El Acuerdo
Titulo original: The Arrangement
Autora Original: Yuugiri
Suumary original: "We're already getting along bad enough. Why don't we just get married?" GaaIno.
Link de la historia original: s/7704752/1/The-Arrangement
Traductora: Sabaku-no-Yamanaka-Ino
Nota de la traductora: Muchas gracias a Yuugiri, la autora de este fanfic, por dejarme traducir esta maravillosa historia. Espero que la disfruten tanto como yo.
Thank you very much to Yuugiri, the author of this fanfic, for leave me translate this wonderful story. So I hope you enjoy this as much as I.
Capitulo 1
Cuando Uzumaki Naruto se convirtió en Hokage a la edad de veinticinco años, la alianza entre la arena y la hoja se reforzó formidablemente, y los ciudadanos de ambas villas ocultas no podrían ser mas felices. Se impulso la economía, con lo cual se abrió el comercio entre Konoha y Suna. Pero lo que realmente fue mas fuerte entre los dos pueblos fue el vinculo entre los propios Kazekage y Hokage.
Esa amistad fue lo que llevo a Yamanaka Ino a la difícil situación que tenia enfrente en ese preciso momento.
Gaara miro parpadeando a través de la mesa antes de evitar la mirada sobre su rostro. El comenzó a examinar quien sabe que cosa en la pared del fondo detrás del hombro derecho de Ino.
Sentada en una de las bajas sillas de madera puestas alrededor de la mesa de la sala de reuniones de la torre del kazekage, Ino toco los espacios en blanco en los archivos de la descripción de la misión que había traído con ella, no deseando ni mas ni menos que el piso bajo ella se abriera y se la tragara viva. Si, iba a matar a Naruto después de esto. La hoja tendría que continuar sin Hokage, hasta que se encontraran uno nuevo. El idiota Uzumaki, por mucho que Ino le respetase, la había enviado a Suna en una misión. O mas bien, en un ''favor personal'', como cariñosamente Naruto lo había llamado.
Oh, y no habían tenido esa agradable conversación también?
-¿Un favor personal?- dijo Ino con escepticismo, levantando una de sus cejas ante Naruto, quien estaba tratando de actuar ocupado volteando los papeles apilados en su escritorio que se habían acumulado, obviamente, porque había estado haciendo el vago.
-Sí, Ino. Un favor personal. Se trata de Gaara- dijo Naruto, mientras escarbaba en la pila de carpetas a su izquierda, gruñendo algo para si mismo. Cuando pareció que el no pudo encontrar lo que buscaba, respiro hondo y miro a hacia donde Ino se encontraba, de pie frente a el, impacientemente. –El necesita una representante, que sea una mujer refinada, que este disponible durante un mes o mas.
-¿Una refinada mujer para ser representante?- si Naruto estaba pensando que el podría halagarla con lo dicho, el tendría otras palabras de parte de ella.
Como de costumbre, Naruto era sorprendentemente sensible ante las intenciones de las personas alrededor de el, asi que hizo un gesto a Ino. –No estoy bromeando. Eso es lo que el pidió.
Ino ni se movio. – Envia a Hinata.
Naruto se impaciento.
Ino le miro entrecerrando sus ojos -No quieres que ella se vaya. Estas dejando que tus sentimientos…
-Ella no es tan buena con las misiones en solitaro. Tu la conoces tan bien como yo.
-Oh, eso es una excusa para no enviar a tu novia a una misión de diez días.
Naruto alzo sus brazos. – Eso no es verdad! Yo no quiero enviar a nadie mas. Se trata de Suna. Tu has estado allí muchas veces con Shikamaru. Eres perfecta para el trabajo!
Ino miro a Naruto, advirtiendo la migraña que comenzaba a tomar el control en ella. Después de unos segundos, decidió que podía escucharlo. – Bien ¿Cuál es el trabajo?
La cara de Naruto se ilumino de alegría -¿Entonces va s a ir
-No lo se, depende. ¿Es una misión de rango D? Porque yo no quiero ir en una misión de rango C o mas alto sola si me envías fuera por un mes
-¿Por qué?
-Porque las misiones de Rango C y mayores que duran mas de una semana o dos son realmente misiones de rang encubiertas. He aprendido de la experiencia.- ella tomo aire con fastidio y miro a Naruto de forma acusadora.
-Ya te he pedido disculpas por esas siete veces, y tus uñas volvieron a crecer con el tiempo ¿Verdad?
Los músculos de las mejillas de Ino se crisparon.
Naruto trago saliva sonoramente. – Lo hice, incluso te envié flores mientras estabas en el hospital durante esas dos semanas!- Cuando vio que ella no encontró ni una pizca de gracia a sus palabras, suspiro e hizo un gesto suplicante. – Esta bien, esta bien. Te lo dire honestamente, no pude clasificar la misión.
Eso era aun mas sospechoso -¿Y por que no pudiste hacerlo? – siseo Ino.
Naruto agacho la cabeza patéticamente –Porque Gaara no me explico el porque necesitaba a una representante femenina refinada.
Ino giro sobre sus talones y se dirigió a la puerta –Adios.
-¡Espera! – grito Naruto, y el ya se encontraba lejos de su asiento, bloqueando la puerta con su cuerpo desesperadamente – No puedes irte cuando estamos en medio de un informe de una misión!-
Ino respiro profundamente, en un intento de mantener su temperamento bajo control. Espero diez segundos para hablar –No es necesario que me des informes sobre esta misión, ya que ni siquiera tu sabes cual es la misión. No me importa. Yo no voy a ir. Ahora fuera de mi camino.
-Mira, el esta dispuesto a pagar el doble de lo que se gana con una misión rango S. Esto significa que esta desesperado. Tu no puedes dar la espalda a un hombre desesperado, ¿Verdad?.
Ino fruncio los labios. No era como si fuese exigente cuando se trataba de las misiones que le asignaban, pero ella, así como el resto de sus compañeros, se habían visto envueltos en muchos líos porque Naruto siempre pensaba que eran como el, que era prácticamente un generador de chakra humano con patas. Sinceramente, el hombre tenia la mala costumbre de subestimar misiones y sobrestimar a sus subordinados. Debido a eso, sus compañeros tenían, cada uno, un promedio de tres veces y media de casi ser asesinados y apenas poder escapar con vida en el lapso de cuatro años que llevaba el régimen de Naruto. Por supuesto, todo mundo sabia que Naruto era demasiado bueno como para decir no a cualquiera que solicitara sus servicios. E ino no podia poner ni un pie fuera con firmeza cuando Naruto había puesto frente a sus narices la opción que valía la pena de varias semanas pagadas si ella decía que si.
Ino estuvo de vuelta a la realidad cuando se encontró con Gaara bostezando frente a ella.
Ino parpadeó y decidió que tendría que ignorar el hecho de que el Kazekage no lucia en lo mas mínimo desesperado, como Naruto había mencionado que estaba.
Gaara bostezo otra vez, sus ojos delineados de un color oscuro se cerraron un poco antes de que el se frotase distraídamente la mejilla con el dorso de la mano. Finalmente, sus ojos se encontraron con ella.
Ino se enderezo en su asiendo y espero unos minutos, a la expectativa de que el dijera algo. Sus ojos siempre le hacían sentir incomoda. Durante los últimos años, desde que Shikamaru había comenzado a tener bastante interés en la hermana mayor del Kazekage, el la había arrastrado muchas veces a Suna. Gaara había sido desde entonces un hombre de muy pocas palabras. Eso no importaba, de todos modos, el era algo grosero con ella. De echo, ella había pasado un tiempo con el cuando ella le pidió un consejo acerca de la posibilidad de recoger hierbas medicinales en el desierto. Había hablado muy poco, y cuando lo hizo, fue sólo para hacer una pregunta. Había tomado notas diligentemente y aunque él no contribuyó mucho en la conversación, Ino dudaba de que el estuviese escuchando. Siempre se había interesado había en esos ojos verdes que poseía, aunque Ino pensaba que siempre se trataba de la falta de sueño.
Cuando Ino había preguntado a Naruto sobre la salud de Gaara, el Hokage había bromeado con los hábitos de dormir de su amigo.
-Rara vez duerme. Un habito difícil de romper, incluso sin la bestia de una cola en su interior. Bolsas. Debajo de sus ojos. Es terrible.
Gaara perdió el interés en observar a Ino en algún momento y comenzó a examinar sus uñas. Ino tomo esa oportunidad para mirarlo mas. Gaara había crecido al pasar los años, probablemente era tan alto como Naruto, y eso era decir mucho, pues realmente Naruto había crecido. El cabello rojo sangre sobre su cabeza seguía siendo el mismo trapeador desaliñado con fragmentos sobresalientes en muchas direcciones distintas. Era como si el hubiese estado tirando de el antes de venir a verla. Ella le temía una década atrás. El era tan.. incontrolable
Indescifrable.
Ino fruncio el ceño. Era el kekke genkai de su clan para leer hasta el fondo del subconsciente humano. Muchas veces se había visto sin la necesidad de usar su habilidad para mirar a través de una persona, y con la experiencia que tenia les podía decir quienes eran, con solo un vistazo. Gaara, sin embargo, era una hoja de papel en blanco. Esos verdes y vidriosos ojos eran planos, sin ninguna profundidad en ellos. Incluso su lenguaje corporal era ilegible. Lo único que podía decir era que él estaba rígido e incómodo.
Y cansado. El se veía muy cansado.
Ino trago saliva sonoramente. Pensando que el Kazekage había tenido una noche muy larga, pensó que tal vez seria mejor si le dejase solo un rato para permitirle componerse. Abrió la boca para decir algo, pero la cerro inmediatamente cuando escucho la puerta de la habitación de juntas ser abierta ruidosamente. Temari, luciendo inmaculadamente hastiada, se tambaleo dentro de la habitación con un enorme bulto de… ropa morada en sus brazos. Ino no pudo evitar suspirar con alivio al ver una cara familiar.
Temari cerro la puerta con la rodilla y se volvió hacia ellos dos, luciendo nerviosa. – Ah, siento haber tardado tanto- Se acerco a la mesa rápidamente y deposito todo lo que tenia entre sus brazos sobre esta, entre Ino y Gaara. – Tengo todo lo necesario para el mes que viene – Cuando Temari vio la mirada de asombro proveniente del rostro de ino, añadió –Hay mas cosas afuera.
Ino miro inquisitivamente a Temari - ¿Perdon?
Temari comenzó a reir y trato arduamente de meter algunos de sus rubios cabellos sueltos en una de las cuatro coletas que tenia –No te preocupes. Shikamaru me dijo que te gusta el color morado, asi que personalmente me asegure de que recibirías algo que te gustara. Por supuesto, tuve que elegir algo de lencería color negra, con algunos encajes aquí y acá...-
-¿Qué? – interrumpió Ino, no estando completamente segura de si Temari iba enserio o simplemente bromeaba.
-Lenceria – dijo Temari efectivamente, sin pestañear siquiera mientras regresaba su mirada a una sorprendida Ino.
Ino sin ni siquiera darse cuenta ya se había levantado de su silla – No creo que este poniéndome al flujo de esta conversación. ¿Por qué me ibas a conseguir tu ropa interior negra? – Ella había traído sus propios cambios de ropa suficientes para un par de días… y entre ningunas de esas ropas se encontraba la interior negra... Naruto no había dicho nada acerca de maldita ropa interior con encaje negro!
Temari miro a Ino, antes de mirar a Gaara – Tu no le dijiste… - musito con incredulidad. –Gaara, pensé que ya habíamos hablado acerca de esto, que tu serias el que le diría acerca de…
-Ya lo se – dijo Gaara repentinamente, e Ino al instante se desconcertó. Ella le había oído hablar a la gente de su aldea muchas veces en el pasado, pero ¿por que su voz sonaba totalmente diferente cuando solo había tres personas en el interior de una sala de reuniones desierta? . Su voz era profunda, sonaba como un trueno en la distancia. Era demasiado intimidante, realmente. Sobre todo cuando hablaba estando de pie. El era alto, cerca de dos cabezas mas alto que ella. El no traía la calabaza que siempre llevaba atada a su espalda, e Ino no sabia si estar agradecida por ello o no.
Temari, que estaba obviamente acostumbrada a su hermano, rodo los ojos y dijo – Bueno, tienes que recordar que fue tu propia idea desde un principio
La mandíbula de Gaara se tenso aun mas, una pequeña línea vertical se formo arriba de sus ojos, entre el lugar que se supone que debería de haber entre sus cejas, e Ino lo observo tocarse el lado de la frente donde se encontraba su rojo tatuaje -Yo pensaba decírselo…antes de que entraras-
Ino contuvo un bufido, eso era obviamente una mentira. Gaara ni siquiera había estado cerca de decirle ni ''boo'' a ella hace unos momentos. La forma en la que Temari rodo sus ojos nuevamente decía que ella pensaba lo mismo.
-Bueno, en ese caso, siento haberte interrumpido- Temari cruzo sus brazos sobre su pecho. – Díselo entonces. Adelante.-
Gaara parecía pensar si debía atacar a Temari y correr lejos. Ino se sorprendió al verlo tan duro como una pared de ladrillos mientras hacia eso. Gaara lanzo una pequeña mirada a Ino con aquellos ojos delineados de negro, y en ese momento Ino creyó ver brillar algo en ellos.
Ino encuadro sus hombros, pensando que tal vez podría acelerar las cosas si ella también entraba en la conversación. – Estoy escuchando, Kazekage-sama. Sea lo que sea, estas son ordenes de mi Hokage, y voy a hacer todo lo que este a mi alcance para ayudar.- Además, se le pagaba una cantidad increíble de dinero para que hiciera eso, sea lo que sea.
Gaara parecio relajarse un poco durante una fracción de segundo. La tensión alrededor de sus ojos y el leve alzamiento de sus hombros desapareció, y ahora estaba mirándola fijamente a los ojos. Separo los labios y…
Y la puerta se abrió con ello. Kankuro entro bruscamente, con tres cajas, una encima de la otra, en sus brazos, tapando completamente su rostro. –Gaara e Ino van a vivir juntos por solo un maldito mes. ¿Por que necesitamos todas estas cosas? No es como si fuesen a vivir juntos para siempre ¿Verdad?- Hizo las cajas hacia un lado para ver hacia donde iba, luego se dio cuenta en ese momento de que había tres pares de ojos sobre el. Sonrió con incertidumbre. – Oh, mierda.
Ino miro a Kankuro, luego a Temari, y finalmente a Gaara. –Err.. ¿Qué?
Kankuro dejo caer las cajas al suelo y suspiro, agachándose y pasándose una mano por sus desordenados cabellos oscuros. –Así que me imagino que todavía no tienes…?-
-Acabas de decir algo muy, muy preocupante en este momento- dijo Ino al maestro de marionetas.
Temari movió la cabeza con resignación. –Bueno, alguien tenia que decir algo tarde que temprano.
Ino torció sus labios enseñándole los dientes un poco, sintiéndose terriblemente traicionada -¿Qué es eso de que Gaara y yo viviremos juntos? – pregunto ella.
Gaara se aclaro la garganta ruidosamente.
Ino se giro en dirección a el, la indignación fue remplazada repentinamente por la conciencia de que Gaara se había acercado a ella, y ahora se elevaba frente a ella mirándole desde arriba, una vez mas, con la mirada en blanco. Desde su punto de vista podía distinguir el contorno fuerte de su mandíbula, la larga nariz, la frente prominente marcada con aquel tatuaje. Ella se aparto de el por instinto, como un perrito pateado, pero no volvió a mirarlo. -¿Qué esta pasando aquí, Kazekage-sama?
Gaara no se movia… ni parpadeaba.. la examino atentamente. Una vez mas, una asustada Ino no podía decir lo que pensaba. El solo estaba… ahí. Mirándola. Mirándola tan cansado.
Ino trago saliva sonoramente antes de enfrentarse a el propiamente. -¿Me han llamado aquí para vivir con usted, Kazekage-sama? ¿Eso es parte de la misión?
Gaara asintió en silencio. Ni siquiera lo dudo, echo que enervo aun mas a Ino, aunque apreciaba en demasía su honestidad. Pero aquí surgió la pregunta real.
-¿Por qué?
Temari suspiro con alivio. –Ahora que podemos cambiar de tema… ¿Podrías hacerlo?- pregunto a Ino.
-¿Por qué?- pregunto Ino nuevamente.
Kankuro lucio bastante aliviado –Bueno, supongo que eso es todo. No necesitamos emocionarnos tanto con esto. Vamos a tomar el Te.
-No me digan que tengo que hacer eso?- demando saber Ino cuando se dio cuenta de que los hermanos de la arena la estaban ignorando. Ya era suficiente con que Naruto la hubiese enviado ahí sin saber nada de nada, pero ahora sus clientes mantenían el secreto para con ella también. –No es como si dijera que voy decirles que no hare nada si no me lo dicen. Ustedes están pagándonos, después de todo. Pero no creen que podría ser mas eficiente para mi saber actualmente la verdad detrás de esto?
Temari y Kankuro la miraron, después miraron a Gaara. Era como si ellos estuvieran pensando que seria mejor confiar que Gaara le contara la verdad detrás de la misión.
-Despues – dijo Gaara. – Te lo diré después.
Su primera frase coherente, finalmente. Ino se mordió el interior de las mejillas y no pudo hacer otra cosa mas que asentir. –Esta bien. Supongo.- Se acomodo el flequillo lejos de la cara y se palmeo las mejillas con las manos; ni siquiera tenia conocimiento previo de que había comenzado a sudar, ni cuando había comenzado. –Uh… así que… ¿Debo ir a buscar mis cosas?- pregunto con incertidumbre, clavando sus ojos en la maleta que había traído de Konoha, la cual contenía su ropa y otros artículos femeninos. Sin ropa interior negra con encaje entre las cosas. No. Nada de eso.
Gaara asintió secamente y se dispuso a salir de la sala de reuniones.
La boca de Ino se abrió, atónita. – E-e-espera! ¿Ya nos vamos? ¿Ahora?
Gaara la miro por encima de su hombro. Ino solo podía ver la mitad de su rostro. –Ven conmigo a casa esta noche- dijo.
Esa invitación sonó tan mal en tantos niveles distintos. Ino suspiro. – Esta bien. Déjame recoger mis cosas.- Ella se encargo de cargar su mochila.
-Entonces, tendré que llevar estas cosas después a tu hogar, Gaara- dijo Kankuro.
Ino le interrumpió en un segundo. – Eso no será necesario.
-Estas segura? Porque esas panties son…
-No, gracias- dijo Ino mientras apretaba los dientes un poco, arrojando su mochila tras su hombro y adelantándose rápidamente antes de esperar por Gaara.
Los dos se observaron mutuamente durante unos largos segundos, antes de que Gaara finalmente se diera la vuelta y saliera por la puerta.
Ino encaro a Temari interrogantemente. La mayor se encogio de hombros como si dijera ''No me preguntes a mi. Pregúntale a el.''
-¿Vas a venir?- se escucho la voz monótona de Gaara desde afuera de la sala de reuniones.
-Ah…- Ino vacilo y Temari volteo su cabeza hacia la dirección en la que Gaara se había ido. – Si, ya voy- y fue tras Gaara a toda prisa.
Honestamente, nunca había cruzado por la mente de Ino la idea de que Gaara tuviese una casa. Ella siempre había pensado que el vivía dentro de la torre del Kazekage. Siempre. Ahora que lo pensaba, era simplemente normal que el tuviera una casa propia. Este echo también le dejo una sensación de alivio; al fin la misión a la que Naruto la había enviado no tenia nada que ver con cosas peligrosas, como, por ejemplo, la seguridad nacional. O terroristas. O invasiones. O cualquier otra…cosa peligrosa.
Ino miro a su alrededor como Gaara abría el camino a través de los pasillos serpenteantes y corredores que doblaban en la torre del Kazekage. Cada vez que ella venia con Shikamaru para visitar la Arena, su ruta era siempre limitada a ciertos ligares, es decir, ciertos lugares en los que Temari solía estar. El interior de la torre, sin embargo, era desconocido para ella, y ella sabia que si Gaara no estuviese para guiarla habría terminado perdiéndose en el laberinto de pasillos durante días.
Ella dejo escapar un grito ahogando cuando sintió que alguien tiraba gentilmente de su mochila. Levanto la mirada y se sorprendió al ver que Gaara caminaba a su par y ahora estaba tirando de sus pertenencias.
-Ya la revisaron antes de que entrara en la villa, Kazekage-same – dijo Ino, poniéndose de cierta forma un poco a la defensiva. El no podía estar pensando que posiblemente ella había metido algo peligroso a la villa de la arena, verdad?
Gaara sacudió la cabeza –Yo llevare esto.
La mandibula de Ino casi cayo de la incredulidad. Tomo la mochila de sus manos. – Esta bien. No es tan pesado, Kazekage-sama.-
El hombre bajo la mirada hasta ella. – Gaara.-
-¿Perdon?
-Llámame Gaara.
Ino solto lo primero que le vino a la mente. - ¿Por qué?
-Es mi nombre.
-Por supuesto que lo es.- murmuro Ino, un poco inquieta.
-Realmente lo es – dijo Gaara en tono de reproche.
Ino parpadeo. –Ya lo se, señor. Te creí cuando me lo dijiste. Pero no podría hacerlo. Eso seria un poco grosero.
-Llamame Gaara – insistió, y con la fuerza que Ino olvido que tenia, arrebato la mochila de sus manos y la oscilo sobre sus propios hombros. El siguió caminando sin volver a detenerse.
Ino se quedo boqueabierta a sus espaldas, con incredulidad. –Espera!- Corrió tras el, sus largas piernas eran sorprendentemente rápidas. Ino siempre lo había imaginado sobre una nube de arena, flotando de aquí para allá a su antojo, y viéndole caminar así por su propia cuenta era alarmante. De todos modos, era difícil negar que ver la marcha de Gaara era todo un espectáculo para la vista. Era ágil para su estatura, y aunque se veía bien coordinado a pesar de los largos miembros, tenia cierto… contoneo… en sus pasos, como si estuviese balanceándose con música que solo el podía oír. El asentia a cualquier persona con quien se topaba en el pasillo, musitando cortésmente un saludo y de vez en cuando se detenía para intercambiar palabras cuidadosamente seleccionadas a personas cuidadosamente seleccionadas. Ino iba silenciosamente tras el, inclinando la cabeza a esa gente cuando se topaba con ellos en el camino. Ellos se volvían a mirarla con lo que parecía ser puro interés o curiosidad algo grosera. Algunos sonreían. Algunos iban tan lejos como para estrecharle la mano. Ella no entendía nada de eso.
Ino no se entero cuando Gaara se detuvo en el camino y ella repentinamente se golpeo la nariz contra su hombro. – Perdón- murmuro, frotándose la nariz tiernamente. Ella subió la mirada para ver que estaban de pie a pocos metros de una puerta abierta que daba a un claro amplio. No había ni un grano de arena a la vista. Las pilas de ladrillos claros lucían como si hubiesen sido hechos para uso publico, como festivales.
Ino intuyo que ese era el centro de la aldea propiamente dicha, situada justo detrás de la torre del Kazekage. Podia distinguir los callejones formados por las casas de barro perfectamente alineadas, todas en forma de cúpula y luciendo como pequeños hormigueros organizados alrededor del claro.
-No esta muy lejos de aquí- le informo Gaara mientras miraba por la salida.
Ino podía sentir que el estaba dudando –¿Algo esta mal?
Gaara bajo la mirada hasta ella, y sus ojos se pasearon por su rostro y hombros desnudos. Ino inconscientemente levanto sus manos para frotar estos. ¿Tal vez debería haber usado un atuendo diferente? Desde que Naruto no había especificado que se suponía que haría ella en esta misión, ella había optado por vestir su usual top morado y falda. ¿Gaara pensaba que ella vestía inapropiadamente? Bueno, ciertamente eso no era su culpa! Si le hubieran dicho en primer lugar que haría, entonces…
Su línea de pensamiento fue interrumpida cuando Gaara coloco su mochila a sus pies, se quito la capa envuelto alrededor de sus hombros y suavemente la envolvió con esta. El material era ligero y ventilado, y por alguna razón olía a algo parecido a la canela mezclado con un aroma desconocido que Ino solo pudo suponer que era el olor natural de Gaara.
-El sol de medio día puede quemar tu piel.- se explico repentinamente mientras recogía la mochila y se la colgaba a un lado.
Ino bajo la mirada para observar su cuerpo. La capa era demasiado grande, y se la engancho sobre sus tobillos. ¿Acaso Gaara se había olvidado de que ella había tenido que viajar a través del desierto para llegar ahí?. Ella tenia sus propias capas enterradas dentro de su mochila, pero para evitar alargar la conversación que ella sabia que Gaara no estaría dispuesto a dejar que le entretuviera, ella murmuro un débil –Gracias- instantáneamente.
Siguio a Gaara a través del claro del desierto, asegurándose de alcanzarlo dando grandes zancadas. – Esta un poco solitario por aquí. Me pareció que este era un tipo de lugar de reunión.
-Lo es.- dijo simplemente Gaara. No dio mas detalles e Ino se mordió el labio con frustración. Ella había venido aquí bajo ordenes del Hokage, y ella conocía su lugar cuando se trataba de esta persona, pero una conversación era demasiado pedir? Honestamente, allí estaba el, llevándola de vuelta a su casa, y sin ni siquiera decir alguna palabra, a excepción de lo que ella le pregunto.
Ino encuadro sus hombros y espero ser un poco mas paciente, para tratar de enfocarse en algo diferente. Caminando con el hombre, ella dijo – Naruto manda saludos, por cierto. El me pidió que te entregara un pergamino. Esta en mi mochila.
Gaara asintió. – Gracias. Lo leeré mas tarde.
-Y Lee manda a decir que espera ansiosamente su sesión de entrenamiento del próximo mes. El estará lejos en una misión por estos días. Salio un dia antes que yo y quería que te diera el mensaje.
Gaara hizo una pausa, después bajo su mirada hacia Ino -¿Tu hablas con Rock Lee?.
Ino asintió. –Si. ¿Eso es malo?
-No- respondió Gaara, y volvió su mirada hacia el frente –Ya llegamos.
Ino dejo de caminar cuando Gaara se detuvo justo enfrente de una pequeña casa hecha de roca y arcilla. Al igual que el resto de las casas en la villa de la Arena, era redonda, con esa forma de bóveda en el techo. Las amplias ventanas delanteras al jardín estaban limpias y descubiertas, así como el jardín delantero, pero este tenia un poco de maleza aquí y allá debajo de las rocas y algunas pequeñas piedras. Para alguien que había pasado su vida rodeada de flores, la sola vista hacia daño al corazón de Ino. Era una pena tener una casita tan adorable olvidada como esta, capaz de producir mas que solo rocas y malezas.
-¿Vas a venir?- se escucho la voz de Gaara.
Ino salto. Ella había estado tan concentrada en el jardín bastante amplio que tenia enfrente que no se había enterado de que Gaara había caminado hacia la casa y ahora estaba sosteniendo la puerta abierta para ella. Alzo la capa sobre sus rodillas y se apresuro hacia el lugar donde el estaba esperando. Camino lejos del sol.
Y entro en una de las casas mas vacías en las que había estado en toda su vida.
El lugar era amplio, con oscuras paredes color crema. Las ventanas hacia el jardín que ella había podido ver afuera estaban situadas en la pared del este. El espacio cerca de la pared era lo que Ino pudo llamar una estancia, donde había un feo tapete color café en el suelo y sobre el había una enorme mesa de madera en el centro, que Ino suponía estaba hecha de tejo. Y contra la pared norte había un igualmente feo sopa. La cocina estaba detrás de la puerta de al lado, y había otra puerta cerrada en el lado oeste de la habitación.
Y prácticamente eso era todo.
-Kaze-uhm… Gaara? – pregunto.
Gaara estaba poniendo su mochila sobre el sofá. Volteo hacia ella. –Hn?.
-Tu no has estado viviendo aquí por mucho tiempo, cierto?
-Diez años, creo.
Los ojos de Ino se abrieron involuntariamente y trato de buscar señales de esos diez años de los que el había hablado. No había fotos enmarcadas ni nada por el estilo colgado en las paredes. No había libros ni pergaminos en los estantes empotrados cerca de las ventanas. La única cosa que se acercaba a ser un objeto personal de Gaara era una solitaria planta marchita en una maceta escondida entre el pequeño espacio entre la pared y el sofá.
Ino gesticulo ante el lugar, realmente era una perdida de palabras. – Wow… bueno…- Ella asintió débilmente al hombre que la observaba mentras recorria la casa.-Al menos es fácil de limpiar. Sin muebles para barrer debajo de ellos o alrededor…-. Eso fue la única cosa positiva que pudo decir.
A Gaara precio no importarle. –Puedes utilizar lo que quieras.- Señaló vagamente hacia su derecha. -El baño está allá. La cocina está allá.
-Por supuesto. Gracias.- Se puso de pie en su lugar, balanceándose sobre las puntas de sus pies. Entonces, ¿qué? Ella miró en dirección a la cocina.- Uhm, ¿tomamos algo de te?.
Gaara asintió de inmediato. – Si, gracias.
Ino casi palideció ante él. ¿Se había perdido de algo?. Esa era la casa de Gaara, y ella era la invitada, verdad?. Y el hombre parecía dar a entender que ella tenia que tener el te listo. Arrastrando un largo suspiro, aguantando antes de soltarlo lentamente, se quito el abrigo de Gaara y la colocó sobre el sofá en el camino a la cocina. Si todo se había reducido a eso, entonces ella tendría que aceptarlo. –Esta bien, entonces. Debiste de haber tenido un dia agotador. Voy por el te y preparare el almuerzo mientras hago eso.
La cocina era mucho más amplia que la sala. Un sospechosamente gran refrigerados estaba metido en un rincón. Ino se sorprendió al descubrir que Gaara tenia uno, dado que el vivía solo y ni siquiera tenia una televisión en su sala común. A parte de la adorable mesa de madera del comedor en el centro de la habitación, la otra cosa que llamo la atención de Ino era el lavabo pequeño y pintoresco con azulejos de mármol blanco, construido con gabinetes arriba, la ventana con vista al patio trasero estaba tan descubierta como la de la parte delantera. Alcanzaba a ver el césped del vecino mas cercano, compuesto de helechos y exuberantes plantas desérticas como wolf berrys y aloe vera. Oh bueno. No tenia sentido quejarse. El hecho de que a ella le gustasen las flores y plantas no significaba que a todos debían gustarle. Ella comenzó a hacer la comida rápidamente.
Por supuesto, había un muy, muy pequeño problema. Ino se dio cuenta de eso en el momento en que abrió un estante de la alacena.
-Gaara?
-Si?- pregunto Gaara mientras daba un paso dentro de la cocina y miraba a su alrededor con curiosidad. Era como si se tratase de la primera vez que entraba en esa parte de su residencia. Se veía tan fuera de lugar en la blancura del hermoso azulejo, con su cabeza de cabello rojo oscuro apenas rozando el marco de la puerta.
-No tienes nada en la alacena- señalo ella lo visto, llegando mas lejos en los estantes solo para asegurarse. -¿Dónde están tus hojas para el te?
Gaara la miro fijamente como un buho –Yo no he comprado nada.
Ino retiro la mano del gabinete débilmente -¿Quieres decir que te quedaste sin nada?.
-No, yo no e comprado te. Nunca
-¿Nunca?
-Nunca, nunca.
Ino se froto la nuca incómodamente. Bueno, se sintió dentro de una cascara de nuez – Esta bien, entonces ¿por qué no nos saltamos el te, y hago algo de comer?- Se dirigio al enorme refrigerador en el otro lado de la habitación y abrió la puerta lentamente. Una ráfaga de aire helado salio, y cuando Ino echo un vistazo, no había nada ahí, solo algunas toallas mojadas en un plato.
-No hay nada aquí, tampoco- dijo Ino, decepcionada.
Gaara balanceo su peso de un pie a otro. Se veía algo incomodo.- Cierra la puerta. Ahorra electricidad.
Ino hizo lo que el le dijo. –Ahorrarías realmente electricidad si solo lo desconectas, ya que para empezar no hay nada en el.
Gaara no pareció alegrarse con su comentario, pero no dijo nada.
-¿Cómo comes?- pregunto Ino, sinceramente sin querer saber la respuesta. Gaara había afirmado que él había estado viviendo en esa casa durante más de diez años, pero no había muebles ni comida.
-Temari- respondió Gaara simplemente.
-Pero hay momentos en que Temari esta afuera, haciendo su trabajo de embajadora en Konoha. ¿Qué haces cuando eso pasa?
Gaara silenciosamente señaló al otro lado de la cocina, donde Ino vio una caja de cartón un poco grande. Ella sabía lo que era, sin siquiera tener que mirar de cerca. - ¿Suplementos?.
-Suplementos alimenticios- corrigió Gaara.
Ino estaba horrorizada. –Gara, si no comes bien, uno de estos días vas a morir de hambre.
Gaara se alarmo. -¿Cuándo?- pregunto.
No era exactamente la reacción que Ino estaba buscando, pero se le acercaba lo suficiente. -¿Cuándo? Bueno… Algún día. Si tu no comes bien.- Ino junto sus manos. –Vamos a ir de compras, entonces.
En esta ocasión, Gaara evidentemente se alejo de ella -¿Tengo que ir?.
-Sí, tienes que venir conmigo. No sé dónde quedan las tiendas, y no me quiero perder.- Al parecer las cosas no iban a ser tan fáciles como pensaba. Tal vez un ataque terrorista habría sido una mejor misión para ella. –No tardaremos mucho, y puedes decirme lo que quieres comer mientras estamos haciendo las compras. ¿De acuerdo?.
Pasaron varios minutos antes de que Gaara tomara una decisión, y los dos habían estado de acuerdo en ir al mercado a abastecerse con alimentos.
Fue increíble como Gaara se veía tan fuera de lugar a cualquier sitio que acudía que no fuera la torre del Kazekage. La gente en el mercado parecía incomodarse al verlo tanto como el al estar en su presencia.
-No habías venido aquí antes, verdad?- le pregunto Ino mientras alcanzaba una cesta de aspecto resistente en uno de los puestos de venta. –Todos los civiles lucen como si hubieran visto un fantasma.
Gaara miro a la izquiera, después a la derecha entre la multitud que se dividio en dos cuando empezó a caminar. –Ellos me están mirando. – dijo.
-Si, lo están. Pero de que puedes culparlos? Difícilmente pones un pie fuera de tu torre, por no hablar de la misma ciudad. No te preocupes por eso. Oh, mira. Tienen tomates.- Se detuvo delante de un anaquel y arranco un tomate con su mano libre. Ella se volteo justo a tiempo para ver a Gaara frunciendo el ceño al ver que ella dejaba caer un par de estos dentro de la cesta.
¿El odia los tomates? Se pregunto Ino. El no expreso su opinión, así que por si acaso, Ino comenzó a recoger al azar determinadas frutas y vegetales, e iba viendo la variedad de reacciones que tenia el hombre.
Cebollas, se encogió de hombros. Papas, un asentimiento. Zanahorias, una pequeña sonrisa. Berenjenas, un fruncimiento de ceño.
Fue interesante ver las coloridas expresiones en su cara que era generalmente estoica, seria y cansada, sobre todo cuando ella lo había arrastrado a un puesto de hierbas frescas para cocinar.
-Mira estas. – comenzo Ino mientras tomaba un pequeño manojo de eneldo fresco. – Podríamos comprarlo hoy y hacer un escabeche de varios vegetales con el esta noche.
Gaara examino de arriba abajo la planta -¿Qué es esto?.
-Es eneldo, ¿No habías visto a alguien usar esto antes?
El negó con la cabeza. –Es fresco… Casi no usamos hierbas frescas.
Ino asintió comprendiendo, luego ella rompió un tallo de la hierba y lo sostuvo en alto bajo la nariz de Gaara. –El eneldo pierde su sabor rápido cuando se seca. Es comúnmente usado para sopas y encurtidos, tu sabes. Para el aroma. Trata de olerlo un poco.
Gaara tentativamente bajo la barbilla y olfateo el tallo rápidamente. Pareció agradarle el olor, por que lo tomo de la mano de ella y continuo agitándolo bajo su nariz como un niño.
Ino tomo un frasco de cada fruto seco e hibisco –¿No te importaría que fuera te con sabor a fruta? Yo los adoro.
Gaara dejo el tallo de eneldo en la cesta de Ino y cuidadosamente le quito el frasco de hibisco. –No me molesta.- Abrió la tapa del frasco y olfateo su interior, también. Sus tensos hombros se relajaron un poco y metió aun mas la nariz en el frasco.
-Te gustara ese aroma. – musito Ino mientras tomaba otro frasco de hierba favorecida y lo depositaba dentro de su cesta.
-Huele muy bien. – admitió mientras enrroscaba la tapa de nuevo y consecutivamente lo ponía dentro de la cesta de Ino. Después le quito la cesta. – Yo llevare esto.
Ino rodo sus ojos, pero no dijo nada, sabia que seria inútil discutir con el. Ella lo dejo dar una vuelta alrededor del mercado para mirar un poco, desde entonces el había comenzado a ignorar como los aldeanos se lo comían con la mirada. El lucia como una mariposa ansiosa, revoloteando de un puesto a otro, señalando frutas coloridas y mirando por encima del hombro a Ino, como preguntándole: Estas saben bien?.
Pacientemente, Ino espero hasta que el estuviera satisfecho, y después se dispusieron a regresar a su pequeña casa vacía. Comprar había sido bastante interesante, ya que Ino había mirado a Gaara como nunca antes lo había visto. Cocinar iba a ser otra historia diferente. Ella le pregunto a Gaara si podía ayudarle a cortar los vegetales, Gaara respondió con otra agradable sorpresa.
-Nunca he hecho esto antes. – dijo.
-¿Nunca?.
-Nunca, nunca.
Pfffffffft. Ese hombre era el Kazekage mas joven de la historia. Podia aplastar a los enemigos sin mover un dedo, y he aquí el momento en el que el le dice que nunca antes había cortado en rodajas un vegetal ni una sola vez. Ino le entrego un repollo. –Toma. No necesitas un cuchillo para este. Solo deshazlo con tus manos y lávalo, luego ponlo en un tazón.
El siguió las indicaciones obedientemente. Ahora ella le haría cortar los tomates, que era más difícil.
-Mejor cortare las cebollas. –ofreció el.
Ino se mordió el labio con incertidumbre. –Las cebollas harán tus ojos llorar.
Gaara se encogio de hombros. – Eso es mejor que los tomates.- Y empezó a alejarse con las cebollas, en poco tiempo comenzó a respirar ruidosamente y a secarse los ojos con su manga. No se quejo ni una sola vez.
Los ojos de Ino casi se salieron de sus cuencas cuando vio las perfectas rodajas de cebolla que Gaara había cortado. Era como si hubiera usado una maquina para cortar. Le palmeo el hombro ligeramente. –Tienes el don.
Gaara se quedo mirando el lugar donde Ino le dio la palmada y dijo –Me duelen los ojos.
-Ya esta bien, gracias por ayudarme. Puedes ir a descansar a la sala y…- Y que? Ver la televisión? – y…descansar. –Puntualizo Ino no muy convencida.
Gaara asintió con la cabeza e hizo lo que escucho. Ino se quedo mirando hacia la puerta por donde había desaparecido y soltó un pequeño silbido a través de sus dientes. ¿Quién hubiera imaginado que el shinobi mas fuerte de la aldea de la arena fuera tan torpe en su propia casa? Ino no terminaba de comprenderlo, pero de alguna manera, encontró aquel echo entrañable. Rebusco debajo del fregadero y encontró un nuevo conjunto, sin nunca antes haber sido usado, de ollas y sartenes. Tendría que hervir agua para sopa y usar otra olla para cocinar arroz. Como lo único disponible en el mercado eran huevos y un poco de trucha (tal vez mañana, si se levantaba temprano, podría ir al mercado en la mañana para conseguir un poco de carne), decidió simplemente freír el pescado y hacer unos cuantos omelets.
Penso en Gaara y su misión mientras cocinaba, y a pesar de que ella había sido entrenada para no cuestionar a sus autoridades, su curiosidad era persistente. ¿Había alguna razón en especifica por la cual Gaara la necesitaba ahí?. Aparte de, bueno, cocinar los alimentos que el no sabia hacer?. Deseo que el le contara todo pronto, así no tendría por que andar preocupada por eso.
Despues de unos minutos mas la espaciosa cocina que usaba se lleno con el aroma tan familiar para Ino, que la hizo sentirse de vuelta en Konoha. El olor debió de haber flotado hasta la sala, por que Gaara entro a hurtadillas en la cocina mientras olfateaba el aire a su alrededor.
-Algo huele bien.- dijo mientras se colocaba detrás de Ino, como si tuviera miedo de acercarse mas y atravesarse en su camino.
-Debe ser la sopa de cebolla. ¿Recuerdas el eneldo que compramos? Lo puse ahí. ¿Quieres probar un poco?- ofrecio Ino, y uso una cuchara de madera para sacar un poco de la sopa. Bromeando, se volteo hacia Gaara y dijo: -Di ahhh!-
Ella casi se tambaleo hacia atrás al ver que Gaara abrió su boca y se inclino hacia adelante, expectante. Ella había estado bromeando acerca de alimentarlo así. Había esperado que el mirara con recelo la cuchara, porque el había mirado antes toda la comida frente a el de esa manera. Pero ahí estaba el, a la espera de ser alimentado con la cuchara.
-Date prisa.- murmuro Gaara y abrió la boca de nuevo.
Ino salto en su lugar, derramo un poquito de la sopa en el suelo y luego asintió. –Esta un poco caliente, ten cuidado.- Ella llevo la cuchara de madera hacia su demandante boca y Gaara tomo un sorbo de la sopa, tentativamente. -¿Te gusta?.
Gaara asintió. –Delicioso.
-¿Enserio? ¿Te gusta?.
Gaara dio un pequeño asentimiento.
Ino sintió una pequeña llamarada de orgullo. Al Kazekage le gustaba como cocinaba. Bueno, al menos no iba a tener problema alguno durante el mes al alimentarlo. Ino puso el arroz, el pescado y los omelets en platos separados (Gaara tenia tantos platos sin uso!), organizo la mesa para dos y se sentaron sin esperar mas. Ino sirvió una generosa porción de arroz y un gran pedazo de omelet en su plato.
Gaara pico el omelet con sus palillos, y luego hizo una mueca. – Hay tomate en esto.
Ino bajo sus propios palillos y dijo: -Son buenos para ti.
Gaara sacudió su cabeza. –Pero son tomates.- dijo, como si eso lo explicara todo.
Ino señalo su plato. –He trabajado muy duro en este platillo.- dijo suavemente. Estaba tan acostumbrada a que todos los hombres de su vida deboraran todo lo que ella les ponía enfrente y tener que forzar a Gaara a comer eso era una experiencia nueva, diferente. –Por favor cómelo.
Viéndose muy instatisfecho y en un callejón sin salida, Gaara asintió.-Gracias por la comida.- y comenzo a excarbar en ella. Ino lo miraba mientras comía. Ella sonrio cuando el se aseguro de poner un montón de arroz en su boca cuando se puso un poco de tomate en la boca. El no parecía disfrutar eso, pero comió de cada comida en su plato.
-¿Lo ves?. No estuvo tan mal.- le dijo Ino mientras le servía un poco de te y recogía el plato vacío de el.
-Contuve la respiración.- dijo Gaara tristemente.
Ino se rio. -¿Realmente mi comida sabia tan mal? – le pregunto en tono de broma.
Gaara se removió en su asiento. –Estuvo deliciosa.
Ino se sentía un poco realizada. Gaara había comido cada bocado, aunque fuera evidente que no le gustaba el tomate. –Gracias. Puedes ir a relajarte en la sala, yo voy a lavar los platos.
Nuevamente, como un buen chico, Gaara hizo lo que escucho. Y otravez, Ino se pregunto como un hombre que era tan violento hace algunos años atrás podía comportarse tan dócil. Supuso que Naruto era el único que podía comprender al hombre totalmente. Ino deseaba que el le dijera toda la razón de aquellos arreglos y así poder dejar de pensar en ello. Ella pensaba todo mientras tarareaba para si al lavar los platos. Cuando lavo todo y lo dejo secando en el estante, se seco las manos con una toalla que colgaba del fregadero y se dirigió a la sala donde Gaara estaba.
Se sorprendió al ver a Temari y Kankuro de pie en la sala de estar. En las puertas estaban las cajas que Kankuro había traído a la sala de reuniones antes. En la parte superior de las cajas estaba la ropa morada que Temari había traído para ella. Ella esperaba que por dios no hubieran traído nada de esa ropa interior negra.
-¿De verdad hiciste que fuera de compras? – soltó repentinamente Kankuro cuando la vio venir.
Ino asistió. –No había nada en la cocina. Estoy realmente muy sorprendida de que Gaara haya estadi viviendo aquí desde hace diez años. Apenas puede llamarse esto un hogar.
-Me gusta así.- dijo Gaara.
Temari hizo un gesto hacia su hermano menor. – Se la pasa la mayor parte del tiempo en la oficina, que aquí en la casa. Duerme sobre sus documentos.
-Si es que duerme- añadió Kankuro.
Ino señalo por encima de su hombro con su dedo pulgar. –Aun así la cocina esta bien equipada. Y los utensilios están completos, si es que no son completamente nuevos.
Temari gimio ruidosamente. Se volteo hacia Gaara. –No se lo haz contado aun.
Gaara bajo su barbilla hasta su pecho y se quedo en silencio.
-Ella tiene que enterarse, Gaara.- dijo Temari, luego volteo hacia Ino. –Esas cosas de la cocina son en realidad regalos de los ancianos.
Ino inclinó la cabeza hacia un lado. -¿Regalos por qué?
Temari carraspeo frustrada. –Gaara, si tu no le dices, nosotros lo haremos por ti. Ahora pon tu mano – la muchacha mayor le tendió la mano a su hermano.
Gaara sacudió la cabeza. –No, yo lo hare.- Se levanto del sofá y fue directo hacia Ino.
Ino se irguió. Finalmente! Iba a decirle lo que tenia que hacer.
-Ino- comenzo Gaara. Probablemente era la primera vez que la llamaba por su nombre.
-Si, Gaara? – pregunto Ino. Vio como Temari y Kankuro se miraban entre si.
Kankuro pronuncio en voz baja. -¿Acaba de llamarlo por su nombre?-
-Callate- respondió Temari.
-Tu mano izquierda- dijo Gaara suavemente.
Ino bajo la mirada a su mano izquierda interrogante. -¿Esto? ¿Qué tiene?.- Se quedo sin aliento cuando repentinamente Gaara tomo su mano en las suyas propias, busco en el bolsillo de su pantalón y saco un precioso anillo con un diamante azul del tamaño de un cacahuate pequeño. Ese hermoso anillo se deslizo en su dedo anular tan rápido que ella ni siquiera sabia como reaccionar al respecto.
-Antes de que digas algo, déjame explicarlo.- dijo Gaara. Ino no tenia ningún reparo en eso; ella no sabia que decir para empezar. Y el todavía no le soltaba la mano!
Asintió con la cabeza de todos modos.
Gaara tomo aire y dijo –Mañana por la noche, todos los representantes del país del Viento llegaran, y se alojaran aquí durante un mes.
Ino asintió. Eso fue bastante fácil de entender.
Gaara continuó. –Van a traer a todas las hijas disponibles que tengan con ellos para que yo escoja una novia.
Ino asintió de nuevo. Bueno, Gaara estaba en edad de casarse. Parecía algo natural que debía de hacer.
-Los ancianos de la villa desean que yo me case antes de que termine el año. Ellos han sido muy insistentes con eso los últimos meses, pero yo no quiero hacerlo…
-¿No quieres casarte? – pregunto Ino secamente. No le gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación.
Durante su interrupción, Gaara desvio la mirada – No quiero una esposa que no conozca.
-¿Qué? ¿Así que me necesitas para que me haga pasar por tu esposa? Yo no veo ninguna diferencia.- espero Ino incrédula.
-Quiero que te hagas pasar por mi prometida. Solo durante un mes. Hasta que los representantes me dejen en paz- explico Gaara apresuradamente.
Ino miro dudativamente. -¿Hasta que te dejen en paz? Quiero decir, una novia que sacas de la nada, justo cuando van a venir los representantes es demasiado…obvio!.
Gaara lucio algo sorprendido, y como si el coraje que había ganado antes se desvaneciera una vez mas.
Temari tomo la palabra en su lugar. –En realidad, cuando los ancianos comenzaron a sugerir que el debería estar pensando en el matriomonio, el…uhh… masomenos menciono que ya tenia planeado comprometerse con una kunoichi de Konoha.
Ino sintió que el mundo comenzaba a girar a su alrededor. Se volvió hacia la mujer mayor. -¿Quieres decir que el les dijo que estábamos comprometidos sin mi consentimiento?
-No necesariamente hablaba de ti! –dijo Temari apresuradamente –Fue solo una mentira para mantener alejar a los ancianos de arrastrar a Gaara a un acuerdo que el no quería tener.
En realidad nos tomo unos cuantos meses, pero ahora todo se esta tornando realmente sospechoso, y yo no los culpo. Ellos piensan que el esta mintiendo y consiguieron que todas vinieran todas las diferentes mujeres del país del viento para presentárselas al Kazekage. Al final tuvimos que pedirle ayuda a Naruto, y el estaba mas que dispuesto a enviar a una kunoichi para ayudarnos.
-Y me están pagando el doble por esto? – pregunto Ino.
-Por mi propia cuenta, si- murmuro Gaara incoherentemente. Ahora estaba ocupado mirando hacia abajo la mano de Ino que seguía sujetando.
Ino no podía creerlo. El plan era descabellado, y demasiado desesperado. –Mira, Gaara. Puedo pretender ser tu prometida por un mes, porque ese es mi trabajo y me pagas por hacerlo, pero después de ese mes, cuando todos los representantes se vayan a casa, entonces que? Serás libre de todo eso mientras yo este aquí, pero al final de los 30 días, seguirás sin esposa y los ancianos no estarán contentos. ¿Por qué no te casas de verdad?.
Gaara la miro fijamente. -¿A quien se lo pido? ¿A ti?
Ino sintió su rostro encenderse. –Qu-? Nu-! ¿Qué? No! No, yo no! A una de ellas, a una de las mujeres que vendrán mañana! Los matrimonios arreglados no son tan malos como piensas. Casi todas las familias sobresalientes de shinobis se casaron de esa forma, y muchos son exitosos.
Gaara bajo la mirada, esta vez le soltó la mano y dejo que colgara en el costado de su cuerpo. –Yo no quiero.
Ino perdió todas sus palabras. Ella sabia que Gaara estaba escondiéndole algo: le había escondido muchas cosas a ella desde el momento en que estuvieron en la sala de reuniones. Y mientras ella lo miraba el trataba arduamente de no mirarla a los ojos, solo pudo suspirar y responder –No es como si tuviera elección. Lo hare, Gaara. Pero pase lo que pase después de este mes todo lo demás dependerá de ti. Entiendes eso, verdad?
El asintió débilmente, e Ino podía sentir la tensión salir de sus hombros mientras el finalmente levanto su rostro para encontrarse con el suyo.- Gracias.
Esa era una señal de que todo estaba bien, y Temari y Kankuro dejaron escapar un profundo suspiro de alivio. Ino se pregunto si era realmente algo importante para ellos y Gaara que aceptara.
-Oh, olvide decirte algo – dijo Gaara.
Ino lo miro –¿Si?
-Los ancianos desean conocerte hoy.
Ino parpadeo, luego se rio. –Lo siento. Por un segundo pensé que habías dicho que los ancianos querían conocerme hoy.
Gaara no se rio ni un poco.
Ino se sintió enferma.
Nota de la autora: Bueno, tuve esta idea en mi cabeza desde hace tiempo, y no podía concentrarme en mis otros fanfics porque seguía entrando y saliendo de mi cerebro. Actualmente esperaba hacer un one-shot, pero por alguna razón, se convirtió en un fanfic con muchos capítulos. Probablemente sean entre 8 y 10. No podre actualizar esto otra vez hasta que tenga el otro capitulo de ''Protected up''.
De todos modos, díganme lo que piensan y dejenme un review si gustan!
Nota de la traductora: Hola tarola! como andan mis queridos chabacanos? C:
En esta ocasión he decidido traerles una traducción. Me parece provechoso ya que este fic en lo personal me encanto, esta muy bueno y lo mejor es que es GAAINO. Lo cual lo hace mas maravilloso.
Aquí va otro aporte para hacer mas grande la cantidad de fics. En ingles hay muchos mas que en español, y por ello pensé ¿Por qué no traducir uno? Y que mejor que este, que me ha gustado bastante. Y de paso practico mi ingles.
Espero que les gustara tanto como a mi!
Saludos, besos y abrazos!
