Disclaimer: Los personajes de Dragon Ball no me pertenecen (ya quisiera yo…); son propiedad de Akira Toriyama.
N.A. Para estrenarme he decidido publicar una historia de Dragon Ball aunque no sé ni yo misma como va a desarrollarse. Aún intento ordenarme las ideas *risas*.
Esta historia contiene frases del manga (raramente del anime) de Dragon Ball (Z) y en ocasiones está desordenada para poder meter mis ideas. Espero que no importe y que eso no afecte a la lectura.
Perdonen las faltas de ortografía y el extraño orden de palabras.
Sin más ánimo de entretener presento la historia. Espero que os guste.
Capítulo 1: ¡Aparece Videl!
El despertador de Gohan, Goten, llegó a su hora esa mañana.
-Gohaaaaaaaan, despieeertaaaaa… -canturreó el pequeño.
Como su hermano no se levantaba empezó a saltarle en la tripa. El medio-saiyan se despertó.
-¿Qué son estas horas Goten? –bostezó somnoliento a su hermano.
-Hoy es tu primer día, ¿recuerdas?
El joven se levantó corriendo al armario. Después de echar a su hermano se dispuso a vestirse. Fue a desayunar encontrándose con su madre.
-Buenos días mamá –sonrió el medio-saiyan.
La mujer sonrió acabando de calentar el vaso de leche con chocolate. El medio-saiyan se sentó a la mesa y empezó a comer nada más tomaron asiento su madre y su hermano. Cuando acabó puso los platos en la pileta para que su madre los fregara y salió afuera. Goten lo siguió.
-¿Te vas ya? –preguntó el pequeño.
-Sí, no quiero llegar tarde… -le movió el pelo al pequeño.
-¡Cuando llegues quiero que juguemos juntos! ¡A pelear como dice tío Vegeta que lo hacía con papá!
Gohan no pudo evitar una sonrisa melancólica. Añoraba a su padre…
Su madre, por mucho que fingiera que podía con dos hijos, acababa cansada al final del día, sin tiempo para ella misma. La ausencia de su padre también le dolía, y más durante siete largos años…
El joven suspiró.
-De acuerdo, lucharemos…
Goten dio un pequeño salto de alegría. Por otro lado, su madre, salió con el delantal puesto para despedirlo.
-No llegues tarde y ten cuidado con las chicas –advirtió su madre.
El chico asintió avergonzado y llamó a la nube voladora para salir de la pequeña zona en la que se encontraban, la zona 439 del este para dirigirse a Satan City e integrarse un poco entre la gente de su instituto.
Cuando llegó a las afueras de la ciudad, se despidió de Kinton y saltó de la nube para encaminarse al instituto. Viendo su reloj de pulsera comprobó que levaba el tiempo muy justo y comenzó a correr hasta que oyó unos disparos. Un tiroteo llamó su atención de justiciero y defensor de la paz. Alzados, disparando con armas automáticas se hallaban unos maleantes que querían acabar un atraco.
-Otra vez… Esta ciudad… No tiene remedio… -suspiró cansinamente.
Decidido a ayudar se sacó la mochila dejándola tras unos arbustos y se transformó en súper saiyan para que no le reconociesen.
Los bandidos por su lado, estaban tan ofuscados disparándoles a la policía que no se dieron cuenta de cuando Gohan se les acercó desde el aire.
-¡VENGA, ADELANTE! ¿A QUÉ ESPERAS MALDITO POLICÍA? –rió uno de los atracadores sin dejar de disparar, dándole oportunidad nula a los policías para atacar.
Gohan noqueó a dos asaltantes; uno con una patada y el otro con un puñetazo. Cuando oyó los cuerpos caer a tierra el asaltante se alarmó.
-¿¡DE DÓNDE SALES TÚ!? –gritó asombrado mientras no se refrenaba en disparar el arma para mutilar al muchacho.
Gohan por su parte había realizado un rapidísimo movimiento de manos imposible de ver al ojo humano. Cuando acabó de disparar, el maleante observó cómo el semi-saiyan tenía el brazo alargado cerrado en un puño.
¿¡No le han hecho nada las balas!? –se alarmó.
Gohan abrió la mano dejando caer todas las balas que había atrapado para horror del hombre. Nada más soltarlas, con una gran velocidad pateó la cara del hombre que cayó del coche al suelo. El conductor y el copiloto, horrorizados y enfadados empezaron a gritarse el uno al otro.
-¡ES UN MONSTRUO!
-¡HUYAMOS!
Dieron contacto al coche y salieron de allí a la velocidad máxima que el coche les permitía aunque, claro está, Gohan no les iba a dejar escapar. Con un grito y una pequeña onda invisible de ki el coche saltó por los aires volándose todo el dinero. El techo del coche, en el suelo, estaba abollado y lleno de golpes. Por su parte los atracadores estaban inconscientes. Acabado su trabajo, el héroe se fue corriendo de la escena antes de que llegara la policía.
Los policías miraban la escena asombrados.
-¿Qué… Qué… Qué ha pasado…? –preguntó uno de los policías muy extrañado sosteniendo temblorosamente la pistola entre sus manos.
En el cruce del principio de la calle se encontraba Gohan de vuelta a la normalidad colocándose la bandolera mientras suspiraba por la tensión.
-¡Oye! –exclamó una voz femenina detrás suya.
El joven se asustó ahogando un gritito en lo más profundo de su garganta.
¿¡ME HA DESCUBIERTO!? ¡LO QUE ME FALTABA!
Una hermosa joven se hallaba detrás del chico. Portaba una holgada camiseta blanca y unos ciclistas negros. Una insignia de una estrella enganchada en su camiseta marcaba a que instituto pertenecía. Ajena a la preocupación de Gohan se dispuso a hablar.
-¿Quién ha hecho eso? No creo que haya sido la policía…
-No sé… -dubitó el chico- yo no lo he visto…
La joven frustrada se crujió los nudillos.
-¡Y yo que he venido corriendo…! –bufó molesta.- ¿…Quién habrá sido?
Un simpático y asombrado que la vio en la lejanía se dirigió a ella.
-¡Ah, señorita Videl…! –dijo alegrándose de que la muchacha se hallara ahí.- ¡Lo he visto! ¡Lo he visto todo! ¡Ha sido el guerrero dorado!
La cara de todos cambió de asombro a alegría y, nuevamente, a asombro.
-¡El guerrero dorado,… Otra vez…!
El hombre asintió perplejo y asustado.
-¡Es un hombre muy fuerte y rápido…! Emitió una… -tomó una bocanada de aire necesaria para su edad –…una extraña energía y el coche de uno de los atracadores dio una vuelta de campana…
Aquel asombrado anciano se le acercó y le señaló la insignia que portaba con toda seguridad.
-¡Sí! ¡Creo que era un alumno de su instituto, el Orange Star High School…! –dubitó un instante – Al menos llevaba esa insignia…
La muchacha se quedó perpleja.
-¿¡Un… alumno de mi… instituto!? –preguntó asombrada.
-No… No me suena nadie con el cabello dorado… -aseguró repasando mentalmente todas las personas de su instituto.
La chica preguntó la hora y enterándose de que hora era se fue corriendo hacia su instituto.
Lo sé, lo sé; es cortito y es mucho plagio del manga *avergonzada* pero es que no sabía como acortar el primer capítulo y, pues, lo dejé así *sonríe con la mano detrás de la cabeza*; no me matéis por favor…
El siguiente capítulo será más largo y espero subirlo muy pronto.
Hasta entonces.
Bye, bye.
Nerytaa metallium.
