Disclaimer: Los personajes y el universo en que se desenvuelven pertenecen a Masashi Kishimoto, esta historia fue creada únicamente con fines de entretenimiento.
Advertencia: Sobredosis de azúcar. NaruHina.
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Contigo.
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I. Amor.
Cuando Naruto se da cuenta de que ella le gusta se siente extraño, y es por eso, de hecho, que tarda tanto tiempo en asumirlo y aceptarlo.
Porque Hinata no lo pone tan nervioso como recordaba sentirse tiempo atrás frente a Sakura, primera y única mujer de la que siempre dijo estar enamorado. Al contrario, su presencia lo envuelve de tal calma y calidez que no encuentra motivo para titubear o para intentar parecer más audaz o inteligente de lo que realmente es...
A su tiempo, comprende que la Hyuuga siempre ha aceptado sus defectos y virtudes por igual, que es justamente eso lo que le permite no sólo ser él mismo con soltura siempre que se sabe junto a ella, sino que, de alguna manera, también lo invita a sentirse orgulloso de sí. Lo incita a iniciar un proceso de autorreconocimiento, de aceptación, como si algo lo obligara a darse cuenta de que nunca fue ningún monstruo, sino que es tan imperfecto como cualquier otro ser humano: que incluso dentro de aquella gama de errores y desatinos, había suficiente virtud en sí mismo como para decirse valioso...
Ella lo ama con tal intensidad que, un día, se encuentra pensando que ciertamente él merece ser amado y que quiere que sea ella quien lo ame por todo el tiempo que sus vidas les permitieran estar el uno con el otro.
Aun si también es cierto que le aterra el pensar que tal vez lo que él siente no podía ser de ninguna manera tan puro e intenso como lo que ella dulcemente le otorgaba con cada mirada y sonrojo. Vacilante, se pregunta: ¿podría atreverse a confiar ciegamente en otra persona?, duda, con miedo a herirla y a herirse de paso.
No lo sabe… pero, se da cuenta, quiere intentarlo.
Pues ya no basta con saber que ella le tiene cariño, sino que él quiere quererla de manera mucho más intensa. Quiere apropiarse por completo de su esencia, de su aroma, de su tacto, sus sonrisas, incluso de sus lágrimas o de sus enojos…
Quiere hacerla suya por completo.
Descubrir cuál sería su gesto al esperar un beso suyo, cómo cambiaría el tono de su voz cuando estuviese especialmente nerviosa… ansiosa… cuál sería el color de su piel cuando sus labios se adueñarán de todo, con lentas caricias, con hambre voraz.
Qué tanto temblaría entre sus brazos cuando le hablara al oído, en un susurro íntimo, qué tanto se atrevería ella a hacer una vez que la razón la hubiese abandonado del todo, en qué se convertirían si pensaban como uno, qué sentirían si para ello se fundían en un solo cuerpo, aun con el riesgo de olvidar a los otros o incluso a sí mismos como individuos...
Maldición.
Ya no puede negarlo: desea que ella también conozca todas y cada una de sus caras, las buenas, las malas… no sólo al shinobi fuerte y terco, sino también al joven inseguro, temeroso de la soledad.
Quiere ser su amigo, su amante, quiere decirla su mujer y llamarse a sí mismo su hombre.
Ser esclavo y amo, con ella, de ella.
La ama.
Se da cuenta… al tiempo en que se aterra y su corazón late de manera dolorosa.
La ama.
Concilia… con ansias, acostumbrándose al bombeo fuerte… continúo, quizá, eterno.
La ama.
Repite… sonriendo como el que ha descubierto el tesoro más valioso de todos.
Cuánto la ama.
Concluye… sabiendo que su vida apenas comienza.
Con ella.
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Notas de la historia:
¡Hey!, ¿alguien recuerda que hace siglos prometí una serie de viñetas?, ¿no?, ah, bueno, de todas formas, aquí está jaja
Ya, pues eso.
Esta es la primera entrega, cursi como seguramente la mayoría de los capítulos, así que, bajo advertencia no hay engaño~.
En fin, si les gusto -o no-, ¡háganlo saber con un review, o callen para siempre!
Gracias por leer, nos vemos en la segunda parte...
:) (No callen, por favor :'v)
