¡Ohayou gozaimazu! Este es mi primer fic, espero que les guste.
-Los personajes no me pertenecen (sólo Aidee), le pertenecen a ChinoMiko
Disfruten el primer capítulo. Mayu les envía besos ^^
Capítulo 1:
Abrió sus ojos luego de sentir el calor del sol colisionaba con su rostro, se volteó acomodándose en el sentido contrario a como estaba antes. Después de dar un movimiento más sonrió luego de ver el rostro somnoliento del albino que se encontraba a su lado. Definitivamente era muy satisfactorio ver al muchacho disfrutar tan plácidamente un sueño profundo, además de sentir la brisita que le gratificaba su respiración.
Sin aguantar un poco más acarició la suave mejilla del muchacho, que maravillosa sensación. Luego de dos años de noviazgo, había aprendido a amar de una manera descomunal; no se imaginaba qué sería de ella sin ese hombre. Se había incrustado en lo más profundo de su corazón, pero ¿Cómo no? Si él tenía un nivel de hidalguía muy alto, la manera en la que era solícito con ella la tenía convencida en que no se equivocó al haberlo escogido.
Los ojos, que en un principio le pareció tan atractivos comenzaron a abrirse con lentitud; ¿Cómo olvidar esa mirada alguna vez? entre tantas personas, la mirada de él resaltaba y era obvio, su heterocromía le daba un toque especial. Los labios del albino se arquearon, brindándole una tenue sonrisa a la peliazúl que aún le gratificaba suaves caricias a la mejilla del peliblanco.
—Buenos días... —Dijo el albino dándole un beso en la frente a la peliazúl—
—Buenos días Lys —Sonrió para luego apoyar su cabeza en el pecho del más alto—
—¿Qué hora es? No debemos llegar tarde al instituto
—No te preocupes, aún es muy temprano —Pausó—Apenas son las siete...
—Oh~ bien, entonces ¿Qué tal si me mimas un poco?
Sin esperar respuesta abrazó con fuerza a la más baja y se recostó sobre ella; la peliazúl soltó una carcajada y puso sus brazos alrededor del cuello del albino. Sus manos recorrían juguetonas por el abdomen pálido de la joven, gratificando cosquillas mientras reía de igual manera. Dentro de tal juego de cosquillas, Lysandro hurtaba besos de los gruesos labios de Aidee.
—Mi amor, basta -Dijo la más baja intentando liberarse de las traviesas manos del albino-
El tiempo en que ambos reían, se besaban o se tocaban era siempre tan único; como si todo el mundo desapareciera y sólo existieran ellos dos, no querían separarse ni un solo momento. El reloj marcó las ocho y media, ya se hacía tarde; tras cambiarse ropa, cepillarse los dientes y comer un bocadillo rápido, se fueron con rapidez al instituto. Cada uno se dirigió a su respectivo salón, recibiendo un sermón que de seguro se escuchó a varias cuadras.
—¿Por qué llegas a esta hora? —Preguntó Violeta—Le pregunté a tu hermana y me ignoró...
—E-Estaba...—Pausó varios segundo—No me di cuenta de la hora, estaba jugando con Lysandro.
—Lo supuse —Sonrió y apoyó su cabeza en sus manos—
Aidee sacó sus cuadernos y demás para comenzar a escribir la materia que el profesor Farrés había escrito en el pizarrón. No podía evitar distraerse por estar pensando en Lysandro, que molesto; ese muchacho había entrado como un huracán a su corazón y a su mente. "Concéntrate Aidee" Se repitió una o dos veces en su mente, chasqueó la lengua y posó su mirada en su cuaderno que a pesar de tener todo escrito no lograba entenderlo bien. En el toque de campana salió junto a sus amigas y se sentó en el césped para comer sus respectivos bocadillos.
Los ojos de la peliazúl se fijaron en una joven de cabello rubio amarrado con dos coletas que pasó frente a ellas ignorándolas por completo.
—Aidee, ¿Esa no era Nina? —Preguntó con tono molesto la morena que estaba sentada junto a la peliazúl— Por que lleva toda la mañana ignorándonos.
—Lo siento, Kim... No sé qué es lo que le pasa a esta niña —Respondió cabizbaja-
—No te preocupes, Aidee... Seguro que es por la edad, ¿Recuerdas cuando teníamos catorce años? —Preguntó sonriente la peliblanco—
—Fueron muy pocas veces en las que discutimos —Dijo Kim intentando justificarse—Además no hicimos nada para enojar a Nina, Rosa...
—De verdad lo siento mucho, Kim... Intentaré hablar con ella ¿Sí? Por favor no te enojes con ella.
La morena le brindó una cálida sonrisa y acarició con leve brusquedad su cabello, dieron las últimas mordidas a sus bocadillos y se dirigieron nuevamente a su clase, con la profesora Delanay. A pesar de que no le gustaba esa clase, era la única en la que no se distraía ni un solo segundo.
Las horas pasaron volando, no estaba muy sincronizada con la noción del tiempo. Había llegado la hora de ir a casa, la verdad es que necesitaba hablar con Nina; en verdad se estaba volviendo muy insoportable la forma en que se comportaba con sus amigas, comenzó a comportarse así desde que la peliazúl le había confesado que ya había tenido relaciones con su novio. ¿Por qué? Se supone que además de ser su pequeña hermana, era también su mejor amiga.
Iba tan fundida en sus pensamientos que no se dio cuenta del pelirrojo frente a ella, no pudo evitar colisionarse contra él y recibir más de un sermón por ir distraída.
—Fíjate por donde vas, tabla —Gruñó—
—Lo siento mucho, Castiel... iba muy distraída.
—Creerás que no lo noté —Sarcástico— ¿Qué ibas pensando, tabla?
—¿Hasta cuándo piensas seguir diciéndome tabla?
—Hasta que pierda la voz o simplemente sordo —Respondió mientras arqueaba una ceja—
—No tienes remedio... ¿Dónde está Lysandro?
—Pensé que estaba contigo, debíamos ensayar y desapareció de la nada. -Pausó-
—Oh~ ya veo, gracias Castiel —La más baja se puso de puntitas y le gratificó un beso a la mejilla del pelirrojo—
Se encaminó a buscar a su pequeña hermana, pero, después de varios minutos sin poder encontrarla optó por volver a casa. No le gustaba volver sola, pero ni su hermana, ni su novio estaban en el instituto. ¿Desaparecieron justo ellos dos? No, no, no debía pensar cosas extrañas; ¿Cómo si quiera podría dudar de ellos? Confiaba plenamente en su novio y su hermana. Aún así, no lograba entender por qué su hermana se comportaba de esa manera, Kim tenía mucha razón al estar molesta. Definitivamente ya no sabía qué pensar, no quería que ni siquiera pase por su cabeza que a su hermanita le... ¿Gustaba Lysandro? Si así fuera ¿Por qué no se lo había dicho antes? "Deja de pensar estupideces, Aidee" Musitó luego de morder su labio inferior.
Llegó a su casa y recibió la cálida bienvenida de su padre que se encontraba leyendo el periódico, se sentó junto a él y apoyó su cabeza en el hombro del mayor.
—¿Cómo te fue, mi amor? -Preguntó el más alto dándole vuelta a la hoja-
—Bien, papi... Oye, ¿Nina no ha llegado?
Negó con su cabeza y bajó el periódico con su semblante mostrando un poco de preocupación —¿Le pasó algo a tu hermana?
—No -pausó—Se marchó antes sin decirme nada.
—¿Discutieron?
—No papá... ¿Sabes? Nina ha estado muy extraña conmigo desde hace ya un tiempo
—¿Hiciste algo? No creo que se haya puesto así, por que simplemente se le dio la gana.
—N-No, bueno, tal vez sí —Levantó su cabeza y desvió su mirada—
Tomó el mentón de la peliazúl y le volteó su rostro, gratificándole unas cuantas caricias en su mejillas —Princesita, sabes que puedes contarme lo que sea... Debes de tenerme confianza; yo siempre buscaré la manera de ayudarte.
—Gracias, papito —Le dio una tenue sonrisa—Hace dos o tres semanas atrás le confesé a mi hermana que Lys y yo...
—¿Lysandro y tú...?
—T-Tuvimos relaciones, papá —Pausó varios minutos y bajó su cabeza—P-Perdón por no decírtelo antes.
—Mi vida linda, ¿Por qué te apena tanto decirme estas cosas?
—E-Es sucio decirle esto a los papás
—No es sucio, es lindo si es con la persona que amas... Sólo no debes olvidar usar precaución
La peliazúl sonrió y levantó su mirada para posar sus ojitos en los del castaño de cabellera larga. Le hurtó un fuerte abrazo y apoyó su cabeza en el pecho del mayor; justo en el momento en que Aidee iba a continuar hablando la puerta se abrió y entró Nina, con una sonrisa maliciosa dibujada en sus labios.
—Hola papi —Se acercó al hombre y le dio un beso en la mejilla; luego se acercó a la peliazúl y besó de igual manera la mejilla de ésta—Hola, hermanita.
—¿Cómo te fue, chiquita? —Preguntó el castaño, brindándole una tenue sonrisa—¿Dónde estabas?
—Muy bien, mi cuñado me llevó a tomar un helado y me trajo a casa.
La peliazúl tragó saliva y abrió grande sus ojos, ¿Había escuchado bien? Su pequeña hermana dijo que Lysandro la había llevado a tomar un helado. ¿Por qué? Se suponía que él tenía ensayo con Castiel y aun así decidió ir con Nina. No, no estaba bien, debía sacarse de la cabeza la idea de que su hermana sentía algo por su novio. Aidee miró de reojo a su padre y se levantó del sofá para ponerse en dirección a su habitación; iba gruñendo entre dientes, no sabía si le molestaba el hecho que su hermana estuviera ignorándola tanto tiempo y que le habló sólo para decirle que salió con Lysandro, ó el hecho de que su novio haya dejado de lado los ensayos que tanto adora con Castiel por estar con Nina.
Se sentó en una orilla de su cama y sacó un cuaderno de su mochila, un bolígrafo y demás para repasar la materia que le había mandado el sr. Farrés. Pocos minutos después golpearon la puerta de su habitación, "Adelante" Dijo la peliazúl sin quitar la mirada de su cuaderno, luego de abrir la puerta entró la rubia de dos coletas y se sentó a la otra orilla de la cama.
—Hermana... —Dijo Nina, sin obtener ni una sola respueta—Aidee —Esta vez su tono demandaba la poca atención que le estaban brindando—
—¿Qué quieres, Nina? Estoy haciendo tarea
—Sólo deseo hablar unos minutos contigo, nada más...
Dejó su cuaderno y su bolígrafo a un lado, y posó su mirada en la rubia —¿Bien? Te escucho
—Aidee, estoy... —Pausó unos minutos— m-me estoy enamorando de tu novio.
Bien, eso es el primer capítulo._.
Espero que les haya gustado, cuídense. Mayu les envía besos ^^
