Call

Nancy Call ve a su hijo y se le llena el pecho de orgullo. Si, ese es su hijo, aquel muchacho de complexion exagerada y sonrisa radiante. Ese que en algún momento fue niño, y ni entonces se escondió entre sus faldas. Ese muchacho, de espalda ancha y fuerza a montones en algún momento midio milimetros, dentro de su vientre. Ahora lo ve fuerte, más que nunca, y eso es por que la vida lo trato mal, pero ella lo mantuvo en pie. Si, antes lo miraban como culpabilizandolo de un error que no era más que suyo, pero él no era un error o una mancha en su vida, al contrario, era la luz de su existencia. Aunque fuera problemático, nunca le contara que le pasaba, ni aunque no era extraordinario en la escuela. Pero era un caballero, no de brillante armadura y corcel, pero lo era. Porque Embry no se parecia a su padre, nada en realidad, porque ella lo había educado. Y Embry quizá podia llegar a cometer su error, ser padre antes de tiempo, y ella lo zarandearia hasta que se le acomodaran las neuronas. Pero su hijo era más macho que su padre, por que él se hacia cargo de todas las idioteces que se mandaba (y eran muchas). Era más macho de lo que fue el bastardo que lo engendro, a pesar de que fue criado por una mujer. Una mujer que ni el rechazo de un pueblo, de su familia, y sus amigos pudo derribar. Y todo por esa radiante sonrisa, y la certeza de que su progenie no era basura. Por que era suyo, solamente suyo, y por eso no obligo a Joshua Uley a hacerce cargo. Porque no quería un hijo cobarde cómo Uley, quería un Call y eso era lo que tenía.