cuando terminé de escribir el primer capítulo me emocioné y quería que ustedes lo vieran. No prometo que voy a actualizar rápido esta historia, más aún ahora que en el colegio me empezaron a dar exámenes y con el otro fic también en progreso, así que si les llega a gustar les pido perdón por adelantado :)
Para los que vieron la película, iba a ser mas original y cambiar el nombre, pero me encanta el nombre Michael xD
