Fic dedicado a Angelito97-Delena porque sin ella no habría escrito esto nunca. Ella propuso una idea y yo la he modificado un poco. Y debo admitir que el resultado me gusta bastante.
#PALABRAS: 400.
AVISO: Este fic participa en Reto Especial "Desempolvando Retos" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons".
RETO UTILIZADO: Reto Especial de Aniversario: "Parejas al azar"
DISCLAIMER: Ninguno de lo personajes me pertenece, son propiedad de la CW.
SECUESTRADA
¿Por qué no funcionaba?
Caroline no lo sabía. Finn Mikaelson la había secuestrado hacía ya cinco semanas, pero Klaus no había ido a rescatarla. ¿No era aquel el objetivo de Finn? Ella había supuesto que quería joder a Klaus, obligarlo a elegir entre salvarla a ella e ir en contra de su familia o abandonar a Caroline. ¿No la quería? ¿Ni siquiera iba a intentar rescatarla?
−Buenos días, amor –Finn adoraba llamarla así−. ¿Tienes sed?
−Déjame marchar, Finn. ¿De qué te sirve esto?
−Disfruto de tu compañía.
La sonrisa que le dirigió le dio escalofríos a la rubia. Estaba siendo sincero. Aquello era lo que Finn quería, descubrió entonces Caroline. No provocar a Klaus, sino atacarla a ella. No sabía en qué podía ayudar aquello en la lucha entre los hermanos, sin embargo.
−¿Por qué? ¿Quieres matarme para joder a Klaus?
−¿Qué te hace pensar que esto tiene nada que ver con Klaus?
Finn le ofreció una de sus muñecas. Caroline mordió con todas sus fuerzas; tenía demasiada hambre como para luchar. Esperaba hacerlo sufrir, pero lo que realmente logró fue que el Original soltara lo que parecía un gruñido de placer.
Caroline se apartó al instante, asqueada. Así que era aquello. El mayor de los Mikaelson se había obsesionado con ella.
−Pensaba que estabas muy enamorado de Sage –comentó, intentando hacerle cambiar de opinión.
−Yo también –contestó simplemente el vampiro. Se agachó junto a ella y la miró fijamente a los ojos−. Ahora, mi pequeña Caroline, quiero que me beses.
Caroline cerró la distancia que los separaba, uniendo sus labios a los del original. Odiaba estar haciéndolo, pero la compulsión la obligaba a hacerlo.
Finn besaba expertamente a pesar de haber pasado nueve siglos en un ataúd. Profundizó el beso y exploró su boca, aprovechando que Caroline seguía besándolo. El vampiro le soltó las manos y la tomó de la cintura. La atrajo hacia él, colocándola a horcajadas sobre él después de sentarse en el suelo. Dejó de besarla y sonrió.
−Muy bien. Ahora quiero que olvides tu odio hacia mí y que vuelvas a besarme. Déjate llevar, Caroline.
La vampira lo miró fijamente durante varios minutos. Frunció el ceño, y Finn temió que la compulsión no hubiera funcionado. No tenía sentido, pero desde el principio Caroline había demostrado ser un reto. El vampiro se tensó, preparado para atacar.
Caroline sonrió y cerró el espacio que había entre ellos.
