Demasiado tarde.

Miró hacia su pupitre inconscientemente, al darse cuenta devolvió su mirada a sus propias manos, había llegado muy temprano a clases, estaba solo en el salón, esperaba que no llegará Keigo a molestarlo, no estaba de humor, no desde hace un tiempo.

¿Por qué? Porque era tarde para otras cosas, tarde como para decir "te quiero". Porque se dio cuenta tarde, de cómo le fascinaba esa mirada gris, o aquel cabello largo y lacio. Como aquella alegría lo contagiaba de ese optimismo y esas ganas de proteger que solo había visto en sí mismo. De aquella espontaneidad, generosidad y bondad, que solo en ella podía existir.

De alguna forma lo sabía, ella lo quería, en ese momento, en ese entonces, antes. Pero él no se había dado cuenta de sus sentimientos hasta que ese otro llegó. Y aunque ella siempre tenía una sonrisa para él, esa sonrisa no era por él, al menos ya no. Bien dice el dicho que no sabes lo que tienes hasta que lo vez perdido.

Y él la veía alejarse más y más, cada día su relación se volvía enteramente amistosa, sin atisbo de que pudiera derivar en algo más. Ahora no solo era él y su incapacidad para reconocer sus propios sentimientos; era también aquel hombre que por increíble que pudiera parecer, era capaz de amar.

A ese hombre no podía reprocharle nada, pero si envidiarle, al punto de detestarle; esa podría ser una buena definición. ¿Por qué detestarle? Porque fue capaz de mirar a la hermosa mujer que tenía enfrente y no pasar de largo, por tener el valor de renunciar a un lugar privilegiado, de enfrentar a aquellos que podía haber llamado "familia", por tener las agallas suficientes para traicionar a quien podía llamar "padre", por ser herido y seguir en pie, aun podía recordar la batalla…

Todo lo había hecho por ella y solo por ella pudo recuperar su corazón, por eso lo detestaba, porque era Ulquiorra, el dueño de esa sonrisa, en realidad, era por Ulquiorra que esa sonrisa existía.

La campana de salida resonó en las paredes del recinto, sin darse cuenta, había pasado todo el día y no había puesto atención a ninguna clase, se levantó y giró el rostro, ella le sonrió y él le devolvió la sonrisa. Pero ya no era lo mismo.

No quería salir, no porque quisiera permanecer en la escuela, es solo que no quería verlo. Todos los días él iba por ella.

Y no se equivocaba, ahí estaba, recargado en la pared lateral de la puerta de entrada a la preparatoria con las manos en los bolsillos, como toda su retorcida vida. Un día de estos le pondría el pie para que cayera al piso sin meter ni las manos y se rompiera toda la cara, esa sería una pequeña batalla ganada.

Ella corrió a su encuentro y lo tomo del brazo, él sonrió ligeramente, ambos lo miraron, Ichigo se despidió con un asentimiento de cabeza mientras ella sacudía su mano en alto.

Aunque pensándolo bien si hacia esa pequeña venganza, ella lo curaría y mimaría, en cambio a él le reprocharía y vería en esos ojos verde serpenteos que en realidad era una derrota. Una más. Para no perder la costumbre, la vio alejarse, con él, tomada de su brazo, hablando alegremente, sonriendo como nunca antes.

Era demasiado tarde para ganar, ahora solo acumularía derrotas. Y entre ellas esa le dolería eternamente.


Me pase un tiempo deliberando como clasificar esta historia: Ichihime o Ulquihime, después de todo la pareja triunfante es Ulquiorra x Orihime, pero ya que se trata del punto de vista de Ichigo me decidí por clasificarla Ichigo & Orihime… quienes prefieran el Ichihime perdónenme, pero es que, enserio Ichigo se hace o de verdad no se da cuenta de los sentimientos que tiene Orihime por él?… quizás un día sea demasiado tarde…